Llega este momento de final de año donde suspendemos las marchas y dedicamos un tiempo para mirar lo anterior y esbozar lo posterior. Parar es seguramente la mejor de las recomendaciones. Como dejar de hablar en un monte, quitarte los auriculares junto al mar, cerrar los ojos ante el sol…
Hace un año nos deseaba la capacidad de “cultivar decisiones”. Dejar de centrarnos en nuestra dudosa capacidad para discernir desde la fantasía del libre albedrío e invertir nuestra energía en la construcción de rutinas y ecosistemas más saludables y felices. He tenido la intención de hacer balance pero se podría resumir en algo así como: “funcionó mientras me dejaron”. Este último trimestre ha sido, una vez más, demasiado intenso. Quizás no preparé bien el terreno ni elegí las mejores semillas. Quizás solo ha sido otra oportunidad para rendirnos y aprender.
¿Cuánto de lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida acaba siendo realmente nuestro? Leía una novela hace unos días donde una de las protagonistas sufría de una suerte de amnesia a partir de un accidente. Esta peculiaridad le impedía reconocer a las personas, asentar afectos, enamorarse… Tenía cuadernos donde dibujaba, escribía y pegaba fotografías para atrapar los eventos importantes. Cuando quería situarse volvía al cuaderno donde tenía recogida la información. Me acordé de la película “Memento” y de aquellos tatuajes que servían de bitácora y hoja de ruta. Me hizo mucho sentido llevarlo a la piel y al cuerpo.
En este tiempo de bustos parlantes, encuentros desde la distancia y afecto por los codos, contactar, abrazar y besar se convierten en actos proscritos. Quienes nos acercamos a la realidad primero con los dedos, las manos, brazos y labios andamos nostálgicos.
No sabemos cuánto de lo que nos toca acaba siendo nuestro. Sobre lo que no nos toca ni tocamos menos sabemos aún.
Para este 2022 nos deseo RECORDAR. Volver a pasar por el corazón buscando introspección. Como cuando pensábamos que las ideas, las reflexiones y las emociones tenían origen en el centro de nuestros cuerpos, junto al diafragma y no tanto en el cerebro. Situarlo todo en el interior de mi cuerpo y no en una de sus extremidades, la cabeza, me ayuda a pensar en los lugares sagrados, en las casas donde entramos y nos descalzamos. Todas las ideas, las emociones y las experiencias tienen lugar y de alguna forma están invitadas a reposar, respirar, reducir estridencias y a dejar el poso más sabio, el que nos permita seguir siendo conscientes y habitar la realidad.
2022rako, BERRIRO PASATU BIHOTZETIK opa dizuet. Introspekzio bila. Ideiak, gogoetak eta emozioak gure gorputzaren erdian, diafragmarekin batera, eta ez hainbeste burmuinean, sortzen zirela uste genuenean bezala. Dena nire gorputzaren barruan kokatzeak (eta ez haren gorputz-adarretako batean edota buruan) leku sakratuetan pentsatzen laguntzen dit; sartzen eta oinutstzen garen etxeetan. Ideia, emozio eta esperientzia guztiak lekua dute, eta nolabait gonbidatuta daude atseden hartzera, arnastera, zaratak murriztera eta aztarnarik jakintsuena uztera, kontzienteak izaten eta errealitatean bizitzen jarraitzeko aukera emango diguna.
Recuperar el cuerpo y las sensaciones sentidas para atrapar lo que no queremos que se escape. Confiarnos más a las huellas en nuestra piel y a los contactos. RECORDAR 2022.
Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe. Esta vez me quiere recordar que para tener un torso como el que me dibuja me lo tengo que trabajar mucho, mucho 😀
Este verano he dejado de escribir 10 posts y he dejado de fotografiar 20 imágenes.
No escribo, no fotografío y esto no significa que no capture imágenes ni que deje de contarmelas. Creo que todo comenzó en el instituto. Escribía en los billetes de tren, en los papeles que solía utilizar para no mojar mis cuadernos con el sudor de mis manos, en las partes traseras de cualquier documento que hubiera cumplido ya su función… Y escribía para atrapar lo que escuchaba y veía. Para comprender y comprenderme. No sé qué fue antes, la escritura o la necesidad de poner palabras a invisibles no importantes, la complejidad o mi necesidad de profundizar. Aprendía que cuando uno quiere hablar de estas cosas mejor le conviene escribir.
Todo esto para explicar que aunque no escribo en este blog sigo acercándome a los momentos como aquella imagen de Neo esquivando las balas en Matrix, sacando fotografías en sus 360 grados o al menos con esa fantasía.
Quise escribir y no lo hice sobre las trabacaciones. Ya está todo dicho. Quizás necesitaba contarme sobre el lujo de salir tanto tiempo de casa y seguir trabajando desde «el palacio de verano». Sobre las tensiones del trabajo en red y conciliar producción colaborativa con calendarios y situaciones tan diferentes. Sobre abrir proyectos cuando cierras curso. Sobre cómo conecto, hasta con placer, con la tarea cuándo esta se puede dar con otro ritmo y profundidad.
Quise escribir y no lo hice sobre la diferencia entre ser veraneante y turista. Recordaba a aquella pareja de vecinos de verano con su periquito que volvían año tras año a nuestro barrio. Volver al mismo lugar. Comparar las fotografías año tras año y ver que los entornos cambian más despacio que los humanos. Es lo más parecido a ese marco de la puerta donde están las alturas, nombres y fechas de los nietos y nietas en casa del aitzitze y amama.
Han pasado ya varios meses desde que mi amigo y maestro Manel Muntada me recomendó este libro. Como otros que también ha tenido la generosidad y complicidad de compartir ha sido una de las lecturas más importantes en el ultimo tiempo. Es un viaje de comprensión desde las debilidades humanas hasta las actitudes de expulsión de los distinto.
“Las emociones lo invaden todo y se convierten así, en sí mismas, en un problema que cierra el paso al trabajo constructivo” (p. 26)
“La confianza de la que aquí hablo es la disposición a exponerse, a permitir que nuestro propio futuro esté depositado en manos de nuestros conciudadanos” (p. 30)
“Los problemas de nuestra época -económicos, sociales, de seguridad- son complejos y no admiten soluciones fáciles”. (p.33)
“Pensar cuesta; es mucho más fácil temer y culpar” (p. 33)
“El hablante filosófico es humilde y se expone: su postura es transparente y, por lo tanto, vulnerable ante las críticas” (p. 34)
“No podemos excusarnos de responsabilidades diciendo de nuestro propio odio o de nuestro miedo excesivo cosas como, “lo siento, pero es que las personas somos así”. No, no hay nada inevitable ni “natural” en el odio racial, en el miedo a los inmigrantes, en el deseo de subyugar a las mujeres o en la repulsión que a algunos les producen los cuerpos de las personas con discapacidades. Esto lo hemos hecho nosotros, todos nosotros, y nosotros podemos (y debemos) deshacerlo”. (p. 36)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“El Amor que él (Martin Luther King Jr) pedía era una combinación de buena voluntad, esperanza y respeto por la humanidad de los otros: tratemos a las personas como seres que escucharán y pensarán, y que puede que, finalmente, se unan a nosotros en la construcción de algo hermoso” (p. 38)
“Lo que nos infunde un pavor aún mayor (o incluso odio) es nuestro propio desamparo” (p. 41)
“Nosotros no nacemos preparados para afrontar el mundo, (Y en cierto sentido crucial, jamás llegamos a estarlo realmente.) Blandos y vulnerables hasta el extremo, nos quedamos ahí indefensos, esperando a que otros nos procuren lo que necesitamos: alimento, acomodo y consuelo.” (p. 42)
“Así pues, las emociones no son simples e impensadas descargas de energía: se centran en lo externo, en el mundo, y valoran objetos y hechos de ese mundo. Normalmente muestran nuestra vulnerabilidad animal, nuestra dependencia y nuestra vinculación con cosas que están fuera de nosotros y que no controlamos por completo”. (p. 46)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“El miedo no solo es la emoción más temprana en la vida humana, sino también la más ampliamente compartida con el resto del reino animal”. (p. 47)
“El miedo no es solo primitivo, sino también asocial” (p. 51)
“Son demasiadas las ocasiones en las que no nos paramos a pensar en lo que nuestras palabras y acciones significan para la vida interior de otras personas”. (p. 55)
“Aquel mundo de preocupación narcisista en el que dio inicio nuestra vida fuera del seno materno vuelve a manifestarse en momentos de necesidad y miedo, y pone en peligro nuestro vacilante avance hacia la madurez moral y la ciudadanía constructiva” (p. 56)
“En este complejo mundo nuestro, sin embargo, no podemos fiarnos del instinto, tenemos que pensar y nos conviene pensar bien. Necesitamos tener un concepto de nuestro bienestar y de qué (y quién) lo amenaza” (p. 68)
“Lucrecio decía que las guerras de conquista son causadas muy a menudo por una sensación de impotencia y de vulnerabilidad elemental, que es la que da pie a pensar que uno estará más seguro si aniquila toda oposición” (p. 71)
“Hasta cierto punto, cada uno de esos miedos es racional y útil; sin embargo, cada uno de ellos puede también descontrolarse y hacer que la reflexión sensata y la cooperación resulten imposibles” (p. 75)
“Si un temor está bien fundado y es equilibrado, pero, aun así, se corre el riesgo de que la gente ignore el problema y no actúe al respecto, puede estar justificada cierta exageración del peligro, como cuando un político que trata de conseguir que la población evacúe una zona de potencial catástrofe llama “tempestad monstruosa” a un huracán que se avecina sobre el lugar. Pero hasta esa exageración justificada no debe manejarse más que desde la más exquisita cautela”. (p. 85)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“Winnicott, (…) creía que las personas podían alcanzar una “interdependencia madura” si contaban con un “ambiente facilitador”, y pensaba que tal ambiente se conseguía a menudo”. (p. 85)
“El miedo siempre está ahí, hirviendo a fuego lento bajo la superficie de la preocupación moral por los otros, y amenaza con desestabilizar la democracia, ya que la democracia requiere de todos nosotros que limitemos el narcisismo y adoptemos la reciprocidad”. (p. 86)
“Si no estuviéramos tan incapacitados, simplemente buscaríamos y conseguiríamos lo que necesitamos, pero, como inicialmente somos tan indefensos, tenemos que depender de otros. No siempre nos dan lo que necesitamos, así que, en cuanto podemos identificar al “culpable”, descargamos nuestra frustración en él, culpándolo. Esa culpabilización nos proporciona una estrategia: a partir de ahora, impondré mi voluntad poniéndome rabioso y haciendo ruido. Pero también expresa una imagen subyacente del mundo: el mundo debería darnos lo que exigimos. Cuándo las personas no nos lo dan, son malas”. (p. 97)
“Por una parte, me siento indefenso y al universo no le importo. Por otra parte, soy una monarca y debo de importarles a todos”. (p. 97)
“La de que el dolor se cura con dolor es una idea fácil: hasta los bebes la tienen, pero en realidad es una tentación falsa que crea más dolor en lugar de solucionar el problema”. (p. 101)
“Pensar que todo hecho malo es culpa de alguien es algo que satisface nuestro ego y que, en cierto sentido profundo, nos resulta reconfortante. El acto de atribuir culpas y de perseguir al “malo” nos procura un hondo consuelo. Hace que sintamos capacidad de control en vez de impotencia”. (p. 108)
“Nuestra predilección por un universo en orden convierte en muy tentadoras para nosotros esas simples soluciones ficticias. Las verdades complejas son difíciles de asimilar para nuestras mentes: nos resulta mucho más fácil incinerar a la bruja que mantener la esperanza en un mundo que no está hecho para el deleite humano”. (p. 110)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“Cuando los problemas son complejos y sus causas no se conocen bien -como suele ocurrir con los problemas económicos-, el miedo tiende a llevarnos a asignar la culpa de los mismos a individuos o a grupos y, a partir de ahí, a emprender auténticas cazas de brujas, en lugar de detenernos un momento y tratar de comprender mejor las cosas”. (p. 112)
“La aceptación de la parte de protesta y denuncia que hay en la ira, pero rechazando su aspecto vengativo”. (p. 116)
“El asco, según concluyen los investigadores, implica pensar que el objeto es un contaminante, algo perjudicial si se ingiere o quizá solo con tocarlo. La boca es un límite que tiene especial carga emocional”. (p. 129)
“Los niños pequeños aprende con demasiada frecuencia a calmar sus temores no pensando racionalmente en cómo protegerse del hambre, las enfermedades y otros peligros de la vida, sino -animados por los relatos que les cuentan- echando la culpa de todo a una figura fea, deforme, bestial: un ogro o una bruja, cuando no un animal parlante” (p. 136)
“El asco proyectivo es precisamente “proyectivo” porque aleja aquellas propiedades que provocan asco del yo al que le repugnan y las envía a otras personas, proyectándolas sobre ellas, diciendo “son unos apestosos y unas bestias”” (p. 137)
“El asco se alimenta de las ideas fantasiosas sobre los otros, y compartir vida común es el mejor modo de que esas fantasías salten por los aires” (p. 151)
“la mayoría de las personas que participan en manifestaciones de odio (e incluso en delitos de odio) no son gente que haya estado comprometida de por vida con semejantes movilizaciones; son personas que tanto podían haber seguido ese camino como otro distinto y que pueden “radicalizarse” por la presencia de ciertas señales de permiso y aprobación de esos comportamientos y actitudes” (p. 157)
“Cuándo las personas se sienten muy inseguras, arremeten contra los vulnerables y los culpan de sus problemas convertirlos en chivos expiatorios” (p. 157)
“La crítica siempre es legítima, pero la envidia no es simplemente una crítica, puesto que es más bien una hostilidad destructiva”. (p. 169)
“La envidia nace de la inseguridad. Así pues, el miedo está en el origen de la envidia: el miedo de no tener lo que uno necesita desesperadamente tener. Si fuéramos seres completos, no necesitaríamos nada y, por lo tanto, no podríamos sentir envidia. Y si, aun siendo incompletos, tuviéramos confianza en nuestra capacidad de conseguir lo que nos haga falta, entonces el hecho de que otros tengan cosas buenas no representaría ningún problema emocional para nosotros. Por consiguiente, no se puede entender el poder de la envidia sin tener en cuenta la inseguridad y el desvalimiento” (p. 167)
“Las comunidades políticas pueden hacer también mucho por convertir la envidia en un problema mucho menos perturbador. Pueden cultivar en las personas una confianza segura tanto en sí mismas como en su posibilidad de acceso a las cosas buenas de la vida; pueden minimizar aquellas ocasiones en las que el estímulo de envidiar se hace inusualmente intenso, y pueden facilitar a las personas alternativas constructivas que impliquen generosidad y amor a los demás “ (p. 173)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“Supongamos que una persona, o un grupo político, escoge la senda de la rivalidad competitiva para alcanzar la gloria. En ese caso, probablemente parecerá mejor opción no contar con ideales firmes ni con compromisos morales profundos, pues tal vez sea más prudente cambiar de rumbo en función de la dirección del viento dominante” (p. 180)
“La competencia no tiene por qué llevarnos a sacrificar la virtud, pero siempre introduce tentaciones, como las de difamar, decir medias verdades o, sobre todo, entregarse al narcisismo o faltar el respeto a otras personas”. (p. 181)
“Una de las razones por las que vemos tanta envidia es porque las personas no se sienten seguras en lo que a la base económica de sus vidas respecta” (p. 191)
“Los sexistas no debían de estar muy seguros de sus propias apreciaciones sobre la inhabilidad femenina cuando se esforzaban tanto por impedir que las mujeres hicieran cosas que, según sus propias teorías, ellas eran incapaces de hacer”. (p. 202)
“La misoginia suele agitar algún que otro tópico sexista en su defensa, pero su esencia no es básicamente otra que la protección de unos privilegios anclados en el pasado: nos gustan las cosas así y no vamos a permitir que cambien”. (p. 205)
“El resentimiento, para Nietzsche, es la emoción de envidia que sienten los impotentes ante los poderosos, pero es una emoción que suscita una especial creatividad, pues empuja a quienes no tienen poder a inventar un universo alternativo en el que ellos son los poderosos y sus competidores son patéticos”. (p. 221)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“La esperanza (…) se parece más a un “síndrome” que a una mera actitud o emoción: incluye pensamiento, imaginaciones, preparaciones para actuar, incluso acciones propiamente dichas” (p. 235)
“La esperanza comporta una visión imaginativa del positivo mundo que podría seguir a ese posible resultado bueno, y entraña también (no siempre, pero sí a menudo) acciones relacionadas con la posibilidad de llegar a ese mundo” (p. 235)
“El utopismo es un precursor de la desesperanza; por ello, la fe y la esperanza necesitan encontrar belleza en lo cercano”. (p. 245)
“Al sentir que las consideraban capaces de hacer cosas buenas, las personas solìan esforzarse por no defraudar esa expectativa” (p. 248)
“Pero superar el miedo y la sospecha para avanzar en el sentido de una cooperación real nunca ha sido fácil y las artes ofrecen puentes que nos ayudan a ver la diversidad humana como algo gozoso, cómico, trágico, encantador, y no como un destino horrible que haya que evitar”. (p. 257)
Continuo compartiendo algunas citas que he ido recogiendo en los últimos años en relación al diálogo cuando todo apunta a su imposibilidad. En esta ocasión un texto de Antoni Gútierrez-Rubí que me pareció muy sugerente por rescatar y el lugar de las emociones en política.
“La mayoría de la ciudadanía europea presenta un sesgo reaccionario por nostalgia del mundo anterior. La nostalgia es un sentimiento que se dispara con el miedo, la ansiedad y el malhumor” (p.15)
“Ignorar los sentimientos es grave. Sobreexcitarlos para su utilización política es peligroso. La historia da fe de ello” (p.18)
“Gestionar las emociones políticas” (2019) Gutiérrez-Rubí, Antoni
“Políticos rancios y previsibles, obsesionados por tener la razón, asisten -incrédulos y con estupor- a derrotas frente a rivales que han hecho de la simplicidad, del radicalismo y de la claridad sus bazas electorales. Y viene de lejos” (p.18)
Sobre cómo George W. Bush ganó las elecciones “la gente, intuitivamente, pensaba que él era como ellos”. “Establecía ese tipo de conexión”. “Reaccionaba como yo reaccionaría. Era un tipo emocional”. (p.22)
“Los partidistas ignoran o rechazan la información que no concuerda con su adhesiones de partido. A veces, la política de la emoción se parece a la religión”. (p.24)
“Los partidos llenan de corazones de colores sus lemas y gráficas, al mismo tiempo que se lanzan hielos que hielan el alma hasta el ser menos sensible” (p.27)
“Sabemos también que las decisiones “libres” que tomamos en nuestra vida cotidiana tienen que ver un 80% con la información subconsciente. (…) La zona consciente de nuestro cerebro es muy pequeña y la experiencia vital que determina nuestras decisiones es muy vulnerable a nuestros prejuicios” (p.39)
“Gestionar las emociones políticas” (2019) Gutiérrez-Rubí, Antoni
“La única posibilidad real de conseguir una comunicación política efectiva es la conexión emocional. Hasta que no se conecta, uno no se pone en la piel de los otros” (p.46)
“Si me preguntasen qué tipo de asesores debería tener un líder político contemporáneo, independientemente de su orientación política, les propondría un poeta, un neuroquímico, un artista plástico”. (p.47)
“Las personas prefieren caras que les transmitan la impresión de que son importantes” (p.66)
““Cuanto peor, mejor” es el núcleo psicológico y cultural de los pensamientos autoritarios, que ceban el desánimo y la desazón, para canalizarla como rabia agresiva… y amenazante”. (p.67)
“Estamos en un momento altamente voluble e incierto. Entender las emociones profundas, comprender los miedos, atender las sensibilidades. No hay otro camino si se quiere que la política democrática pueda canalizar los humores sociales en objetivos políticos” ““Cuanto peor, mejor” es el núcleo psicológico y cultural de los pensamientos autoritarios, que ceban el desánimo y la desazón, para canalizarla como rabia agresiva… y amenazante”. (p.75)
“La relación entre el bien abundante (la información) y el bien escaso (el tiempo para procesarla) está provocando que las reacciones desplacen a las reflexiones en nuestros procesos cognitivos” (p.77)
“La economía de la atención está transformando también la democracia en una política de la atención, Pero no la que pudiera atender los problemas, sino la que se acelera para, precisamente, abordarlos de manera táctica, superficial, rápida y epidérmica” (p.81)
“El insulto es, también, un síntoma de cobardía. Es tan cobarde como barato. No tiene casi nunca costes reales (solo éticos o estéticos) y cohesiona a las tropas enardecidas catalizando su agresividad hacia la ofensa o la humillación del rival, reducido únicamente ya a un enemigo a destruir” (p.97)
“Gestionar las emociones políticas” (2019) Gutiérrez-Rubí, Antoni
Estos días he retomado algunas lecturas sobre la gestión del conflicto y las estrategias que disuelven violencias verbales en forma de agresión, rumores… Necesito comprender el fenómeno y dar con algunas claves que nos permitan traer encuentro y diálogo ante la amenaza del anti-diálogo y la negación del otro «diferente». He compartido este fin de semana algunas citas buscando llevar también a las RRSS algo de esta reflexión. Hay varios libros que para mi han sido, y están siendo, importantes en esta búsqueda y me propongo ir compartiendo algunas citas para contribuir solo un poco a hacer más grande el espacio donde pensar antes de volver a hablar.
Comienzo por el trabajo de Marcia Tiburi en su libro «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» que ha editado Akal y que podéis comprar en su web.
Tiburi nació en Brasil en 1970 y es filósofa, artista plástica, crítica literaria y escritora. No esperéis un manual, es un ejercicio de reflexión valiente y explorador muy inspirador desde mi punto de vista.
“Preguntar sobre el estado de la experiencia afectiva del odio en lo más íntimo de nosotros puede ser un buen comienzo para librarnos de él” (p.36)
“El diálogo no surge sin esfuerzo. Un esfuerzo que, de tan complejo. equivale al método. Qué, de tan potente, equivale a la transformación social en su nivel más estructurador”. (p.17)
“El diálogo es una práctica de noviolencia. La violencia surge cuando el diálogo no entra en escena”. (p.19)
“El otro, como ser negado, sustenta al fascista en sus certezas. El círculo es vicioso. La función de la certeza es negar al otro. Negar al otro es una prácticas totalmente tergiversada que lleva a la producción de verdades cuyo fin es la negación del otro” (p.20)
“El sujeto fascista usa el afecto destructivo del odio para cortar lazos potenciales, al mismo tiempo que sustenta, por el odio, la sumisión del otro. Como personalidad autoritaria, lucha contra el amor y en placer en general. Un fascista no abraza, no recibe” (p.20)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“La cuestión es también pensar el acto político como acto lingüístico (ya que todo acto lingüístico es político) y preguntar lo que estamos haciendo al decirnos algo unos a otros” (p.21)
“¿Cómo se manipula el odio? Es muy simple. Por un proceso de pequeñas intrigas y de fomentar la intolerancia a la diferencia. Quien siente odio, antes sintió miedo y antes sintió envidia. Temer se vuelve un verbo intransitivo. Así como envidiar. En la cultura de la envidia y del miedo no es preciso saber por qué se envidia y se teme” (p.26)
“El motivo por el que amamos es inversamente proporcional al que nos hace odiar. En el primer caso construimos; en el segundo, destruimos” (p.26)
“Pensamos que el odio es siempre algo del otro, y ése es un engaño en el que cae quien nunca imaginó que es el otro de un otro” (p.35)
“Preguntar sobre el estado de la experiencia afectiva del odio en lo más íntimo de nosotros puede ser un buen comienzo para librarnos de él”. (p.36)
“El otro nunca está dado, siempre es pensado. Siempre es, en cierto modo, construido, más aún, es materializado, performatizado (…) El autoritarismo inventa al otro para poder destruirlo”. (p.40)
“La complejidad del acto de escuchar radica en qué, a través de la escucha, entró en otros procesos de conocimiento. Me torno otra persona”. (p.47)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“Quién lucha por derechos, sabe que conversar con personalidades rígidas, endurecidas es imposible. El diálogo, a pesar de ello, precisaría transformarse en metodología” (p.47)
“Las personas podrían investigar la formación de la propia subjetividad preguntándose cómo se convirtieron en quienes son (…) Se trata de una pregunta ética, una pregunta que, tomada en serio, contribuye a la producción política e impide la antipolítica” (p.51)
“Distorsionar, en este caso, es adecuar lo que sucedió de hecho, o lo que podría haber sucedido, a una interpretación útil a algún interés emocional, material o conceptual. No hay discurso pronunciado sin la consecuencia de sus efectos” (p.57)
“Lo que llamamos discurso , diferente del diálogo, siempre tiene algo de acabado, de prefabricado. En realidad, quien piensa que hace un discurso, siempre es hecho por éste. Somos construidos por lo que decimos”. (p.60)
“Actuamos en nombre de los que pensamos. Pero muchas veces no entendemos muy bien nuestros propios pensamientos, pues somos víctimas de pensamientos cerrados. (…) El cuestionamiento es una práctica, pero también una cualidad del conocimiento. Es la virtud del conocimiento. (…) La comprensión nunca es total, del mismo modo que la expresión de los que se quiere decir nunca es perfecta” (p.68)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“La postura del neofundamentalista es siempre deshonesta. No importa si cree o no en lo que dice. Está a la busca de efectos y causando efectos, para tener resultados en forma de beneficios: dinero, audiencia, votos; en última instancia, poder”. (p.76)
“La agresividad verbal es una forma conocida de violencia simbólica. Murmurar y difamar también forman parte de esa violencia que se hace con palabras y actos de habla, pero en una escala que no parece tan peligrosa en la mayor parte de los casos. Hablar es hacer, pero pensamos poco en este hecho”. (p.77)
“Que el acosador no sea capaz de ver en el otro a un sujeto, el verlo como un objeto, no elimina la responsabilidad de cualquiera de sus actos, pero explica el contexto en el que, de algún modo, la gran mayoría no se plantea para sí la cuestión del otro”. (p.104)
“El otro siempre nos exige demasiado: amenaza nuestras certezas y también nuestras dudas, nos pone en jaque cognitivo o afectivo, es decir, nos amenaza en relación con lo que sabemos y con lo que sentimos. (…) Ahora bien, todo gesto inteligente es , en primer lugar, el de un esfuerzo” (p.139)
“El desafío es conversar con quien tiene miedo de conversar. Con quien está a la defensiva. Con quien piensa que ya entendió todo. Esto es más complicado. (…) Se trata de buscar el diálogo en el escenario de esa impotencia” (p.143)
“No es exagerado pensar que tras el acto de definir está el intento de dominar lo que es extraño y, así, transformarlo en algo familiar, eliminar o controlar su extrañeza. (…) definir al extraño que es siempre un otro, como si este otro cupiese dentro de una categoría conocida y propia. Continuamos mirando con los ojos de Colón cuando identificamos lo desconocido con lo conocido, lo complejo con lo simple, lo otro con lo mismo”. (p.145)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“La distancia entre la cosa y el punto de vista normalmente se olvida o no es tenida en consideración por el “punto de vista”, que sólo es punto de vista por su propia posición en un sistema en que se disputa la “verdad””. (p.155)
Hace un par de días publique un mensaje en Twitter: “Sacar tiempo para escribir”
Una frase espontánea multiplicada cinco veces y que cuenta lo que quería y lo que no.
El ejercicio se parece a cuando cuento mi batalla con el peso. Se trataba, y se trata, de mostrar mi compromiso de manera pública. Un ritual, otro más. En este pido a los dioses y las diosas de mi ecosistema tuitero seguimiento a lo expresado de manera pública. Doy permiso a seguir el hilo, a cuestionarme y preguntarme: “¿Qué hay de lo que escribiste hace unos días?”
Y por lo tanto hemos conversado. He recibido un mensaje al procastinador. Hago acuse de recibo y lo matizo. Cualquier hilván puede valernos a quienes decidimos retomar la rutina de escritura.
Revisando mis posts sin terminar hay dos que hablan de una situación similar. Parece un tema recurrente y por lo tanto del que ya puedo presumir cierto conocimiento. Vamos a intentar desgranar la situación, comprenderla, en un primer momento. No busco justificar, quiero comprender (me). Creo que me puede ayudar a seguir dando algún paso. Allá voy:
No creo que la sabiduría detrás del Tetralemma hubiera contemplado desde ninguna de sus posiciones que alguien lo utilizara como árbol de navidad. Un guiño de irreverencia desde un hombre que, a veces, peca de lealtad ciega a las estructuras tal y como las atrapó la primera vez.
Escucho que os habéis vestido de rojo impacientes por despedir el 2020. En algunas casas van a cambiar las uvas y el cava por chupitos de vacuna.
A mí, a nosotros, este año nos ha encontrado en el aire. Estábamos saltando. Hemos sentido bien el temblor de tierra. La altura no nos ha hecho insensibles. Los dolores y frustraciones también afectan a tres palmos del suelo. Pero estábamos arriba, sostenidos por todo lo vivido en 2019.
Me vais a perdonar, desde este lugar, y seguramente por la distancia, le he cogido un poco de cariño a este año que se nos va.
Entré en el año con una conversación que me ha acompañado los doce meses. “Imagínate que así como vivas este próximo año será como lo hagas en los siguientes diez”. ¿Lo habéis pensado alguna vez?. La presión en cada decisión suficientemente importante se antojaba elegante.
De pronto, hacia mediados de Marzo, pareció que el margen para decidir se reducía considerablemente. Lo primero que pensé, en relación a la pregunta, fue: “Comenzará a contar cuando se acabe la pandemia”. (Os imagináis que sonrío mientras escribo ¿verdad?)
Y hubo un viaje al ritmo y propuesta del árbol de esta postal. Del dilema entre dos posibilidades que parecían opuestas, a la integración. Desde ahí, a plantearnos la posibilidad de algo totalmente diferente y, por último, a invitarnos a aprender sobre nosotros en relación a esta situación.
En esta urgencia por cambiar de año, prefiero permanecer solo unos segundos más en el aire.
Este año hemos sido más conscientes que nunca de los límites de modificar los presentes y futuros. Hemos cursado tercero de incertidumbre y entrenado los músculos necesarios para hacer palanca en los potenciales. Yo no quiero volver a las fantasías de omnipotencia. Necesito seguir bailando en parte esta música.
Este año que viene también será corto e intenso. Este año me regalo y os regalo, como pequeño tatuaje recordatorio, este “Cultivar decisiones”.
Llamamos decisión a ese momento donde damos el paso necesario para continuar o cambiar. Es mágico y necesario. Ocurre que seguimos reforzando esa imagen épica, personal, consciente y racional del acto final.
Este año quiero seguir siendo más consciente de todo lo que está antes y después. De lo invisible, lo que permanece, las afecciones mutuas, las estructuras que condicionan, las pequeñas decisiones anteriores que construyen contextos para las siguientes, los libros que leo, las series que elegimos, las conversaciones que busco y eludo, los proyectos profesionales en los que enrolarme … Este año quiero seguir cultivando decisiones. Os deseo cultivar decisiones.
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Erabakiak landatzen
Ez dut uste Tetralemma-ren atzeko jakinduriak inoiz imajinatuko ikusko zukeenik bere edukiak gabonetako zuhaitz gisa erabiltzea. Inozokeriazko keinu bat baino ez da, batzuetan egiturei leialtasun itsua eman dien gizon batengandik, lehen aldian harrapatu zituen bezala.
Gorriz jantzi zaretela entzun dut, 2020ari agur esateko irrikaz. Etxe batzuetan mahatsa eta cava txertoaren txupitoekin aldatuko dituzte
Ni, gu, aurten airean aurkitu gaitu. Saltoka ari ginen. Ondo sentitu dugu lurrikara. Altuerak ez gaitu sentibera bihurtu. Oinazeek eta frustrazioek lurraren hiru ahurretan ere eragiten dute. Baina goian geunden, 2019an bizi izandako guztiari eutsita.
Barkatuko didazue… Leku horretatik , eta segur aski distantziagatik, maitasun pixka bat hartu diot alde egin duen urte honi.
Hamabi hilabeteak lagun batekin izan nuen elkarrizketaren eskutik sartu nintzen urtean. «Pentsa, datorren urtean bizi zaren bezala, hurrengo hamarretan ere hala izango dela». Pentsatu al duzue inoiz? Erabaki bakoitzaren presioa dotorea iruditzen zait.
Bat-batean, Martxoaren erdi aldera, erabakitzeko tartea nabarmen murriztu zela ematen zuen. Galdera horri buruz pentsatu nuen lehenengo gauza zera izan zen: «Pandemia amaitzerakoan hasiko da kontatzen”. (Idazten dudan bitartean nire irribarrea imajinatzen duzue, ezta?).
Eta postal honetako zuhaitzaren erritmora eta proposamenera bidaia egin genuen. Integrazioaren aurkakoak ziruditen bi aukeren arteko dilema. Hortik, guztiz desberdina den zerbaiten aukera planteatzera, eta, azkenik, egoera horri dagokionez guri buruz ikastera gonbidatzera.
Urtez aldatzeko premia honetan, nahiago dut segundo batzutan airean egon.
Aurten inoiz baino kontzienteago izan gara gaur egungoak eta etorkizunekoak aldatzeko dugun gaitasunaren mugez. Ziurgabetasunaren hirugarren maila osatu dugu eta potentzialetan palanka egiteko behar diren giharrak entrenatu ditugu. Nik ez dut ahalguztidunaren fantasietara itzuli nahi. Musika hau dantzatzen jarraitu behar dut.
Datorren urtea ere laburra eta bizia izango da. Aurtengo oparia, niretzat eta zuentzat,”Erabakiak landatu” hau, gogoratzeko tatuaje txiki gisa egina.
Jarraitzeko edo aldatzeko beharrezko urratsa ematen dugun une horri erabakia esaten diogu. Magikoa eta beharrezkoa da. Gertatzen da azken ekitaldiaren irudi epiko, pertsonal, kontziente eta arrazional hori indartzen jarraitzen dugula.
Aurten, lehen eta gero dagoen guztiaren jakitun izaten jarraitu nahi dut. Ikusezinetik, irauten duenetik, elkarrekiko afekzioetatik, baldintzatzen dituzten egituretatik, hurrengoetarako testuinguruak eraikitzen dituzten aurreko erabaki txikietatik, irakurtzen ditudan liburuetatik, aukeratzen ditugun sailetatik, bilatzen eta lortzen ditudan elkarrizketetatik, biltzen nauten proiektu profesionaletatik konszienteago izanez, aurtengo erabakiak landatzen jarraitu nahi dut. Zuentzako ere desio berbera: erabakiak landatzearena.
Acabo de terminar “El año del mono” de Patti Smith. Hace unas semanas cansado de libros de ensayo busqué algo a medio terminar en mi biblioteca de biografías y pasé unos días con Viv Albertine y las bandas de Rock y Punk de los 80 londinenses. Después de este frescor buscaba continuar surfeando y busque biografías relacionadas con la música y escritas por mujeres. “Eramos unos niños” me llevó a la creación, la experimentación, el deseo y la impostura como el paso artificial a otra naturaleza. Así llegue a los brazos de la Smith.
He empezado a escribir ya en mi cabeza un post que hable de mi relación con los libros. No sé si resistiré hasta el final de este post sin spoilers, es muy factible que al terminar este texto ya no sea tan necesario escribir otro más. Comparto mis lecturas en Instagram a través de este hashtag #korapilatzenLIB y en un álbum de Pinterest. Es extraño este exhibicionismo, será que me estoy quitando de otras maneras de mostrarme.
Patti Smith dialoga con un rótulo luminoso a lo largo de este último libro. Me parece una buena elección. Estoy seguro que detrás de muchos rótulos hay más vida y perspectiva que detrás de algunas personas. Reconozco que me ha costado seguir el hilo y de pronto esto es lo que rescato con más valor de su propuesta. Escribe la poeta:
«A menudo nos planteábamos por qué los escritores, en un afán de producir lo inclasificable, acostumbran verse obligados a poner una etiqueta que identifique una obra con la ficción o la no ficción. A ambos nos motivaba la perspectiva de escribir un libro de facetas tan únicas que uno no se sintiera presionado a distinguir una cosa de la otra»
Me ha hipnotizado su manera de unir las palabras, las ideas, las vivencias, descripciones y proyecciones. Todo mezclado. Absolutamente consciente de la imposibilidad de dibujar fronteras claras entre lo útil y lo inutil, lo verdadero y lo inventado. De pronto he sentido más permiso y libertad para escribir. Y esto es lo que estoy haciendo ahora mismo.
“We can now what better is without knowing what good is.”
Steve de Shazer
Cuando me embarco en un proyecto suficientemente ambicioso leo, converso y contrasto. No es exactamente inseguridad. Se trata por un lado de responder las preguntas de mi cliente con mayor eficiencia y por otro, que no menos importante, aumentar mi capacidad de aprendizaje durante el proceso.
Cuando he acompañado y acompaño procesos de definición de propósito, por ejemplo, he querido acercarme a diferentes autores y autoras. A veces traigo parte de estos textos a las sesiones. He contrastado con algunos compañeros y compañeras sobre nuestras practicas y paradigmas. Cuándo he descubierto algo que me atraía especialmente he escarbado un poco más en sus límites procurando no caer en el auto-boicot de encontrar todas las costuras y abandonar por cinismo.La práctica, los elogios e insatisfacciones me ayudan a seguir matizando.
En estos momentos es el caso de un proyecto donde decidí trabajar con preguntas de escala en varias sesiones y con diferentes equipos dentro de la misma organización.
Trabajo mucho con este tipo de preguntas con equipos. Me ayuda a centrarme en la diferencia en lugar de los absolutos para medir avances, no perder de vista el foco del trabajo y trabajar con las subjetividades individuales y colectivas salvando en la medida de lo posible mis proyecciones.
El foco inicial, en este proceso, tenía que ver con realizar un diagnostico. Sabemos que toda pregunta es una intervención así quede manera paralela a la pregunta de; “en que lugar os situáis en relación a este escenario futuro y que necesitaríais para dar un paso hacia delante” ya estábamos lanzándonos a construir un presente diferente.
Tras las primeras sesiones con equipos que permitieron abrir algunas conversaciones que parecían complejas de afrontar a priori, llego el momento de trabajar con las personas que coordinan estos procesos.Dos días antes conversando con un par de colegas con los que comparto pasión y exploración dentro del marco del trabajo centrado en soluciones me invitaron a acceder a varios materiales que el peruano Jorge Ayalacompartía en su pagina web. Eskerrik asko Naia eta Jose!
Leer y escuchar a este autor me ayudo a reconectar con una manera situada del uso de la pregunta de escala. Comparto con vosotros algunos aprendizajes tras este contraste para continuar la exploración y el aprendizaje. Como imaginareis ya definieron mi siguiente vez trabajando con este tipo de preguntas y por lo tanto están contrastados. De hecho para mí es un volver a conectar con una forma anterior más cercana a cuando aprendí desde este enfoque hace ya unos cuantos años.
Where you stand determines what you see and what you do not see; it determines also the angle you see it from; a change in where you stand changes everything.
Steve de Shazer
Algunas claves para trabajar desde este enfoque y con esta herramienta:
Es importante construir un escenario de Futuro deseado antes de usar una pregunta de escala. Necesitamos una buena conversación para descubrir el sueño y lo que lo habita; habilidades, conocimientos… Necesitamos que las personas puedan sentirse en ese punto alto de la escala hasta el punto de sentir como es estar allí (Recordar diríamos en sintonía al fondo de la pregunta milagro tal y como la explicábamos en este otro post) Importante no hacer demasiado pronto la pregunta de escala. Importante comenzar enfocados en la solución no en el problema.
Definimos bien lo que significa el número 10. Dónde 10 supone que has logrado ya el objetivo que te traía a contactar conmigo y en todos sus desarrollos posibles. Describiendo bien como es ese estar; olores, sabores, horas, expresiones de las personas con las que compartes proyectos… Tiene que representar la presencia de una solución y no la ausencia de un problema. Ayudamos a narrar la historia. Buscamos que las personas conecten con esta historia.
No invertimos ni tiempo ni energía en definir el 0. El cero no se elabora. Cero es el momento en el que peor han estado las cosas. Cero es todo lo opuesto a 10.
¿En qué lugar os encontráis en relación a este futuro deseado? En una escala de 0 a 10 donde 10 significa que estáis disfrutando de ese futuro deseado y cero supone absolutamente lo contrario, ¿En qué lugar os ubicáis?. Cuando las personas se sitúan en el número actual en relación al 10 exploramos en primer lugar como es ese momento. Queremos saber de lo realizado. Una pregunta que puede ayudarnos puede ser ¿Qué es lo que hacéis para estar en este número y no en un cero?, ¿Qué has hecho para lograr estar en un tres y no en uno? Siempre indagamos sobre Qué viene haciendo este equipo en este momento. Descubres historias que nos ayudan a conectar con conocimientos. Las personas siempre llegan habiendo hecho algo útil.
El siguiente paso es explorar algún momento en el pasado donde puedan recordarse con una percepción de sí mismas por encima de esta puntuación actual ¿Cuál ha sido el punto más alto en que os habéis sentido en esta escala? Sentís que estuvisteis tres/cuatro/cinco pasos por delante de donde estáis ahora ¿Que hicisteis?, ¿Cuando fue?, ¿Cómo?, ¿Quienes apoyaron?, ¿Que fue diferente en relación a como estas haciendo las cosas ahora?, ¿Que fue diferente?, ¿Cual fue el feedback que te dieron?… Rescatamos éxitos del pasado y fortalezas para avanzar hacia el futuro deseado.
En este momento podemos preguntar por cómo avanzar. Después del momento presente y explorado los recursos del pasado. Debemos de tener cuidado con cómo preguntamos para ir un paso adelante. No recomendamos preguntas del estilo: ¿Qué deberíamos de hacer? Si realizamos un listado de acciones vamos a aumentar la presión. Las listas solo las usamos para recoger lo que hicieron en el pasado y pueda servir para el futuro. La pregunta en este punto sería ¿Cuales serían las primera señales que dirían que habéis subido un punto en la escala?, ¿Qué supondríais que sería la primera señal que diría que estáis un punto por encima en la escala? ¿Qué os ayudaría a saber que estáis un punto más alto de dónde estáis en este momento?
Comparto un par de ilustraciones que hemos realizado que pueden ayudar a entender mejor el texto.
Resumiendo estos pasos en una lógica del tiempo tras la definición del futuro deseado:
PRESENTE. Observan y descubren los logros del presente, del momento actual. Acciones, conocimientos que orientaron estas acciones, cuando sucedieron, quienes se dieron cuenta… Nos interesa descubrir detalles. Descubrir la historia detrás de este numero.
PASADO. En segundo lugar exploramos los éxitos del pasado. Buscamos ese punto en la escala en el pasado que estuvo mas cerca del 10 y volvemos a preguntar por: quienes apoyaron, que dirían, cuando sucedió, como sucedió…
FUTURO. El tercero se trata de esbozar los pasos hacia el futuro. Explorar señales qué aseguraran al equipo, a la organización, a ver qué han dado un paso un punto por delante de la escala. También aquí hacemos hincapié en aspectos de reconocimiento externo de este avance. ¿Quién se daría cuenta?, ¿Que os dirían?
De otra manera también podemos decir que utilizando escalas descubrimos tres tipos de narraciones:
Actual. Historia de cómo han afrontado la vida situándose en el mundo actual. Descripciones positivas.
Historias de éxito del pasado. Lo que la persona hizo en el pasado para situarse en un pinto por encima del lugar actual
Futuro. El paso siguiente a dar para seguir avanzando.
Son historias que incrementan en las personas el sentido de reconocimiento de sus propios recursos, fortalezas y habilidades. En todas las respuestas van a compartir estrategias.
El uso de este tipo de preguntas nos interesan para medir percepciones.¿Cómo de cerca están de esta situación? Surgen de un deseo vinculado al futuro deseado. En algunas ocasiones utilizamos una versión más ligera donde nos situamos en un número en relación a una sentencia o propuesta y preguntamos por cómo pudiéramos avanzar para recoger aportaciones que pudieran mejorar la situación desde laque nos evaluamos. Además realizamos este ejercicio con una línea en el suelo y activando a las personas para que incorporadas (Incorporar: Sumar, agregar o unir una parte a un conjunto de elementos integrándolos en un todo. Levantar, izar y poner derecho el cuerpo o una parte de él que se encontraba tumbado. Agregarse una o más personas a otras para formar un cuerpo) elijan un lugar en la escala física. Seguiré usando este tipo de preguntas, ahora trayendo con mas fuerza algunos de los matices recogidos en este texto y que me alinean aun mas con el enfoque centrado en soluciones.
A veces soy consciente de cómo atrapamos algunas técnicas y las usamos fuera del paradigma dentro del que surgieron. Yo procuro estar atento a revisar estas prácticas y reconectar con su origen. Tenemos ya un recorrido y bebemos de fuentes muy diferentes. La propio tensión y paradoja es una oportunidad para ir más lento y consciente. Además en ocasiones, cuando trabajamos con otras personas en equipo, y cada uno aporta sus metodologias no tenemos tiempo para compartir estos marcos de sentido. Y cuando tenemos tiempo también es complejo trasladar este tipo de saberes. La mezcla es compleja y a veces provocamos intervenciones paradójicas en este superponer perspectivas. No descarto que estas sean también funcionales.
Dos ideas más a modo de bonus track que también escucho a este autor y me parece interesante compartir:
Recordar que estas escalas miden una percepción subjetiva y personal. Podemos no estar de acuerdo pero los que estamos equivocados somos nosotros. Estos números no nos están evaluando a los profesionales ni el espacio de acompañamiento. No es una evaluación científica ni una calificación. La persona es la experta. Cuando no estas de acuerdo con el consultante, tú estas equivocado. Los abordajes a favor del consultante. Mas que la confrontación invitan a la reflexión.
Sobre medir la confianza en relación a avanzar hacia el objetivo. También esta puede ser otra manera de trabajar con la escala De 0 a 10 donde 10 es tengo mucha confianza. ¿Cuanta confianza tienes en que podáis realizar los esfuerzos que os proponéis en esta semana? Y el ejercicio es igual; exploración de presente, pasado y hacia futuro. ¿Qué podría daros más confianza?