MUGALARI 2018

 

Mugalaria hego eta ipar Euskal Herriaren muga zeharkatzen laguntzen duen pertsonari deritzo.

(Traducción: Persona que ayuda a cruzar la frontera entre Euskal Herria norte y sur)

Me leía deseando un año “Mugalari”. Es como jugar con el idioma de casa, el que solo hablamos los nuestros. Y pensaba si el idioma es una frontera. Para mi, y hoy, es la puerta de acceso al mundo de lo íntimo, la manera de contarme un poco más…

¿Dónde y cómo te pilla el cambio de año? ¿Sois de quemar pólvora? ¿Coméis uvas? Si piensosiento en mis cambios de año, si algo sobresale de lo demás, son los abrazos y los besos. Están llenos de deseos para la gente que quiero. Este momento, el del segundo que cambia de calendario, me conecta con lo que quiero que ocurra. No con nada especialmente concreto, pero sí con las sensaciones importantes. Una especie de “¡¡Que nos vaya bonito!!”

Sigo TRANSitando, VULNERHÁBIL y ejercitando el músculo del PRECINISMO. Esta vez haciendo hincapié en la experiencia de cruzar límites y fronteras.

Mi experiencia me dice que poner límites hace que aparezcan nuevos límites. La mirada genera la diferencia. Decidimos dividir lo que es uno. Y entonces otro piensa que todavía hay una categoría por descubrir, que daría pie a otro subconjunto o territorio limítrofe. Y lo mismo que pienso y siento esto que escribo, también he sufrido cómo la negación y el desprecio por la diferencia nos coloca en la necesidad de reivindicarnos para protegernos de lo homogéneo e “hipercosmopolita”.

Pensando también ahora si una de estas líneas de colores en la tierra pudiera ser la que me protege, la que cuida de mi territorio, de los míos, de lo mio… La que empiezo a reconocer como importante, quizás invadido por lo urgente, siempre urgente.

Citaría y citaría autores y autoras. Hoy menciono a Jorge Wagensberg que escribe sobre las disciplinas y la fantasía que las sostiene: “La pureza es una mezcla de referencia”.

Vivir en la frontera te coloca en construcción permanente. En duda militante. Tan en el borde del precipicio del impostor que a veces una mirada intransigente nos desarma. No sabemos responder con rotundidad, ya hemos visto suficientes cuestionamientos de certezas para defender una aproximación frágil, tentativa y consciente.

Tiene algo esta internet, que tanto nos da, de irreal. Alimenta la fantasía de poder saberlo todo, de estar en cualquier lugar en todo momento. La experiencia de límite y frontera me hace consciente. Cruzar estas líneas con todo su esfuerzo tiene sentido. Si no existieran habría que dibujarlas. Es como si cruzando líneas nos dibujaran un poco por dentro; como si pisando amarillo sintieramos platano, oro, limon, lapicero BH, sol…

Ahora a pisar la delgada línea que separa 2017 del 2018. Saboreando nuestras recreaciones del pasado y los futuros que cristalizan.

MUGALARI 2018

La triangulación en equipos y organizaciones. Una buena manera de movernos para permanecer quietos, un feedback que se convierte en amenaza.

Cuando no hay confianza en lugar de decirnos lo que opinamos conversamos con terceros.

Desde nuestra mirada alguien no cumple con sus objetivos, no realiza bien su trabajo, se repite en una manera de estar que no nos parece adecuada,… Quizás la primera vez que lo vimos nos callamos dandole una segunda oportunidad o le dijimos algo de lo que estábamos viendo. Ha pasado el tiempo y por las razones que fueran, no nos interesan demasiado, en este equipo/organización cuando vemos a alguien que no cumple no le decimos nada.

A veces es falta de confianza pero también puede ser una especie de venganza pasiva que busca hacer daño a la organización por, por ejemplo, un desajuste entre lo que entendemos que entregamos y recibimos. A veces decimos que dentro de nuestras funciones no esta llamar la atención a un compañero o compañera.

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Proyectos profesionales en presencia

Sigo afectado por el salitre. No se acaba de limpiar la sangre y quiero seguir disfrutando de esta infección de descanso. ¿Como haremos para seguir conectados? Algo así me preguntaba estos días a través de dibujos y palabras.

Comenzaba mi verano leyendo a Mike Boxham sobre trabajar desde la quietud. Me hacía mucho sentido. Si en ese momento lo tenia desde el cansancio, en este momento lo tiene desde el recuerdo de la vida conectada y la necesidad de ser más consciente de las decisiones que me conectan y las que hacen todo lo contrario.

Ya he compartido esta sensación. Cuando el personaje laboral es tan abierto como el que mantengo, lo que soy y dejo de ser como profesional cambia en función de los proyectos que acepto y los que rechazo.

No es fácil decidir. Los retornos y la retribución es clave cuando no hay dinero. Estos momentos no coinciden con inactividad. Yo no sé lo que es la inactividad laboral. Si sé lo que es tirar de un crédito mientras llegan los pagos. En ese momento, aunque haya un dinero que va a llegar, estas más inseguro y es difícil negarte. La necesidad y la debilidad abren los brazos. No siempre ayuda que el proyecto sea más lucrativo a medio plazo.

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Fantasia de planificación. Pinchar globos e hinchar zepelines.

Vintage Beach 11

 

La ultima semana de Agosto y la primera de Setiembre son una especie de Disneylandia de la planificación. El teléfono y el mail suenan a un ritmo similar al del resto de las semanas anteriores. Los proyectos, en su mayoría, han descansado también y ahora comienzan a bostezar y desperezarse en sus cajas.

Cuando comienzo a bosquejar los primeros mapas con los proyectos, las tareas pendientes, las urgencias e importancias me vienen muchas imágenes. Ninguna perfecta pero tienen algo en común. En la primera escena todo esta bajo control, casi se puede decir que planificado, mi lugar es claro y los proyectos van a poder convivir entre si incluso reforzarse. Las posibles evoluciones de la película se dibujan a veces con música de Benny Hill y yo corriendo de un lugar para otro, otras como un malabarista con 1000 platos girando en sus varillas, como un vaquero antes de despedazarse con sus miembros en tensión atados a cuatro caballos,…

No soy capaz de imaginarme las escenas intermedias ni tampoco otros finales más sostenibles, aunque al final los vayan a ser.

Los posibles futuros me rescatan del presente. Escribo ahora procurando que el presente me rescate de los futuros. Algunas ideas que quiero compartir con vosotros tras unas horas de revisión de tareas y planificación:

  • Mapa de proyectos personal. Este mapa de proyectos es solo una realidad a mis ojos. Estas organizaciones, retos, personas,… no tienen relación entre si. No se conocen. Nadie podría unir estos puntos para construir una imagen con sentido. Cada uno expresa una necesidad diferente y me pide un lugar distinto. Solo soy yo quién liga las experiencias, el que trafica con los saberes, el que llega aun lugar afectado por el otro. Si de pronto los momentos se parecen, solo soy yo. Creo importante ser consciente y conectar con el terrible potencial de estas experiencia y además con el riesgo de llegar cegado y no conectar con las otras partes que están ocurriendo y me pierdo.
  • Metaproyectos. Estas conexiones a veces no son solo producto del viaje de este profesional implicado. En ocasiones hay hasta un acercamiento intencional y diseñado. Digamos que acepto proyectos que intuyo que puedan entrar en una relación de sinergia. No se trata tanto de las habilidades que desarrollo ni tan siquiera de los “servicios” que ofrezco. Se parece más como a una especie de “metaproyectos para la exploración”. Voy uniendo experiencias, conversaciones, lecturas y aprendizajes en una especie de aproximación imperfecta y funcional a la realidad.
  • Sistematizar, escribir, grabar, dibujar, fotografiar, compartir, debatir,… Estos últimos años, desde esta lucidez distorsionada del verano, están siendo un tiempo dónde la tarea y la acción ocupan demasiado lugar. No significa esto que me haya desconectado del aprendizaje. Me descubro hilando y construyendo con mucha fuerza. Creo además que es importante que recupere este blog, la escritura y el compartir. Ofrecer palabras como excusa para dar un paso más y volver a hacerlo de manera conversada. Seguir escribiendo para entenderme. Para ver la consistencia de la intuición cuando se expresa. Para pinchar globos. Para hinchar zepelines.
  • Desconfianza digital. Conecto también con la necesidad de inducirme una especie de desconfianza digital. Sin caer en análisis simplistas y maniqueos creo que hay algo del surf de contenidos y relaciones que no me sienta siempre bien. Como si me inflará de capacidades, atiborrase de posibilidades y robara tiempo. No sé cuales van a ser las formas exactamente. Intuyo; menos tiempo navegando en redes sociales, dar un lugar menos prioritario a la mensajería y mail, desconexión mientras realizo algunas tareas que me requieran atención,…
  • Declaré un 2017 precínico. Se me mezclan muchas sensaciones. Quizás puedan tener forma de post en unas semanas. Vaya por delante que sigo viendo la necesidad de acercarme más inocente y menos contaminado. Que la sorpresa sigue siendo una emoción a compartir y experimentar. Además creo que, como en el dibujo que nos regalaba Alex, necesita de potencia. Es como si estuviera queriendo explorar un genero nuevo. Mezclar canción protesta con rockandroll, mewage con punk. Pienso en la música surf más psicobillie. No sé muy bien, navegar por el mundo de la candidez provocadora.
  • Abstractos útiles. En cada encuentro y cada desencuentro, en cada conversación con un o una colega, con clientes. En los procesos fluidos de trabajo en equipo, en los bloqueos, en los conflictos,… la información que se mueve es muchísima. Para mi son la principal fuente de aprendizaje. Además creo que son también claves para el proyecto y las personas con las que comparto estos momentos. Hace un tiempo que le dedico energía a estas situaciones. Paro, lo observo, no me censuro ni emociones ni ideas y aprendo. En ocasiones comparto parte de este viaje. Siento la necesidad de probar caminos más utilitarios, menos abstractos, más funcionales y apegados a la necesidad de quién me contrata y con quién colaboro. Sin amputar lo que para mi sigue siendo lo más valioso, atento a lo que es útil y tarea consensuada.
  • Cuidado. Sin saber muy bien que palabras usar para describir esta ultima idea. Necesito cuidarme, cuidar,… Una vez más recordar mi cuerpo. Cuidarlo, activarlo, bien alimentarlo,… Pasar tiempo de calidad con las personas que quiero y me quieren. Atento a lo que necesitan y necesitamos. Conversando, repitiendo rutinas, sosteniendo tareas, cubriendo horarios, sorprendiéndonos de vez en cuando, acompañando construcciones, sueños,…

Toda esta realidad es el mar dónde me voy sumergiendo. Pienso en el primer baño de la mañana. Cuando aun no han llegado los socorristas y no hay bandera que me tranquilice o alerte. Miro el tamaño de las olas, como pegan en las rocas, donde se encuentran, si mis pies se quedan en su lugar o me arrastran hacia dentro, la temperatura, .. Entro hasta la cintura, elijo la ola bajo la que me sumerjo y entonces sé definitivamente si será un baño relajado, largo, para nadar, flotar, ver peces,… o será más rápido, eléctrico, atento, … Cuando intento explicar como se entra y se sale de una mar picada me siento extraño por técnico. Y es que aquí también habitar es la clave.

Podía escribir más pero habitemos.

Buena suerte

#desAnudando. El póster

Esta semana participo en el CONGRESO EN DESARROLLO HUMANO Y ORGANIZACIONAL (DHO) en Valladolid. Esta siendo un espacio lleno de experiencia aterrizada y ganas de compartir y seguir construyendo oficio. Aun no puedo hacer balance pero ya me llevo para Bilbao algunas desvirtualizaciones, nombres que seguir por la red y la sensación de pertenecer a otra tribu en construcción.

Traigo un póster bajo mi brazo. Lo comparto en mi casa también.
#desAnudando @asiergallastegi korapilatzen.com

Los rumores una cuestión de miedos y sueños

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Nueve de la mañana en el pasillo de un centro cívico. Yo he llegado para facilitar un taller sobre la estrategia Antirumores. En concreto vamos a explorar actividades con jóvenes para reforzar miradas abiertas a la diversidad. Hace un momento han separado a dos hombres que casi se pegan en la ventanilla de los Servicios Sociales de Base. Uno de ellos permanece junto a su mujer y a su hija detrás de una mampara, el otro está siendo tranquilizado por una trabajadora social y un hombre cercano.

Este último lanza mensajes al aire: “Malvivo con el dinero que tengo. Hoy solo tengo 20 euros en la cuenta. Estoy reventado de moverme por Bilbao a pie por no tener dinero para pagar el autobús. Y me dicen que no tengo derecho a ninguna ayuda” Luego continúa “Y a ellos que vienen de fuera les dan todo lo que piden.” Y mezclando unas cosas y otras amenaza verbal y físicamente utilizando algunas frases realmente duras.

Decido pararme y sentarme. Estoy atento por si hiciera falta alguna clase de contención más física y pienso qué tipo de conversación es posible plantear y como lo haría. ¿Que de todo lo que están haciendo las personas que están con él ayuda y que no ayuda a afrontar la situación?. Minutos más tarde llega la policía y la conversación sale fuera del pasillo y me imagino que entra en otra esfera diferente que también me interesa pero desde otros parámetros.

Recordad que yo entro a una sesión para reflexionar y accionar sobre cómo afrontar este tipo de situaciones…

Esta situación, además de darme en la boca del estomago, me conecta mucho con conversaciones que llevamos manteniendo hace ya unos meses entre varias personas vinculadas a esta estrategia. Leímos a Manuel Delgado. Recibimos críticas por un abordaje excesivamente individualizado que no tenía presente el contexto más social y político.

Tal y como lo veo detrás de un rumor, detrás de una creencia, de eso que sostenemos como verdadero, a pesar de las pruebas de lo contrario, hay miedo y sueños.

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Coaching virtual

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Sé que el titulo puede invitarnos a diferentes historias y todas serían divertidas 😀

Utilizo la palabra «coaching» para referirme esas conversaciones sobre nuestro lugar en las organizaciones y desarrollo profesional donde el que escucha, desde su particular caja de resonancia labrada por experiencias, lecturas, marcos,… acompaña y guía. Uso la palabra «virtual» acercándome a la experiencia de la relación en la distancia y las tecnologías que hacen posible esta conexión y la que esta cogiendo forma.

Recuerdo, hace ya más de 15 años, sesiones telefónicas de supervisión/coaching con mi maestro Jesus Hernández Aristu. No era que nos llamáramos para consultar y conversar, se trataba de sesiones con toda su estructura e intención. Valiosas como el oro.

Esta semana acompañaba a dos personas del programa de Coaching de equipos a preparar sus sesiones de practicas. Lo hacíamos usando Hangout. A las palabras le sumábamos contexto, expresión, gestos,… Además, mientras conversábamos yo iba dibujando mis notas en un papel que más tarde fotografío y envío por mail/whatsapp.

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