Son éstas, fechas de deseo. Animales sociales y estructurados también por rituales, nos acercamos al cambio de año con intención de trascender. Y en ese momento decidimos desear. Deseamos felicidad, prosperidad… y lo hacemos a las personas que más queremos.
Mientras apuntamos alto en nuestros anhelos la tripa nos duele denunciando ese turrón que prometiste no probar y la cabeza nos recuerda que quizás sobraron dos copas. Somos seres con tendencia a disociar y ésto de desear parece un proceso complejo.
Escuchaba hace unas semanas a Yayo Herrero que necesitamos construir un horizonte de deseos diferente al que nos han ofrecido, que venimos de una gestión de la escasez con promesas, contribuyendo a una cultura que premia precisamente los rasgos del niño más caprichoso.
Recordé como un resorte a Gilles Deleuze en aproximación de Maite Larrauri:
“Lo verdaderamente difícil es desear, porque desear implica la construcción misma del deseo: formular qué disposición se desea, qué mundo se desea, para que sea el mundo que te conviene, el mundo que aumenta tu potencia…”
«El deseo según Gilles Deleuze» Maite Larrauri, Editorial Tándem
Nos invita a desear para desplegar todo nuestro potencial. A salir de la identidad rígida y devenir, “porque lo importante es lo que pasa, lo que atraviesa, lo que cambia”. Donde “probar consiste en no juzgar a los existentes sino en sentir si nos convienen o no, si nos aportan fuerzas vitales que ampliarán nuestra potencia”.
Amets Arzallusi duela egun batzuk entzun nion bere Apokalipsiaren aurreko azken egunari buruz inprobisatzen. Mendira begira, ardoa edaten, gazta zaharra jaten eta lagun onekin hitz egiten irudikatzen zuen. Momentu hartan, ehunka pertsonaren aurrean zegoen eszenatoki batean, duela segundo batzuk ezagutzen ez zuen proposamen batek bultzatuta, bertso bakoitzaren amaieran errima batera itzuliz, edertasuna bilatuz, bere ideia eta emozioekin konektatuz… Bere ahalmen guztia erabat zabalarazten zion ariketa batean erraza desiatzera gonbidatzen gintuen. Desioa nahi nuen.
Nik, 2023rako, desioa opa dizuet.
Para este 2023 yo os deseo, deseo.
(Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe.)
No sé cuál fue la frase que utilicé para intentar condensarlo todo y llamar la atención en la cena familiar. Conseguí hacerlo pero enseguida tuve que empezar a matizarme. Quería transmitir algo de todo lo que me bulle en el cuerpo en relación a los límites en el crecimiento y los impactos a muy corto plazo en nuestras vidas. Y entonces me planteé utilizar algunas anécdotas futboleras que pudieran ayudarme de puente. Hoy escribo sobre esto.
Women’s football. The team captains greet each other with a kiss. England, Preston, 1920.
La primera referencia fue la famosa rueda de prensa dónde Mbappé y Galtier del Paris Saint Germain francés se mofan de la propuesta de viajar en tren en vez de en avión. Ya habíamos hablado antes de este tema. Cuándo veo de nuevo el video conecto con la distancia. Es un abismo de clase, una brecha absoluta. Las formas destrozan cualquier conexión con el reto compartido. No va con ellos. Se ríen de la pregunta.
Ante el recordatorio la conexión fue directa. “Si no hay petróleo, en el PSG lo van a pasar mal”. Mi hijo recordaba en manos de quién está este equipo de fútbol, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al-Thani.
Pensaba en las conexiones entre los contextos y la capacidad de conectar con una u otra información. Se trata de las burbujas y la distancia entre pobres y ricos. Tus rutinas de desplazamiento y el origen del dinero que te posee (por ejemplo), hace increíble y una fábula imposible (otro ejemplo) la desaparición del petróleo barato.
Juan Bordera explica bien las razones por las que aún algunas personas se ríen ante la posibilidad de renunciar al coche, las empresas de automoción o vinculadas siguen apostando con las mismas cartas y las administraciones públicas apostando por infraestructuras y hormigón.
Os recomiendo leer este texto. A riesgo de hacer spoiler. El documento que orientará sobre los siguientes pasos a dar en relación al cambio climático, realizado de manera colaborada entre decenas de científicos, es filtrado en una fase de borrador donde la imagen es muy clara y aterradora. Tras el trabajo de “cepillado” correspondiente y en un resumen ejecutivo dirigido a las personas que toman las decisiones, las referencias a esta realidad y la necesidad de apostar de manera decidida por el decrecimiento desaparecen.
Vuelvo al fútbol. Este video ya lo he utilizado en mi blog en esta entrada. Traigo de nuevo a este maravilloso partido entre filósofos alemanes y griegos de los Monthy Phyton.
Quizás es una imagen que no se corresponde exactamente con la realidad o tal como yo veo hoy la situación. Desde mi punto de vista la dificultad no está en que perdamos en tiempo en pensar. Quizás, el vértigo de tomar el balón y dar los primeros pasos, está demasiado condicionado por unas gradas que gritan para que todo siga igual, espoleadas por lobbys extractivos y desconectados del bien común.
Seguimos conversando en aquella cena que es posible que el fútbol de las estrellas, los sueldos millonarios y fichajes globalizados este tocando a su fin. Es difícil sostener esta idea cuando en unas semanas habrá un mundial que cambia de fechas para sostener el calor. No buscamos convencer a nadie en contra de lo que opina. Esto hace más rígida la posición y es lo que menos nos interesa. Aquí aposté por lo emocional. Quizás en ese nuevo Fútbol nuestro equipo, el Athletic, vuelva a tener oportunidades. Quizás haya algo en el decrecimiento que nos pueda conectar y enchufar. Puede ser que en el fútbol que se desplaza en autobús o tren haya algo de lo que algunos echamos de menos.
Me permito un bonus track. Por un lado algunas referencias que también han utilizado el futbol para explicar algunos contextos complejos:
Me gusta mucho este video de Ibai Llanos donde invita a una actitud ganadora ante los exámenes de selectividad.
Otro más y sobre el uso de las metáforas para transmitir información:
“Los marcos son estructuras mentales que moldean nuestra visión del mundo. Un cambio de marco es un cambio social”. Así comienza Lakoff su libro “No pienses en un elefante”. Se trata de generar un marco, una idea, una marca, no tanto de construir grandes argumentos. Está contrastado que cuando la información que recibimos (los datos) no se conforman a los marcos inscritos en nuestro cerebro, nos quedamos con los marcos e ignoramos los hechos. Entonces la pregunta es: ¿Cómo contribuimos a construir otros marcos? ¿Cómo ofrecemos un marco dónde el decrecimiento se perciba a favor del bien común y de un desarrollo humano?. Si os interesa podéis leer una introducción en forma de artículo. En lenguaje futbolero se trataría de poner en valor el refuerzo del trabajo de cantera, la apuesta por recorridos profesionales plenos dentro de un club… Algo de esto escribí en otro post en mi blog.
Reflexionamos también sobre las metáforas para transmitir conceptos o dinámicas más complejas. A veces lo que proponemos parece distanciarse mucho de lo que queremos contar pero en algunas ocasiones pone en marcha intensos procesos de descubrimiento de sentido. Describir no siempre ayuda a modificar la realidad y nuestro acercamiento a la misma. Nuestras palancas se encuentran más en el terreno de los relatos sobre lo que ocurre. Se trata de reconocernos en lo que escuchamos y también de extrañarnos suficientemente para comprender algo nuevo. La imagen de los filósofos jugando al fútbol puede ser una buena metáfora para hablar del tiempo derrochado y la urgencia por mover el balón ante el reto actual.
Utilizar las mismas palabras. Desde nuestra experiencia cuando nos dirigimos a una persona y a un colectivo es importante que estas puedan sentirse reflejadas y escuchadas. Sin pretender hacer un “cajón de sastre” donde dar cabida a cada detalle pero sí usando expresiones e imágenes propias de estas personas. Si hablamos de fútbol sigamos el hilo y hablemos de “penalty”, “juego limpio”, “equipo”, “portería a cero”, “hacktrick”, “fuera de juego”. Los video de Líbero son un buen ejemplo.
¿Qué imagen toma forma en vuestra cabeza cuando leeis estas letras y veis estos videos? ¿Cómo transmitiriais vuestras ideas a través de una metáfora? ¿Con que canción os conecta? ¿Con qué obra de arte? ¿Cómo transmitir esto que te importa en lenguaje futbolero?
“Con el combate contra la credulidad aparece un nuevo problema: no basta con tener acceso al conocimiento disponible de nuestro tiempo, sino que lo importante es que podamos relacionarnos con él de manera que contribuya a transformarnos a nosotros y a nuestro mundo mejor”
“Nueva Ilustración radical» (2017) Garcés, M Ed. Nuevos cuadernos Anagrama
Este verano me desplacé en un par de ocasiones compartiendo coche gracias a la aplicación BLABLAcar. La experiencia fue buena. En un momento la conversación con la conductora derivó hacia el precio del combustible. Estaba enfadada y pensaba que había que salir a la calle a pedir a nuestros gobiernos una respuesta más eficaz. Entre ingenuo y provocador pregunté si de esta manera pretendía resucitar yacimientos agotados. Continuamos conversando y profundizando hasta llegar a lo que supondría una asunción de esta nueva realidad. Esta persona tenía sus orígenes en un pueblo de Burgos y amaba el mar. Pensamos en qué momento fue la primera vez que sus padres se asomaron al mismo y cuándo lo habían hecho, si lo habían hecho, sus abuelos. Estábamos tocando el hueso. ¿Qué significaba asumir y afrontar el límite de un modelo de crecimiento que hasta ahora parecía mágico y eterno?
Hace dos años leí Petrocalípsis de Antonio Turiel. Fue un golpe en el estómago, un caerme del caballo. Ha sido una lectura ancla que me ha acompañado de diferentes maneras estos meses. Esta semana escuchaba a Yayo Herrero en unas jornadas y a Turiel y Juan Bordera en otras. Estas personas y algunas más cercanas a las que respeto por trayectoria, afecto y saber, me colocan en este reto. Digo me colocan porque no siento que a mi alrededor haya conciencia. La sensación es que la pandemia antes y la guerra de Ucrania después sirven para responder rápidamente a la situación de crisis, inflación…
Es como si hubiéramos unido causa y efecto como en el video del gato que parece tirar de su moto a una persona al tocar el plasma donde se retransmite la carrera.
Sobre esto reflexionaba desde el perfil de twitter @limites1972 (homenaje al informe de la pareja Meadows) en este hilo.
2/ Empecemos con aquellas causas relacionadas con cómo funciona nuestro cerebro: 1️⃣ No se nos da bien pensar en sistemas. Podemos entender relaciones causales simples pero no tanto si son complejas, con interconexiones o bucles de retroalimentación. pic.twitter.com/1RSedqav0q
— Los límites del crecimiento (@limites1972) May 19, 2022
Me conecto mucho en la medida que traía el pensamiento complejo y sistémico como una puerta de acceso a la comprensión de un fenómeno como el que tenemos delante.
En marzo o abril de este año la editorial Capitán Swing publicó por primera vez en castellano el libro “Pensar en Sistemas” de Donella Meadows. En mis talleres recomiendo también un texto que lleva más tiempo traducido “Introducción al pensamiento sistémico” de O´Connor. Rescato unas ideas sencillas en relación a esta aproximación (incompleta como todos los modelos pero suficiente dinámica para comprender una dimensión de la complejidad e incidir en ella) y las pongo en relación con un pensamiento más convencional:
En el pensamiento convencional:
La conexión entre los problemas y sus causas es obvia y fácil de rastrear.
Otros, ya sea dentro o fuera de nuestra organización, tienen la culpa de nuestros problemas y deben ser los que cambien.
Una política diseñada para lograr el éxito a corto plazo también garantizará el éxito a largo plazo.
Para optimizar el todo, debemos optimizar las partes.
La relación entre los problemas y sus causas es indirecta y no obvia.
Sin darnos cuenta, creamos nuestros propios problemas y tenemos un control o una influencia significativos para resolverlos mediante el cambio de nuestro comportamiento.
La mayoría de las soluciones rápidas tienen consecuencias no deseadas: no hacen ninguna diferencia o empeoran las cosas a largo plazo.
Para optimizar el todo, debemos mejorar las relaciones entre las partes.
Solo unos pocos cambios clave coordinados sostenidos en el tiempo producirán grandes cambios en los sistemas.
Muchas personas nos encontramos con el objetivo de aprender a pensar sistémicamente. Hay mucha confusión con el concepto pero esto da para otro post. Yo agradezco mucho el trabajo de Emana para seguir conformando un lugar seguro y seguir experimentando diferentes perspectivas en este sentido. El trabajo de la Waters Center for Systems Thinking y de System Dynamics Society me parece muy significativo. La propuesta de hábitos de pensamiento sistémico me parecen una aportación muy interesante para la reflexión y sobre todo para personas que nos acercamos de una manera más mental (racional dirían otros)
También pienso en cómo transmitir la urgencia de la situación impactando sin tener que generar grandes discursos. Con la edad voy perdiendo capacidad o ganas de discutir o intentar convencer. Cuando conecto con esta situación me vienen dos ejemplos:
Me impactó cuando ví en el documental Abstract como Olafur Eliasson trae a la plaza de las ciudades grandes trozos de hielo. Lo hacía para hacer tangible algo que está ocurriendo en estos momentos a kilómetros de distancia sin que tengamos la capacidad de hacernos sensibles.
Este verano, soportando unas temperaturas y una sequía que ya debería de alertar a las personas más ajenas a esta situación, conocimos la existencia de “las piedras del hambre”. https://es.wikipedia.org/wiki/Piedra_del_hambre Estas piedras se incrustaban en el cauce de un río durante las sequías para marcar el nivel del agua como una advertencia a las generaciones futuras de que tendrán que soportar las dificultades relacionadas con el hambre si el agua baja nuevamente a este nivel.
Dejo aquí este texto. Continuaremos desde otras perspectivas contribuyendo a dar luz a las diferentes caras del poliedro. Te invito a que uses los instrumentos que tengas para contribuir a esta situación.
Hace unas semanas tuvimos la suerte de escuchar a Amador Fernández Savater en la librería ANTI. Algunos amigos y amigas incluso tomasteis unas cervezas con él, yo me retiré imprudentemente a cenar con la tribu.
Uno de estos amigos de hace mucho tiempo presentó a Amador y dijo de él algo así como que “Tener un gran cuerpo es una ventaja. A más volumen, más piel, más sensibilidad y mejor conexión”. Para luego traer un dato que nos volvió locos: “El cerebro es el epitelio, la piel metida hacia dentro” (Navego por la red y ya me pierdo en los matices pero no deja de ser una metáfora preciosa) Eskerrik asko Barandi!
Images of women boxing or wrestling.
Leo mis notas una y otra vez y necesito compartirlas. Creo que es la persona que mejor explica lo que siento y pienso con mucha diferencia.
Siguiendo con la imagen de los cuerpos. Nos invitaba a
pensar en “Las instituciones como un trozo más del cuerpo. No el cerebro”.
Comenzaba Amador hablando de las chispas, de las señales que nos alertan de algo nuevo. Y nos llevó a la Cábala judía para recordarnos que en esta tradición nos explican qué Dios puso la creación en siete vasos que más tarde se rompieron y mezclaron con la materia. Me conectaba con la complejidad y también la necesidad de observar la realidad para diferenciarla y detectar, como decía el propio Amador, las potencias que ya habitan en el este mundo. Las potencias están aquí y tenemos que saber verlas.
En esta línea de la provocación o de señales Amador nos regaló
cinco chispazos:
CHISPAZO UNO. Diferenciemos entre débiles y esclavos. Ambas son figuras que representan a los que no tienen nada y hablan de los que sufren opresión. Por un lado el esclavo quiere salir de su condición siendo amo. Se mueve a la contra. Con un odio belicoso. Hoy podemos situarlo en la figura de la víctima. Este lugar no nos permite vivir con autonomía y es una opción omnipresente. Sin embargo, el débil no tiene poder, pero esto no significa que no tenga fuerza. Hay una fuerza de los débiles. El débil no víctima está a favor de algo, no está enredado en el “anti”. Necesitamos hacer un trabajo físico y espiritual para no convertirnos en víctimas. Estamos sometidos a daños, opresiones… la tentación de convertirnos en víctimas es muy grande. Los cuerpos resentidos quieren de volver el golpe. Se trata de una amargura cristalizada en odio. Desde este lugar creamos una realidad a defender. Tenemos enfrente un peligro constante que nos da poder, identidad, superioridad… Es una tentación.
CHISPAZO DOS. Sobre la impotencia y el duelo. Débil y esclavo son dos maneras de relacionarnos con la impotencia. La impotencia de sentirnos atrapados, asfixiados sintiendo sofoco y sin saber dónde está la salida. Estaba escrita la salida y hoy no. Recuerda la historia de Gramsci que reflexiona en su texto “Los cuadernos de la cárcel” sobre los fracasos de la izquierda desde las cárceles de Mussolini. Con el objetivo de sortear la censura se inventa un lenguaje cifrado y en esta lenta redefinición de la realidad desde otra construcción del mundo no ataca al poder. Inventa un pasaje a través de la impotencia. Describe al duelo como un pasaje a la potencia. Y es que si no hacemos un duelo nos quedamos en la melancolía. Este ejercicio nos permite despedirnos de lo que hubo y ya no hay para poder, por ejemplo, volver a amar. A veces la sensación es de incapacidad de atravesar la impotencia y agarrarnos a fantasmas del pasado.
CHISPAZO TRES. La fuerza de los débiles es la capacidad de amar. Los que no tienen ningún poder pueden inspirarse en la guerrilla y trabajar para que las formas de vida se conviertan en formas de lucha. Es el espacio de los afectos, los vínculos y los territorios. Lo que queremos, lo que nos importa y lo que habitamos. Si pensamos en los movimientos sociales, en la paralización de un desahucio, por ejemplo, asistimos a una relación en total desventaja en la disputa simétrica de fuerza. Y sin embargo, se activa una fuerza diferente capaz de producir acontecimientos sorprendentes. Construyendo vínculos de empatía y solidaridad con los afectos compartidos por un mundo que se quiere y por los que nos importan, aunque no la conozcamos. El barrio como tejido de relaciones (aunque estén deshilachados). Lo político es el grado de intensidad de las formas de vida. Una intensidad por la que las fuerzas de vida se convierten en fuerzas de lucha. Lo político puede ocurrir en cualquier lugar. La fuerza de los débiles es el amor. Somos gobernados por una capacidad de liquidar la capacidad de amar. La manera más radical de gobernarnos es aniquilar nuestra capacidad de amor construyendo o provocando una relación instrumental con el mundo y nosotros mismos.
CHISPAZO CUATRO. La fuerza de los débiles es asimétrica.Si entra en una guerra simétrica con el fuerte perderá. Querer jugar con el fuerte con sus reglas es perder. Necesitamos ser otra cosa y pelear de otra manera. No entramos en una guerra en espejo, donde copiamos los métodos y replicamos la idea de eficacia del otro. Los débiles generan una autonomía.Funcionamos con otros valores. Construimos una autonomía del lenguaje y del tiempo. Inventamos un lenguaje propio. Es un error adoptar el lenguaje del otro. Entramos a la disputa de los relatos sin cuestionarla y nos perdemos sin diferencia. Además perdemos y nos tratan cómo alguien que no puede entender. Los rusos contra Napoleón ganan huyendo hasta que el general invierno atrapa a las tropas enemigas. El santo patrón de la guerrilla, de la defensiva, es el tiempo. El que no tiene nada puede poner su tiempo. Abrir un tiempo propio diferente del instantáneo. El débil rechaza la invitación a una única batalla, retirarnos hasta que los elementos vayan en contra del conquistador.Como abrir un tiempo propio, atento a la coyuntura, pero sin estar atrapado por ella. Un ritmo propio, rescatado de la trampa del rendimiento.
CHISPAZO CINCO. Tres elementos valiosos a rescatar del15m. Apertura, creación y potencia. Sobre la apertura, solo pasan cosas en política cuando hay encuentro entre diferentes. Solo hay agitación sí se encuentran los diferentes. Crear un común no homogéneo y conflictivo. Sobre la creación. Lo importante no es tanto criticar sino crear nueva realidad.Construir otra realidad. Sobre la potencia. Lo que se ponía en el centro era lo que podíamos hacer juntos. No traíamos la identidad de cada cual, que está definida por el poder. Traemos más lo que podemos devenir en común. Aquello que podemos ser juntos.
Unas últimas ideas en la conversación. Necesitamos devolver a las personas la potencia de lo que ya se hace. Saber lo que se hace, poner nombres propios a las cosas, tener un mapa propio de nuestras enfermedades, de nosotros… El pensamiento es un super poder y pasa por la práctica compartida leyendo lo que ya pasa. Los débiles tenemos el recurso de la InteligenciaColectiva.
Las personas que estamos enredados en la reflexión continua sobre esto del cambio y el equilibrio vamos llenando nuestra mochila con modelos, autoras, referencias… Hace muchos años que conocí el trabajo de Virginia Satir. El trabajo con esculturas familiares fue una introducción clave para mucho del trabajo que realice más tarde con organizaciones. Esta terapeuta llevo a una gráfica una conversación que de otra manera otras personas habían esbozado y lo hizo, desde mi punto de vista, con una didáctica y representación más que interesante.
Utilizo el modelo muy a menudo y hasta hoy no había escrito nada al respecto. De nuevo uso mi blog como un espacio de apuntes para no olvidar, guardar y compartir reflexiones. Espero que os sea inspirador.
Equilibrio
Los sistemas; personas, equipos, organizaciones… nos mantenemos en un equilibrio precario donde repetimos más que innovamos. En relación con nuestro entorno vamos construyendo una identidad y una manera de hacer e interaccionar. Construimos modelos mentales o culturas que filtran la realidad y nos ayudan a responder de manera más rápida y eficiente a los retos.
A menudo surge una nueva información que cuestiona nuestras inercias. Algo que nos cuesta integrar. Una experiencia o una aportación que no podemos asumir sin hacerle lugar ni cuestionar el resto de lo que somos o nos decimos ser. Tenemos dos opciones: obviar esta información y cerrarle el paso o escucharla y darle lugar.
Resistencia
Cerrar la puerta a esta información es una reacción lógica, protege el equilibrio y una manera de responder que a corto plazo parece eficiente y con un grado de rendimiento importante. A veces esta energía de resistir a la nueva mirada se alarga en el tiempo e invertimos tiempo y fuerza en defendernos.
Caos
Si damos espacio a esta nueva información el primer paso no es sencillo. La energía que sin más reflexión se situaba en la acción ahora se invierte en integrar esta nueva información. El primer impacto, dependiendo del tamaño del cuestionamiento al que nos invita el cambio, es de caos y crisis. Si habéis tenido una experiencia de formación reciente lo tenéis fresco. Pensábamos que sabíamos y ahora conectamos con todo lo que aún está fuera de nuestra comprensión. Es una sensación que de alargarse es incómoda y nos coloca en la duda y una sensación de paso atrás.
Por esto mismo en algún caso hemos pretendido volver atrás y rechazar el viaje por el que acabamos de comenzar a transitar. Buscamos refugio y queremos volver al mismo lugar donde estábamos. El modelo nos recuerda el pago que pagamos. Esta digestión realizada a medias no es gratuita. Puede haber frustración o incluso una reacción de defensa ante la nueva idea (esa que había pasado el corte inicial y por tanto parecía sugerente). Siguiendo la metáfora de la gráfica nos situamos en un nuevo equilibrio que estaría por debajo del nivel de rendimiento anterior al del punto de partida.
Esta idea de rendimiento la vinculamos con la capacidad de aumentar nuestros recursos desde el ejercicio de coger distancia, tener más información, más detalles, comprendiendo mejor las dinámicas… Ampliando el mapa sobre el territorio.
Es clave en este momento conversar, explorar, permitirnos cierta retirada o al menos permiso para no ir tan rápido ni tener que acertar.
Integración
Tras el caos llega el momento de la integración. Para los amantes de la teoría U nos gusta sentir y pensar sobre ambos modelos y como en el momento de inflexión entre el caos y la integración podemos recordar ese momento de girar la cámara, reflexionar sobre nosotros como colectivo o individuo y conectar con el nosaber de una manera activa. Qué dejamos ir y que comienza a coger formar y permitimos llegar. Cuando Satir habla de Idea transformadora se refiere a conectar con la funcionalidad de una propuesta que en el comienzo era disruptiva o desestabilizadora.
En la integración vamos incorporando mayor capacidad para activar respuestas y por tanto se trata de un viaje menos doloroso, más satisfactorio. Seguimos necesitando permitirnos algunos errores y dudas. Experimentar, practicar y reflexionar es fundamental.
Nuevo equilibrio
El tiempo invertido en esta fase nos permite llegar a otro lugar de equilibrio que, esta vez sí, nos coloca de nuevo en un modo más o menos automático y sin energías invertidas en grandes cambios pero con más recursos y perspectiva gracias al trabajo realizado. Y así hasta el próximo contacto con una realidad suficientemente provocadora o inspiradora.
Llega este momento de final de año donde suspendemos las marchas y dedicamos un tiempo para mirar lo anterior y esbozar lo posterior. Parar es seguramente la mejor de las recomendaciones. Como dejar de hablar en un monte, quitarte los auriculares junto al mar, cerrar los ojos ante el sol…
Hace un año nos deseaba la capacidad de “cultivar decisiones”. Dejar de centrarnos en nuestra dudosa capacidad para discernir desde la fantasía del libre albedrío e invertir nuestra energía en la construcción de rutinas y ecosistemas más saludables y felices. He tenido la intención de hacer balance pero se podría resumir en algo así como: “funcionó mientras me dejaron”. Este último trimestre ha sido, una vez más, demasiado intenso. Quizás no preparé bien el terreno ni elegí las mejores semillas. Quizás solo ha sido otra oportunidad para rendirnos y aprender.
¿Cuánto de lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida acaba siendo realmente nuestro? Leía una novela hace unos días donde una de las protagonistas sufría de una suerte de amnesia a partir de un accidente. Esta peculiaridad le impedía reconocer a las personas, asentar afectos, enamorarse… Tenía cuadernos donde dibujaba, escribía y pegaba fotografías para atrapar los eventos importantes. Cuando quería situarse volvía al cuaderno donde tenía recogida la información. Me acordé de la película “Memento” y de aquellos tatuajes que servían de bitácora y hoja de ruta. Me hizo mucho sentido llevarlo a la piel y al cuerpo.
En este tiempo de bustos parlantes, encuentros desde la distancia y afecto por los codos, contactar, abrazar y besar se convierten en actos proscritos. Quienes nos acercamos a la realidad primero con los dedos, las manos, brazos y labios andamos nostálgicos.
No sabemos cuánto de lo que nos toca acaba siendo nuestro. Sobre lo que no nos toca ni tocamos menos sabemos aún.
Para este 2022 nos deseo RECORDAR. Volver a pasar por el corazón buscando introspección. Como cuando pensábamos que las ideas, las reflexiones y las emociones tenían origen en el centro de nuestros cuerpos, junto al diafragma y no tanto en el cerebro. Situarlo todo en el interior de mi cuerpo y no en una de sus extremidades, la cabeza, me ayuda a pensar en los lugares sagrados, en las casas donde entramos y nos descalzamos. Todas las ideas, las emociones y las experiencias tienen lugar y de alguna forma están invitadas a reposar, respirar, reducir estridencias y a dejar el poso más sabio, el que nos permita seguir siendo conscientes y habitar la realidad.
2022rako, BERRIRO PASATU BIHOTZETIK opa dizuet. Introspekzio bila. Ideiak, gogoetak eta emozioak gure gorputzaren erdian, diafragmarekin batera, eta ez hainbeste burmuinean, sortzen zirela uste genuenean bezala. Dena nire gorputzaren barruan kokatzeak (eta ez haren gorputz-adarretako batean edota buruan) leku sakratuetan pentsatzen laguntzen dit; sartzen eta oinutstzen garen etxeetan. Ideia, emozio eta esperientzia guztiak lekua dute, eta nolabait gonbidatuta daude atseden hartzera, arnastera, zaratak murriztera eta aztarnarik jakintsuena uztera, kontzienteak izaten eta errealitatean bizitzen jarraitzeko aukera emango diguna.
Recuperar el cuerpo y las sensaciones sentidas para atrapar lo que no queremos que se escape. Confiarnos más a las huellas en nuestra piel y a los contactos. RECORDAR 2022.
Este año de nuevo con ilustración de mi amigo Alex Orbe. Esta vez me quiere recordar que para tener un torso como el que me dibuja me lo tengo que trabajar mucho, mucho 😀
Este verano he dejado de escribir 10 posts y he dejado de fotografiar 20 imágenes.
No escribo, no fotografío y esto no significa que no capture imágenes ni que deje de contarmelas. Creo que todo comenzó en el instituto. Escribía en los billetes de tren, en los papeles que solía utilizar para no mojar mis cuadernos con el sudor de mis manos, en las partes traseras de cualquier documento que hubiera cumplido ya su función… Y escribía para atrapar lo que escuchaba y veía. Para comprender y comprenderme. No sé qué fue antes, la escritura o la necesidad de poner palabras a invisibles no importantes, la complejidad o mi necesidad de profundizar. Aprendía que cuando uno quiere hablar de estas cosas mejor le conviene escribir.
Todo esto para explicar que aunque no escribo en este blog sigo acercándome a los momentos como aquella imagen de Neo esquivando las balas en Matrix, sacando fotografías en sus 360 grados o al menos con esa fantasía.
Young woman sitting astride a turtle
Quise escribir y no lo hice sobre las trabacaciones. Ya está todo dicho. Quizás necesitaba contarme sobre el lujo de salir tanto tiempo de casa y seguir trabajando desde «el palacio de verano». Sobre las tensiones del trabajo en red y conciliar producción colaborativa con calendarios y situaciones tan diferentes. Sobre abrir proyectos cuando cierras curso. Sobre cómo conecto, hasta con placer, con la tarea cuándo esta se puede dar con otro ritmo y profundidad.
Quise escribir y no lo hice sobre la diferencia entre ser veraneante y turista. Recordaba a aquella pareja de vecinos de verano con su periquito que volvían año tras año a nuestro barrio. Volver al mismo lugar. Comparar las fotografías año tras año y ver que los entornos cambian más despacio que los humanos. Es lo más parecido a ese marco de la puerta donde están las alturas, nombres y fechas de los nietos y nietas en casa del aitzitze y amama.
Han pasado ya varios meses desde que mi amigo y maestro Manel Muntada me recomendó este libro. Como otros que también ha tenido la generosidad y complicidad de compartir ha sido una de las lecturas más importantes en el ultimo tiempo. Es un viaje de comprensión desde las debilidades humanas hasta las actitudes de expulsión de los distinto.
“Las emociones lo invaden todo y se convierten así, en sí mismas, en un problema que cierra el paso al trabajo constructivo” (p. 26)
“La confianza de la que aquí hablo es la disposición a exponerse, a permitir que nuestro propio futuro esté depositado en manos de nuestros conciudadanos” (p. 30)
“Los problemas de nuestra época -económicos, sociales, de seguridad- son complejos y no admiten soluciones fáciles”. (p.33)
“Pensar cuesta; es mucho más fácil temer y culpar” (p. 33)
“El hablante filosófico es humilde y se expone: su postura es transparente y, por lo tanto, vulnerable ante las críticas” (p. 34)
“No podemos excusarnos de responsabilidades diciendo de nuestro propio odio o de nuestro miedo excesivo cosas como, “lo siento, pero es que las personas somos así”. No, no hay nada inevitable ni “natural” en el odio racial, en el miedo a los inmigrantes, en el deseo de subyugar a las mujeres o en la repulsión que a algunos les producen los cuerpos de las personas con discapacidades. Esto lo hemos hecho nosotros, todos nosotros, y nosotros podemos (y debemos) deshacerlo”. (p. 36)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“El Amor que él (Martin Luther King Jr) pedía era una combinación de buena voluntad, esperanza y respeto por la humanidad de los otros: tratemos a las personas como seres que escucharán y pensarán, y que puede que, finalmente, se unan a nosotros en la construcción de algo hermoso” (p. 38)
“Lo que nos infunde un pavor aún mayor (o incluso odio) es nuestro propio desamparo” (p. 41)
“Nosotros no nacemos preparados para afrontar el mundo, (Y en cierto sentido crucial, jamás llegamos a estarlo realmente.) Blandos y vulnerables hasta el extremo, nos quedamos ahí indefensos, esperando a que otros nos procuren lo que necesitamos: alimento, acomodo y consuelo.” (p. 42)
“Así pues, las emociones no son simples e impensadas descargas de energía: se centran en lo externo, en el mundo, y valoran objetos y hechos de ese mundo. Normalmente muestran nuestra vulnerabilidad animal, nuestra dependencia y nuestra vinculación con cosas que están fuera de nosotros y que no controlamos por completo”. (p. 46)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“El miedo no solo es la emoción más temprana en la vida humana, sino también la más ampliamente compartida con el resto del reino animal”. (p. 47)
“El miedo no es solo primitivo, sino también asocial” (p. 51)
“Son demasiadas las ocasiones en las que no nos paramos a pensar en lo que nuestras palabras y acciones significan para la vida interior de otras personas”. (p. 55)
“Aquel mundo de preocupación narcisista en el que dio inicio nuestra vida fuera del seno materno vuelve a manifestarse en momentos de necesidad y miedo, y pone en peligro nuestro vacilante avance hacia la madurez moral y la ciudadanía constructiva” (p. 56)
“En este complejo mundo nuestro, sin embargo, no podemos fiarnos del instinto, tenemos que pensar y nos conviene pensar bien. Necesitamos tener un concepto de nuestro bienestar y de qué (y quién) lo amenaza” (p. 68)
“Lucrecio decía que las guerras de conquista son causadas muy a menudo por una sensación de impotencia y de vulnerabilidad elemental, que es la que da pie a pensar que uno estará más seguro si aniquila toda oposición” (p. 71)
“Hasta cierto punto, cada uno de esos miedos es racional y útil; sin embargo, cada uno de ellos puede también descontrolarse y hacer que la reflexión sensata y la cooperación resulten imposibles” (p. 75)
“Si un temor está bien fundado y es equilibrado, pero, aun así, se corre el riesgo de que la gente ignore el problema y no actúe al respecto, puede estar justificada cierta exageración del peligro, como cuando un político que trata de conseguir que la población evacúe una zona de potencial catástrofe llama “tempestad monstruosa” a un huracán que se avecina sobre el lugar. Pero hasta esa exageración justificada no debe manejarse más que desde la más exquisita cautela”. (p. 85)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“Winnicott, (…) creía que las personas podían alcanzar una “interdependencia madura” si contaban con un “ambiente facilitador”, y pensaba que tal ambiente se conseguía a menudo”. (p. 85)
“El miedo siempre está ahí, hirviendo a fuego lento bajo la superficie de la preocupación moral por los otros, y amenaza con desestabilizar la democracia, ya que la democracia requiere de todos nosotros que limitemos el narcisismo y adoptemos la reciprocidad”. (p. 86)
“Si no estuviéramos tan incapacitados, simplemente buscaríamos y conseguiríamos lo que necesitamos, pero, como inicialmente somos tan indefensos, tenemos que depender de otros. No siempre nos dan lo que necesitamos, así que, en cuanto podemos identificar al “culpable”, descargamos nuestra frustración en él, culpándolo. Esa culpabilización nos proporciona una estrategia: a partir de ahora, impondré mi voluntad poniéndome rabioso y haciendo ruido. Pero también expresa una imagen subyacente del mundo: el mundo debería darnos lo que exigimos. Cuándo las personas no nos lo dan, son malas”. (p. 97)
“Por una parte, me siento indefenso y al universo no le importo. Por otra parte, soy una monarca y debo de importarles a todos”. (p. 97)
“La de que el dolor se cura con dolor es una idea fácil: hasta los bebes la tienen, pero en realidad es una tentación falsa que crea más dolor en lugar de solucionar el problema”. (p. 101)
“Pensar que todo hecho malo es culpa de alguien es algo que satisface nuestro ego y que, en cierto sentido profundo, nos resulta reconfortante. El acto de atribuir culpas y de perseguir al “malo” nos procura un hondo consuelo. Hace que sintamos capacidad de control en vez de impotencia”. (p. 108)
“Nuestra predilección por un universo en orden convierte en muy tentadoras para nosotros esas simples soluciones ficticias. Las verdades complejas son difíciles de asimilar para nuestras mentes: nos resulta mucho más fácil incinerar a la bruja que mantener la esperanza en un mundo que no está hecho para el deleite humano”. (p. 110)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“Cuando los problemas son complejos y sus causas no se conocen bien -como suele ocurrir con los problemas económicos-, el miedo tiende a llevarnos a asignar la culpa de los mismos a individuos o a grupos y, a partir de ahí, a emprender auténticas cazas de brujas, en lugar de detenernos un momento y tratar de comprender mejor las cosas”. (p. 112)
“La aceptación de la parte de protesta y denuncia que hay en la ira, pero rechazando su aspecto vengativo”. (p. 116)
“El asco, según concluyen los investigadores, implica pensar que el objeto es un contaminante, algo perjudicial si se ingiere o quizá solo con tocarlo. La boca es un límite que tiene especial carga emocional”. (p. 129)
“Los niños pequeños aprende con demasiada frecuencia a calmar sus temores no pensando racionalmente en cómo protegerse del hambre, las enfermedades y otros peligros de la vida, sino -animados por los relatos que les cuentan- echando la culpa de todo a una figura fea, deforme, bestial: un ogro o una bruja, cuando no un animal parlante” (p. 136)
“El asco proyectivo es precisamente “proyectivo” porque aleja aquellas propiedades que provocan asco del yo al que le repugnan y las envía a otras personas, proyectándolas sobre ellas, diciendo “son unos apestosos y unas bestias”” (p. 137)
“El asco se alimenta de las ideas fantasiosas sobre los otros, y compartir vida común es el mejor modo de que esas fantasías salten por los aires” (p. 151)
“la mayoría de las personas que participan en manifestaciones de odio (e incluso en delitos de odio) no son gente que haya estado comprometida de por vida con semejantes movilizaciones; son personas que tanto podían haber seguido ese camino como otro distinto y que pueden “radicalizarse” por la presencia de ciertas señales de permiso y aprobación de esos comportamientos y actitudes” (p. 157)
“Cuándo las personas se sienten muy inseguras, arremeten contra los vulnerables y los culpan de sus problemas convertirlos en chivos expiatorios” (p. 157)
“La crítica siempre es legítima, pero la envidia no es simplemente una crítica, puesto que es más bien una hostilidad destructiva”. (p. 169)
“La envidia nace de la inseguridad. Así pues, el miedo está en el origen de la envidia: el miedo de no tener lo que uno necesita desesperadamente tener. Si fuéramos seres completos, no necesitaríamos nada y, por lo tanto, no podríamos sentir envidia. Y si, aun siendo incompletos, tuviéramos confianza en nuestra capacidad de conseguir lo que nos haga falta, entonces el hecho de que otros tengan cosas buenas no representaría ningún problema emocional para nosotros. Por consiguiente, no se puede entender el poder de la envidia sin tener en cuenta la inseguridad y el desvalimiento” (p. 167)
“Las comunidades políticas pueden hacer también mucho por convertir la envidia en un problema mucho menos perturbador. Pueden cultivar en las personas una confianza segura tanto en sí mismas como en su posibilidad de acceso a las cosas buenas de la vida; pueden minimizar aquellas ocasiones en las que el estímulo de envidiar se hace inusualmente intenso, y pueden facilitar a las personas alternativas constructivas que impliquen generosidad y amor a los demás “ (p. 173)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“Supongamos que una persona, o un grupo político, escoge la senda de la rivalidad competitiva para alcanzar la gloria. En ese caso, probablemente parecerá mejor opción no contar con ideales firmes ni con compromisos morales profundos, pues tal vez sea más prudente cambiar de rumbo en función de la dirección del viento dominante” (p. 180)
“La competencia no tiene por qué llevarnos a sacrificar la virtud, pero siempre introduce tentaciones, como las de difamar, decir medias verdades o, sobre todo, entregarse al narcisismo o faltar el respeto a otras personas”. (p. 181)
“Una de las razones por las que vemos tanta envidia es porque las personas no se sienten seguras en lo que a la base económica de sus vidas respecta” (p. 191)
“Los sexistas no debían de estar muy seguros de sus propias apreciaciones sobre la inhabilidad femenina cuando se esforzaban tanto por impedir que las mujeres hicieran cosas que, según sus propias teorías, ellas eran incapaces de hacer”. (p. 202)
“La misoginia suele agitar algún que otro tópico sexista en su defensa, pero su esencia no es básicamente otra que la protección de unos privilegios anclados en el pasado: nos gustan las cosas así y no vamos a permitir que cambien”. (p. 205)
“El resentimiento, para Nietzsche, es la emoción de envidia que sienten los impotentes ante los poderosos, pero es una emoción que suscita una especial creatividad, pues empuja a quienes no tienen poder a inventar un universo alternativo en el que ellos son los poderosos y sus competidores son patéticos”. (p. 221)
«La monarquía del miedo» (2019) Nussbaum, M. C
“La esperanza (…) se parece más a un “síndrome” que a una mera actitud o emoción: incluye pensamiento, imaginaciones, preparaciones para actuar, incluso acciones propiamente dichas” (p. 235)
“La esperanza comporta una visión imaginativa del positivo mundo que podría seguir a ese posible resultado bueno, y entraña también (no siempre, pero sí a menudo) acciones relacionadas con la posibilidad de llegar a ese mundo” (p. 235)
“El utopismo es un precursor de la desesperanza; por ello, la fe y la esperanza necesitan encontrar belleza en lo cercano”. (p. 245)
“Al sentir que las consideraban capaces de hacer cosas buenas, las personas solìan esforzarse por no defraudar esa expectativa” (p. 248)
“Pero superar el miedo y la sospecha para avanzar en el sentido de una cooperación real nunca ha sido fácil y las artes ofrecen puentes que nos ayudan a ver la diversidad humana como algo gozoso, cómico, trágico, encantador, y no como un destino horrible que haya que evitar”. (p. 257)
Continuo compartiendo algunas citas que he ido recogiendo en los últimos años en relación al diálogo cuando todo apunta a su imposibilidad. En esta ocasión un texto de Antoni Gútierrez-Rubí que me pareció muy sugerente por rescatar y el lugar de las emociones en política.
“La mayoría de la ciudadanía europea presenta un sesgo reaccionario por nostalgia del mundo anterior. La nostalgia es un sentimiento que se dispara con el miedo, la ansiedad y el malhumor” (p.15)
“Ignorar los sentimientos es grave. Sobreexcitarlos para su utilización política es peligroso. La historia da fe de ello” (p.18)
“Gestionar las emociones políticas” (2019) Gutiérrez-Rubí, Antoni
“Políticos rancios y previsibles, obsesionados por tener la razón, asisten -incrédulos y con estupor- a derrotas frente a rivales que han hecho de la simplicidad, del radicalismo y de la claridad sus bazas electorales. Y viene de lejos” (p.18)
Sobre cómo George W. Bush ganó las elecciones “la gente, intuitivamente, pensaba que él era como ellos”. “Establecía ese tipo de conexión”. “Reaccionaba como yo reaccionaría. Era un tipo emocional”. (p.22)
“Los partidistas ignoran o rechazan la información que no concuerda con su adhesiones de partido. A veces, la política de la emoción se parece a la religión”. (p.24)
“Los partidos llenan de corazones de colores sus lemas y gráficas, al mismo tiempo que se lanzan hielos que hielan el alma hasta el ser menos sensible” (p.27)
“Sabemos también que las decisiones “libres” que tomamos en nuestra vida cotidiana tienen que ver un 80% con la información subconsciente. (…) La zona consciente de nuestro cerebro es muy pequeña y la experiencia vital que determina nuestras decisiones es muy vulnerable a nuestros prejuicios” (p.39)
“Gestionar las emociones políticas” (2019) Gutiérrez-Rubí, Antoni
“La única posibilidad real de conseguir una comunicación política efectiva es la conexión emocional. Hasta que no se conecta, uno no se pone en la piel de los otros” (p.46)
“Si me preguntasen qué tipo de asesores debería tener un líder político contemporáneo, independientemente de su orientación política, les propondría un poeta, un neuroquímico, un artista plástico”. (p.47)
“Las personas prefieren caras que les transmitan la impresión de que son importantes” (p.66)
““Cuanto peor, mejor” es el núcleo psicológico y cultural de los pensamientos autoritarios, que ceban el desánimo y la desazón, para canalizarla como rabia agresiva… y amenazante”. (p.67)
“Estamos en un momento altamente voluble e incierto. Entender las emociones profundas, comprender los miedos, atender las sensibilidades. No hay otro camino si se quiere que la política democrática pueda canalizar los humores sociales en objetivos políticos” ““Cuanto peor, mejor” es el núcleo psicológico y cultural de los pensamientos autoritarios, que ceban el desánimo y la desazón, para canalizarla como rabia agresiva… y amenazante”. (p.75)
“La relación entre el bien abundante (la información) y el bien escaso (el tiempo para procesarla) está provocando que las reacciones desplacen a las reflexiones en nuestros procesos cognitivos” (p.77)
“La economía de la atención está transformando también la democracia en una política de la atención, Pero no la que pudiera atender los problemas, sino la que se acelera para, precisamente, abordarlos de manera táctica, superficial, rápida y epidérmica” (p.81)
“El insulto es, también, un síntoma de cobardía. Es tan cobarde como barato. No tiene casi nunca costes reales (solo éticos o estéticos) y cohesiona a las tropas enardecidas catalizando su agresividad hacia la ofensa o la humillación del rival, reducido únicamente ya a un enemigo a destruir” (p.97)
“Gestionar las emociones políticas” (2019) Gutiérrez-Rubí, Antoni
Estos días he retomado algunas lecturas sobre la gestión del conflicto y las estrategias que disuelven violencias verbales en forma de agresión, rumores… Necesito comprender el fenómeno y dar con algunas claves que nos permitan traer encuentro y diálogo ante la amenaza del anti-diálogo y la negación del otro «diferente». He compartido este fin de semana algunas citas buscando llevar también a las RRSS algo de esta reflexión. Hay varios libros que para mi han sido, y están siendo, importantes en esta búsqueda y me propongo ir compartiendo algunas citas para contribuir solo un poco a hacer más grande el espacio donde pensar antes de volver a hablar.
Comienzo por el trabajo de Marcia Tiburi en su libro «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» que ha editado Akal y que podéis comprar en su web.
Tiburi nació en Brasil en 1970 y es filósofa, artista plástica, crítica literaria y escritora. No esperéis un manual, es un ejercicio de reflexión valiente y explorador muy inspirador desde mi punto de vista.
«Fencing» (1890) (Flickr Commons)
“Preguntar sobre el estado de la experiencia afectiva del odio en lo más íntimo de nosotros puede ser un buen comienzo para librarnos de él” (p.36)
“El diálogo no surge sin esfuerzo. Un esfuerzo que, de tan complejo. equivale al método. Qué, de tan potente, equivale a la transformación social en su nivel más estructurador”. (p.17)
“El diálogo es una práctica de noviolencia. La violencia surge cuando el diálogo no entra en escena”. (p.19)
“El otro, como ser negado, sustenta al fascista en sus certezas. El círculo es vicioso. La función de la certeza es negar al otro. Negar al otro es una prácticas totalmente tergiversada que lleva a la producción de verdades cuyo fin es la negación del otro” (p.20)
“El sujeto fascista usa el afecto destructivo del odio para cortar lazos potenciales, al mismo tiempo que sustenta, por el odio, la sumisión del otro. Como personalidad autoritaria, lucha contra el amor y en placer en general. Un fascista no abraza, no recibe” (p.20)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“La cuestión es también pensar el acto político como acto lingüístico (ya que todo acto lingüístico es político) y preguntar lo que estamos haciendo al decirnos algo unos a otros” (p.21)
“¿Cómo se manipula el odio? Es muy simple. Por un proceso de pequeñas intrigas y de fomentar la intolerancia a la diferencia. Quien siente odio, antes sintió miedo y antes sintió envidia. Temer se vuelve un verbo intransitivo. Así como envidiar. En la cultura de la envidia y del miedo no es preciso saber por qué se envidia y se teme” (p.26)
“El motivo por el que amamos es inversamente proporcional al que nos hace odiar. En el primer caso construimos; en el segundo, destruimos” (p.26)
“Pensamos que el odio es siempre algo del otro, y ése es un engaño en el que cae quien nunca imaginó que es el otro de un otro” (p.35)
“Preguntar sobre el estado de la experiencia afectiva del odio en lo más íntimo de nosotros puede ser un buen comienzo para librarnos de él”. (p.36)
“El otro nunca está dado, siempre es pensado. Siempre es, en cierto modo, construido, más aún, es materializado, performatizado (…) El autoritarismo inventa al otro para poder destruirlo”. (p.40)
“La complejidad del acto de escuchar radica en qué, a través de la escucha, entró en otros procesos de conocimiento. Me torno otra persona”. (p.47)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“Quién lucha por derechos, sabe que conversar con personalidades rígidas, endurecidas es imposible. El diálogo, a pesar de ello, precisaría transformarse en metodología” (p.47)
“Las personas podrían investigar la formación de la propia subjetividad preguntándose cómo se convirtieron en quienes son (…) Se trata de una pregunta ética, una pregunta que, tomada en serio, contribuye a la producción política e impide la antipolítica” (p.51)
“Distorsionar, en este caso, es adecuar lo que sucedió de hecho, o lo que podría haber sucedido, a una interpretación útil a algún interés emocional, material o conceptual. No hay discurso pronunciado sin la consecuencia de sus efectos” (p.57)
“Lo que llamamos discurso , diferente del diálogo, siempre tiene algo de acabado, de prefabricado. En realidad, quien piensa que hace un discurso, siempre es hecho por éste. Somos construidos por lo que decimos”. (p.60)
“Actuamos en nombre de los que pensamos. Pero muchas veces no entendemos muy bien nuestros propios pensamientos, pues somos víctimas de pensamientos cerrados. (…) El cuestionamiento es una práctica, pero también una cualidad del conocimiento. Es la virtud del conocimiento. (…) La comprensión nunca es total, del mismo modo que la expresión de los que se quiere decir nunca es perfecta” (p.68)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“La postura del neofundamentalista es siempre deshonesta. No importa si cree o no en lo que dice. Está a la busca de efectos y causando efectos, para tener resultados en forma de beneficios: dinero, audiencia, votos; en última instancia, poder”. (p.76)
“La agresividad verbal es una forma conocida de violencia simbólica. Murmurar y difamar también forman parte de esa violencia que se hace con palabras y actos de habla, pero en una escala que no parece tan peligrosa en la mayor parte de los casos. Hablar es hacer, pero pensamos poco en este hecho”. (p.77)
“Que el acosador no sea capaz de ver en el otro a un sujeto, el verlo como un objeto, no elimina la responsabilidad de cualquiera de sus actos, pero explica el contexto en el que, de algún modo, la gran mayoría no se plantea para sí la cuestión del otro”. (p.104)
“El otro siempre nos exige demasiado: amenaza nuestras certezas y también nuestras dudas, nos pone en jaque cognitivo o afectivo, es decir, nos amenaza en relación con lo que sabemos y con lo que sentimos. (…) Ahora bien, todo gesto inteligente es , en primer lugar, el de un esfuerzo” (p.139)
“El desafío es conversar con quien tiene miedo de conversar. Con quien está a la defensiva. Con quien piensa que ya entendió todo. Esto es más complicado. (…) Se trata de buscar el diálogo en el escenario de esa impotencia” (p.143)
“No es exagerado pensar que tras el acto de definir está el intento de dominar lo que es extraño y, así, transformarlo en algo familiar, eliminar o controlar su extrañeza. (…) definir al extraño que es siempre un otro, como si este otro cupiese dentro de una categoría conocida y propia. Continuamos mirando con los ojos de Colón cuando identificamos lo desconocido con lo conocido, lo complejo con lo simple, lo otro con lo mismo”. (p.145)
Tiburi, M (2019) «¿Cómo conversar con un fascista?: Reflexiones sobre el autoritarismo de la vida cotidiana» Ed. Akal/Inter Pares
“La distancia entre la cosa y el punto de vista normalmente se olvida o no es tenida en consideración por el “punto de vista”, que sólo es punto de vista por su propia posición en un sistema en que se disputa la “verdad””. (p.155)