Termina 2024 y comienza 2025: Alimenta los fuegos que más calientan, por pequeños que parezcan.

He estado esta mañana repasando mi año, sobre todo en lo profesional. Para esto he utilizado tres fuentes: mis fotografías en Instagram, mis libros en Goodreads y mi Excel de facturas. Los lugares por los que he paseado ya tienen sus sesgos, pero me han ayudado a conectar mis sensaciones con parte de la realidad.

Llego al final de este año con cierta ligereza. Tengo pendientes un par de propuestas que me pesan y que sé que, cuando envíe, será un alivio. Septiembre comenzó muy fuerte y por eso, quizás, he sentido que las últimas semanas de diciembre han sido más amables. Escribo mirando este año tranquilo y fuerte.

2024 ha sido el año en el que mi blog y mi proyecto profesional como autónomo han cumplido 15 años. Hace 10 años lo celebramos por todo lo alto, hace cinco estábamos en otras cosas como para celebrar y este año, ¿este año?… Este año creo que he priorizado sacar adelante los retos profesionales y bajar el ritmo cuanto he podido. Eso no quita que haya tenido ideas para celebrar este aniversario, pero no han acabado cuajando. Me conecta con una emoción y con una pregunta. La primera es de orgullo y agradecimiento. Una sensación de proyecto personal-colectivo en marcha, sensible, con sentido e impacto. La pregunta está en los próximos 15 años: ¿qué forma irá cogiendo este proyecto? Más allá de las adaptaciones de cada año, ¿cuáles serán las fases? ¿Qué tipo de proyectos se llevarán más tiempo? ¿Qué temas serán los que me orienten en este ejercicio de búsqueda constante?

2024 ha sido el año en el que he celebrado los diez años de vida con mi cuerpo reacondicionado. Fue en 2014 cuando me redimensioné. Os lo conté en varios posts. Tengo otro a medio escribir de actualización, pero os hago un resumen: he conseguido mantenerme en el peso que alcancé después de aquella dieta y viaje personal. Podría tirar de este hilo y llenar todo el espacio que queda del post. Creo que dejarlo aquí es mostrar algo de lo que sigo aprendiendo. No hace falta todo.

Aurten, lagundu ditudan proiektuetatik 4 euskara hutsean izan dira. Urte batzuk daramatzat alfabetatzen. Ez naiz ausartu nire etxeko paretetatik harago hitz egitera, eta are gutxiago nire lanean. Eta orain egiten dut, egin dezakedala uste dudalako, nire mugen jakitun. Esan nahi dudana sinplifikatu egin behar dut, bere abantaila eta eragozpenekin. Euskaraz lan egitearen aldeko apustua egiten dut, euskaraz gehiago bizi gaitezkeen gizarte batean lagundu nahi dudalako. Nire garapenarekin konektatzen nauelako. Eta uste dut sustraietatik eta emozioetatik lan egiten laguntzen didalako. Jone, Bego eta nire irakaslea, Xabi, oso garrantzitsuak dira garapen horretan. Elhuyarreko Elia eta ChatGPT-ren IA ezinbesteko aliatuak dira. Abentura honetan etengabea.

(Este año, 4 de los proyectos en los que he contribuido han sido íntegramente en euskera. Llevo varios años en el ejercicio de reforzar un idioma en el que no terminé de alfabetizarme y que no me he permitido utilizar de manera habitual más allá de las paredes de mi casa y mucho menos en mi desarrollo profesional. Lo hago porque considero que puedo hacerlo. Soy consciente de mis límites. Necesito simplificar lo que quiero decir, con sus ventajas e inconvenientes. Apuesto por trabajar en euskera porque quiero contribuir a una sociedad donde podamos vivir más en euskera. Me reconcilia con una parte de mí donde me siento por desarrollar. Y creo que contribuyo conectando desde las raíces y las emociones, además de con las ideas y la cabeza. Jone, Bego y mi profesor, Xabi, son muy importantes en este desarrollo. Elia y la IA de ChatGPT son aliadas imprescindibles. Continúo en esta aventura).

Esto de la Inteligencia Artificial también ha sido un foco este año. Ya sabéis que soy un trasteador. Con el tiempo sigo teniendo curiosidad. Mis primeras interacciones con ChatGPT me parecieron tan sorprendentes que he necesitado seguir explorando. Comenzamos, como todo el mundo, con las primeras preguntas para recabar información, como un sustituto de la búsqueda más abierta en navegadores. Con las primeras fuentes inventadas comenzamos a ser más precavidos y a mejorar las preguntas y la calidad de la interacción. Estas semanas, y después de una conversación con Juanma Murua, de experimentar con las propuestas que Ramón Besonías nos comparte en RRSS y otras colaboraciones estoy explorando la posibilidad de convertir en producto asistentes que exploten los saberes generados en diferentes campos a lo largo de estos años. Mientras tanto, juego con cosas diferentes, apoyándome en herramientas de IA para transcripción, mejora de textos, rutinas… Este podcast basado en mi post sobre la paradoja en las organizaciones me hipnotiza (Aviso. Está en inglés). El futuro no lo sé aún.

Mucho del ensayo que he leído en los últimos años me ha servido para seguir reforzando una manera crítica de relacionarme con la capa digital. Durante 8 años acompañé al alumnado de Educación Social de la Universidad de Deusto a explorar los potenciales de la capa digital para la Innovación Social. Hoy creo que mucho se juega en las estructuras y no tanto en los usos. El informe que escribimos para el proyecto Bherria sobre la hibridación en los procesos de colaboración público-social creo que recoge algunas de estas ideas. (hemen euskeraz) Yo también he emigrado de Twitter a BlueSky, vuelvo a mi blog y tengo un ordenador limpio para instalar Linux en las vacaciones de Navidad.

Bherria es el proyecto donde vuelco la reflexión sobre los aspectos más sociales de mi desarrollo profesional. Creo que el trabajo que estamos realizando junto a Komunikatik y ColaBoraBora para el Gobierno Vasco y el Consejo de Voluntariado es de una calidad y utilidad muy alta. Es el proyecto más importante de los que desarrollo para la administración pública. En este ámbito sólo participo en dos proyectos más y tienen que ver con un vínculo especial con las personas que los lideran. Me protejo un poco. Me creo demasiado los proyectos que buscan impactar en el bienestar de las personas desde lo público, sin darme cuenta de los límites de la estructura.

Mi colaboración con Emana Formación también es un lugar clave en mi desarrollo. De la mano de estas compañeras de viaje seguimos explorando la perspectiva sistémica al servicio de los equipos y organizaciones. Este año que viene celebraremos la edición número 20 del programa de Coaching de Equipos. Mirar hacia atrás nos conecta con la importancia de algunas experiencias, lugares y personas. ¡Gracias, equipo! También hemos dado forma a un taller sobre el propósito en las organizaciones que nos creemos, y no es poco. Hay mucho de lo que hacemos en colaboración que es invisible. Acompañamos equipos construyendo espacios significativos desde compartir pequeñas píldoras formativas y mucho de acompañamiento y conversación. Me gusta mucho trabajar junto a María Carrascal en este contexto.

Después de varios años de renunciar a trabajar en proyectos de reflexión estratégica, este año ha sido especialmente rico en este aspecto. Hay muchos aprendizajes que necesito colocar: el grado de directividad es uno de ellos, la profundización y definición, otro; los escenarios de seguimiento y desarrollo de lo acordado… Aprendo mucho trabajando con organizaciones diferentes y junto a otras personas en este ámbito. Con Julen Iturbe tuvimos una colaboración que no acabó de cuajar, pero ya los contrastes fueron más que interesantes. He vuelto a colaborar con mi amigo Pablo, y es un lujo. Y Jone… podría decir muchas cosas, pero voy a resumirlo en esta frase: “me muestra mis puntos ciegos” :D.

Este año hemos publicado un manual para trabajar las competencias transversales en la Formación Profesional. Lo conté en un post. Esta semana estoy revisando la maquetación de otro manual, esta vez en colaboración con la Red AntiRumores de Euskadi; ZAS. Va a ser un texto donde he querido compartir mucho de lo que hemos aprendido en 10 años de talleres para reforzar las habilidades de comunicación, para poner límites a rumores racistas y comprender las necesidades detrás de estos. Reconozco que tengo un poco de vértigo con la publicación. Me relaja saber que no es el primero ni será el último y que contribuyo aportando una perspectiva más a este camino.

Ha sido también en este año donde hemos ampliado oficina. Seguimos en el “Rascacielos de Bailén”, solo dos puertas más allá, pero con algo más de espacio. Y escribo en primera persona del plural porque comparto, también este espacio, con Begoña Juaristi. En lo profesional, juntos pero no revueltos. Complementamos el espacio de trabajo con una sala para el trabajo más individual y con equipos. En el mes de octubre pintamos, acuchillamos, barnizamos y cambiamos la instalación eléctrica. Otro viaje que solo podíamos hacer junto a amigos y familia. Eskerrik asko Egoitz, Javi, Martin, Asier e Iñaki. Siempre habrá una infusión y un café preparado si queréis visitarnos.

Y por último: me dice Goodreads que he leído 42 libros este año, unas 10.000 páginas. Sobre todo, novela. Hace unos años me di cuenta de que era importante aligerar mi cabeza. Me encanta leer ensayo, pero a veces refuerza demasiado mi inercia por rumiar y perseguir la última idea que ha cogido forma. Me mojo: los tres libros que más me han gustado han sido Maniac, de Benjamin Labatut, La llamada, de Leyla Guerriero, y Estado de malestar, de Nina Lykke.

Todo esto reposado por tiempo de calidad con los míos, vacaciones con buenos amigos y amigas. Playa, paseos, lecturas, conversaciones…

De cara a 2025 voy a leer un poco este post y ver qué de lo que ha ocurrido ya me gustaría que ocurriera más. Este es el juego: alimentar los fuegos que calientan, por pequeños que parezcan.

Y este es mi deseo: Alimenta los fuegos que más calientan, por pequeños que parezcan.

Kontraesanen besarkada 2024 Abrazando contradicciones

¿Cuánto y cómo habéis DISUEÑADO este año? Para mí, ha sido un ejercicio muy interesante. He sido más consciente del impacto de lo que deseaba, y he podido seleccionar anhelos que me beneficiaran tanto personal como colectivamente. No ha sido sencillo ni armonioso, como todo lo que es importante.

Tengo cierta tolerancia a discutir conmigo mismo. Es habitual que, a lo largo de una conversación o de una sesión de trabajo, permanezca un tiempo en silencio. A veces, incluso mientras hablo, necesito parar para ordenar y saber si lo que estoy diciendo es lo que quiero expresar. Lo he comentado en alguna ocasión; a veces, balbuceo como señal de ideas diferentes que están pujando por tomar forma en palabras.

Algún colega también me ha llamado la atención sobre esta especie de lealtad que tengo a la complejidad y a recuperar perspectivas que pudieran aparecer contradictorias. En mi día a día, tanto personal como profesional, esto es fuente de tensión y confusión, pero también me permite mediar y comprender otras necesidades más silenciadas, transitando por terrenos horadados de trincheras.

A veces, estos balbuceos se convierten en vehemencia. Ha sido tanta la digestión que surge el eructo. No suele ser gratuita esta rotundidad, y el movimiento de tripas suele permanecer durante un tiempo.

Siempre hay oportunidad para ajustar temas importantes, aprender y seguir cuidándonos. También, bendita contradicción, está bien fallar, reconocernos no solo en lo que podemos cambiar sino en lo que, a fuerza de repetirse, parece una cierta marca de la casa. Y no enfadarnos. La congruencia, como una forma de identidad reconocible, es un valor, sí. Solo me gustaría que no se convirtiera en jaula.

Esta sería la idea que Alex dibuja de esta manera tan bonita, como si fuera una suerte de sortilegio o performance que me permite calentar lo congelado. Nos peleamos con nosotros mismos y nosotras mismas, y está bien. Es clave para sortear las sirenas de la polarización y la irresponsabilidad vinculada al “Es que yo soy así”. Y además, sin hacernos más daño del necesario, necesitamos seguir suspendiendo la autoflagelación y dejarnos resonar por estas ideas, experiencias y sensaciones que parecieran querer llevarnos a un lado o al otro de la trinchera.

Os deseo, y me deseo, seguir abrazando estas contradicciones que nos permiten seguir en conexión con las diferentes caras de la realidad.


Zenbat eta nola DISEINAMESTU duzue aurten? Niretzat oso ariketa interesgarria izan da. Nahi nuenaren eraginaz kontzienteago izan naiz, eta pertsonalki nahiz taldean onura ekarriko zidaten irrikak aukeratu ahal izan ditut. Ez da ez erraza ez harmoniatsua izan, garrantzitsua den guztia bezala.

Neure buruarekin eztabaidatzeko tolerantzia pixka bat dut. Ohikoa da elkarrizketa batean edo lan-saio batean denbora batez isilik egotea. Batzuetan, hitz egiten dudan bitartean ere, gelditu egin behar izaten dut ordenatzeko eta jakiteko ea esaten ari naizena adierazi nahi dudan. Noizbait esan izan dut; batzuetan zizipaza nabil, hitzetan forma hartzeko lehiatzen ari diren ideia desberdinen seinale.

Batzuetan, eziesan horiek su bihurtzen dira. Horrenbesteko digestioak korroskada sortzen du. Ez da doakoa irmotasun hori, eta hesteen mugimendua denbora batez egoten da.

Lankideren batek ere atentzioa eman dit konplexutasunari eta kontraesanean egon daitezkeen ikuspegiak berreskuratzeari dudan leialtasun mota horri buruz. Nire egunerokoan, bai pertsonalki, bai profesionalki, hau tentsio- eta nahasmen-iturri da, baina, era berean, aukera ematen dit bitartekari izateko eta isilago dauden beste behar batzuk ulertzeko, lubakiz betetako lurretatik joanda.

Beti dago aukera gai garrantzitsuak doitzeko, ikasteko eta gure burua zaintzen jarraitzeko. Kontraesan bedeinkatua ere, ondo dago huts egitea, ez bakarrik alda dezakegun horretan, baizik eta, errepikatzearen poderioz, etxearen marka bat dirudienean. Eta ez haserretu. Kongruentzia, identitate ezagutzeko modu gisa, balioa da, bai. Kaiola ez izatea gustatuko litzaidake.

Hori izango litzateke Alexek hain modu politean marrazten duen ideia, izoztua berotzeko aukera ematen duen sortilegio edo performance moduko bat balitz bezala. Geure buruarekin borrokatzen gara, eta ondo dago. “Ni horrelakoa naiz” esaldira lotutako  polarizazioa eta arduragabekeriaren sirenak saihesteko gakoa da. Eta, gainera, behar baino kalte gehiago egin gabe, autoflagelazioa bertan behera utziz, eta lubakiaren alde batera edo bestera eraman nahi gaituztela ematen duten ideia, esperientzia eta sentsazioengatik berpiztu.

Errealitatearen aurpegi desberdinekin lotura izaten jarraitzeko aukera ematen diguten kontraesan horiek besarkatzen jarraitu nahi dut eta gauza bera opa dizuet zuei ere.

DISUEÑO 2023rako DHESIOA

Son éstas, fechas de deseo. Animales sociales y estructurados también por rituales, nos acercamos al cambio de año con intención de trascender. Y en ese momento decidimos desear. Deseamos felicidad, prosperidad… y lo hacemos a las personas que más queremos.

Mientras apuntamos alto en nuestros anhelos la tripa nos duele denunciando ese turrón que prometiste no probar y la cabeza nos recuerda que quizás sobraron dos copas. Somos seres con tendencia a disociar y ésto de desear parece un proceso complejo. 

Escuchaba hace unas semanas a Yayo Herrero que necesitamos construir un horizonte de deseos diferente al que nos han ofrecido, que venimos de una gestión de la escasez con promesas, contribuyendo a una cultura que premia precisamente los rasgos del niño más caprichoso.

Recordé como un resorte a Gilles Deleuze en aproximación de Maite Larrauri:

“Lo verdaderamente difícil es desear, porque desear implica la construcción misma del deseo: formular qué disposición se desea, qué mundo se desea, para que sea el mundo que te conviene, el mundo que aumenta tu potencia…”

«El deseo según Gilles Deleuze» Maite Larrauri, Editorial Tándem

Nos invita a desear para desplegar todo nuestro potencial. A salir de la identidad rígida y devenir, “porque lo importante es lo que pasa, lo que atraviesa, lo que cambia”. Donde “probar consiste en no juzgar a los existentes sino en sentir si nos convienen o no, si nos aportan fuerzas vitales que ampliarán nuestra potencia”.

Amets Arzallusi duela egun batzuk entzun nion bere Apokalipsiaren aurreko azken egunari buruz inprobisatzen. Mendira begira, ardoa edaten, gazta zaharra jaten eta lagun onekin hitz egiten irudikatzen zuen. Momentu hartan, ehunka pertsonaren aurrean zegoen eszenatoki batean, duela segundo batzuk ezagutzen ez zuen proposamen batek bultzatuta, bertso bakoitzaren amaieran errima batera itzuliz, edertasuna bilatuz, bere ideia eta emozioekin konektatuz… Bere ahalmen guztia erabat zabalarazten zion ariketa batean erraza desiatzera gonbidatzen gintuen. Desioa nahi nuen.

Nik, 2023rako, desioa opa dizuet.

Para este 2023 yo os deseo, deseo.

(Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe.)

2022 BIHOTZETIK BERRIRO PASA / RECORDAR

Llega este momento de final de año donde suspendemos las marchas y dedicamos un tiempo para mirar lo anterior y esbozar lo posterior. Parar es seguramente la mejor de las recomendaciones. Como dejar de hablar en un monte, quitarte los auriculares junto al mar, cerrar los ojos ante el sol… 

Hace un año nos deseaba la capacidad de “cultivar decisiones”. Dejar de centrarnos en nuestra dudosa capacidad para discernir desde la fantasía del libre albedrío e invertir nuestra energía en la construcción de rutinas y ecosistemas más saludables y felices. He tenido la intención de hacer balance pero se podría resumir en algo así como: “funcionó mientras me dejaron”. Este último trimestre ha sido, una vez más, demasiado intenso. Quizás no preparé bien el terreno ni elegí las mejores semillas. Quizás solo ha sido otra oportunidad para rendirnos y aprender.

¿Cuánto de lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida acaba siendo realmente nuestro? Leía una novela hace unos días donde una de las protagonistas sufría de una suerte de amnesia a partir de un accidente. Esta peculiaridad le impedía reconocer a las personas, asentar afectos, enamorarse… Tenía cuadernos donde dibujaba, escribía y pegaba fotografías para atrapar los eventos importantes. Cuando quería situarse volvía al cuaderno donde tenía recogida la información. Me acordé de la película “Memento” y de aquellos tatuajes que servían de bitácora y hoja de ruta. Me hizo mucho sentido llevarlo a la piel y al cuerpo. 

En este tiempo de bustos parlantes, encuentros desde la distancia y afecto por los codos, contactar, abrazar y besar se convierten en actos proscritos. Quienes nos acercamos a la realidad primero con los dedos, las manos, brazos y labios andamos nostálgicos.

No sabemos cuánto de lo que nos toca acaba siendo nuestro. Sobre lo que no nos toca ni tocamos menos sabemos aún. 

Para este 2022 nos deseo RECORDAR. Volver a pasar por el corazón buscando introspección. Como cuando pensábamos que las ideas, las reflexiones y las emociones tenían origen en el centro de nuestros cuerpos, junto al diafragma y no tanto en el cerebro. Situarlo todo en el interior de mi cuerpo y no en una de sus extremidades, la cabeza, me ayuda a pensar en los lugares sagrados, en las casas donde entramos y nos descalzamos. Todas las ideas, las emociones y las experiencias tienen lugar y de alguna forma están invitadas a reposar, respirar, reducir estridencias y a dejar el poso más sabio, el que nos permita seguir siendo conscientes y habitar la realidad.

2022rako, BERRIRO PASATU BIHOTZETIK opa dizuet. Introspekzio bila. Ideiak, gogoetak eta emozioak gure gorputzaren erdian, diafragmarekin batera, eta ez hainbeste burmuinean, sortzen zirela uste genuenean bezala. Dena nire gorputzaren barruan kokatzeak (eta ez haren gorputz-adarretako batean edota buruan) leku sakratuetan pentsatzen laguntzen dit; sartzen eta oinutstzen garen etxeetan. Ideia, emozio eta esperientzia guztiak lekua dute, eta nolabait gonbidatuta daude atseden hartzera, arnastera, zaratak murriztera eta aztarnarik jakintsuena uztera, kontzienteak izaten eta errealitatean bizitzen jarraitzeko aukera emango diguna.

Recuperar el cuerpo y las sensaciones sentidas para atrapar lo que no queremos que se escape. Confiarnos más a las huellas en nuestra piel y a los contactos. RECORDAR 2022. 

Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe. Esta vez me quiere recordar que para tener un torso como el que me dibuja me lo tengo que trabajar mucho, mucho 😀

Cultivando decisiones 2021 Erabakiak landatzen

(posta berberan baina geroago euskeraz)

No creo que la sabiduría detrás del Tetralemma hubiera contemplado desde ninguna de sus posiciones que alguien lo utilizara como árbol de navidad. Un guiño de irreverencia desde un hombre que, a veces, peca de lealtad ciega a las estructuras tal y como las atrapó la primera vez.

Escucho que os habéis vestido de rojo impacientes por despedir el 2020. En algunas casas van a cambiar las uvas y el cava por chupitos de vacuna.

A mí, a nosotros, este año nos ha encontrado en el aire. Estábamos saltando. Hemos sentido bien el temblor de tierra. La altura no nos ha hecho insensibles. Los dolores y frustraciones también afectan a tres palmos del suelo. Pero estábamos arriba, sostenidos por todo lo vivido en 2019. 

Me vais a perdonar, desde este lugar, y seguramente por la distancia, le he cogido un poco de cariño a este año que se nos va. 

Entré en el año con una conversación que me ha acompañado los doce meses. “Imagínate que así como vivas este próximo año será como lo hagas en los siguientes diez”. ¿Lo habéis pensado alguna vez?. La presión en cada decisión suficientemente importante se antojaba elegante.

De pronto, hacia mediados de Marzo, pareció que el margen para decidir se reducía considerablemente. Lo primero que pensé, en relación a la pregunta, fue: “Comenzará a contar cuando se acabe la pandemia”. (Os imagináis que sonrío mientras escribo ¿verdad?)

Y hubo un viaje al ritmo y propuesta del árbol de esta postal. Del dilema entre dos posibilidades que parecían opuestas, a la integración. Desde ahí, a plantearnos la posibilidad de algo totalmente diferente y, por último, a invitarnos a aprender sobre nosotros en relación a esta situación. 

En esta urgencia por cambiar de año, prefiero permanecer solo unos segundos más en el aire. 

Este año hemos sido más conscientes que nunca de los límites de modificar los presentes y futuros. Hemos cursado tercero de incertidumbre y entrenado los músculos necesarios para hacer palanca en los potenciales. Yo no quiero volver a las fantasías de omnipotencia. Necesito seguir bailando en parte esta música. 

Este año que viene también será corto e intenso. Este año me regalo y os regalo, como pequeño tatuaje recordatorio, este “Cultivar decisiones”. 

Llamamos decisión a ese momento donde damos el paso necesario para continuar o cambiar. Es mágico y necesario. Ocurre que seguimos reforzando esa imagen épica, personal, consciente y racional del acto final.

Este año quiero seguir siendo más consciente de todo lo que está antes y después. De lo invisible, lo que permanece, las afecciones mutuas, las estructuras que condicionan, las pequeñas decisiones anteriores que construyen contextos para las siguientes, los libros que leo, las series que elegimos, las conversaciones que busco y eludo, los proyectos profesionales en los que enrolarme … Este año quiero seguir cultivando decisiones. Os deseo cultivar decisiones.

Erabakiak landatzen

Ez dut uste Tetralemma-ren atzeko jakinduriak inoiz imajinatuko ikusko zukeenik bere edukiak gabonetako zuhaitz gisa erabiltzea. Inozokeriazko keinu bat baino ez da, batzuetan egiturei leialtasun itsua eman dien gizon batengandik, lehen aldian harrapatu zituen bezala.

Gorriz jantzi zaretela entzun dut, 2020ari agur esateko irrikaz. Etxe batzuetan mahatsa eta cava txertoaren txupitoekin aldatuko dituzte

Ni, gu, aurten airean aurkitu gaitu. Saltoka ari ginen. Ondo sentitu dugu lurrikara. Altuerak ez gaitu sentibera bihurtu. Oinazeek eta frustrazioek lurraren hiru ahurretan ere eragiten dute. Baina goian geunden, 2019an bizi izandako guztiari eutsita.

Barkatuko didazue… Leku horretatik , eta segur aski distantziagatik, maitasun pixka bat hartu diot alde egin duen urte honi.

Hamabi hilabeteak lagun batekin izan nuen  elkarrizketaren eskutik  sartu nintzen urtean. «Pentsa, datorren urtean bizi zaren bezala, hurrengo hamarretan ere hala izango dela». Pentsatu al duzue inoiz? Erabaki bakoitzaren presioa dotorea iruditzen zait.

Bat-batean, Martxoaren erdi aldera, erabakitzeko tartea nabarmen murriztu zela ematen zuen. Galdera horri buruz pentsatu nuen lehenengo gauza zera izan zen: «Pandemia amaitzerakoan hasiko da kontatzen”. (Idazten dudan bitartean nire irribarrea imajinatzen duzue, ezta?).

Eta postal honetako zuhaitzaren erritmora eta proposamenera bidaia egin genuen. Integrazioaren aurkakoak ziruditen bi aukeren arteko dilema. Hortik, guztiz desberdina den zerbaiten aukera planteatzera, eta, azkenik, egoera horri dagokionez guri buruz ikastera gonbidatzera.

Urtez aldatzeko premia honetan, nahiago dut segundo batzutan airean egon.

Aurten inoiz baino kontzienteago izan gara gaur egungoak eta etorkizunekoak aldatzeko dugun gaitasunaren mugez. Ziurgabetasunaren hirugarren maila osatu dugu  eta potentzialetan palanka egiteko behar diren giharrak entrenatu ditugu. Nik ez dut ahalguztidunaren fantasietara itzuli nahi. Musika hau dantzatzen jarraitu behar dut.

Datorren urtea ere laburra eta bizia izango da. Aurtengo oparia, niretzat eta zuentzat,”Erabakiak landatu” hau, gogoratzeko tatuaje txiki gisa egina.

Jarraitzeko edo aldatzeko beharrezko urratsa ematen dugun une horri erabakia esaten diogu. Magikoa eta beharrezkoa da. Gertatzen da azken ekitaldiaren irudi epiko, pertsonal, kontziente eta arrazional hori indartzen jarraitzen dugula.

Aurten, lehen eta gero dagoen guztiaren jakitun izaten jarraitu nahi dut. Ikusezinetik, irauten duenetik, elkarrekiko afekzioetatik, baldintzatzen dituzten egituretatik, hurrengoetarako testuinguruak eraikitzen dituzten aurreko erabaki txikietatik, irakurtzen ditudan liburuetatik, aukeratzen ditugun sailetatik, bilatzen eta lortzen ditudan elkarrizketetatik, biltzen nauten proiektu profesionaletatik konszienteago izanez, aurtengo erabakiak landatzen jarraitu nahi dut. Zuentzako ere desio berbera: erabakiak landatzearena.

Dibujo y animación del gran Alex Orbe

SALTO 2020

SALTO 2020

Hace años que una de nuestras aficiones familiares es fotografiarnos mientras saltamos. No sé muy bien cómo comenzó todo. Sería parte de un contagio. Lo vimos en algun lado y quisimos replicarlo. Compartes la fotografía en redes, los amigos y amigas comentan y ríen y seguimos en el juego.

El reparto de roles al inicio era claro; mis hijos saltaban y yo fotografiaba. Con el tiempo todo fue mezclándose y hoy suelo ser yo el que salta. Pude comenzar a saltar porque perdí peso. Hasta entonces no me imaginaba sostenido en el aire el tiempo necesario. Elevarse de esta manera tiene su exigencia.

2019 ha sido un año de reto y aprendizaje. Quizás un día pueda/podamos poner palabras al viaje. Hoy sé que todo ha cambiado y que aún no puedo describirlo en detalle. Podría comenzar a desenredar esta madeja tirando de diferentes hilos. Algunos me desnudan o nos desnudan más de lo que hoy quiero, quizás en otro momento. Y esto mirando atrás. ¿Cómo es mirar hacia delante?

Para el 2020 me deseo y os deseo SALTOS.

SALTAR para seguir jugando. Para recordarnos que hacer nuevo es experimentar. Con todos los permisos. Hacerlo de una manera y luego de otra.
SALTAR retados por metas, orientados por propósitos. Sin toda la claridad. A veces solo espoleados por la insatisfacción.
SALTAR para sentir nuestros cuerpos. Para rescatarnos de los soliloquios y las interpretaciones tramposas de nuestras químicas.
SALTAR para seguir sintiéndonos ligeros. Sostenidos y sostenidas por aire. Conscientes de nuestro peso.
SALTAR en horizontes. En la ciudad los saltos parecen más pequeños. Asomarnos al mar, a los caminos. Allí nuestros pies se alejan más del suelo.
SALTAR ganando perspectiva. Viendo toda la imagen, las conexiones entre las partes. Sonriendo al comprobar lo que se repite. Pudiendo entender mi lugar respecto a los demás. Su lugar respecto a lo que construimos.
SALTAR buscando llegar al otro lado. Al lugar que vemos desde una orilla. Sabiendo que siempre nos queda volver. Y también con la certeza de que el salto es cambio y que ya no es posible regresar al mismo lugar.
SALTAR para vivir.