En el ultimo tiempo y cuando pienso en innovación siempre me viene a la cabeza las aventuras de Doc y McFly en “regreso al futuro”. Me vuelve a ocurrir conversando sobre los retos de los servicios sociales en el marco de una nueva colaboración con Fundación EDE.
Lo comentaba de pasada en el ultimo post. Estoy leyendo “La cocina al desnudo” de Santi Santamaria. Es el séptimo libro de cocina del verano, no aprendo recetas, aprendo de la vida y acompaña maravillosamente mi decisión por adelgazar.
Cacharros by gallas
Creo que los seis puntos con los que resume el autor su cocina son aplicables a otros sectores y actividades como reto para la excelencia; Cultural, natural, evolutiva, social, artística y universal.
Su visión del progreso nos remite a reconectar con nuestra historia, con lo autóctono, apostando por la sencillez, profundizando en la experiencia y evolucionando con las nuevas herramientas con precaución con los artificios que disfrazan.
Las mismas inquietudes que hicieron hace unos años distanciarse de practicas más “industriales” a los compañeros y compañeras que crearon y/o auparon la etiqueta “artesano” para referirse a la consultaría.
Cuando pienso en los servicios sociales, el tercer sector y las iniciativas volcadas en la mejora de la calidad de vida de las personas más vulnerables esta certeza de necesidad de reconexión la concreto en algunas ideas:
Frente a la reducción de proyectos y normas centrados en los procesos personales y familiares volvamos a pensar en los barrios. En los lugares dónde la gente se conecta y se desconecta. Recuperemos la conversación, los espacios de encuentro, las fiestas populares, lo pequeño,…
Si el problema estriba en que somos dependientes de modelos de acción social “conservadores” generemos acción autónoma. Busquemos nuevas fuentes de financiación. Redes desde la que provocar, experimentar y acercarnos desde otro lugar menos rígido y culpabilizador.
Es un error vender nuestro conocimiento al mejor postor. Pierde su fuerza cuando se standariza y domestica. Tenemos que ser conscientes de que esas áreas de consultoría que creamos en las entidades cuando fuimos cogiendo tamaño recuperan saber hacer de muchas personas, entidades y modelos de trabajo social. De alguna forma no nos pertenecen. Y si vamos a hacerlo que sea siempre con la participación, cuidando los procesos de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. No nos vayamos a convertir en mataconocimiento por míseras migajas.
Y si nos sentimos vulnerables será por miedo a desaparecer y por lo que azota el viento allá afuera. No pasa nada. Perdamos el miedo. Otros y otras vendrán. Que mientras estemos en pie no perdamos la dignidad.
Algo de esto compartía en la ponencia “Innovación para la transformación social” en el mes de Julio dentro del seminario «Reconsiderar la economia» organizado por la universidad del Pais Vasco y REAS.
Por aquí irán los tiros de lo que yo puedo aportar en este grupo de trabajo del que os hablaba al principio. Mucho hincapié en sistematizar nuestro conocimiento, en compartirlo, en contrastar con otros y otras, en reforzar iniciativas locales, en recuperar el espacio entre lo que hoy es el tercer sector y la iniciativa más militante –nos venden que lo innovador esta en la mezcla con el sector con animo de lucro-, …
Hace unos meses participe en una entrevista dentro de un estudio impulsado por la oficina del Ararteko «Informe Extraordinario sobre e-Inclusión y participación en las esferas social y pública»
En estos momentos nos invitan a reflexionar dentro de una wiki sobre algunas preguntas. He pensado compartir en el blog las preguntas y mi reflexión. Se me había ocurrido también trasladar la conversación que podamos generar aquí a ese foro. Aquí van las preguntas:
Cuando hablamos de e-inclusión, nos referimos a garantizar que todas las personas puedan tener acceso a los beneficios derivados del uso de las TIC. Pero:
¿qué sucede con esas personas que voluntariamente renuncian al uso de las TIC porque prefieren acceder a la información y participar a través de otros canales?
¿Estamos asistiendo al surgimiento de un nuevo colectivo que se manifiesta como “insumiso digital”? ¿O es simplemente la consecuencia de una clara desconexión entre lo que pueden ofrecer las TIC y las necesidades sentidas por estas personas?
¿Cuál es la actitud que hay que adoptar desde el punto de vista de la intervención? ¿Intentar la “evangelización digital” y atraerlos hacia las TIC, o respetar su actitud de inhibición?
Respect by gallas
Aquí algunas ideas:
Leia esta mañana un texto sobre cocina y el autor decía algo así como que en relación con el “fastfood” la actitud no debería de ser la de competir si no la de combatir.
Las TIC son herramientas, como las hamburguesas comida. Las personas no se declaran “insumisos digitales” contra las herramientas. Lo hacen contra algunos usos de estas herramientas. Desde mi lugar, absolutamente entregado a las nuevas tecnologías, las redes sociales y esta parte de la web más colaborativa –a veces- y escaparate –muchas más-, sigo creyendo –aquí también- que la disidencia es salud.
En estas nuevas y grandes herramientas (Twitter, Facebook, Google,…) , que son lo más parecido a las nuevas plazas publicas, las personas no somos los consumidores, somos el producto. (lo explicaba magistralmente hace unos meses en Bilbao el profesor Rushkoff) Una actitud critica y alerta ante estas empresas es más que lógica y esta apoyada en un montón de datos irrefutables sobre el uso de la información y la huella digital de las personas que interactuamos en sus plataformas.
También habrá quienes, sin estos datos ni opinión formada, siguen prefiriendo la maquina de escribir al ordenador. A veces por romanticismo, otras por decidir que con lo que hay ya sirve, como cuando miras los estantes de la biblioteca y sufres por no poder leer más que una mísera parte… Los hay incluso que ganan premios de cierto prestigio.
Creo que será muy importante escuchar los mensajes de las personas en los márgenes de esta revolución tecnológica. Seguro que escuchamos muchas cosas importantes para reforzar proyectos y estrategias. Mejor escuchar y aprender que intentar cambiar a nadie.
El problema esta, o al menos así lo creo yo, cuando hay personas que se pueden quedar al margen. A las que no les llega la información ni las posibilidades de algunas de estas nuevas tecnologías. Y por supuesto, una vez conocida la “panacea” no tienen medios a su alcance.
Creo que es importante mostrar, experimentar, hacer más cotidiano el uso de las TIC –pantallas táctiles en las plazas para leer el periódico, realidad aumentada en miradores, programas de fiestas accesibles en móviles, mapas de autobuses interactivos,… Pero no en clave de “evangelización” si no desde la responsabilidad de usar las mejores, más avanzadas y más intuitivas herramientas a nuestra disposición.
Cuando lo que propones mejora la calidad de vida se convierte en parte imprescindible de tu día a día. Lo de traer la “buena nueva” debe de ser muy costoso por lo intangible y etéreo de la propuesta.
Creo además que hay otro perfil dentro de esta brecha intencionada. Los y las profesionales que pudiendo aprovechar las virtudes de estas tecnologías no las usan. No pienso en los que dejan de hacerlo desde una defensa de los valores y procesos anteriores que dominan y con los que obtienen contrastados éxitos, si no en los que se congelan en defensa de un sitio tranquilo donde pasar el resto de su vida profesional.
Aquí tenemos un reto. ¿Cómo generamos contextos dónde los y las profesionales pueden experimentar con lo nuevo sin miedo? De nuevo, creo que poniendo a su alcance y comprobando el impacto en positivo de su quehacer cotidiano.
“Acaso seamos muy pocos quienes sentimos que dividir el pan, compartir la sal, servirse de una misma ensaladera, significa algo más que satisfacer una necesidad. Damos a esos actos básicos tan poca importancia como a fugaces melodías de radio, olvidando la fuerza y el misterio que encierran.
Así debería de ser entre nosotros, por mucho que la civilización nos haya alejado de las reglas fundamentales de la vida. Compartir la comida tendría que ser un acto de alegría y entrega, más que la superficial cumplimiento de una obligación social.
Por mi parte, no conozco comodidad más placentera que la de una comida compartida con mi pocos amigos.
Lo que para seis personas pueda parecer selecto es una decisión delicada. Seis gustos, seis apetitos; hay que conocerlos y, mediante una sola memoria y una sola habilidad, fundirlos en un todo mutuamente provocador. Habrá que transformar antiguas predilecciones en gustos renovados; habrá que vincular viejos y nuevos sabores.
Y sobre todo, los amigos deben de poseer el raro don de permanecer sentados. Tienen que ser capaces –más aun: estar deseosos- de pasarse tres, cuatro, seis horas sentados, tanto en torno a una cena de sopa y quesos, como ante un banquete de veinte platos fabulosos.
Y entonces, con amigos con tales virtudes, con buena comida en la mesa y buen vino en la jarra, bien podemos preguntarnos cuándo vamos a vivir si no ahora.”
Extractos del libro “Sírvase de inmediato” de MFK Fisher, el ultimo de los libros de cocina que he leído este verano. Este por recomendación de Manel. Gracies!
“Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros” Groucho Marx
Dice un amigo, y yo lo suelo repetir, que “pensamos con el culo”. El lugar que ocupamos nos posee, ocupar ese rol, esa profesión, ese status,… requiere de retroalimentación continua y en la misma dirección. Es, seguramente, una magnifica manera de no correr hacia el otro lado del mundo de manera cíclica.
Nos movemos para sobrevivir. Necesitamos pensar y creer en un proyecto que nos absorbe, en el que estamos implicados vitalmente. De toda la información que llega decidimos procesar y digerir la que refuerza la semilla que empieza arraigar.
En absoluto es incultura, no es exactamente rigidez, es que necesitamos creer.
Utilizamos referencias, lenguajes comunes con los de nuestro club. Palabras que nos hacen vibrar absolutamente en la nueva comunidad y nos alejan -por pura incomprensión literal- de otros que , muchas veces, nos acompañan desde hace mucho tiempo y escriben y hablan en otros idiomas que antes, hace muy poco, eran los nuestros.
Claro, lo estaba escribiendo ya, esto es complejo en el roce entre los mundos y las personas. Yo hace años pedía a unos amigos que, por favor, nos «aburguesáramos» -esa era la palabra que usábamos- de manera colectiva. Como la muerte dulce en el mus. Todos nos compramos una casa con nuestra pareja, tenemos hijos, escalamos en empresas, vivimos en el mismo barrio,… Como toda esa generación de lideres populares que pasaron a gestionar gobiernos y ayuntamientos, partidos políticos mediante, tras la dictadura.
Pero no. Siempre es más complejo de lo que uno se imagina. Para ilustración este video de TED con Barry Schwartz hablando de la paradoja de decidir.
Y de pronto como somos esto, no podemos ser otra cosa. Y nos empieza a ser difícil estar con otra persona que piensa diferente. La amenaza, el contacto con lo viejo, nos hace aferrarnos aun más a lo nuevo, a lo que nos acompaña hace menos tiempo y nos define ¿más? Vemos su lado más caricaturesco y le hacemos todavía más grande la nariz y más salidos los dientes sin mirarlo a los ojos.
Y a veces cumpliendo esto de “la mejor defensa es un buen ataque” seguimos construyendo la distancia, seguramente no con aquello tan abstracto -ideas- sino con las personas, dolidas y si –mucho más grandes y hermosas-
Recogía hace ya unos meses algunas ideas sobre esa sensación de culpabilidad que es indispensable para hacernos mayores, crecer separándonos de nuestra familia, de lo que fuimos. A veces tenemos la sensación de crecer mientras renegamos de esos otros espacios que fueron importantes… Pero… ¿Qué es crecer?
Si algo empiezo a entender de esta aventura, creo que este enrevesado ejercicio pasa por reconocer todas esas fuentes como algo propio en alguna medida y conectar con algo más grande. Suena extraño. No se asusten, ya no es dios –al menos para el que escribe- y eso permite que, como enlazaba Manel hoy, “Todo sea posible”
Y esto lo escribo sustituyendo un post que iba, podría entenderse, de lo contrario. Y es que creo en la tensión y en la dialéctica para construir ciudad y sociedad. Si no, no podría escribir como lo he hecho últimamente en este blog.
Escribo estas líneas para recordarme que hace años que me muevo por las esquinas-fronteras. Que me cuesta ser categórico por la cantidad de información y experiencias que parecen contradictorias y comparten espacio en mi mochila. Y que esta bien. Y que también es lógico que haya cosas que me cueste escuchar y compartir. Y esta bien, hasta que me pierdo cosas -sobre todo personas- y entonces quiero ser capaz de recolocarme y escuchar desde otro lugar.
Y escribo para poner en orden y escribo para recordar y escribo para compartir y seguir construyendo.
En estas vacaciones tengo pocas obligaciones y además, de momento, voy cubriendo los objetivos. Varios de los libros en el punto de mira han caído dejando un exquisito olor y sabor a cadáver, ese listado “comentado” de los trabajos de estos últimos meses esta esbozado y ando buscándole lugar, quiero escribir algunas líneas más para alimentar este blog, no engordar, rebajar el miedo a cabezudos y gigantes de mis hijos, ordenar el escritorio del portátil, reorganizar mi mesa de trastos en casa, … he dado con una estrella de mar, cientos de peces, muchos erizos, karramarros pero aun no he dado con ningún pulpo.
En ese listado imaginario, por no escrito, queda algún libro de los de subrayar y aprender y un par de propuestas para el curso que viene.
Cuando digo “propuesta” me refiero a ese pequeño documento que empieza por un titulo y termina con un presupuesto. Algo sobre lo que podamos trabajar antes de comenzar una nueva aventura con otra organización, un “siteheentendidobien” para tomar decisiones y cerrar una pequeña hoja de ruta.
Anoche me acosté tarde (hoy me pasa parecido). En Madrid miles de personas se reunían entorno a una plaza tomada por la policía.
Apenas he hablado en el blog sobre esta indignación organizada. Mis cuentas de Twitter y Facebook sacan humo retuiteando y compartiendo información de la que no llega a través de otros medios de comunicación. A mi dirección de mail llega el movimiento en Bizkaia y en mi barrio.
A mi no me da el cuerpo para estar. Me limito a un par de visitas con los crios a la asamblea de la plaza Arriaga hace unas semanas y el “ciberactivismo” más compatible con mi momento de ciclo vital.
Seguramente por eso no me animo a escribir. En el ultimo tiempo me asusta convertirme en un teórico sin practica. Así que pongo cascabeles a los lados del camino.
Me animo a reflexionar sobre POLITICA (si, parece estúpido tener que explicarlo pero esto es acción política por mucho que algunos –incluso la izquierda trabajadora– sigan pensando que es de su patrimonio exclusivo), una vez más e impulsado por la lectura de algunos textos y dibujos.
Creo que es realmente lo que más diferencia mis vacaciones de verano de mis meses de trabajo. Hay otras muchas cosas; los horarios, la lectura, comer fuera de casa, más horas y mucho afecto con los míos, … y el momento en el que soy más consciente de que las cosas son diferentes es cuando con ayuda de unas gafas, un tubo y, a veces, las aletas me zambullo en el mar.
No se como era el andar de Neil Amstrong cuando iba a comprar el pan pero su primer paso en la luna estuvo lleno de glamour. Esa sensación tengo yo en el agua. Floto y la densidad del agua me permite llegar a otros lugares con más rapidez y elegancia. Mi cuerpo, voluminoso (sip), me ayuda a flotar y mis piernas y brazos me llevan.
La respiración ha sido siempre mi punto débil. Cuando me metía sesiones olímpicas de tres y cuatro horas de fullcontac, el fuelle era el que me hacia parar. En los combates me lanzaba y hacia filigranas, cuando encadenaba tres ataques necesitaba soltar los guantes unos minutos. Aquí el ejercicio es menor y el tubo me conecta con el oxigeno y la vida.
Y a metros de la arena (al menos en la maravillosa cala de las costa brava de la que aun tengo arena entre los dedos de mis pies) empiezo a ver peces y bancos de peces. En la segunda zambullida ya empiezo a diferenciarlos y a saber dónde es más probable que me encuentre con unos y con otros. Un poco más lejos los erizos de mar aferrados a las rocas. Vimos también una estrella de mar preciosa. Esta vez no me he encontrado ningún pulpo, habría mucha demanda en los txiringitos playeros, supongo.
Soy así. Me gusta dar tres vueltas sobre las cosas que me gustan. Como cuando me enganché a las cámaras rusas analógicas, o a las cometas,… De los escrito y puesto en marcha con pasión aprendo todo. Es como si me conectase con duendes dentro de mis tripas.
Ya he contado en este blog alguna cosa sobre cocina. Hace unos meses compartí unos apuntes de un documental de Luis Andoni Aduriz en el Mugaritz. Cuando tengo tiempo me gusta ver programas de cocina. En el ultimo tiempo David de Jorge me abduce. Fue él el que recomendó la lectura de “Au revoir” en su programa Robin Food.
Una gozada de libro. Un ensayo pormenorizado y deliciosamente subjetivo de los porqués del declive de la cocina francesa; desde el 20% de IVA a la restauración, las restricciones para elaborar quesos con leche cruda, el sistema de medición de excelencia culinaria de las estrellas Michelin, la destrucción de los matices ante la standarización de los vinos y su sabor, los chefs empresarios que abandonan sus cocinas,…
Lo leía mientras escribía algunas ideas sobre pensamiento sistémico y me gusto ver el acercamiento del autor a un tema complejo desde todas, o casi todas, las caras del mismo. Aunque para que engañarme lo que más me gusto fueron las descripciones de los platos, de las experiencias,…
De la misma balda dónde localice este, unos días después, me hice con “Los aprendices de hechicero”. Es una especie de tapete de estos hechos con retales. Mezcla historias personales con cotidianos en la cocina, detalles de la invención de nuevos platos,… Me quedo con una anécdota en la que relata la única “reunión de creatividad” de la temporada. Adriá viene a decir algo así como “no funciona”. Uno piensa en un proceso absolutamente rico, participado y creativo para el resultado que intuye y en el libro se confirma continuamente esa otra parte de la innovación que es repetición y especialización.
Los aprendices llamaban la atención sobre el soberano aburrimiento de la experiencia y la sensación de estar conviertendose en grandes especialistas de algo que no van a repetir nunca más (por ejemplo esterificación de oliva)
Dos cosas más. La fuerza de las relaciones estrechas basadas en la confianza, tándems para la innovación les llamaría yo, y en el brutal objetivo común que da la sensación de estar haciendo historia.
Adriá aparece nombrado en los tres libros. En el ultimo de una manera despectiva. Habla del tono del libro “Confesiones de un chef”. Es como haberle dado la vuelta al vinilo. Aquí todo lo que suena es “cara B” y esta muy bien. Me recordaba a esas ultimas rondas bien entrada la noche cuando acompañas a un amigo que acaba de salir de turno de algún garito de hostelería. Es como si hubiera construido un mundo paralelo. De ese mundo escribe el autor en un tono autobiográfico, aseverando sin parar aunque en las ultimas paginas recoja las excepciones cogiendo distancia. Me quedo con la pasión con la que decribe una cena con su jefe en Tokio y el recuerdo de la primera ostra que probo siendo un crío. Comparto:
“Ya todo fue diferente. Todo. (…) Supe que aquello era la magia hasta entonces solo dislumbrada entre las tinieblas, de la cual sólo era consciente a medias. Lo hice por retorcido. Había tenido una aventura, y todas cuantas la siguieron en la vida –la comida, la larga y muchas veces estúpida búsqueda de la próxima experiencia, drogas, sexo o cualquier sensación nueva-, todas han sido fruto de aquel momento. En ese instante aprendí algo. Visceral, instintiva, espiritualmente –de alguna manera precursora también sexualmente- aprendí algo. No había vuelta atrás. El genio salto de la botella. Ahí empezó mi vida de cocinero, de maestro cocinero. La comida tenia poder. Poder para inspirar, asombrar, provocar, excitar, deleitar y deslumbrar. Tenía poder para hacerme gozar a mí y a los demás. Era una información valiosa”
Seguimos leyendo… de cada viaje, de cada tema, aprendo, apunto,… y ese es parte de esta manera de entender el trabajo y la vida.
Hace unos meses nos avisaba Rakel Imaz. Parecía que querían derribar el edificio ocupado por la gente de Kukutza en Rekalde para construir viviendas. La amenazaba iba cobrando forma y hoy es una realidad.
Dentro de las iniciativas que esta poniendo en marcha Kukutza ayer convocaban a una jornada en la que participaban Joan Subirats, Ramon Zallo, Pedro Ibarra, Jordi Borja e Imanol Zubero (este ultimo escribió un texto que leyó Ibarra)
Como decía una de las personas que luego tomo la palabra, la acción, la historia y la realidad de cotidiana del Gaztetxe es tan aplastante que sobran las palabras. Yo voy a recoger mis apuntes de la jornada de ayer y darles forma de texto. Es mi manera de contribuir en esta lucha que hago mia por muchos motivos.
Quienes aun no conozcáis Kukutza sus puertas están abiertas como lo demuestran este video.
Ordenar todo lo que ayer se dijo es complicado si no respetas el esquema ponente y ponencia. Me escapo y propongo otra estructura.
Cultura
Ramon Zallo decía que “no tratamos bien a la cultura”. Gastamos poco en cultura aunque somos una comunidad que invierte más que ninguna. Si nos interesa, desde la ciudadanía e instituciones publicas, cuidar la cultura ¿porque no salvar Kukutza?.
“Un edificio que se había convertido en un lugar desaprovechado hoy es un espacio de utilidad publica” decía Jordi Borja. No nos podemos permitir el despilfarro de acabar con un centro activo y enredado en el barrio
Lo macro no se pelea con lo micro. Dice Zallo. Yo tengo dudas de que Kukutza sea micro ;D
Hablamos mucho en el ultimo tiempo de “Fabricas de creación”. Escuchamos discursos de ciudadanía activa, cultura activa,… Kukutza es un ejemplo perfecto que encarna mucho de lo que se busca construir desde estos planes.
“En las políticas culturales en este país buscamos impacto económico” y esa es la vara para medir proyectos.
Participación y política.
“Hay algo de enfermo en esta democracia cuando hay que defender Kukutza”. Dice Borja. Están haciendo más de lo que hacen desde la gestión publica.
Subirats nos recuerda que es un “Momento significado y delicado para hacer política. Estamos discutiendo que quiere decir democracia hoy. Se había vaciado el concepto de acción política del sentido de acción ciudadana”.
Se había perdido la conexión entre conflicto social y la reclamación de otra democracia. Los cambios en la tecnología para la comunicación y la experiencia de hartazgo plantean la posibilidad/necesidad de conectarnos sin intermediarios. Cada vez es más difícil distinguir entre consumidores y autores, redactores y creadores de noticias,…
Cita a Joan Manuel Serrat y una anécdota dónde este compara descargar musica de manera gratuita a robar chorizos en una tienda para hablar de la lógica del chorizo, la lógica del bien rival. Todos podemos tener la misma música sin que nadie se quede sin ella. ¿Cómo repensamos la autoria? Desde un lugar diferente.
Kukutza esta en medio de estos debates.
¿Qué es lo publico? ¿Es lo institucional? Kukutza es un espacio publico. Seguramente si fuera institucional dejaría de ser publico. Que mejor para las instituciones que dejarlo vivo.
Quieren derribar este edificio para construir vivienda libre. No parece que tengamos déficit de vivienda en España. El problema es otro, es un problema de alojamiento. ¿Este barrio necesitaría vivienda? ¿Qué tipo de vivienda? ¿Qué necesidades publicas tiene Bilbao?
“No nos representan” es uno de los gritos en las plazas, refiriéndose a los y las responsables `politicos. No se parecen a nosotros y no cumplen con su mandato (no hacen lo que dijeron que iban a hacer).
Si no les gusta Kukutza es porque no encaja en su modelo político. Quieren pasar un rodillo. Es nuestro reto recuperar lo político de nuestros proyectos. Ponerlo en común y luchar por una ciudad diferente.
Kukutza es democracia de alta intensidad.
Ciudad
Imanol Zubero escribe e Ibarra lee. “La ciudad es sobre todo lo que hacemos con ella y en ella, los ciudadanos y las interacciones entre si”. ¿Existen espacios para el encuentro en nuestra ciudad? El reto de nuestras ciudades es crear un espacio urbano dónde sea posible el encuentro.
“La ciudad postmoderna es una especie de gran superficie pulimentada en la que se puede patinar hasta el infinito”.
La vida es un engorro para la ciudad. Pareciera que diseñan ciudades para ser creativas y en estas no tengan cabida las personas en situación de exclusión. No hay vida, al menos no en toda su complejidad. Perdemos la ciudad.
Son “Ciudades diseñadas para la circulación de personas en sentido único”. Como si fueran un motel americano sin espacios para el encuentro de los inquilinos
La ciudad ya no produce sociedad, ni ciudadano, ni civismo,…
Decía Zallo que “En Bilbao estamos muertos de éxito con el efecto Guggenheim”
Kukutza puede ser un punto de inflexión. Provoca la reflexión para construir alternativa a la ciudad florero del Guggenheim. Donde se adecenta el centro de Bilbao para el turista.
Borja decía que en China “han decidido que en todas las grandes ciudades van a construir un Sojo destinado a turistas”. Es un absurdo al que estamos acostumbrados. Destruyes lo que fuiste y luego construyes parques temáticos.
Recordaba también que hasta Le Corbusier colaboro en un proyecto para Barcelona que planeaba derribar el barrio gótico. Es un reto saber conversar con el pasado y el futuro. Tenemos derecho a la memoria de ciudad industrial y derecho a la convivencia.
Rekalde es una ciudad imprevista. Propone nuevas maneras de aprovechar los recursos.
Decía un vecino que “Kukutza representa la herencia de lo que ha sido Rekalde. Hemos hecho hasta los semáforos. Un modelo de construir barrio. Experiencia de lucha”. El puente nos hizo agachar la cabeza y la plaza es el lugar dónde la gente nos encontramos.
Innovación Social
Y aparece la idea de innovación Social. La trae Zallo y luego Subirats. Lo comentábamos el otro día en la sesión de “Innovación (para la transformación) Social” dentro de la escuela de verano de UPV/EHU invitado por REAS. (Confío en escribir algo en estos días. Aquí la presentación que use)
Se habla de IS. Y no se habla de este tipo de iniciativas. Hay un problema de necesidad de control, de poder… El debate de fondo es el debate del poder. Una vez más recordamos que “la innovación se da en los márgenes”
Subirats rescata la idea de lo común, Elinor ostrom y la reformulación de lo cooperativo, el COMMONS. Construyendo una alternativa a lo estatal y mercantil.
Kukutza es la casa de lo común
Estrategias
Ya hablábamos de estrategias. Nos recordaban algunas obviedades “Las cosas en política siempre se deciden por relación de fuerzas”.
Y aportaban algunas alternativas existentes: Hay experiencias de acuerdo en otros lugares del mundo. Y muchas más cuando pensamos en procesos que beneficiaron a particulares (Por ejemplo la recalificación de terreno para el Real Madrid. Un suelo para equipamientos que acaba siendo urbanizable) El ayuntamiento de Madrid permuto terrenos para que se pudiera dar esta operación especulativa.
Otro ejemplo el del reconocimiento desde el ayuntamiento de Barcelona a la Gestión cívica (autónoma, sin intermediación de empresas) de equipamientos en el Nou Barris.
En algunos lugares (Parque Etxebarria en Bilbao es un ejemplo perfecto) se tira un edificio y se deja la chimenea. Chimenea ocupa poco espacio y se ve desde lejos. Lo llamaba Iñaki Uriarte el “Síndrome de chimeneaa y agosticidad”.
Legitimación por parte de “aparatos del estado” nos recordaban (yo pensaba que el mismo acto de ayer era un paso en esta línea)
Redes con otras iniciativas similares. Kukutza lo sabe y ya esta en esta línea. La manifestación será internacional. Sumar movimiento (el histórico) y acontecimiento (el momento actual de amenaza) decía Subirats.
Crear alianzas más allá del barrio. Comunicar mejor. Mostrar y buscar arrope. Zallo proponía que Innobasque reconociera esta iniciativa como un ejemplo de proyecto de Innovación Social. Hablar de una manera que conecte con las formas de entender de otras personas; hablar de acceso social ,derecho cultura, diversidad, descentralización, autogestión,…
Otra persona pedía a las personas de la mesa que siguieran escribiendo y publicando sobre Kukutza.
Kukutza nos invita a:
Cualquier iniciativa autónoma que busque impactar y luchar por Kukutza.
Podemos acercarnos al registro municipal y solicitar un posicionamiento del ayuntamiento a favor de esta iniciativa.
El 16 de Julio manifestación (internacional) a las 18h. En Bilbao desde el Ayuntamiento a Recalde
Ando preparando algunas líneas, imágenes y dinámica para un encuentro de esta misma semana. La verdad es que me piden exponer sobre un tema que me atrapa hace mucho tiempo de una u otra manera.
En el ultimo tiempo voy dando vueltas a la forma, hilando las palabras que cuenten la historia.
Ayer paseando con la familia me vinieron algunas imágenes que tengo que empezar a montar. Os cuento el esqueleto a ver como so suena.
Me piden hablar de conceptos muy usados en el ultimo tiempo (históricos realmente), significados desde algunos lugares y con/contra los que me peleo de manera más o menos cíclica, más o menos visceral,…
Y la inspiración para la música me viene de las decenas de maneras de entender y significar las palabras. Y es que, en lo que comunicamos las palabras a menudo no son importantes. Lo sabéis, lo explica Watzlavick cuando plantea que en caso de incongruencia entre el fondo y la forma, entre lo que decimos y la forma en la que lo decimos, hagamos caso siempre a lo segundo, a lo no verbal, a lo que no estamos tan entrenados en controlar.
Por lo tanto. Imaginemos cualquiera de las pancartas posibles y situemos detrás de esta a diferentes colectivos medianamente significados. Probemos por ejemplo con “INNOVACIÓN SOCIAL”. Letras negras sobre un cartel blanco y detrás… Directivos de banca, asesores políticos de un alto mandatario con responsabilidad estatal, trabajadores y educadores en proyectos sociales, consultores sociales, un conjunto de personas que salen de saciar su hambre de un comedor social, concejales de un pequeño pueblo, urbanistas imaginándose una nueva ciudad,…
Valeeeee,…. Pelin maniqueo. Bueno, es que así creo que esta ocurriendo. Ya escribí sobre esto hace unos días, pero es que me preocupa ayudar a construir grandes paraguas dónde resguardarnos gentes tan diferentes.
Y es que la realidad (que no existe en su versión única como ya sabemos) es muy diferente entre los que están arriba y los que están abajo, los que miran desde el centro y los que lo hacen desde las fronteras. miradas ligeras frente a constantes/intensas/pasionales, mirando hacia dentro o hacia fuera, con la seguridad de quién no necesita abrirse a nada diferente o con la certeza de la incertidumbre como motor para el cambio y la adaptación, los que solo sienten en analógico los que vibran también con lo digital, en función del lugar y la importancia que damos a los impactos económicos, …
Apostando por la intersubjetividad y la integración como la manera de alcanzar imágenes más globales y cercanos a la complejidad de lo que ocurre, la única clave por la que podríamos avanzar es la de tejer los caminos necesarios para escucharse y respetarse.
Puede parecer el enésimo grito al “buenrollismo”, no. Para que algunas cosas se escuchen desde algunos lugares solo se puede gritar.
¿Y para qué invertir tanta energía en llamara la atención sobre los modelos mentales ligados a las biografías y, sobre todo, a los lugares que ocupamos, que están por detrás de las declaraciones?
Pareciera que es la realidad la que nos mueve para colocarnos en un lugar o en otro pero es justo lo contrario, son nuestras ideas, nuestra manera de entender el mundo la que va dando forma real a la realidad. Habrá procedimientos dónde las expectativas no influyan con semejante peso, pero en la construcción de las relaciones, las organizaciones y la sociedad son clave absoluta.
Construir puentes para tejer conceptos más amplios y pegados a la realidad, sin huir de la tensión y el conflicto que supone las diferentes perspectivas, con la responsabilidad de saber que nuestra manera de mirar genera realidad.