Esta semana terminabamos la asignatura que acompaño en el segundo cuatrimestre en la Universidad de Deusto. Ya son 4 años de una asignatura que explora las conexiones entre la Innovación Social y las nuevas tecnologías. Cada año diferente. En esta ocasión la mayor diferencia ha sido el número. Casi 50 personas en el aula. Tengo ganas de sistematizar todo lo que aprendo con esta experiencia. Hay rastro y confío en dedicarle un tiempo suficiente en un futuro no muy lejano. Adelanto que sigo sin articular una propuesta equilibrada entre practica y teoría y mi gran reto es la evaluación continua.
Hoy compartía una hora con uno de estos alumnos. Tras arreglar ciertas cuestiones más técnicas o de procedimiento nos hemos intercambiado títulos, autores, compartido pasiones, ideas, experiencias, frustraciones e intuiciones.
Me descubría conversando sobre temas absolutamente pertinentes en el marco de la asignatura que cerrábamos y que no habían sido objeto/sujeto de conversación este año. Además lo hacíamos apasionados, moviendo las manos, cruzando fronteras, enredando palabras,…. Y he visto el contraste y una imagen que vuelve a ilustrar esta ristra de posts sobre la motivación y los círculos.