




Entrega número diecisiete (PDF) del cómic #desAnudando Alex Orbe y Asier Gallastegi.
Arawana Hayashi viene a Barcelona de la mano de Emana. Quiero contribuir a difundir esta buena nueva y, en este momento de repensar mi vida digital, voy a usar mi blog para hacerlo.
Cuando pienso en el trabajo con el cuerpo en el trabajo de acompañamiento a organizaciones y equipos me vienen un rosario de imágenes. No voy a ordenarlas, os las comparto según llegan.
Viñeta 01. Acababa de comenzar a trabajar como educador social y un grupo de profesionales de distintas organizaciones del casco viejo de Bilbao trabajamos junto a un terapeuta durante varias sesiones. Recuerdo una sala oscura y con poca iluminación, cojines volando, escenas en las que poníamos limite a la exigencia con toda la expresión, de pie, gritando, haciendo aspavientos con las manos…
Viñeta 02. Con este mismo equipo en otra ocasión me recuerdo paseando por el espacio y recitando el listado de lo que decíamos ser y lo que no éramos. Todos andando sin rumbo fijo, cruzando nuestras miradas y afirmando una cosa y la contraria.
Viñeta 03. Nunca dí un paso adelante con la biodanza. La escuela de coaching ontológica la proponía como un canal para conectar con el cuerpo. Creo que me confrontaba demasiado con mis miedos, con un cuerpo que comenzaba a tener dimensiones “poco gráciles”. Tampoco entendía demasiado el paraqué.
Viñeta 04. Descubrir el mundo de las constelaciones me ayudó a hacer este acercamiento de una manera más “racional”. Siempre he sentido una buena conexión con mi intuición y mis emociones. Incluso desde una experiencia de cierta disociación. Este trabajo me permitió comparar que significaba más cerca y más lejos, detrás o delante, en el centro o fuera… Lo siento y lo comparto contribuyendo a la construcción de un mapa mental más abierto y colectivo.
Viñeta 05. Recuerdo ayudar a incorporarse del suelo a un maestro y compañero después de haber compartido una sesión de movimiento Rio Abierto dentro de uno de los congresos IOCTI en Uruguay. Nos tocaba acompañar a un grupo de aprendizaje durante toda la mañana y en ese mismo espacio. La sensación era. “Después de vivir esto ¿Qué hay que hacer más? ¿Qué se puede añadir?” Cuando llegue a Bilbao me apunté a las sesiones de Bego y no dejo de aprovechar la oportunidad cada vez que puedo.
Viñeta 06. Dentro de la formación de Coaching de Equipos que este año cumple su edición número 20 (Será especial. No lo dejéis escapar) hemos experimentado con distintas orientaciones de una manera transversal y especifica. En esta última recuerdo con fuerza el trabajo de Asier López de Gereño a través del Aikido y en los últimos años con la propia Bego. Lo tocamos con los dedos de la mano, sigue siendo un reto a seguir desplegando. A veces las preguntas y la investigación son más interesantes que las respuestas.
Viñeta 07. Trabajo con esculturas familiares en el contexto de la formación de Terapia Familiar Sistémica. Cada miembro d ela familia modelaba al resto hasta lograr la fotografía que reflejará la situación actual de la familia, desde su punto de vista, y la deseada, también desde sus necesidades.
Viñeta 08. Trabajando junto a Txelu Balboa de CBB dibujando mapas en el suelo con cintas de colores y lanzando preguntas que solo se pueden responder sitúandonos en el espacio.
Dicen que uno solo puede decir que ha entendido algo hasta que sabe expresarlo a través de las palabras. Creo que hay afirmaciones que tienen sus límites y esta es una de ellas. Hay muchos textos y personas expertas (mención especial a Nazareth Castellanos que explica lo difícil sencillo) que podéis leer para romper la creencia de los cuerpos gobernados por el cerebro.
En todo este viaje yo tuve mi particular caída del caballo gracias a Arawana Hayasahi y el trabajo de presencia. Recuerdo con mucha fuerza las primeras sensaciones experimentando con el ejercicio de la aldea. No fue fácil para mi. No era un juego sin implicaciones. Sudaba y era incomodo. Salían a volar mis fantasmas. La cercanía a otros cuerpos me parecía un reto. Cuando me acercaba ya no sabía despedirme. El trabajo estaba pautado y me cuidaba sin sobreprotección, partíamos de nuestro cuerpo al encuentro del otro. La propuesta de “stuck” me parece una joya. Yo aún tengo anclas de aquel trabajo a las que vuelvo de vez en cuando. Estoy escribiendo y mi cabeza asoma entre dos manos que tapaban mis ojos.
Próximo 27 de Febrero en Barcelona de la mano de Emana. No te lo puedes perder
Otros posts en mi blog sobre Arawana Hayashi
Cuerpo e intuición: La oportunidad de trabajar con Arawana Hayashi
Hace unas semanas que abrí mi cuenta en BlueSky y la verdad es que fue una experiencia bastante agradable. Era como volver a aquellos años de la primera década de los 2000 y la primera incorporación a unas redes sociales. Han pasado las semanas y ahora tocaba salir de X. Ya me he descargado todo mi historial y en el momento en el que iba a borrar la cuenta… me ha dado miedo, me ha invadido un vértigo, un vacío… También hace años que apenas publico nada en Facebook pero no he eliminado mi cuenta. En ambos lugares pase mucho tiempo y ahora no. En ambos lugares permanezco y me da mucho respeto anular mi perfil.
No sé muy bien expresar la sensación. A veces pienso que es miedo a perder el número de personas que sigo y me siguen. Pero no es real. Los datos nos dicen que el impacto dejó de ser, que tras los últimos cambios es muy difícil acceder a la información que quieres (Cuánto echo de menos tweetdeck) e imposible impactar con lo que compartes. El nivel de actividad en BlueSky a pesar de tener muchas menos personas en mi pequeño ecosistema es más intenso. Además estoy disfrutando de tener menos personas que seguir. De alguna forma aligerar la cantidad para acercarme más a la calidad. Y calidad no solo de contenido sino de relación y de interacción.
Pero con todo esto y una vez pasado el tiempo de enamoramiento con este nuevo lugar lo que me pregunto es: ¿Para qué estoy en redes sociales?. Y creo que es una buena pregunta.
Las RRSS me han servido para conectar con personas y aprender junto a ellas. Hemos ido configurando una red profesional, un ecosistema digital, mi PLE (Personal Learning Environment) le llamamos hace un tiempo. No sabría explicarme como profesional sin este ecosistema. Quiero proteger este canal, reforzar las relaciones existentes y estar atenta a las que pudieran emerger en el futuro. Esta internet y la interacción global ha sido un espacio de disfrute. He transitado por decenas de fronteras. En lo político, a través del arte, la música, espacios de reflexión sobre el trabajo con organizaciones… Una sensación de innovación disruptiva y serendipia. Cada vez que preparo un nuevo contenido navego y navego. Me pierdo por los lugares, divago… Los proyectos importantes me acompañan como una música de fondo y muchas veces surgen imágenes, textos, audios que me ayudan a cristalizar una u otra parte de la reflexión. Es como ampliar la posibilidad al “choque de corazonadas”. Un espacio para conectar ideas distintas, nadar por las disciplinas.
También ha sido un lugar donde he podido visibilizar mi trabajo. Lo que hago en organizaciones y equipos no es tan sencillo de explicar. Grabarlo, dibujarlo, escribirlo, compartirlo y conversar ha sido clave para configurar mi personaje laboral. Es construcción de conocimiento y venta de lo que en cada momento he sido capaz de hacer. Yo no toco puertas buscando trabajo. Mi estrategia, pudiéramos llamar “comercial”, se basa en procurar hacer bien mi trabajo y mantener un hilo de comunicación abierto. En este sentido hay una información más cotidiana y otra más detenida y de detalle. Por un lado es algo así como “contarme en acción” y me ayudan algunas fotografías y algunos videos, y por otro está la dimensión más de contenido y ahí interrumpo el silencio en mi blog de vez en cuando y publico algún texto en papel como cierre de algunos proyectos. Retomar con más fuerza y dedicación el blog creo que es una clave. La conversación en Linkedin no me acaba de enganchar pero quizás deba de probar más en esa red.
Las redes sociales han sido un espacio también donde he podido continuar en contacto con algunas personas con las que dejé de tener relación cotidiana. He seguido sabiendo de sus vidas y cuando nos encontramos el abismo no es tan grande, sabemos algo más la una de la otra. Creo que en este sentido y en esta nueva etapa necesito aflojar el miedo a la pérdida. Confiar en la vida compartida, en los encuentros que vuelven a avivar fuegos y reconocer que somos limitados también en el número de relaciones que podemos cuidar. Y cuidarlas. Quedar a comer, alargar unas horas en esa ciudad donde se fueron a vivir tus amigos y cenar con ellos y ellas. Volver al pueblo de vez en cuando. Buscar alternativas a este casco viejo de Bilbao turistificado y encontrarnos.
También han sido y son un lugar político. Estas interacciones contribuyen a definir nuestra identidad. Hay personas que han conseguido diferenciar y jugar con distancia entre sus vidas y sus avatares. Yo no. Soy consciente del impacto de lo que bebo, como, leo, escucho, veo y converso en mi manera de sentir, pensar y hacer. A veces he pensado que estábamos haciendo incidencia política, ahora tengo más dudas. También he vivido que eran un lugar donde acceder a información quizás complementaria a mi caja de resonancia. Durante ocho años facilite una asignatura en la Universidad de Deusto que llamamos “Internet, redes sociales e Innovación Social”. Fue un viaje que aun no he sistematizado. A veces me imagino cómo serían hoy mis clases. Hablamos de aspectos que no fui capaz de intuir en aquellos años todavía más cercano a todo el potencial. Hoy hablaríamos también de la economía de la atención, de las infraestructuras públicas, de la Inteligencia Artificial, los algoritmos y las cajas de resonancia, de las estructuras frente a los usos… En este sentido no hago más que leer y recolocar mis ideas. Aun en la oscuridad siento más viva que nunca la reflexión y eso me hace disfrutar.
Busco alternativas. Facebook sin actividad, me falta eliminar la cuenta. Twitter sin actividad, y el reto es el mismo. En mastodon comenzamos y quizás debo darle una oportunidad. Bluesky es el twitter de antes de Musk. En estos dos últimos lugares necesitaría un poco más de estructura o estrategia. Sobre Linkedin ya he escrito. ¿Youtube? me siguen gustando los proyectos que se cuentan a partir de un video (quizás estoy mayor). Sobre Instagram… me gustaría bloquear los reels e historias. Me enganchan y no me sientan bien. Hay gente muy inteligente explicando el impacto de este fenómeno. Necesito un paso más. Hace unos años busqué alternativas a google drive y no fui capaz. Todo el universo de herramientas de Inteligencia Artificial es algo en lo que debemos de poner atención. En estos momentos vuelve a conectarme con las necesidad de exploración y trasteo. Tengo un ordenador limpio esperando una mañana de trabajo para instalar linux y traer, de manera congruente, este sistema operativo de nuevo a mis vidas.
Bueno. He desnudado mis preguntas e intuiciones. Ya véis que no hay mucha certeza ni propuestas concretas. Os muestro mis dudas ¿Cómo estáis gestionando esta realidad vosotros y vosotras?
Esta semana Isabel Fernández, Francesca Nogales y yo hemos participado del congreso de agilismo #CAS2024.. Teníamos ganas de estar juntas e inspirarnos con aproximaciones al mundo de los equipos y las organizaciones, complementarias a las que hemos ido construyendo durante casi 15 años diseñando, facilitando y adaptando el curso de Coaching de Equipos en Emana Formación. Estar juntas, escuchando y conversando, ha sido importante y catalizador. Estamos contentas.
Este congreso CAS, y el agilismo como contexto, es una propuesta que siempre he tenido cerca gracias a buenos amigos y amigas. Jorge Uriarte, en nuestras “sushi talks”, me ha compartido muchas lecturas, propuestas y reflexiones. Hay cosas que compartimos incluso antes de que ocurrieran en ediciones anteriores de este encuentro: la charla de Koldo Saratxaga, aquella entrevista del propio Jorge a Cristóbal Colón de la Fageda y Pedro Serrahima de PepePhone… De forma más abierta, sobre esto del agilismo, también vi trabajar a Joserra Díaz cuando apoyé en Virtualware un impulso de estas metodologías. Con Maica Trinidad y Manu Martín colaboré en un bootcamp en Kairos para coaches ágiles, trayendo la perspectiva sistémica al trabajo con equipos. Hace unos años, desde Emana, impulsamos un programa con Francesca y Pablo Domingo. Y, sobre todo, dentro del proyecto Bherria y acompañados por Asier Amezaga de Komunikatik, experimentamos con el mundo del kanban, los sprints y las retrospectivas.
Voy a permitirme compartir algunos flashes de mis experiencias en estos dos días de encuentro, sin orden ni rigor, como cuando escribía ligero en esta casa:
Hace años que no trabajo con pantallas ni PowerPoints en mis talleres. En este encuentro me han entrado ganas de volver a utilizarlos. La escenografía me ha parecido impresionante: pantallas de cine y, en muchos casos, talleres a pie de “la madre de todos los PPT”. Me ha resultado plástico y atractivo. A ver si somos capaces de jugar en este tipo de marcos en alguna ocasión, uniendo lo físico, el contacto y la kinestesia con la imagen en tamaño desbordado.
No me ha gustado el lugar persistente de las marcas y patrocinadores, aunque reconozco un acierto en la gamificación a través de sorteos para visitar los stands.
Añado a este “dislike” otro más: no soporto las invitaciones a la motivación a través de gritos tipo “uouououo”, “wow”, “arriba”, “¡somos los mejores!”. No estuvieron presentes en todos los momentos, pero sí en algunos. Cuando alguien necesita estas llamadas para venirse arriba, me hace reflexionar.
Me gustó mucho la primera ponencia marco con Xavier Albaladejo, que incluyó referencias explícitas a ciertos límites al desarrollo tecnológico. Señaló, por ejemplo, la psicología conductista al servicio de la economía de la atención, el scroll infinito y sus efectos en la salud mental. También me pareció interesante el guiño a que lo disruptivo siempre es contextual.
He vuelto a tuitear. Quién sabe si serán mis últimos mensajes en esa red social. Ya hemos migrado a Bluesky (por cierto, este es mi perfil por si alguien quiere continuar la conversación allí). Joserra Díaz me presentó a Jose Manuel Beas, pero realmente fue una desvirtualización. Coincidí con más personas con las que había conversado en esa red social en otros tiempos. A otras las conecté en LinkedIn. Hacía tiempo que no jugaba entre estas dos capas y de esta manera. Fue como rejuvenecer 😀
Beas nos llevó de la mano por los mapas de Wardley, una propuesta muy sugerente para acompañar la estrategia con claves de evolución y maduración de productos y procesos. No sé si seré capaz de profundizar lo suficiente para integrarlo en mi mochila de herramientas, pero saber que hay un mundo más allá de lo conocido ya es un buen disparador.
Me llevo algunas invitaciones a la acción y al hackeo cultural que nos aportó Raquel Gavilan; Gemba walks, Mind the gaps… Estrategias de hackeo de la cultura que operan por debajo del radar y contra las que es más difícil luchar. Os podéis imaginar mi conversación interna al respecto, o al menos parte de ella. En todo caso, despertó mi interés y me conectó con conversaciones pertinentes sobre estrategias de cambio.
Seguimos conectando gracias a otros ponentes. Lo hizo bien Juan Manuel Gómez al unir el cambio con una cita inicial. Apunté en mis notas: “Sentirnos cómodamente incómodos”. Tiene sentido para mí.
Hubo muchas claves que conectaron especialmente bien con mis marcos previos, sea esto bueno o regular. Volver a conectar con la resistencia como “una de las posibles respuestas al cambio” fue como llegar a casa. Joserra reflexionó sobre el diseño organizacional, con varias referencias a la perspectiva sistémica. Disfruté con los mapas de interdependencia y circularidad compleja. Conversar con Joserra, esto en el café, sobre la diferencia entre el concepto de complejidad de Snowden, donde no existe causa raíz, y la mirada sistémica, que reconoce múltiples causas raíces con una relación de circularidad compleja… ¿Qué os puedo decir? Me entusiasma 😀 También hablamos sobre la necesidad de iterar con la realidad a través de experimentos o buscar diferentes lugares para hacer palanca.
Diego Rojas e Israel Alcázar compartieron aprendizajes desde la práctica. Me conectaron con un par de proyectos de acompañamiento a organizaciones autogestionadas del grupo NER junto a Emana.
Michael Spayd trajo más sistémica y el modelo de la economía rosquilla de Kate Raworth. Otro refuerzo a mi apuesta personal por incorporar los límites físicos del planeta en la estrategia empresarial.
Pio Puig y Susanna Miquel compartieron ideas interesantes sobre nuestras competencias para innovar. Fue curioso encontrar tantas referencias a la categorización de estilos de comunicación y competencias. Soy consciente del mercado de estos tests y de su potencial. En los últimos años he trabajado bastante con Bridge, y me gustan las conversaciones que permite. Me llamó la atención la cantidad de propuestas que compiten en el mismo mercado.
El viernes disfruté especialmente del taller de Ángel Díaz-Maroto. Muchas referencias comunes a cómo trabajamos desde nuestra perspectiva el reto del ajuste de modelos mentales. Resaltó la importancia de mostrar el coste de mantener un modelo mental ineficaz y de estar atentos a los propósitos ocultos (nosotros hablamos de la ganancia secundaria).
Estas son algunas de mis notas. Realmente quien tomó apuntes fue Isabel. Ahora que ya he escrito el post con algunas notas y algo de memoria, le voy a pedir que comparta conmigo todo lo que escribió. Ha sido un placer de viaje que, sin duda, sostendrá más conversaciones y proyectos.
¿Cómo desarrollamos competencias transversales en la Formación Profesional? Es una pregunta a la que cientos de profesionales de la educación y la formación están respondiendo de manera cotidiana en sus centros.
La palabra “competencia” ha generado más revuelo y disrupción en el mundo universitario. El cuestionamiento de la fuente “conocimiento” como fuente principal y la incorporación de la “habilidad” como foco ha sido una oportunidad y una batalla. Conociendo los debates y malestares en algunos lugares avanzar en este terreno de la utilidad es clave. Ojalá sigamos trabajando para que este cambio refuerce las capacidades de los y las profesionales de la educación superior.
Este no ha sido el debate en la Formación profesional. La adquisición de destrezas es el foco principal de esta iniciativa. La instrucción es más física, corporal, se aprende haciendo y en contextos que reproducen la vida profesional real.
En estos espacios el proceso de innovación docente ha estado más vinculado con seguir haciendo más práctica y tangible la operativa. En este sentido el aprendizaje basado en retos ha ayudado a este desarrollo.
Hace un par de años se pusieron en contacto conmigo desde un colectivo de centros de Formación profesional de Castilla y León para seguir profundizando en este trabajo haciendo hincapié en la dinamización de equipos para el aprendizaje. En aquella ocasión diseñamos y habitamos dos jornadas de trabajo donde compartimos muchas claves para la definición y facilitación de equipos. La experiencia fue muy satisfactoria y nos animamos a colaborar en otro proyecto: diseñar un manual para trabajar las competencias transversales.
Hace unas semanas que nos llegó el libro en su formato físico y en este post quiero compartir algo sobre el proceso y un enlace donde podéis descargaros la versión digital del manual
En el manual compartimos el proceso. Os hago un pequeño resumen:
Lo sentimos como un material con potencial y que puede seguir desarrollándose de distintas formas. Lo que más nos interesa es la experimentación y apropiación. Que los y las profesionales sientan que hay un material que les ayuda en el día a día y al que pueden seguir contribuyendo. En este mail escucharemos vuestras experiencias [email protected]
Felicitar a la Junta de Castilla y León por la iniciativa y muy especialmente a Josemi Diez, Paco J Zanfaño, Lorena de Saa y Jesús Vázquez y a los centros de Salamanca, Soria, Valladolid y Aranda de Duero. Las ilustraciones son de Alex Orbe y el diseño de Aktuart.
(Publicado en el blog de REDCA en Mayo de 2024)
Hace unos días en los perfiles en RRSS de Emana compartían un video donde yo reflexionaba sobre la necesidad de simplificar lo que quería transmitir y colocarme con más fuerza al servicio de las personas y organizaciones. En el fondo es escapar un poco de esto que me decían “Me parece que escribes sobre cosas muy interesantes pero que no entiendo”.
Queriendo ahondar en este viaje he encontrado unas notas que escribí como un post que no llegué a publicar hace unos meses. Retomo este borrador y lo comparto hoy como un listado de ideas ordenado:
Estas son mis ideas sobre el frágil equilibrio entre la realidad, su complejidad y la manera de simplificarla lo suficiente como para movernos de una manera más consciente. ¿Cómo es para ti?
Hace unas semanas, y conversando con varias personas de la dirección de una empresa, surgía de nuevo este tema que pudiéramos titular como “la insatisfacción por reconocimiento”. Y esta vez llegó desde un lugar suficientemente diferente para que se disparan otras ideas con las que he convivido de manera habitual pero a las que no había podido hacer el caso que, creo, se merecían. Empecé a cuestionar la necesidad y la pertinencia de “reconocer”.
En esta reunión la persona que lidera el proyecto y que, desde mi punto de vista, ha desarrollado una sensibilidad clara por una gestión cercana y de cuidado, compartía una frustración que puedo resumir en este momento como:
“Cuando felicitó a unas personas es como si las otras se volvieran celosas y necesitarán de validación y reconocimiento también”
“A veces valoramos y reconocemos las acciones más visibles. Acabamos dando más recursos a estas partes más brillantes que siguen cosechando “éxitos”. En paralelo otras tareas, menos visibles pero igual de cruciales para la organización, no reciben la misma atención”
“Hay personas que se irritan cuando reciben un reconocimiento. Es como si les doliera. La sensación es que sienten como si te pusieras por encima de ellos cuándo valoras su trabajo. No es mi intención”
Hace unos días, cuando este post esperaba pacientemente que lo retomará, mi colega y amiga Elena Palma escribía este post en el blog de Emana. Citaba a Bowlby y a Adler.
(más…)Me encuentro revisando por enésima vez la escaleta de una sesión con un equipo de dirección. La encomienda es relativamente sencilla pero hay algo que me hace pensar una y otra vez sobre la idoneidad de la secuencia, las preguntas, la composición de los equipos, los dispositivos y las propuestas de actividad.
Es una sensación que conozco bien. Cuando llegamos a las organizaciones no somos ni los primeros ni los últimos que abrirán conversaciones, devolverán ideas, preguntarán, sistematizarán y, en algunos casos, aconsejarán. Como si fuéramos “más de lo mismo”, nos acercamos como un eslabón de la cadena. Las experiencias anteriores condicionan nuestro trabajo, como el nuestro lo hará al siguiente compañero o compañera.
Las experiencias positivas y negativas son parte del material que define los relatos. También sabemos que ecualizamos de manera consciente e inconsciente esta “realidad” en un cuento que nos aleja o acerca de confiar en propuestas similares. Cuándo me encuentro estas situaciones la estrategia siempre es doble:
Esta tarde me han pedido que comparta algunas ideas dentro del encuentro: “Identidad profesional del Educador/a Social y Competencias Especializadas”.
Desde que hablé con Asier Felix hace unos días he escrito ideas en el móvil en varias ocasiones y cada vez acababa en un lugar diferente. Igual no lo ate demasiado bien 😀 Me imaginaba que se trataba de transmitir algo así como “Que hace un educador trabajando acompañando equipos y organizaciones”.
También pensaba en ¿Qué tipo de recorridos profesionales hacemos los educadores sociales? ¿Cuáles son los motores? De educador de menores a familia, de la relación más directa a trabajos más indirectos, algunos acabamos en la formación, otros dan el paso a la terapia…. ¿Es la educación social un buen lugar para madurar profesionalmente?
Creo que hay algo del origen que nos acompaña hasta el final y las modificaciones, mejoras o huidas también son interesantes.
Este post se publico en el blog de Emana Formación el 15/05/2018
La práctica roza, necesitamos seguir aprendiendo. Es la única manera de responder a los retos de acompañar personas, equipos y organizaciones. Se trata de permanecer conectados, con los pies en el suelo y al servicio de las necesidades que nos plantean.
En el comienzo de nuestra experiencia en la relación de ayuda funciona una idea mágica. Cuando se acerquen con preguntas, contestaremos. Cuando entendamos la lógica y seamos capaces de ver que es lo que nos hace daño, dejaremos de hacerlo. Vista la trampa será difícil caer de nuevo. Cuando de pronto no hacen caso a nuestras orientaciones comenzamos a hablar de resistencias al cambio.
Hay algo en el lenguaje del cambio que es contra intuitivo. Que escapa de las lógicas cotidianas y las conversaciones que se dan encima de la mesa y a la vista de todos y todas.
Estoy Leyendo a Milton Erikson. Hace unos meses moría Salvador Minuchin y volví a su material. Todavía no he encontrado mejor descripción del trabajo de acompañamiento a equipos que aquel que utiliza para explicar el trabajo de terapia familiar. Virginia Satir vuelve una y otra vez a mi vida. Hace una semana cerré la última página del libro “Psicoterapia de Dios” de Boris Cyrulnik. Las psicotrampas y psicosoluciones de Nardone y Watzlavick nos ayudaron a reflexionar hace unos meses en un taller con empresas. Trabajamos con la terapia breve sistémica y la aproximación de Mark Beyebach hace unos días en la formación avanzada de Coaching de Equipos.
Sigo desarrollando mi labor con equipos y organizaciones. No pretendo volver a la terapia familiar ni hacer terapia en el contexto laboral. Busco las fuentes de las pioneras y pioneros en el uso de un nuevo lenguaje, el lenguaje del cambio.
Dentro de una semanas vamos a tener la inmensa suerte de tener a Gunthard Weber en Bilbao gracias a Emana. Yo lo tengo subrayado en mi agenda. Es una oportunidad que no podemos dejar pasar.
Hace unos años, en su última visita a Bilbao que también fue su última visita a España y también de la mano de Emana, Enrique Sacanell y yo escribimos varios posts sobre la experiencia. Nos impactó.
Permitidme que rescate solo tres ideas de todas las que recuerdo de las dos ocasiones en las que he tenido la suerte de verle trabajar:
Para conocer más sobre Gundarth Weber estoy seguro que te interesan estos enlaces: