Kontraesanen besarkada 2024 Abrazando contradicciones

¿Cuánto y cómo habéis DISUEÑADO este año? Para mí, ha sido un ejercicio muy interesante. He sido más consciente del impacto de lo que deseaba, y he podido seleccionar anhelos que me beneficiaran tanto personal como colectivamente. No ha sido sencillo ni armonioso, como todo lo que es importante.

Tengo cierta tolerancia a discutir conmigo mismo. Es habitual que, a lo largo de una conversación o de una sesión de trabajo, permanezca un tiempo en silencio. A veces, incluso mientras hablo, necesito parar para ordenar y saber si lo que estoy diciendo es lo que quiero expresar. Lo he comentado en alguna ocasión; a veces, balbuceo como señal de ideas diferentes que están pujando por tomar forma en palabras.

Algún colega también me ha llamado la atención sobre esta especie de lealtad que tengo a la complejidad y a recuperar perspectivas que pudieran aparecer contradictorias. En mi día a día, tanto personal como profesional, esto es fuente de tensión y confusión, pero también me permite mediar y comprender otras necesidades más silenciadas, transitando por terrenos horadados de trincheras.

A veces, estos balbuceos se convierten en vehemencia. Ha sido tanta la digestión que surge el eructo. No suele ser gratuita esta rotundidad, y el movimiento de tripas suele permanecer durante un tiempo.

Siempre hay oportunidad para ajustar temas importantes, aprender y seguir cuidándonos. También, bendita contradicción, está bien fallar, reconocernos no solo en lo que podemos cambiar sino en lo que, a fuerza de repetirse, parece una cierta marca de la casa. Y no enfadarnos. La congruencia, como una forma de identidad reconocible, es un valor, sí. Solo me gustaría que no se convirtiera en jaula.

Esta sería la idea que Alex dibuja de esta manera tan bonita, como si fuera una suerte de sortilegio o performance que me permite calentar lo congelado. Nos peleamos con nosotros mismos y nosotras mismas, y está bien. Es clave para sortear las sirenas de la polarización y la irresponsabilidad vinculada al “Es que yo soy así”. Y además, sin hacernos más daño del necesario, necesitamos seguir suspendiendo la autoflagelación y dejarnos resonar por estas ideas, experiencias y sensaciones que parecieran querer llevarnos a un lado o al otro de la trinchera.

Os deseo, y me deseo, seguir abrazando estas contradicciones que nos permiten seguir en conexión con las diferentes caras de la realidad.


Zenbat eta nola DISEINAMESTU duzue aurten? Niretzat oso ariketa interesgarria izan da. Nahi nuenaren eraginaz kontzienteago izan naiz, eta pertsonalki nahiz taldean onura ekarriko zidaten irrikak aukeratu ahal izan ditut. Ez da ez erraza ez harmoniatsua izan, garrantzitsua den guztia bezala.

Neure buruarekin eztabaidatzeko tolerantzia pixka bat dut. Ohikoa da elkarrizketa batean edo lan-saio batean denbora batez isilik egotea. Batzuetan, hitz egiten dudan bitartean ere, gelditu egin behar izaten dut ordenatzeko eta jakiteko ea esaten ari naizena adierazi nahi dudan. Noizbait esan izan dut; batzuetan zizipaza nabil, hitzetan forma hartzeko lehiatzen ari diren ideia desberdinen seinale.

Batzuetan, eziesan horiek su bihurtzen dira. Horrenbesteko digestioak korroskada sortzen du. Ez da doakoa irmotasun hori, eta hesteen mugimendua denbora batez egoten da.

Lankideren batek ere atentzioa eman dit konplexutasunari eta kontraesanean egon daitezkeen ikuspegiak berreskuratzeari dudan leialtasun mota horri buruz. Nire egunerokoan, bai pertsonalki, bai profesionalki, hau tentsio- eta nahasmen-iturri da, baina, era berean, aukera ematen dit bitartekari izateko eta isilago dauden beste behar batzuk ulertzeko, lubakiz betetako lurretatik joanda.

Beti dago aukera gai garrantzitsuak doitzeko, ikasteko eta gure burua zaintzen jarraitzeko. Kontraesan bedeinkatua ere, ondo dago huts egitea, ez bakarrik alda dezakegun horretan, baizik eta, errepikatzearen poderioz, etxearen marka bat dirudienean. Eta ez haserretu. Kongruentzia, identitate ezagutzeko modu gisa, balioa da, bai. Kaiola ez izatea gustatuko litzaidake.

Hori izango litzateke Alexek hain modu politean marrazten duen ideia, izoztua berotzeko aukera ematen duen sortilegio edo performance moduko bat balitz bezala. Geure buruarekin borrokatzen gara, eta ondo dago. “Ni horrelakoa naiz” esaldira lotutako  polarizazioa eta arduragabekeriaren sirenak saihesteko gakoa da. Eta, gainera, behar baino kalte gehiago egin gabe, autoflagelazioa bertan behera utziz, eta lubakiaren alde batera edo bestera eraman nahi gaituztela ematen duten ideia, esperientzia eta sentsazioengatik berpiztu.

Errealitatearen aurpegi desberdinekin lotura izaten jarraitzeko aukera ematen diguten kontraesan horiek besarkatzen jarraitu nahi dut eta gauza bera opa dizuet zuei ere.

DISUEÑO 2023rako DHESIOA

Son éstas, fechas de deseo. Animales sociales y estructurados también por rituales, nos acercamos al cambio de año con intención de trascender. Y en ese momento decidimos desear. Deseamos felicidad, prosperidad… y lo hacemos a las personas que más queremos.

Mientras apuntamos alto en nuestros anhelos la tripa nos duele denunciando ese turrón que prometiste no probar y la cabeza nos recuerda que quizás sobraron dos copas. Somos seres con tendencia a disociar y ésto de desear parece un proceso complejo. 

Escuchaba hace unas semanas a Yayo Herrero que necesitamos construir un horizonte de deseos diferente al que nos han ofrecido, que venimos de una gestión de la escasez con promesas, contribuyendo a una cultura que premia precisamente los rasgos del niño más caprichoso.

Recordé como un resorte a Gilles Deleuze en aproximación de Maite Larrauri:

“Lo verdaderamente difícil es desear, porque desear implica la construcción misma del deseo: formular qué disposición se desea, qué mundo se desea, para que sea el mundo que te conviene, el mundo que aumenta tu potencia…”

«El deseo según Gilles Deleuze» Maite Larrauri, Editorial Tándem

Nos invita a desear para desplegar todo nuestro potencial. A salir de la identidad rígida y devenir, “porque lo importante es lo que pasa, lo que atraviesa, lo que cambia”. Donde “probar consiste en no juzgar a los existentes sino en sentir si nos convienen o no, si nos aportan fuerzas vitales que ampliarán nuestra potencia”.

Amets Arzallusi duela egun batzuk entzun nion bere Apokalipsiaren aurreko azken egunari buruz inprobisatzen. Mendira begira, ardoa edaten, gazta zaharra jaten eta lagun onekin hitz egiten irudikatzen zuen. Momentu hartan, ehunka pertsonaren aurrean zegoen eszenatoki batean, duela segundo batzuk ezagutzen ez zuen proposamen batek bultzatuta, bertso bakoitzaren amaieran errima batera itzuliz, edertasuna bilatuz, bere ideia eta emozioekin konektatuz… Bere ahalmen guztia erabat zabalarazten zion ariketa batean erraza desiatzera gonbidatzen gintuen. Desioa nahi nuen.

Nik, 2023rako, desioa opa dizuet.

Para este 2023 yo os deseo, deseo.

(Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe.)

2022 BIHOTZETIK BERRIRO PASA / RECORDAR

Llega este momento de final de año donde suspendemos las marchas y dedicamos un tiempo para mirar lo anterior y esbozar lo posterior. Parar es seguramente la mejor de las recomendaciones. Como dejar de hablar en un monte, quitarte los auriculares junto al mar, cerrar los ojos ante el sol… 

Hace un año nos deseaba la capacidad de “cultivar decisiones”. Dejar de centrarnos en nuestra dudosa capacidad para discernir desde la fantasía del libre albedrío e invertir nuestra energía en la construcción de rutinas y ecosistemas más saludables y felices. He tenido la intención de hacer balance pero se podría resumir en algo así como: “funcionó mientras me dejaron”. Este último trimestre ha sido, una vez más, demasiado intenso. Quizás no preparé bien el terreno ni elegí las mejores semillas. Quizás solo ha sido otra oportunidad para rendirnos y aprender.

¿Cuánto de lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida acaba siendo realmente nuestro? Leía una novela hace unos días donde una de las protagonistas sufría de una suerte de amnesia a partir de un accidente. Esta peculiaridad le impedía reconocer a las personas, asentar afectos, enamorarse… Tenía cuadernos donde dibujaba, escribía y pegaba fotografías para atrapar los eventos importantes. Cuando quería situarse volvía al cuaderno donde tenía recogida la información. Me acordé de la película “Memento” y de aquellos tatuajes que servían de bitácora y hoja de ruta. Me hizo mucho sentido llevarlo a la piel y al cuerpo. 

En este tiempo de bustos parlantes, encuentros desde la distancia y afecto por los codos, contactar, abrazar y besar se convierten en actos proscritos. Quienes nos acercamos a la realidad primero con los dedos, las manos, brazos y labios andamos nostálgicos.

No sabemos cuánto de lo que nos toca acaba siendo nuestro. Sobre lo que no nos toca ni tocamos menos sabemos aún. 

Para este 2022 nos deseo RECORDAR. Volver a pasar por el corazón buscando introspección. Como cuando pensábamos que las ideas, las reflexiones y las emociones tenían origen en el centro de nuestros cuerpos, junto al diafragma y no tanto en el cerebro. Situarlo todo en el interior de mi cuerpo y no en una de sus extremidades, la cabeza, me ayuda a pensar en los lugares sagrados, en las casas donde entramos y nos descalzamos. Todas las ideas, las emociones y las experiencias tienen lugar y de alguna forma están invitadas a reposar, respirar, reducir estridencias y a dejar el poso más sabio, el que nos permita seguir siendo conscientes y habitar la realidad.

2022rako, BERRIRO PASATU BIHOTZETIK opa dizuet. Introspekzio bila. Ideiak, gogoetak eta emozioak gure gorputzaren erdian, diafragmarekin batera, eta ez hainbeste burmuinean, sortzen zirela uste genuenean bezala. Dena nire gorputzaren barruan kokatzeak (eta ez haren gorputz-adarretako batean edota buruan) leku sakratuetan pentsatzen laguntzen dit; sartzen eta oinutstzen garen etxeetan. Ideia, emozio eta esperientzia guztiak lekua dute, eta nolabait gonbidatuta daude atseden hartzera, arnastera, zaratak murriztera eta aztarnarik jakintsuena uztera, kontzienteak izaten eta errealitatean bizitzen jarraitzeko aukera emango diguna.

Recuperar el cuerpo y las sensaciones sentidas para atrapar lo que no queremos que se escape. Confiarnos más a las huellas en nuestra piel y a los contactos. RECORDAR 2022. 

Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe. Esta vez me quiere recordar que para tener un torso como el que me dibuja me lo tengo que trabajar mucho, mucho 😀

Cultivando decisiones 2021 Erabakiak landatzen

(posta berberan baina geroago euskeraz)

No creo que la sabiduría detrás del Tetralemma hubiera contemplado desde ninguna de sus posiciones que alguien lo utilizara como árbol de navidad. Un guiño de irreverencia desde un hombre que, a veces, peca de lealtad ciega a las estructuras tal y como las atrapó la primera vez.

Escucho que os habéis vestido de rojo impacientes por despedir el 2020. En algunas casas van a cambiar las uvas y el cava por chupitos de vacuna.

A mí, a nosotros, este año nos ha encontrado en el aire. Estábamos saltando. Hemos sentido bien el temblor de tierra. La altura no nos ha hecho insensibles. Los dolores y frustraciones también afectan a tres palmos del suelo. Pero estábamos arriba, sostenidos por todo lo vivido en 2019. 

Me vais a perdonar, desde este lugar, y seguramente por la distancia, le he cogido un poco de cariño a este año que se nos va. 

Entré en el año con una conversación que me ha acompañado los doce meses. “Imagínate que así como vivas este próximo año será como lo hagas en los siguientes diez”. ¿Lo habéis pensado alguna vez?. La presión en cada decisión suficientemente importante se antojaba elegante.

De pronto, hacia mediados de Marzo, pareció que el margen para decidir se reducía considerablemente. Lo primero que pensé, en relación a la pregunta, fue: “Comenzará a contar cuando se acabe la pandemia”. (Os imagináis que sonrío mientras escribo ¿verdad?)

Y hubo un viaje al ritmo y propuesta del árbol de esta postal. Del dilema entre dos posibilidades que parecían opuestas, a la integración. Desde ahí, a plantearnos la posibilidad de algo totalmente diferente y, por último, a invitarnos a aprender sobre nosotros en relación a esta situación. 

En esta urgencia por cambiar de año, prefiero permanecer solo unos segundos más en el aire. 

Este año hemos sido más conscientes que nunca de los límites de modificar los presentes y futuros. Hemos cursado tercero de incertidumbre y entrenado los músculos necesarios para hacer palanca en los potenciales. Yo no quiero volver a las fantasías de omnipotencia. Necesito seguir bailando en parte esta música. 

Este año que viene también será corto e intenso. Este año me regalo y os regalo, como pequeño tatuaje recordatorio, este “Cultivar decisiones”. 

Llamamos decisión a ese momento donde damos el paso necesario para continuar o cambiar. Es mágico y necesario. Ocurre que seguimos reforzando esa imagen épica, personal, consciente y racional del acto final.

Este año quiero seguir siendo más consciente de todo lo que está antes y después. De lo invisible, lo que permanece, las afecciones mutuas, las estructuras que condicionan, las pequeñas decisiones anteriores que construyen contextos para las siguientes, los libros que leo, las series que elegimos, las conversaciones que busco y eludo, los proyectos profesionales en los que enrolarme … Este año quiero seguir cultivando decisiones. Os deseo cultivar decisiones.

Erabakiak landatzen

Ez dut uste Tetralemma-ren atzeko jakinduriak inoiz imajinatuko ikusko zukeenik bere edukiak gabonetako zuhaitz gisa erabiltzea. Inozokeriazko keinu bat baino ez da, batzuetan egiturei leialtasun itsua eman dien gizon batengandik, lehen aldian harrapatu zituen bezala.

Gorriz jantzi zaretela entzun dut, 2020ari agur esateko irrikaz. Etxe batzuetan mahatsa eta cava txertoaren txupitoekin aldatuko dituzte

Ni, gu, aurten airean aurkitu gaitu. Saltoka ari ginen. Ondo sentitu dugu lurrikara. Altuerak ez gaitu sentibera bihurtu. Oinazeek eta frustrazioek lurraren hiru ahurretan ere eragiten dute. Baina goian geunden, 2019an bizi izandako guztiari eutsita.

Barkatuko didazue… Leku horretatik , eta segur aski distantziagatik, maitasun pixka bat hartu diot alde egin duen urte honi.

Hamabi hilabeteak lagun batekin izan nuen  elkarrizketaren eskutik  sartu nintzen urtean. «Pentsa, datorren urtean bizi zaren bezala, hurrengo hamarretan ere hala izango dela». Pentsatu al duzue inoiz? Erabaki bakoitzaren presioa dotorea iruditzen zait.

Bat-batean, Martxoaren erdi aldera, erabakitzeko tartea nabarmen murriztu zela ematen zuen. Galdera horri buruz pentsatu nuen lehenengo gauza zera izan zen: «Pandemia amaitzerakoan hasiko da kontatzen”. (Idazten dudan bitartean nire irribarrea imajinatzen duzue, ezta?).

Eta postal honetako zuhaitzaren erritmora eta proposamenera bidaia egin genuen. Integrazioaren aurkakoak ziruditen bi aukeren arteko dilema. Hortik, guztiz desberdina den zerbaiten aukera planteatzera, eta, azkenik, egoera horri dagokionez guri buruz ikastera gonbidatzera.

Urtez aldatzeko premia honetan, nahiago dut segundo batzutan airean egon.

Aurten inoiz baino kontzienteago izan gara gaur egungoak eta etorkizunekoak aldatzeko dugun gaitasunaren mugez. Ziurgabetasunaren hirugarren maila osatu dugu  eta potentzialetan palanka egiteko behar diren giharrak entrenatu ditugu. Nik ez dut ahalguztidunaren fantasietara itzuli nahi. Musika hau dantzatzen jarraitu behar dut.

Datorren urtea ere laburra eta bizia izango da. Aurtengo oparia, niretzat eta zuentzat,”Erabakiak landatu” hau, gogoratzeko tatuaje txiki gisa egina.

Jarraitzeko edo aldatzeko beharrezko urratsa ematen dugun une horri erabakia esaten diogu. Magikoa eta beharrezkoa da. Gertatzen da azken ekitaldiaren irudi epiko, pertsonal, kontziente eta arrazional hori indartzen jarraitzen dugula.

Aurten, lehen eta gero dagoen guztiaren jakitun izaten jarraitu nahi dut. Ikusezinetik, irauten duenetik, elkarrekiko afekzioetatik, baldintzatzen dituzten egituretatik, hurrengoetarako testuinguruak eraikitzen dituzten aurreko erabaki txikietatik, irakurtzen ditudan liburuetatik, aukeratzen ditugun sailetatik, bilatzen eta lortzen ditudan elkarrizketetatik, biltzen nauten proiektu profesionaletatik konszienteago izanez, aurtengo erabakiak landatzen jarraitu nahi dut. Zuentzako ere desio berbera: erabakiak landatzearena.

Dibujo y animación del gran Alex Orbe

SALTO 2020

SALTO 2020

Hace años que una de nuestras aficiones familiares es fotografiarnos mientras saltamos. No sé muy bien cómo comenzó todo. Sería parte de un contagio. Lo vimos en algun lado y quisimos replicarlo. Compartes la fotografía en redes, los amigos y amigas comentan y ríen y seguimos en el juego.

El reparto de roles al inicio era claro; mis hijos saltaban y yo fotografiaba. Con el tiempo todo fue mezclándose y hoy suelo ser yo el que salta. Pude comenzar a saltar porque perdí peso. Hasta entonces no me imaginaba sostenido en el aire el tiempo necesario. Elevarse de esta manera tiene su exigencia.

2019 ha sido un año de reto y aprendizaje. Quizás un día pueda/podamos poner palabras al viaje. Hoy sé que todo ha cambiado y que aún no puedo describirlo en detalle. Podría comenzar a desenredar esta madeja tirando de diferentes hilos. Algunos me desnudan o nos desnudan más de lo que hoy quiero, quizás en otro momento. Y esto mirando atrás. ¿Cómo es mirar hacia delante?

Para el 2020 me deseo y os deseo SALTOS.

SALTAR para seguir jugando. Para recordarnos que hacer nuevo es experimentar. Con todos los permisos. Hacerlo de una manera y luego de otra.
SALTAR retados por metas, orientados por propósitos. Sin toda la claridad. A veces solo espoleados por la insatisfacción.
SALTAR para sentir nuestros cuerpos. Para rescatarnos de los soliloquios y las interpretaciones tramposas de nuestras químicas.
SALTAR para seguir sintiéndonos ligeros. Sostenidos y sostenidas por aire. Conscientes de nuestro peso.
SALTAR en horizontes. En la ciudad los saltos parecen más pequeños. Asomarnos al mar, a los caminos. Allí nuestros pies se alejan más del suelo.
SALTAR ganando perspectiva. Viendo toda la imagen, las conexiones entre las partes. Sonriendo al comprobar lo que se repite. Pudiendo entender mi lugar respecto a los demás. Su lugar respecto a lo que construimos.
SALTAR buscando llegar al otro lado. Al lugar que vemos desde una orilla. Sabiendo que siempre nos queda volver. Y también con la certeza de que el salto es cambio y que ya no es posible regresar al mismo lugar.
SALTAR para vivir.