Gestionando energías en los procesos de cambio y colaboración

Este post se publico en el blog de Bherria el 19/11/2017

Estas claves son algunos aprendizajes que hemos ido adquiriendo en procesos de cambio y participación ciudadana. Algunas de estas ideas ya las hemos ido expresando, de una manera o de otra, a lo largo de las semanas que llevamos trabajando en #Bherria. Las compartimos para seguir conversando; nos interesa seguir profundizando en estas reflexiones, aterrizándolas en prácticas concretas.

Os proponemos algunas ideas sobre las habilidades o dinámicas más invisibles que, a menudo, se llevan nuestra energía en los proyectos. Solo unas ideas, a veces preguntas e incluso algunos videos.

LÍMITES

Necesitamos reflexionar sobre qué cosas dentro de este tipo de procesos no pueden modificarse. El listado puede ser amplio o escueto, pero debe de ser consciente y compartido. De esta manera, dibujamos una especie de marco para los procesos; explicitando los límites estamos también dibujando el área de todo lo que sí podemos cuestionar y modificar. Todo lo que no está dibujado como incuestionable, se puede cuestionar. Es importante que este ejercicio pueda realizarlo quien invita al proceso, por ser parte de su responsabilidad. Hay algo en el establecer límites que despierta la creatividad y la energía que supera obstáculos.

¿Dejáis claros los límites en los proyectos que impulsamos junto a otras personas? ¿Sabéis cuáles son las cosas que es importante pudieran permanecer en el cambio?

El poder de las limitaciones creativas – Brandon Rodríguez

CONFLICTO

Los procesos de cambio no son fluidos. El conflicto es parte de estos por definición. Tenemos un reto que tiene también de insatisfacción, hay algo que nos gustaría modificar. Si se mantiene en el tiempo es porque hay algo importante que, a su vez, está permitiéndolo; suena extraño, pero en estas situaciones siempre hay una ganancia actual y oculta.

Comenzar a trabajar en el cambio a veces significa cuestionar equilibrios precarios. Nos necesitamos. No se trata de buscar responsables fuera de nosotros; los enemigos también cumplen su función, nos construyen más fuertes como colectivo. Nosotros contra vosotros.

¿Nos sirve esta fotografía de bandos? ¿Qué nos estamos perdiendo que ven desde la otra perspectiva? ¿Cuáles son las necesidades detrás de las partes que declaran de manera explícita o implícita resistencia? ¿Y si en lugar de defender nuestra perspectiva defendemos los procesos?

Why are we so attached to our things? – Christian Jarrett

POTENCIALES

Estamos programados para ver lo que no funciona de todo lo que ocurre. Muchas veces invertimos tiempo y energía en aquellas personas que parecen responsables del ritmo lento de los proyectos, las dificultades del proceso, lo que falta… Hay otra estrategia que puede ayudarnos a trabajar de otra manera: vamos a fijarnos en aquello que ya está ocurriendo y se parece a lo que nos gustaría que ocurriera.

En la variedad de futuros posibles hay uno que está cogiendo forma y nos parece interesante y, además, permitimos que nos cuestione e inspire en la construcción de otras alternativas que no estaban en nuestros planes.

¿Cómo hacemos que esos futuros tengan más oportunidades de ser? ¿Cuáles son las habilidades y capacidades que tenemos en nuestros equipos y proyectos? ¿Dónde está el punto de palanca? ¿Dónde invirtiendo menos energía puede comenzar el primer cambio?

#tecno_blandas o la organización tras el 15m en Korapilatzen

FRAGILIDAD, CONGRUENCIA Y APUESTA

Son procesos frágiles. Estamos experimentando a hacer diferente y las inercias para repetir lo conocido son muy fuertes. Este tipo de procesos colectivos cogen forma como resultado de la aportación de todas las personas implicadas. Un cuestionamiento sin respuesta, un abandono por parte de alguien importante, una respuesta rápida, una necesidad expresada con fuerza y no respondida pueden ser una oportunidad o un paso hacia el desdibujado definitivo. Cuando un proyecto de estas características no funciona y cerramos en falso, la siguiente vez que invitemos a las personas a participar no lo harán.

¿Cómo escuchamos las críticas? ¿Cómo cuidamos a las personas participantes en estos procesos? ¿Reconocemos la acción voluntaria y ciudadana? ¿Somos conscientes de cuáles de las acciones, o falta de acción por nuestra parte, han podido contribuir a que ocurra eso que nos molesta por parte del resto de actores/actrices en el proceso?

How to practice effectively…for just about anything – Annie Bosler and Don Greene

RITMOS, ESTRUCTURAS Y CONSTRUCCIÓN COLECTIVA

El manejo de los tiempos es una clave. Por un lado, necesitamos mantener la tensión suficiente que nos mantenga dentro. A veces, otras necesidades hacen que los procesos se alarguen, las personas que podrían estar interesadas en aportar su trabajo ya se han enganchado en otros lugares, quienes tenían dudas las ven confirmadas.

Si estos tiempos son necesarios es importante pensar para qué vamos a aprovecharlos. Podemos seguir contando el proyecto e ir sumando perspectivas. Muy importante informar de estos procesos más invisibles, invertir energía en conversaciones e ir avanzando. Incluso cuando aparezcan los bloqueos comprender las necesidades detrás de estos e incorporar ese aprendizaje al proyecto.

Y rescatando espacios para aprender de la experiencia y comunicarlo, lanzamos semillas para nuevos proyectos en nuestro municipio y en otros. Rescatamos ideas para las siguientes acciones en común y por separado.

¿Cómo unimos los hitos? ¿Cómo compartimos los procesos? ¿Qué proyectos podemos cerrar para dedicar energía a los que priorizamos? ¿Cuál es el lugar que debo ocupar en este proyecto y cuáles pueden ocupar otras personas?

INNOVACIÓN Y ORÍGENES

Pareciera que hoy el saber reposado y fruto de la experiencia no es tan importante como la fuerza de lo nuevo. Quizás porque detrás de algunas prácticas defendidas como las “verdaderas”, las “únicas” o las “mejores”, se escondía cierta repetición de una misma experiencia en lugar de aprendizaje acumulado. De la misma manera que hay quienes quieren acabar con todo lo viejo para impulsar lo nuevo, hay quienes se protegen de todo lo nuevo y su potencial. Parece “humo”, “cantos de sirena”…

En ocasiones esta actitud en relación a la “innovación” se descubre en un rechazo a la tecnología, renunciar a aprender a usar nuevas herramientas, a entender lo que podemos hacer con ellas.

Nos ocurre a veces que en el mundo de lo digital tenemos la experiencia de estar en cualquier lugar en cualquier momento.

Necesitamos de toda la experiencia, la construida y la por construir; necesitamos entrenar la mirada de sorpresa y curiosidad además de la distancia que da la experiencia.

¿Cómo unimos los proyectos? ¿Cuidamos las marcas para dar continuidad a los esfuerzos? ¿Cómo reconocemos los proyectos que fueron el origen de lo que estamos haciendo en este momento? ¿Cómo conseguimos que las experiencias de valor sobrevivan el cambio político en nuestras concejalías? ¿Cuáles son las palabras que usamos para nombrar las nuevas ideas y avanzar? ¿Cómo incluimos el potencial de las nuevas herramientas para la conectividad, la escucha y la colaboración en nuestros proyectos? ¿Cuáles son los espacios donde nos encontramos complementando las conversaciones digitales?

DEFENDER Y ARRIESGAR

A menudo, desde la perspectiva de la relación público-social, nos situamos en la crítica a la función garantista de la Administración Pública. La sensación es que incluso leyes como la de transparencia, que compartimos en todo su potencial, está haciendo aún más rígidos nuestros procedimientos. En esta tensión, las batallas a menudo se dan entre departamentos de nuestros ayuntamientos y entre técnicos/as sensibles a unas necesidades a otras.

Cuestionar las necesidades detrás de la protección, defensa, rigidez de los procesos solo los hacen más rígidos. Necesitamos reconocer estas necesidades para ver de qué manera podemos incluir estos objetivos en los procesos que necesitan de mayor flexibilidad y adaptación. De alguna manera habría un proceso en dos tiempos:

  • No nos peleamos con los límites. Solicitamos información sobre los mismos, conocemos experiencias en marcha similares y dentro de la estructura y de lo posible. Pedimos a las personas expertas en procesos que nos lo recuerden a lo largo del proyecto.
  • Por otro lado, necesitamos también poder crear y cuestionar parte de estas estructuras. Conocer otras iniciativas similares gestionadas desde otros lugares similares. Y en todo caso, quizás, acompañar explotando las áreas de incertidumbre, pequeños cambios que se vivan como positivos e inspiradores.

¿Qué necesidades están detrás de los procedimientos? ¿Cuáles son los lugares donde podemos explorar a hacer nuevo porque no están aún regulados? ¿Cómo construir una burocracia colaborativa?

A lo largo de estas semanas estamos explorando, recordando, viviendo parte de estas dificultades y estrategias en los procesos de cambio. No hay recetas. Es posible que las soluciones de un lugar no sirvan para otro. Puede ser frustrante o podemos vivirlo como una aventura. Lo primero nos paraliza, lo segundo nos lanza. Seguro que hay caminos intermedios; lo que también es seguro es que las personas que están participando de esta edición de Bherria están conectadas con el movimiento, la investigación, como decía una vez alguien que conocí “el insistencialismo”. ¿Cómo lo veis? ¿En qué terreno os movéis mejor? ¿Cuál os atrapa? ¿Qué hemos intentado? ¿Funcionó? ¿En quién podemos apoyarnos? ¿Dónde probaron a hacer algo diferente?

Entornos colaborativos y estructura

Han pasado ya muchos años. En el contexto de una formación sobre comunicación y escucha con uno de mis maestros; Jesús Hernández Aristu. Habíamos realizado un pequeño ejercicio por parejas. Elegíamos un papel y sin hablar y utilizando los dedos para expandir diferentes pinturas, creábamos una obra de arte compartida.

txoria by gallas
txoria by gallas

Tras el proceso más creativo fuimos hablando sobre las diferentes resultados siempre desde la perspectiva de que lo que allí encontrábamos definido era un diálogo. Hubo gente que hizo hincapié en los colores, otros en el proceso, había quién completaba dibujos inacabados de su pareja, quién respetaba escrupulosamente lo del otro,…

Hubo uno en el que nos detuvimos un poco más. Una de las personas había dividido con una línea roja en dos partes iguales la cartulina. La imagen sugería división y desencuentro si no fuera porque a lo largo de la “frontera” habían ido construyendo dibujos casi simétricos y reconvirtiendo a la línea en un rio lleno de meandros.

Jesús nos ayudo a reflexionar sobre lo que había ocurrido en el dibujo. No puedo rescatar las ideas concretas pero si el poso convertido en aprendizaje. Algo así como que la definición de nuestros lugares, (cada uno el suyo) son un camino excelente hacia el encuentro y la creación común.

Hace unos días le explicaba a mi hija algo parecido. Le decía que iba a dibujar una línea roja y no iba a poder pasarla. Ella se sintió al otro lugar de una pared. Cuando se lo explique (si, suena raro estas metáforas usadas con una niña de 5 años pero este es el padre que tiene) comencé diciendo que para mí las líneas rojas no significaban “no querer estar con ella” sino poner encima de la mesa lo que yo necesito para estar mejor. Le estaba dibujando un mapa (el mío claro) para compartirlo y encontrarnos mejor.

harriak by gallas
harriak by gallas

Hablaba en otras profundidades con otra persona sobre la necesidad de diferenciarnos. “Yo aquí y tu allí”, “Esto es mío y eso tuyo”, “Este es mi lugar”,… Son frases que resonarán en algunos estómagos y en otros no. En el mío con muchísima fuerza.

Cuando pienso en organizaciones y recuerdo alguna propuesta de “trabajo colaborativo extremo” como las que últimamente provoca Julen Iturbe en su excelente blog, sale desde mis entrañas esta necesidad de definición de lugares, roles, funciones,… Solo así, desde la claridad que otorgan ciertas escalas y distribuciones (incluso físicas en el espacio) me puedo lanzar a la aventura de la transversalidad y la gestión de lo significativo. (Por cierto precioso post de Fernando sobre el efecto de los afectos). Para mi construir el nosotros tiene que ver mucho con construir el yo.

Quizás es que provengo de lugares con cierta necesidad de estructura y las provocaciones se dirigen a realidades más rígidas y rectilíneas y necesitadas de flexibilidad y curvas.

Por cierto a Jesús Hernández Aristu lo encontrais en www.gingko.es y también en universidad publica de navarra.