Taller Gestión de la información en organizaciones sociales; retos y oportunidades en un entorno cambiante

Mañana participo en una jornada convocada por Fundación EDE para profundizar sobre la gestión de la información en organizaciones sociales. me han pedido dos cosas; que dinamice parte de la puesta en común y que responda a una pregunta.

Hace ya unos meses en una fase previa de este proyecto escribí algunas lineas en este blog antes de dinamitar (creo que fue eso más que dinamizar) una mesa redonda. Por resumir lo que bocetaba aquella vez:

  1. Compartir información clave para la construcción de comunidad entorno a un proyecto/iniciativa y para la cohesión interna.
  2. Acceder a la información hoy es como beber agua de una boca de riego. Necesitamos filtrar, ordenar, digerir, elegir, buscar intermediarios confiables, …
  3. Las ideas/experiencias/iniciativas, por importantes que sean, encerradas/sin compartir se quedan pequeñas. Compartirlas, abrirlas las llena de matices, ecos, criticas,… y las hace grandes.
  4. La apuesta por la realidad, por escuchar las necesidades, denunciar situaciones,… No siempre puede convertirse en proyecto bendecido. Esa es parte de la dimensión politica de estas organizaciones.
  5. Estudios, investigaciones, mejora de procedimientos si, siempre y cuando partan de la experiencia de estas organizaciones y las refuercen promoviendo procesos de sistematización. Innovación de dentro hacia afuera.
  6. Participación de todas las partes implicadas en los proyectos para construir una historia real llena de todos los matices.


Además ahora me hacen una pregunta más. Creo que en parte esta contestada. Y es que creo que la digitalización, la web 2.0 y las TIC en general no hacen más que favorecer posiciones más proactivas en la puesta en marcha de estas acciones. Intento contestar con algunos flashes y propuestas reales:

Según muchos expertos, estamos ante un nuevo paradigma económico y social basado en la información y el conocimiento. De forma genérica, ¿cuáles son los retos y oportunidades que las organizaciones sociales tienen ante sí en este escenario?

Ya no hay excusas. Si algún día quisimos tener un medio de comunicación, un periódico, una radio, una televisión ya las tenemos. Un ejemplo. Este mismo domingo dentro de la iniciativa #yonopago, en concreto en la estación de metro de Callao. Yo lo seguí a través de la búsqueda en Twitter del hastag #yonopago

Colaboración y construcción colectiva de conocimiento: Para mi aprendices sigue siendo un ejemplo muy importante. Muchísimas personas están compartiendo todos los días enlaces y contenido de mucha calidad en su blogs y perfiles de redes sociales. A mi me parece muy reseñable trabajos de algunos y algunas profesoras que van compartiendo todo lo que van encontrando de interés para contribuir al reto de digitalización escolar. Un ejemplo muy interesante.

El uso de licencias creative commons cada vez esta más presente en las publicaciones del tercer sector. Un par de ejemplos (cada vez son más); el equipo CRAC de Educación para la participación, la asociación de empresas de inserción del pais vasco; Gizatea.

Espacios para el encuentro, movilización, contraste y apoyo mutuo entre personas afectadas por un mismo problema o realidad psicosociosanitaria. FELEM y su guía de uso de redes sociales, los diferentes altavoces que tienen las personas que llaman “autogestores” e diferentes entidades pro personas con discapacidad intelectual,…

Me parece especialmente sugerente el trabajo para explotar la información y hacerla más accesible, facil de entender y por tanto palanca de movilización. La apertura de datos públicos (y privados) lo permite (permitiría), el trabajo de estos equipos de 4 personas en 48 horas dentro del desafio abredatos los lleva a la categoria de obra de arte. Algunos ejemplos:

Para comenzar…

Innovación vintage

En el ultimo tiempo y cuando pienso en innovación siempre me viene a la cabeza las aventuras de Doc y McFly en “regreso al futuro”. Me vuelve a ocurrir conversando sobre los retos de los servicios sociales en el marco de una nueva colaboración con Fundación EDE.

Lo comentaba de pasada en el ultimo post. Estoy leyendo “La cocina al desnudo” de Santi Santamaria. Es el séptimo libro de cocina del verano, no aprendo recetas, aprendo de la vida y acompaña maravillosamente mi decisión por adelgazar.

Cacharros by gallas

Creo que los seis puntos con los que resume el autor su cocina son aplicables a otros sectores y actividades como reto para la excelencia; Cultural, natural, evolutiva, social, artística y universal.

Su visión del progreso nos remite a reconectar con nuestra historia, con lo autóctono, apostando por la sencillez, profundizando en la experiencia y evolucionando con las nuevas herramientas con precaución con los artificios que disfrazan.

Las mismas inquietudes que hicieron hace unos años distanciarse de practicas más “industriales” a los compañeros y compañeras que crearon y/o auparon la etiqueta “artesano” para referirse a la consultaría.

Cuando pienso en los servicios sociales, el tercer sector y las iniciativas volcadas en la mejora de la calidad de vida de las personas más vulnerables esta certeza de necesidad de reconexión la concreto en algunas ideas:

  1. Frente a la reducción de proyectos y normas centrados en los procesos personales y familiares volvamos a pensar en los barrios. En los lugares dónde la gente se conecta y se desconecta. Recuperemos la conversación, los espacios de encuentro, las fiestas populares, lo pequeño,…
  2. Si el problema estriba en que somos dependientes de modelos de acción social “conservadores” generemos acción autónoma. Busquemos nuevas fuentes de financiación. Redes desde la que provocar, experimentar y acercarnos desde otro lugar menos rígido y culpabilizador.
  3. Es un error vender nuestro conocimiento al mejor postor. Pierde su fuerza cuando se standariza y domestica. Tenemos que ser conscientes de que esas áreas de consultoría que creamos en las entidades cuando fuimos cogiendo tamaño recuperan saber hacer de muchas personas, entidades y modelos de trabajo social. De alguna forma no nos pertenecen. Y si vamos a hacerlo que sea siempre con la participación, cuidando los procesos de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. No nos vayamos a convertir en mataconocimiento por míseras migajas.
  4. Y si nos sentimos vulnerables será por miedo a desaparecer y por lo que azota el viento allá afuera. No pasa nada. Perdamos el miedo. Otros y otras vendrán. Que mientras estemos en pie no perdamos la dignidad.

Algo de esto compartía en la ponencia “Innovación para la transformación social” en el mes de Julio dentro del seminario “Reconsiderar la economia” organizado por la universidad del Pais Vasco y REAS.

Por aquí irán los tiros de lo que yo puedo aportar en este grupo de trabajo del que os hablaba al principio. Mucho hincapié en sistematizar nuestro conocimiento,  en compartirlo, en contrastar con otros y otras, en reforzar iniciativas locales, en recuperar el espacio entre lo que hoy es el tercer sector y la iniciativa más militante –nos venden que lo innovador esta en la mezcla con el sector con animo de lucro-, …

Seguimos trabajando y compartiendo.

Atención social, responsabilidad pública, iniciativa no gubernamental y derechos ciudadanos

En las últimas horas he leído y escuchado declaraciones de diferentes políticos con responsabilidad en el gobierno de la ciudad en la que vivo al respecto de la apertura del proyecto Ondatu de la asociación Bizitegi en el barrio de Txurdinaga que me preocupan.

Adelanto que las palabras que siguen no están cimentadas en una opinión formada y con datos certeros sobre si el recurso responde a necesidades, la ubicación elegida es la adecuada ni ningún otro dato objetivo sobre el tema en cuestión.

Además uno esta reflexión a algunas ideas que rescaté de la mesa de trabajo que organizo este mismo viernes Gizardatz dónde pude escuchar un interesantísimo debate sobre la corresponsabilidad y el coliderato entre AAPP y tercer sector en la lucha contra la pobreza.

Recuerdo la frase que me cedió un compañero de batallas, la primera vez que me acerqué como representante de una asociación sin ánimo de lucro al ayuntamiento de Bilbao, para negociar algunos números que nos permitieran sobrevivir o mejorar nuestras condiciones y acción. “Imagínate al concejal desnudo” A él le había ayudado esta imagen cuando otro mayor se la cedió en testigo.

Las sonrisas suelen ayudar a destensar y en esta ocasión tuvo su efecto. El problema viene cuando tengo la sensación de que la estrategia se encona y tiene impacto.

Los lustros de bonanza económica han tenido muchos efectos interesantes en el reconocimiento de algunos derechos y el crecimiento de los proyectos dirigidos a paliar los efectos de un sistema obscenamente injusto.

En este tiempo, las organizaciones sin ánimo de lucro que gestionan proyectos de intervención social se han multiplicado como resultado de varias carambolas; externalización de servicios por parte de las AAPP, un tercer sector muy heterogéneo y numeroso con toda la experiencia y el contacto con las personas, el lobby realizado por algunas organizaciones de autoayuda y familiares, apuestas de políticos y técnicos, innovación continua desde las entidades tras escuchas dolorosas de la realidad…

Los matices de esta evolución serían largos de dibujar, los hay casi como barrios, personas, entidades,…

Es un momento muy complejo. Las necesidades nunca fueran tan numerosas, la precariedad tan estancada y extendida y el dinero recaudado para planificar y presupuestar nuestras acciones mermado. A estas alturas nadie debería de tener dudas de que el paro también va azotar a este sector.

Me vais a permitir que mire al horizonte con cierta esperanza en este caso. Creo que en la crisis como oportunidad y tengo confianza en algunas de las personas que tiene la responsabilidad de concretar los pasos necesarios para afrontar la situación (En las AAPP y en las entidades del tercer sector reunidas en las entidades de segundo nivel). Creo además que llega el momento de aunar esfuerzos y meterle materia gris, acompañada de todas las emociones, de una vez por todas. Concretar la conquista de la responsabilidad pública y del derecho subjetivo. Retomar con seriedad nuestro objetivo y las necesidades de las personas con las que trabajamos.

En este contexto me reencuentro con el conflicto generado entorno a la apertura de un nuevo proyecto por parte de Bizitegi.

El conjunto de partidos políticos del consistorio firma un documento en contra de la apertura de este centro. Algo habrá detrás de todo esto que yo me pierdo y que debería de escuchar, quizás la asociación no hizo bien algún deber, no lo sé. Además, a nadie se le puede escapar el escasísimo número de votos del que depende la alcaldía que se disputa en unos pocos meses y la situación cada vez más maleable de nuestros políticos conscientes de una crisis de representatividad fuertísima.

Es que no podría explicar de otra manera las acusaciones que se vuelcan contra esta entidad promotora del servicio. “quieren aumentar su campo  de acción y crean más necesidades, creando más oferta”  ¿Quién hace estas declaraciones conoce a Bizitegi? ¿Quién lanza bulos de estas características conoce las dificultades supinas de lanzar un nuevo proyecto de intervención social?

¿Qué lógica empresarial de aumento de beneficios y economía de escala quieren aplicar a una asociación que lleva años acompañando las situaciones más olvidadas y en el extremo?. Un respeto.

No quiero discutir sobre las actitudes de algunos vecinos y vecinas. Están en su derecho de salir a la calle y reivindicar lo que quieran. Está en manos de nuestros representantes la didáctica, paciencia y congruencia. Está en su responsabilidad poner orden en este cruce de manifestaciones NMPT (no en mi patio trasero). Poner el listón de las necesidades a las que van a responder y a las que no. Reflexionar si la seguridad ciudadana no tiene una estrategia preventiva más barata y eficaz,…

Voy a buscar las oportunidades a este síntoma de los nuevos tiempos:

  • Los partidos políticos firman un documento en el que se comprometen a pactar un mapa de recursos. Creo que es importante que asuman su responsabilidad. Porque la dispersión y cierto solape de servicios no se puede achacar a las entidades sociales exclusivamente.
  • Soy un defensor convencido y apasionado de la colaboración y el “ganar-ganar”. Creo que las entidades del tercer sector y las AAPP han colaborado aceptando corresponsabilidad y diluyéndose a veces para lograr objetivos. Quizás llegue el momento de reflotar identidades de raíz, volver la mirada a las personas con las que trabajamos y denunciar su situación. Quizás la responsabilidad y otros argumentos menos virginales nos habían hecho olvidarnos de esta fuerza.
  • Nuestra mayor y mejor estrategia, valor, herramienta, actitud,… para ir avanzando hacia una normalización y equilibrio entre todas las personas que conformamos nuestras comunidades tiene un nombre; DIGNIDAD. ¿En función de que argumento decidimos abrir o cerrar un servicio que busca responder las necesidades de unos ciudadanos? ¿Cómo ocurre que en este hipotético choque de derechos ganen sin dudar los de los vecinos/as convocados tras la pancarta?

Me movía un profundo enfado. Escribir este texto me ayuda a coger distancia, paradójicamente.

Así que más tranquilo como ciudadano pido a mis representantes mayor congruencia y medida en sus expresiones.

A los vecinos y vecinas me gustaría trasladarles mis ideas sobre la cohesión social, la convivencia normalizada con un servicio de baja exigencia en mi barrio y tantas cosas más, entendiendo que es muy difícil escuchar nada diferente en el momento al que han llegado.

Para mis amigos de Bizitegi, un abrazo enorme.

Notas sobre usos de la Inteligencia Artificial en mi vida profesional: Las reflexiones también son para el verano

Este post es una suma de 10 publicaciones parciales que compartí en Linkedin entre finales de julio y comienzos de agosto de 2025. Hoy terminando este mismo mes ya he incorporado la lectura de varias perspectivas que modificarían algunas de las ideas que compartí. 

Cada nota generó su conversación y os invito a que buceeis en ellas y sigais construyendo conocimiento desde el diálogo. 

Escribo para esto, para seguir indagando en la práctica y en las tensiones que esta me genera. Reuno todas estas ideas en un único post para que sean más accesibles y volver a ellas para descubrir los itinerarios y los relatos que voy construyendo en el directo de este trastear con la Inteligencia Artificial Generativa.

En los últimos meses he ido experimentando con diferentes usos de diferentes herramientas de lo que se ha venido a llamarse Inteligencia Artificial Generativa. Siempre he sido un trasteador en esto de lo digital y un poco ciberoptimista o ciber iluso. Cuándo miro a mi actividad en Redes Sociales y mis esperanzas creo que estuvieron ajustadas hasta un momento y que luego quizás me faltó perspectiva crítica para hacerlo mejor.

Voy a compartir una serie de textos que buscan compartir mis prácticas, reflexionar sobre mis experiencias y construir músculo en un mejor uso de estas posibilidades incorporando una mirada crítica. No pretendo hacer análisis profundos ni aportar guías de uso. Son algunas notas desde la experiencia. Cada nota procurará enfocar un uso o una rutina concreta y trataré de compartir no solo qué hago, sino también cómo lo hago, qué dudas me genera y qué precauciones tomo. 

Con la intención de abrir conversación, y quizás de acompañar también los recorridos de otras personas u organizaciones que estén explorando estas herramientas. 

Nota 01 sobre usos de IA generativa: Grabar notas, transcribirlas y pintarlas para aumentar la escucha y estructurar ideas y conversaciones.

Una de las primeras reflexiones que quiero compartir tiene que ver, precisamente, con esto mismo qué estoy haciendo ahora: utilizar una inteligencia artificial para atrapar y dar forma a ideas. En los últimos tiempos, he ido incorporando una rutina que combina mi forma tradicional de tomar notas con el uso de herramientas generativas. Me gusta tomar notas a mano, en papel, especialmente durante videollamadas o conversaciones telefónicas. Ahí hago un esfuerzo por escuchar activamente, por recoger lo que se dice y también por recoger cómo me lo cuento a mí mismo, cómo lo espejo. Esa manera de parafrasear, de hacer de espejo en directo, la intento trasladar también al plano documental.

Lo que hago habitualmente es leer esas notas en voz alta y grabarlas. A veces utilizo una aplicación de grabación específica, otras simplemente dicto el contenido con la herramienta de voz a texto de Google Drive. A partir de ahí, si he usado la app de grabación, paso ese audio por Whisper (gracias infinitas Asier Amezaga por recomendarme la herramienta) para obtener una transcripción bruta. Si he dictado directamente al Drive, tengo ya ese primer texto.

En cualquiera de los dos casos, el siguiente paso suele ser trabajar con GPT u otras herramientas para mejorar, revisar o transformar ese contenido. Esta parte es clave. A veces, lo que necesito es que el texto tenga forma de acta. Otras veces, que adopte la estructura de un correo electrónico. Depende del uso que quiera darle al documento. 

Pero en ambos casos, me interesa que el tono sea fiel a cómo pienso y me expreso. Y aquí hay una tensión: cuando le pido a GPT que imite mi estilo a partir de otros textos que le he proporcionado, no me gusta el resultado. No me gusta cómo me copia. Por eso, procuro hacerlo de forma más artesanal, ajustando yo mismo el tono y la forma del texto una vez generado.

Otra cosa que he probado es jugar con la aplicación para que vaya aprendiendo conmigo. Modifico algunas palabras, corrijo ciertas frases y observo si va interiorizando matices o giros que uso habitualmente. No siempre ocurre, pero es un campo que sigo explorando.

En resumen, esta primera rutina que comparto tiene que ver con cómo combino una práctica analógica —tomar notas en papel— con un proceso digital que incluye grabar, transcribir, limpiar y dar forma al contenido con ayuda de herramientas de IA. No tanto para que la herramienta me sustituya, sino para que me ayude a ordenar, clarificar y transformar lo recogido en algo compartible. Manteniendo siempre una actitud activa, de intervención, de contraste y de cuidado en el tono.

Nota 02 sobre usos de IA generativa: Explotar datos y redactar informes: intuiciones, limitaciones y contrastes necesarios.

Otra de las maneras habituales en que utilizo IA generativa es para trabajar con información y extraer conocimiento de textos ya escritos. Cuando me acerco con materiales propios, tengo la sensación de que puedo controlar mejor el proceso. Si son textos cortos y con información muy situada, el resultado suele ajustarse mejor a lo que busco. Pero cuando le pido a la IA que trabaje con información más amplia o diversa, aparece con fuerza su faceta generativa, y ahí es donde surgen algunas precauciones.

Una de las cosas que he aprendido es que puede ofrecer respuestas o resultados muy distintos sobre un mismo material. La manera en que organiza, prioriza o resume cambia de una vez a otra. De alguna forma es lo que nos ocurre como humanos cuando nos acercamos a un ejercicio de estas características. Tengo un acercamiento doble a este fenómeno: 

  • Por un lado relativizo la idea de que haya una única forma correcta de “explotar los datos”. El contenido está, los patrones se señalan y, si lo hacemos bien, se trata de descripción ordenada de una manera u otra. Me ha ayudado a soltar la idea de control absoluto. 
  • Por otro lado me despierta desconfianza, inseguridad y la necesidad de desarrollar una práctica de contraste sistemático. Y ese contraste lleva tiempo. No se trata solo de leer lo que genera, sino de cotejar si eso que ha resumido o listado realmente aparece en los documentos de origen. Porque, si no estás atento, la herramienta “alucina” (Sobre esto os comparto en otra nota)

Otra idea más. Me ha ocurrido en algunas ocasiones que con los proyectos guardados y anidados (usando la opción de algunas IAs de generar carpetas por proyectos que es muy útil) y cuando la suma de prompts o solicitudes se acumula, la herramienta se bloquea y comienza a dar fallos. Me ha funcionado salir de ese proyecto y comenzar en uno limpio. Además en la medida de lo posible, como explicaba antes, troceo los textos.

Y, por último, algo que me funciona especialmente bien es trabajar al detalle una parte del texto y usarlo como referencia. Trabajo mucho una parte del texto, cuido las extensiones, la forma, el tipo de preguntas, títulos, listado… y cuando me gusta el resultado lo propongo como modelo para el resto del texto. Esto es valioso en aquellos documentos con estructuras recurrentes.

Nota 03 sobre usos de IA generativa: Sobre las alucinaciones.

Recuerdo especialmente un momento al principio de mis exploraciones, cuando le pedí a GPT una lista de libros de un autor que yo conocía muy bien. Me sorprendí al ver varios títulos que no reconocía. Mi reacción fue pensar que quizá me estaba perdiendo algo. Pero no: eran invenciones. Y ahí comprendí que este tipo de herramientas no están diseñadas para parar o decir “no tengo esa información”, sino para seguir generando contenido, aunque no sea real.

Me ha pasado también con contenidos sensibles, como la preparación de materiales que van a llegar a un cliente. En esos casos, un error puede ser grave. Por ejemplo, si le pides que resuma las intervenciones de una mesa redonda sin haberle proporcionado esta información como punto de partida, la herramienta tiende a inventarlas. No devuelve un “no sé”, sino una ficción plausible. Y eso es peligroso si no lo detectas.

En un par de ocasiones he preguntado a estas IAs si se imaginan un futuro y una evolución donde estén diseñadas para mostrar sus límites y no lo tienen claro. 😀

Esto conecta con una cuestión más amplia sobre el papel que estamos dando a estas herramientas en la construcción del conocimiento. Hace una década, las críticas a Wikipedia eran constantes: se decía que estaba llena de errores, que no era fiable. Sin embargo, se demostró que la inteligencia colectiva que la sostiene era capaz de corregir rápidamente cualquier desvío o bulo. Hoy, con las IAs generativas, no tenemos esa comunidad vigilante. Y el algoritmo que define estas operaciones no es algo que podamos modificar, ni conocer, de momento.

Estas herramientas siguen generando contenido incluso cuando no tienen los datos, incluso cuando no entienden del todo el contexto. Inventan, suponen, rellenan vacíos. Por eso, cada vez que utilizo la IA generativa como espejo, tengo presente que ese reflejo puede estar deformado. Puede decirme lo que quiero oír, aunque no sea cierto. Y si no soy yo quien contrasta, no habrá nadie más que lo haga.

El trabajo de contraste y debate desde estos textos es clave. Antes de compartir con cliente y con este. Además hago hincapié en reuniones de entrega de documentación donde el compromiso es de lectura previa y construcción final del documento de manera participada. Para mí es una  de las claves. Os presentamos un texto para seguir discutiendo.

Nota 04 sobre usos de IA generativa: Asistentes como herramienta de apoyo y prototipo compartido.

Uno de los descubrimientos más interesantes en este recorrido ha sido la posibilidad de configurar asistentes personalizados, una forma de interacción más avanzada y dirigida con la inteligencia artificial. Llegué a esta práctica gracias a una pista que me dio Juanma Murua, que fue la primera persona que me habló de esta posibilidad. 

En este camino he tenido también la oportunidad de aprender de otras personas. Ramón Besonías, por ejemplo, ha hecho un trabajo muy sugerente desarrollando asistentes aplicados al ámbito de la educación formal. Ese enfoque me ayudó a ampliar la mirada sobre las aplicaciones que pueden tener estos dispositivos. 

A partir de ahí, comencé a alimentar un asistente con materiales generados en mi blog, construyendo un espacio que me permitiera consultar y contrastar contenidos de manera interna.

Este asistente personal funciona como una especie de IA entrenada únicamente con los textos que tu aportas, en este caso, mis propios textos. La lógica era clara: podía configurarlo para que respondiera exclusivamente en base a los datos que yo le había introducido, incluso al 100%. Esto me permitía obtener respuestas mucho más coherentes con mi propio marco de pensamiento, experiencia y contenido.

La experiencia con este tipo de asistente fue tan interesante que empecé a explorarlo también como posible producto. En algunos procesos con clientes, lo utilicé como beta para contrastar información, como una forma de prototipo que podíamos testear y mejorar. No solo como una herramienta interna, sino también como un posible resultado de un proceso compartido. Una herramienta para explorar sobre el conocimiento construido. 

Esta práctica me ha llevado a pensar en los asistentes no solo como herramientas de consulta personal, sino también como espacios que pueden albergar conocimiento compartido. Como lugares donde se acumula contenido generado colectivamente y desde donde se pueden activar nuevas preguntas. 

Al trabajar en equipo, por ejemplo, nos dimos cuenta de que los prompts que diseñábamos para interactuar con el asistente eran casi siempre individuales, aunque el contenido fuera colectivo. Eso nos llevó a preguntarnos: ¿cómo diseñar prompts y rutinas que permitan una interacción verdaderamente compartida con una IA?

Actualmente, estoy participando en procesos de configuración de asistentes dirigidos por personas que saben mucho más que yo, y ahí estamos experimentado directamente con cómo se pueden vincular a la explotación de información generada de forma colaborativa.

Nota 05 sobre usos de IA generativa: Inteligencia colaborativa o cómo generar construir colectivo con estas herramientas.

Este cambio de foco, del uso individual al uso colectivo, me parece un tema importante y al que igual no le prestamos atención. No se trata solo de tener un asistente vinculado a una organización, sino de generar entornos de interacción conjunta. De encender un ordenador, sentarnos varias personas, y conversar juntas con el conocimiento construido y las posibles interacciones con una interfaz que nos permite interactuar con este. De abrir una ventana para el debate, la conversación y el aprendizaje colectivo. La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo hacer esto posible desde las herramientas que ya tenemos?

Hasta ahora, la mayoría de nuestras interacciones con estas herramientas han sido individuales. Consultamos, preguntamos, generamos contenido en solitario. Incluso cuando el conocimiento que volcamos en ellas es colectivo, el canal de entrada sigue siendo personal.

Esto se hace evidente cuando configuramos asistentes vinculados a procesos colaborativos. Por ejemplo, si hemos generado un corpus de conocimiento sobre el propósito de una organización, los prompts que solemos diseñar para consultarlo siguen respondiendo a lógicas individuales: ¿esta acción está alineada con el propósito?, ¿esta decisión encaja con el marco estratégico?, etc. 

Lo que falta, además de seguir incidiendo en unos algoritmos con perspectivas sistémicas entre otras cosas, son formas de interacción que permitan a varias personas dialogar con ese conocimiento al mismo tiempo.

Aquí aparece una pregunta clave: ¿cómo generar prompts o dinámicas de consulta que fomenten la conversación colectiva con la IA? Ya no se trata solo del contenido o del diseño del asistente, sino del contexto de uso. ¿Qué ocurre si varias personas se sientan juntas frente a un ordenador para interactuar con el asistente? ¿Qué nuevas formas de conversación y aprendizaje pueden emerger de ahí?

Esta línea de exploración apunta hacia una inteligencia artificial más relacional. No cómo un oráculo que responde a preguntas individuales, sino como herramienta que activa procesos grupales. Eso implica repensar no solo la interfaz, sino también las rutinas, los tiempos, los acuerdos y los modos de escucha compartida. En mi experiencia, cuando lo hemos intentado, aparecen preguntas nuevas, se abre el debate y se fortalecen las decisiones conjuntas.

Lo interesante de este enfoque es que cambia el papel de la herramienta: ya no es un soporte que uso yo, sino un entorno que compartimos. Eso exige cuidado, diseño y una cierta pedagogía sobre cómo interactuar. Pero también tiene un potencial enorme para procesos organizativos, deliberativos y de construcción de conocimiento compartido. También, y lo pienso mientras escribo, lo veo como otra oportunidad para seguir desarrollando músculo crítico.

Nota 06 sobre usos de IA generativa: ¿Conversaciones con una IA? Entre el espejo complaciente y el pensamiento crítico.

Hace unos días conversaba con la hija adolescente de unos amigos sobre el uso que hacía de esta tecnología. Además de hablar de algunos contrastes y tareas académicas me contaba que contrastaba temas de conflicto y de manejo de relaciones con su grupo de amigas. En ese contexto me contó que en una ocasión fue consciente que ante una situación de tensión la “máquina” siempre le daba la razón a ella. En un ejercicio que me sorprendió por maduro, esta joven cuestionó este punto a la IA con una frase del estilo “¿No crees que mi amiga también puede tener razón en este punto?”. La respuesta la siguió alabando como interlocutora y poniendo en valor su capacidad de empatía. 

Esta viñeta nos podría llevar a muchos sitios; la IA como psicólogo de cabecera es un tema apasionante. Voy a centrarme en esta sensación de empatía, a veces excesiva, y mi experiencia. 

Hace unos meses usé durante unos días una IA que te permitía discutir sobre el tema que te propusieras. Me pareció una manera interesante de entrenar algunos músculos. No recuerdo la herramienta concreta y navegando veo que hay diferentes posibilidades. 

Por otro lado, podemos pedir a cualquiera de las IAs generativas que juegue a un rol. Definiendo lo que buscas la IA puede interaccionar con nosotros como ese personaje. Amigos me han mostrado este tipo de “entrenadores” para experimentar por ejemplo con un enfoque centrado en soluciones en el setting personal. Creo que es bien interesante. 

Normalmente, cuando le pides una lectura crítica de un texto o perspectiva, suele devolver una respuesta amable, incluso complaciente. He intentado utilizarla como contraste de mis propios textos. A veces le doy materiales y le pido una devolución, una mirada crítica. Pero no está diseñada para eso. Tiende a responder con una especie de hiperempatía, como si no pudiera entrar en conflicto con lo que dices. 

En este sentido, estas IAs generativas funcionan más como un espejo que como un interlocutor exigente. 

Leí hace unas semanas que pacientes que habían sido atendidos por IAs generativas sentían que no solo el diagnóstico había sido más certero sino que habían sentido más empatía. Es un terreno que me apasiona. Creo que hay un valor muy importante en escuchar y hacer sentir a la otra persona escuchada. Por otro lado considero que hay una parte del límite y del rigor que estas tecnologías no están abordando en esta relación tan “íntima” y “personal” que se está generando y que puede tener sus riesgos al seguir ampliando los sesgos más personales. 

Lo que se pone en juego aquí no es solo el uso técnico de la herramienta, sino una forma de estar ante el conocimiento: pasiva o activa, crítica o conformista.

Nota 07 sobre usos de IA generativa: Decisiones, algoritmos, sesgos, estructuras y acompañamiento desde lo profesional.

Pesando la verdura el otro día en un supermercado la máquina reconocía con un margen de acierto importante el producto que pesaba y me daba a elegir entre, por ejemplo, calabacín y pepino. El chat que se abre en la página web y el “ente” con el que interactúas para contrastar un producto, esa llamada vendiendo algo con acento robótico… Son muchos los territorios donde se está haciendo cada vez más evidente la presencia de las inteligencias artificiales. 

Me interesa especialmente el potencial de estas herramientas en la toma de decisiones personales pero sobre todo colectivas. Y en este sentido tengo una inquietud sobre cómo estas herramientas pudieran ayudarnos a enfrentar retos complejos y de impacto social. En este tiempo de lemas populistas que prometen soluciones simples a retos complejos me gustaría pensar en estas herramientas como una interfaz dinámica con la realidad. He experimentado son arquetipos sistémicos, por ejemplo, y da mucho juego (esto será otro post en Septiembre) Sin buscar causas aisladas y de implicación directa, sino permitiéndonos observar las relaciones, patrones y dinámicas que, en su interacción, generan los fenómenos que queremos comprender o transformar.

En nuestra práctica directa y en muchas de las organizaciones a las que acompañamos, cada vez más herramientas algorítmicas evalúan, priorizan o seleccionan información para orientar decisiones estratégicas, especialmente en ámbitos como los recursos humanos.

En el libro “El algoritmo paternalista: Cuando mande la inteligencia artificial” de Ujué Agudo Díaz y Karlos g. Liberal  abordan este tema de una manera exquisita. Allí se habla de todo esto. Solo os hago un spoiler; Hemos interiorizado una narrativa que idealiza la automatización como solución a problemas humanos. Se asume que la tecnología es más racional y objetiva que las personas, lo que favorece la delegación acrítica de decisiones.

Aunque no trabajemos directamente en ese nivel técnico, creo que tenemos que estar atentos. Entender cómo funcionan estos sistemas, qué datos utilizan, qué sesgos pueden incorporar. 

Desde esa conciencia, uno de los aportes que podemos hacer es generar herramientas y rutinas críticas de acompañamiento: que ayuden a detectar distorsiones, a equilibrar miradas, a contrastar los criterios que están en juego. No solo desde una lógica de eficiencia u optimización, sino con una mirada más amplia, que considere también a las personas y los efectos a largo plazo.

Aquí también aparece la dimensión estructural: quién diseña los algoritmos, con qué fines, con qué acceso a los datos. Las decisiones sobre qué se entrena, con qué fuentes, y con qué propósito tienen consecuencias.

Nota 08 sobre usos de IA generativa: Infraestructuras y ecosistemas: pensar en alternativas públicas y abiertas.

GPT de openAI fue la primera herramienta que probamos muchas personas. Se ha convertido en una especie de estándar, en una interfaz familiar. Pero eso no significa que sea la única, ni que debamos quedarnos ahí. Además de otras herramientas diseñadas para diferentes objetivos tenemos otras IAs más generalistas bien interesantes. 

La entrada de Deepseek fue una bomba. Tecnología china con un desarrollo más eficiente de los recursos que puso en jaque a la industria (Impresionante la cantidad de dinero que está moviendo este desarrollo solo en los últimos meses. ¿Olemos la burbuja?). 

Tengo como tarea explorar la versión de pago de Mistral, una propuesta que por europea, cumple con una legislación que la regula de una manera más protectora. Creo que esta es una clave. 

La reflexión aquí no es solo sobre resultados o prestaciones, sino sobre infraestructura. ¿Dónde están los datos? ¿Quién decide qué se entrena y cómo? ¿En qué legislación se enmarca cada modelo? ¿Qué derechos tenemos como usuarios y como ciudadanía? Estas preguntas importan por muchas razones y son las claves sobre qué tipo de tecnología elegir para nuestro trabajo, conscientes de los impactos que tiene a corto y plazo en esta capa digital que no deja de ser una dimensión de nuestra sociedad. 

Me parece clave pensar en infraestructuras públicas o, al menos, de código abierto.

Espacios y herramientas donde la innovación tecnológica no se separe de la innovación social, donde podamos explorar y experimentar sin renunciar a principios de protección de derechos y retorno social. En el origen de muchas de estas tecnologías está el apoyo público. La explotación de nuestros datos, qué es el verdadero negocio hace tiempo, se explota de manera muy lucrativa desde entidades privadas. Esta búsqueda del máximo beneficio es la que ha dado forma a esta economía de la atención que está teniendo semejantes impactos en la calidad de la información y nuestro bienestar. 

La gestión abierta de datos es una de las realidades que con más fuerza vislumbramos como oportunidad y que más lejos de las expectativas ha quedado. No hay una reflexión compartida ni liderazgo en este sentido por parte de la administración pública, salvo honrosas excepciones. Y es clave. La apuesta por desarrollos de código abierto e infraestructuras público-privadas que nos protejan de la manipulación y la exposición para utilizar los datos de una manera más global y ayudarnos a tomar buenas decisiones se ha convertido en una utopía. 

No se trata solo de elegir herramientas, sino de imaginar qué tipo de relación queremos establecer con estas tecnologías, de reclamar el derecho a participar también en su diseño, en sus límites y en sus objetivos. Ojalá. 

Nota 09 sobre usos de IA generativa: La ilustración como collage virtuoso del trabajo de millones de artistas.

En los primeros momentos de exploración, usaba herramientas como DALL·E. Aquellas primeras versiones ofrecían resultados que, aunque rudimentarios, tenían un punto divertido: figuras deformes, composiciones que parecían fantasmas, una especie de Frankenstein digital hecho de recortes. Sé en qué proyecto utilice por primera vez estas imágenes, no lo pensé demasiado. 

Con el tiempo, la calidad de las imágenes generadas ha dado un salto enorme. Hoy es posible transformar una fotografía, generar variaciones estilísticas, aplicar efectos visuales con solo un clic. Muchos hemos jugado ya con esas funciones: subir una imagen, cambiar su estilo, explorar posibilidades gráficas. Es bastante impresionante. 

Gran parte del mundo de la ilustración está en batalla contra estas herramientas que se basan en su trabajo para ofrecer otros resultados que comienzan a ser “competitivos”, es decir, a sustituir a precio ridículo el trabajo de un sector ya precarizado. Como amante del cómic y la ilustración en todas sus formas me siento absolutamente solidario con esta sensibilidad. Sigo apostando por el trabajo hecho por personas, por el oficio y la creación manual. 

Esta amenaza no pende sólo encima de este colectivo, lo hace de manera transversal, por ejemplo, también sobre el que escribe, sobre mí. Cada salto tecnológico supone la amortización de una serie de roles, funciones, puestos, oficios… Las quinielas ya echan humo. Hace unos años eran los robots los que iban a quitarnos el trabajo, ¿recordáis a Gates proponiendo que pudieran cotizar como los humanos?. 

En estas reflexiones también conversábamos sobre la competencia a desarrollar no sólo en el manejo de tecnología. Hablábamos de “aprender a trabajar con robots”. Pues ya han llegado los “robots incorpóreos”. 

Muchos profesionales de la ilustración (y de la fotografía, del video…) han incorporado herramientas de IA a sus procesos. Si me lo permitís diría que como en el salto del vinilo al CD; echando de menos ese ruido de la aguja rozando con los surcos. 

Yo a veces me apoyo en estas herramientas. Sobre todo para materiales más internos, documentos visuales que acompañan procesos con clientes, ilustraciones que no tienen una vocación pública ni comercial. Pero incluso en esos casos intento mantener un cierto cuidado: saber cuándo y cómo usarlas, y sobre todo, no dejar que lo automatizado sustituya a lo sensible. Procuro trabajar con imágenes con licencias abiertas que rescato de distintas páginas webs y cito, soy especialmente adicto a las fotografías vintage. Por cierto, es más que interesante el debate sobre si estas imágenes generadas por IA tienen copyright o no. 

De manera tensionada, la imagen de esta nota está generada en una IA. 

Nota 10 sobre usos de IA generativa: Cajón de sastre y algunas fuentes.

Pretendía compartir unas reflexiones y aprendizajes desde la experimentación con la IA en los últimos meses. Me he acercado ligero y sin presión. 

Podría continuar hablando sobre, por ejemplo: 

  • Qué ocurre con los datos que llevamos a estas IAs y cómo aseguramos la protección de esta información, 
  • compartir algunas dudas y sugerencias para el uso de esta tecnología en la producción de píldoras formativas; videos con avatar, podcasts desde nuestros textos, 
  • cómo gestionar de una manera más virtuosa la tensión entre las exageraciones en la posiciones tecno-optimistas y tecno-alarmistas, 
  • sobre el arte de preguntar no ya como un diseño de prompts acertado sino como una suerte de juego de ping pong donde vamos matizando los resultados, 
  • la falsa sensación de supereficiencia que da el trabajo apoyado en estas herramientas y cómo distinguir lo rutinario y aquellas tareas en las que aportamos más valor, 
  • una fantasía de si esta era de la IA nos va a colocar con más distancia de los artefactos que entendamos que están construidos apoyados en estas herramientas (¿leemos menos informes porque los sabemos redactados con apoyo de IAs?) , 
  • el impacto ecológico del uso de estas herramientas de una manera extensiva, 
  • sobre si el ejercicio de unir palabras y trazos por parte de un humano es tan diferente del ejercicio propuesto por una red de manejo de datos programada …

No he necesitado tener seguridad ni justificar las ideas. Ha sido un pequeño “juego serio”. Un rosario de notas que sé que caducarán relativamente pronto.

Desde el principio, como cuando en el comienzo de la pandemia compartimos pequeñas estrategias y herramientas para digitalizar nuestras propuestas, he mantenido la curiosidad y he trasteado. He compartido mis reflexiones desde la práctica. Y este ejercicio ha estado también cruzado por un momento de desencantamiento importante por esta internet de la economía de la atención. 

Tengo muchísimas más preguntas que respuestas, permitidme que comience por la práctica, algunos aprendizajes y reflexiones. 

Acercarme con curiosidad, experimentar, contrastar, aprender desde la práctica, sistematizar algunos aprendizajes y compartirlos de manera abierta para seguir aprendiendo. La capa digital ha sido, hasta hace unos años de manera natural hoy buscando resquicios “insistencialistas”, una aceleradora de la curiosidad y la construcción de conocimiento. 

Os comparto un enlace a mi marcador en diigo donde sigo recogiendo algunas lecturas que sobre la IA me ayudan a pensar. 

https://www.diigo.com/user/asiergallastegi?query=%23ia

En la página web tenéis más enlaces a los temas que me interesan junto a imágenes que también me ayudan a conectar con la mirada sistémica, los equipos, la innovación, la ciudadanía activa, la educación y los ejercicios de escucha y construcción de relatos.

www.korapilatzen.com 

Seguimos conversando.

¿Para qué quiero estar en RRSS y en cuales?

Hace unas semanas que abrí mi cuenta en BlueSky y la verdad es que fue una experiencia bastante agradable. Era como volver a aquellos años de la primera década de los 2000 y la primera incorporación a unas redes sociales. Han pasado las semanas y ahora tocaba salir de X. Ya me he descargado todo mi historial y en el momento en el que iba a borrar la cuenta… me ha dado miedo, me ha invadido un vértigo, un vacío…  También hace años que apenas publico nada en Facebook pero no he eliminado mi cuenta. En ambos lugares pase mucho tiempo y ahora no. En ambos lugares permanezco y me da mucho respeto anular mi perfil. 

No sé muy bien expresar la sensación. A veces pienso que es miedo a perder el número de personas que sigo y me siguen. Pero no es real. Los datos nos dicen que el impacto dejó de ser, que tras los últimos cambios es muy difícil acceder a la información que quieres (Cuánto echo de menos tweetdeck) e imposible impactar con lo que compartes. El nivel de actividad en BlueSky a pesar de tener muchas menos personas en mi pequeño ecosistema es más intenso. Además estoy disfrutando de tener menos personas que seguir. De alguna forma aligerar la cantidad para acercarme más a la calidad. Y calidad no solo de contenido sino de relación y de interacción. 

Pero con todo esto y una vez pasado el tiempo de enamoramiento con este nuevo lugar lo que me pregunto es:  ¿Para qué estoy en redes sociales?. Y creo que es una buena pregunta.

Las RRSS me han servido para conectar con personas y aprender junto a ellas. Hemos ido configurando una red profesional, un ecosistema digital, mi PLE (Personal Learning Environment) le llamamos hace un tiempo. No sabría explicarme como profesional sin este ecosistema. Quiero proteger este canal, reforzar las relaciones existentes y estar atenta a las que pudieran emerger en el futuro. Esta internet y la interacción global ha sido un espacio de disfrute. He transitado por decenas de fronteras. En lo político, a través del arte, la música, espacios de reflexión sobre el trabajo con organizaciones… Una sensación de innovación disruptiva y serendipia. Cada vez que preparo un nuevo contenido navego y navego. Me pierdo por los lugares, divago… Los proyectos importantes me acompañan como una música de fondo y muchas veces surgen imágenes, textos, audios que me ayudan a cristalizar una u otra parte de la reflexión. Es como ampliar la posibilidad al “choque de corazonadas”. Un espacio para conectar ideas distintas, nadar por las disciplinas. 

También ha sido un lugar donde he podido visibilizar mi trabajo. Lo que hago en organizaciones y equipos no es tan sencillo de explicar. Grabarlo, dibujarlo, escribirlo, compartirlo y conversar ha sido clave para configurar mi personaje laboral. Es construcción de conocimiento y venta de lo que en cada momento he sido capaz de hacer. Yo no toco puertas buscando trabajo. Mi estrategia, pudiéramos llamar “comercial”, se basa en procurar hacer bien mi trabajo y mantener un hilo de comunicación abierto. En este sentido hay una información más cotidiana y otra más detenida y de detalle. Por un lado es algo así como “contarme en acción” y me ayudan algunas fotografías y algunos videos, y por otro está la dimensión más de contenido y ahí interrumpo el silencio en mi blog de vez en cuando y publico algún texto en papel como cierre de algunos proyectos. Retomar con más fuerza y dedicación el blog creo que es una clave. La conversación en Linkedin no me acaba de enganchar pero quizás deba de probar más en esa red. 

Las redes sociales han sido un espacio también donde he podido continuar en contacto con algunas personas con las que dejé de tener relación cotidiana. He seguido sabiendo de sus vidas y cuando nos encontramos el abismo no es tan grande, sabemos algo más la una de la otra. Creo que en este sentido y en esta nueva etapa necesito aflojar el miedo a la pérdida. Confiar en la vida compartida, en los encuentros que vuelven a avivar fuegos y reconocer que somos limitados también en el número de relaciones que podemos cuidar. Y cuidarlas. Quedar a comer, alargar unas horas en esa ciudad donde se fueron a vivir tus amigos y cenar con ellos y ellas. Volver al pueblo de vez en cuando. Buscar alternativas a este casco viejo de Bilbao turistificado y encontrarnos. 

También han sido y son un lugar político. Estas interacciones contribuyen a definir nuestra identidad. Hay personas que han conseguido diferenciar y jugar con distancia entre sus vidas y sus avatares. Yo no. Soy consciente del impacto de lo que bebo, como, leo, escucho, veo y converso en mi manera de sentir, pensar y hacer. A veces he pensado que estábamos haciendo incidencia política, ahora tengo más dudas. También he vivido que eran un lugar donde acceder a información quizás complementaria a mi caja de resonancia. Durante ocho años facilite una asignatura en la Universidad de Deusto que llamamos “Internet, redes sociales e Innovación Social”. Fue un viaje que aun no he sistematizado. A veces me imagino cómo serían hoy mis clases. Hablamos de aspectos que no fui capaz de intuir en aquellos años todavía más cercano a todo el potencial. Hoy hablaríamos también de la economía de la atención, de las infraestructuras públicas, de la Inteligencia Artificial, los algoritmos y las cajas de resonancia, de las estructuras frente a los usos… En este sentido no hago más que leer y recolocar mis ideas. Aun en la oscuridad siento más viva que nunca la reflexión y eso me hace disfrutar.

Busco alternativas. Facebook sin actividad, me falta eliminar la cuenta. Twitter sin actividad, y el reto es el mismo. En mastodon comenzamos y quizás debo darle una oportunidad. Bluesky es el twitter de antes de Musk. En estos dos últimos lugares necesitaría un poco más de estructura o estrategia. Sobre Linkedin ya he escrito. ¿Youtube? me siguen gustando los proyectos que se cuentan a partir de un video (quizás estoy mayor). Sobre Instagram… me gustaría bloquear los reels e historias. Me enganchan y no me sientan bien. Hay gente muy inteligente explicando el impacto de este fenómeno. Necesito un paso más. Hace unos años busqué alternativas a google drive y no fui capaz. Todo el universo de herramientas de Inteligencia Artificial es algo en lo que debemos de poner atención. En estos momentos vuelve a conectarme con las necesidad de exploración y trasteo. Tengo un ordenador limpio esperando una mañana de trabajo para instalar linux y traer, de manera congruente, este sistema operativo de nuevo a mis vidas. 

Bueno. He desnudado mis preguntas e intuiciones. Ya véis que no hay mucha certeza ni propuestas concretas. Os muestro mis dudas ¿Cómo estáis gestionando esta realidad vosotros y vosotras?

Termina 2024 y comienza 2025: Alimenta los fuegos que más calientan, por pequeños que parezcan.

He estado esta mañana repasando mi año, sobre todo en lo profesional. Para esto he utilizado tres fuentes: mis fotografías en Instagram, mis libros en Goodreads y mi Excel de facturas. Los lugares por los que he paseado ya tienen sus sesgos, pero me han ayudado a conectar mis sensaciones con parte de la realidad.

Llego al final de este año con cierta ligereza. Tengo pendientes un par de propuestas que me pesan y que sé que, cuando envíe, será un alivio. Septiembre comenzó muy fuerte y por eso, quizás, he sentido que las últimas semanas de diciembre han sido más amables. Escribo mirando este año tranquilo y fuerte.

2024 ha sido el año en el que mi blog y mi proyecto profesional como autónomo han cumplido 15 años. Hace 10 años lo celebramos por todo lo alto, hace cinco estábamos en otras cosas como para celebrar y este año, ¿este año?… Este año creo que he priorizado sacar adelante los retos profesionales y bajar el ritmo cuanto he podido. Eso no quita que haya tenido ideas para celebrar este aniversario, pero no han acabado cuajando. Me conecta con una emoción y con una pregunta. La primera es de orgullo y agradecimiento. Una sensación de proyecto personal-colectivo en marcha, sensible, con sentido e impacto. La pregunta está en los próximos 15 años: ¿qué forma irá cogiendo este proyecto? Más allá de las adaptaciones de cada año, ¿cuáles serán las fases? ¿Qué tipo de proyectos se llevarán más tiempo? ¿Qué temas serán los que me orienten en este ejercicio de búsqueda constante?

2024 ha sido el año en el que he celebrado los diez años de vida con mi cuerpo reacondicionado. Fue en 2014 cuando me redimensioné. Os lo conté en varios posts. Tengo otro a medio escribir de actualización, pero os hago un resumen: he conseguido mantenerme en el peso que alcancé después de aquella dieta y viaje personal. Podría tirar de este hilo y llenar todo el espacio que queda del post. Creo que dejarlo aquí es mostrar algo de lo que sigo aprendiendo. No hace falta todo.

Aurten, lagundu ditudan proiektuetatik 4 euskara hutsean izan dira. Urte batzuk daramatzat alfabetatzen. Ez naiz ausartu nire etxeko paretetatik harago hitz egitera, eta are gutxiago nire lanean. Eta orain egiten dut, egin dezakedala uste dudalako, nire mugen jakitun. Esan nahi dudana sinplifikatu egin behar dut, bere abantaila eta eragozpenekin. Euskaraz lan egitearen aldeko apustua egiten dut, euskaraz gehiago bizi gaitezkeen gizarte batean lagundu nahi dudalako. Nire garapenarekin konektatzen nauelako. Eta uste dut sustraietatik eta emozioetatik lan egiten laguntzen didalako. Jone, Bego eta nire irakaslea, Xabi, oso garrantzitsuak dira garapen horretan. Elhuyarreko Elia eta ChatGPT-ren IA ezinbesteko aliatuak dira. Abentura honetan etengabea.

(Este año, 4 de los proyectos en los que he contribuido han sido íntegramente en euskera. Llevo varios años en el ejercicio de reforzar un idioma en el que no terminé de alfabetizarme y que no me he permitido utilizar de manera habitual más allá de las paredes de mi casa y mucho menos en mi desarrollo profesional. Lo hago porque considero que puedo hacerlo. Soy consciente de mis límites. Necesito simplificar lo que quiero decir, con sus ventajas e inconvenientes. Apuesto por trabajar en euskera porque quiero contribuir a una sociedad donde podamos vivir más en euskera. Me reconcilia con una parte de mí donde me siento por desarrollar. Y creo que contribuyo conectando desde las raíces y las emociones, además de con las ideas y la cabeza. Jone, Bego y mi profesor, Xabi, son muy importantes en este desarrollo. Elia y la IA de ChatGPT son aliadas imprescindibles. Continúo en esta aventura).

Esto de la Inteligencia Artificial también ha sido un foco este año. Ya sabéis que soy un trasteador. Con el tiempo sigo teniendo curiosidad. Mis primeras interacciones con ChatGPT me parecieron tan sorprendentes que he necesitado seguir explorando. Comenzamos, como todo el mundo, con las primeras preguntas para recabar información, como un sustituto de la búsqueda más abierta en navegadores. Con las primeras fuentes inventadas comenzamos a ser más precavidos y a mejorar las preguntas y la calidad de la interacción. Estas semanas, y después de una conversación con Juanma Murua, de experimentar con las propuestas que Ramón Besonías nos comparte en RRSS y otras colaboraciones estoy explorando la posibilidad de convertir en producto asistentes que exploten los saberes generados en diferentes campos a lo largo de estos años. Mientras tanto, juego con cosas diferentes, apoyándome en herramientas de IA para transcripción, mejora de textos, rutinas… Este podcast basado en mi post sobre la paradoja en las organizaciones me hipnotiza (Aviso. Está en inglés). El futuro no lo sé aún.

Mucho del ensayo que he leído en los últimos años me ha servido para seguir reforzando una manera crítica de relacionarme con la capa digital. Durante 8 años acompañé al alumnado de Educación Social de la Universidad de Deusto a explorar los potenciales de la capa digital para la Innovación Social. Hoy creo que mucho se juega en las estructuras y no tanto en los usos. El informe que escribimos para el proyecto Bherria sobre la hibridación en los procesos de colaboración público-social creo que recoge algunas de estas ideas. (hemen euskeraz) Yo también he emigrado de Twitter a BlueSky, vuelvo a mi blog y tengo un ordenador limpio para instalar Linux en las vacaciones de Navidad.

Bherria es el proyecto donde vuelco la reflexión sobre los aspectos más sociales de mi desarrollo profesional. Creo que el trabajo que estamos realizando junto a Komunikatik y ColaBoraBora para el Gobierno Vasco y el Consejo de Voluntariado es de una calidad y utilidad muy alta. Es el proyecto más importante de los que desarrollo para la administración pública. En este ámbito sólo participo en dos proyectos más y tienen que ver con un vínculo especial con las personas que los lideran. Me protejo un poco. Me creo demasiado los proyectos que buscan impactar en el bienestar de las personas desde lo público, sin darme cuenta de los límites de la estructura.

Mi colaboración con Emana Formación también es un lugar clave en mi desarrollo. De la mano de estas compañeras de viaje seguimos explorando la perspectiva sistémica al servicio de los equipos y organizaciones. Este año que viene celebraremos la edición número 20 del programa de Coaching de Equipos. Mirar hacia atrás nos conecta con la importancia de algunas experiencias, lugares y personas. ¡Gracias, equipo! También hemos dado forma a un taller sobre el propósito en las organizaciones que nos creemos, y no es poco. Hay mucho de lo que hacemos en colaboración que es invisible. Acompañamos equipos construyendo espacios significativos desde compartir pequeñas píldoras formativas y mucho de acompañamiento y conversación. Me gusta mucho trabajar junto a María Carrascal en este contexto.

Después de varios años de renunciar a trabajar en proyectos de reflexión estratégica, este año ha sido especialmente rico en este aspecto. Hay muchos aprendizajes que necesito colocar: el grado de directividad es uno de ellos, la profundización y definición, otro; los escenarios de seguimiento y desarrollo de lo acordado… Aprendo mucho trabajando con organizaciones diferentes y junto a otras personas en este ámbito. Con Julen Iturbe tuvimos una colaboración que no acabó de cuajar, pero ya los contrastes fueron más que interesantes. He vuelto a colaborar con mi amigo Pablo, y es un lujo. Y Jone… podría decir muchas cosas, pero voy a resumirlo en esta frase: “me muestra mis puntos ciegos” :D.

Este año hemos publicado un manual para trabajar las competencias transversales en la Formación Profesional. Lo conté en un post. Esta semana estoy revisando la maquetación de otro manual, esta vez en colaboración con la Red AntiRumores de Euskadi; ZAS. Va a ser un texto donde he querido compartir mucho de lo que hemos aprendido en 10 años de talleres para reforzar las habilidades de comunicación, para poner límites a rumores racistas y comprender las necesidades detrás de estos. Reconozco que tengo un poco de vértigo con la publicación. Me relaja saber que no es el primero ni será el último y que contribuyo aportando una perspectiva más a este camino.

Ha sido también en este año donde hemos ampliado oficina. Seguimos en el “Rascacielos de Bailén”, solo dos puertas más allá, pero con algo más de espacio. Y escribo en primera persona del plural porque comparto, también este espacio, con Begoña Juaristi. En lo profesional, juntos pero no revueltos. Complementamos el espacio de trabajo con una sala para el trabajo más individual y con equipos. En el mes de octubre pintamos, acuchillamos, barnizamos y cambiamos la instalación eléctrica. Otro viaje que solo podíamos hacer junto a amigos y familia. Eskerrik asko Egoitz, Javi, Martin, Asier e Iñaki. Siempre habrá una infusión y un café preparado si queréis visitarnos.

Y por último: me dice Goodreads que he leído 42 libros este año, unas 10.000 páginas. Sobre todo, novela. Hace unos años me di cuenta de que era importante aligerar mi cabeza. Me encanta leer ensayo, pero a veces refuerza demasiado mi inercia por rumiar y perseguir la última idea que ha cogido forma. Me mojo: los tres libros que más me han gustado han sido Maniac, de Benjamin Labatut, La llamada, de Leyla Guerriero, y Estado de malestar, de Nina Lykke.

Todo esto reposado por tiempo de calidad con los míos, vacaciones con buenos amigos y amigas. Playa, paseos, lecturas, conversaciones…

De cara a 2025 voy a leer un poco este post y ver qué de lo que ha ocurrido ya me gustaría que ocurriera más. Este es el juego: alimentar los fuegos que calientan, por pequeños que parezcan.

Y este es mi deseo: Alimenta los fuegos que más calientan, por pequeños que parezcan.

BHERRIA: ¿Cómo se construyen los procesos significativos?

Son las personas. Ya está. Podéis dejar de leer el post. No hay secreto. Lo que ocurre puede ser vivido de 1000 maneras. Un mismo suceso, una misma actividad, la sala, la fruta del lunch puede parecer un manjar o atragantarse como corcho en la garganta.

Ponemos todo de nuestra parte, es verdad. Todas y cada una de las personas implicadas en Bherria hemos puesto todo lo que estaba en nuestras manos para que la experiencia fuera satisfactoria. Y esto ayuda… y no es suficiente.

El ultimo trimestre del año de manera más publica pero muchos meses antes de manera más privada este proyecto ha sido el que más atención, tiempo y energía me ha llevado. Hay quienes controláis vuestra agenda y cartera de proyectos. A mi me cuesta decir lo mismo. No me rindo a la agenda y le presto atención al momento de aceptar o no un nuevo encargo y aun así siempre me sorprendo por lo rápido que se acercan las fechas y todo el trabajo que requiere aquello que esbozamos hacía unas semanas. Tanto me sorprendo que cíclicamente me cuestiono si el personaje profesional actual no esta tardando ya en evolucionar a algo más ligero, en equilibrio con la “sostevidabilidad”.

De la primera reunión para dar forma a este proyecto junto al departamento de Empleo y Políticas Sociales de Gobierno Vasco y el Consejo Vasco de Voluntariado salí con una sonrisa. El proyecto que iba cogiendo forma en la conversación se parecía mucho a cosas que quería hacer. En este volver al mundo de la participación ciudadana y la Innovación Social este espacio se abría como una posibilidad que me apasionaba.

Cuando digo que presto atención a los proyectos en los que decido entrar a trabajar hablo de esto. Mi foco muchas veces es cuanto podemos impactar y sobre todo cuanto vamos a aprender.

Esbozar este proyecto me permitió charlar con colegas sobre temas que me parecen apasionantes; diseño de procesos para el aprendizaje, las nuevas maneras de ser ciudadanía hoy, los potenciales de esta sociedad conectada, los modelos y experiencias de relación publico-social, escuchar para conversar, construir comunidades, poner en valor a personas y proyectos,…

Los desarrollos son más complejos. Llevar a tierra el proyecto muchas veces es como andar descalzos sobre piedras. Lo que en la nube se hacía rápido en la mesa de la oficina, en las conversaciones, en los lugares, en lo que si y en lo que no, en la realidad, todo se hace más denso para lo bueno y para lo malo.

Hemos contado todo sobre este proyecto en el blog y las redes sociales. Buscábamos impactar más allá de lo que ocurriera de “puertas adentro” y lo hemos conseguido. Casi 20.000 visualizaciones de los videos sumando todas las redes sociales. UAU. Hay muchísimo contenido compartido. La web ayuda a entender el proyecto, la lista de distribución en el canal de youtube de Irekia muestra el viaje con detalle, casi se puede sentir.

Dejadme que recupere dos posts. Uno sobre la gestión de energías en los procesos de cambio y colaboración  recojo algunas ideas sobre los procesos de cambio y los llevo al cambio social. Este es un tema que me interesa mucho y me gustaría seguir profundizando. Además señalar uno de los productos del proceso; 10 claves para la colaboración público-social y la promoción de la ciudadanía activa y el voluntariado desde las administraciones publicas en una sociedad conectada.

Retomo la primera frase. ¿Donde esta el éxito de este proyecto? En la mirada. La respuesta y el valor esta en la pregunta, en nuestra curiosidad sincera, en la certeza de no estar siendo capaces de atender a todo lo que ocurre, saber que se nos escapan claves importantes, que los matices lo cambian todo, escuchar otra experiencia para comprender lo que aun no habías sido capaz de ver en lugar de reafirmarte en tus quejas,…

Las preguntas hacen que todo lo demás cobre sentido. Sin preguntas los facilitadores nos convertimos en magos sin magia, malabaristas sin equilibrio, seductores sin morbo, hipnotizadores bizcos,… Buscando aplausos en la épica de mover a las personas, motivarlas, …

Un mismo proceso puede servir para reafirmarnos o para abrirnos a un mundo de posibilidades. Esta semana volvía a leer las evaluaciones de Bherria y creo acertar si escribo que esta vez las preguntas, la curiosidad y la necesidad de construir nuevo, más adaptado, ha vuelto a construir un espacio significativo.

Coaching virtual

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Sé que el titulo puede invitarnos a diferentes historias y todas serían divertidas 😀

Utilizo la palabra “coaching” para referirme esas conversaciones sobre nuestro lugar en las organizaciones y desarrollo profesional donde el que escucha, desde su particular caja de resonancia labrada por experiencias, lecturas, marcos,… acompaña y guía. Uso la palabra “virtual” acercándome a la experiencia de la relación en la distancia y las tecnologías que hacen posible esta conexión y la que esta cogiendo forma.

Recuerdo, hace ya más de 15 años, sesiones telefónicas de supervisión/coaching con mi maestro Jesus Hernández Aristu. No era que nos llamáramos para consultar y conversar, se trataba de sesiones con toda su estructura e intención. Valiosas como el oro.

Esta semana acompañaba a dos personas del programa de Coaching de equipos a preparar sus sesiones de practicas. Lo hacíamos usando Hangout. A las palabras le sumábamos contexto, expresión, gestos,… Además, mientras conversábamos yo iba dibujando mis notas en un papel que más tarde fotografío y envío por mail/whatsapp.

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La motivación como proceso circular (3 de 3)

Esta semana terminabamos la asignatura que acompaño en el segundo cuatrimestre en la Universidad de Deusto. Ya son 4 años de una asignatura que explora las conexiones entre la Innovación Social y las nuevas tecnologías. Cada año diferente. En esta ocasión la mayor diferencia ha sido el número. Casi 50 personas en el aula. Tengo ganas de sistematizar todo lo que aprendo con esta experiencia. Hay rastro y confío en dedicarle un tiempo suficiente en un futuro no muy lejano. Adelanto que sigo sin articular una propuesta equilibrada entre practica y teoría y mi gran reto es la evaluación continua.

Hoy compartía una hora con uno de estos alumnos. Tras arreglar ciertas cuestiones más técnicas o de procedimiento nos hemos intercambiado títulos, autores, compartido pasiones, ideas, experiencias, frustraciones e intuiciones.

Me descubría conversando sobre temas absolutamente pertinentes en el marco de la asignatura que cerrábamos y que no habían sido objeto/sujeto de conversación este año. Además lo hacíamos apasionados, moviendo las manos, cruzando fronteras, enredando palabras,…. Y he visto el contraste y una imagen que vuelve a ilustrar esta ristra de posts sobre la motivación y los círculos.

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Aprendiendo con el proyecto #GetxoKirolak, para la construcción de una comunidad deportiva en Getxo.

Hace una semanas cerramos la fase de puesta en marcha del proyecto #getxokirolak. Lo cuenta el propio ayuntamiento de Getxo y lo han explicado con detalle mis amigos y compañeros de proyecto Komunikatik. Si queréis más detalles del proyecto los tenéis en la pagina web de Getxo Kirolak, os recomiendo el Storify y como no, el video con el que cierro este post, grabado y editado por nuestro amigo Raul Fernandez de Pinedo.

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