En las últimas horas he leído y escuchado declaraciones de diferentes políticos con responsabilidad en el gobierno de la ciudad en la que vivo al respecto de la apertura del proyecto Ondatu de la asociación Bizitegi en el barrio de Txurdinaga que me preocupan.
Adelanto que las palabras que siguen no están cimentadas en una opinión formada y con datos certeros sobre si el recurso responde a necesidades, la ubicación elegida es la adecuada ni ningún otro dato objetivo sobre el tema en cuestión.
Además uno esta reflexión a algunas ideas que rescaté de la mesa de trabajo que organizo este mismo viernes Gizardatz dónde pude escuchar un interesantísimo debate sobre la corresponsabilidad y el coliderato entre AAPP y tercer sector en la lucha contra la pobreza.
Recuerdo la frase que me cedió un compañero de batallas, la primera vez que me acerqué como representante de una asociación sin ánimo de lucro al ayuntamiento de Bilbao, para negociar algunos números que nos permitieran sobrevivir o mejorar nuestras condiciones y acción. “Imagínate al concejal desnudo” A él le había ayudado esta imagen cuando otro mayor se la cedió en testigo.
Las sonrisas suelen ayudar a destensar y en esta ocasión tuvo su efecto. El problema viene cuando tengo la sensación de que la estrategia se encona y tiene impacto.
Los lustros de bonanza económica han tenido muchos efectos interesantes en el reconocimiento de algunos derechos y el crecimiento de los proyectos dirigidos a paliar los efectos de un sistema obscenamente injusto.
En este tiempo, las organizaciones sin ánimo de lucro que gestionan proyectos de intervención social se han multiplicado como resultado de varias carambolas; externalización de servicios por parte de las AAPP, un tercer sector muy heterogéneo y numeroso con toda la experiencia y el contacto con las personas, el lobby realizado por algunas organizaciones de autoayuda y familiares, apuestas de políticos y técnicos, innovación continua desde las entidades tras escuchas dolorosas de la realidad…
Los matices de esta evolución serían largos de dibujar, los hay casi como barrios, personas, entidades,…
Es un momento muy complejo. Las necesidades nunca fueran tan numerosas, la precariedad tan estancada y extendida y el dinero recaudado para planificar y presupuestar nuestras acciones mermado. A estas alturas nadie debería de tener dudas de que el paro también va azotar a este sector.
Me vais a permitir que mire al horizonte con cierta esperanza en este caso. Creo que en la crisis como oportunidad y tengo confianza en algunas de las personas que tiene la responsabilidad de concretar los pasos necesarios para afrontar la situación (En las AAPP y en las entidades del tercer sector reunidas en las entidades de segundo nivel). Creo además que llega el momento de aunar esfuerzos y meterle materia gris, acompañada de todas las emociones, de una vez por todas. Concretar la conquista de la responsabilidad pública y del derecho subjetivo. Retomar con seriedad nuestro objetivo y las necesidades de las personas con las que trabajamos.
En este contexto me reencuentro con el conflicto generado entorno a la apertura de un nuevo proyecto por parte de Bizitegi.
El conjunto de partidos políticos del consistorio firma un documento en contra de la apertura de este centro. Algo habrá detrás de todo esto que yo me pierdo y que debería de escuchar, quizás la asociación no hizo bien algún deber, no lo sé. Además, a nadie se le puede escapar el escasísimo número de votos del que depende la alcaldía que se disputa en unos pocos meses y la situación cada vez más maleable de nuestros políticos conscientes de una crisis de representatividad fuertísima.
Es que no podría explicar de otra manera las acusaciones que se vuelcan contra esta entidad promotora del servicio. «quieren aumentar su campo de acción y crean más necesidades, creando más oferta» ¿Quién hace estas declaraciones conoce a Bizitegi? ¿Quién lanza bulos de estas características conoce las dificultades supinas de lanzar un nuevo proyecto de intervención social?
¿Qué lógica empresarial de aumento de beneficios y economía de escala quieren aplicar a una asociación que lleva años acompañando las situaciones más olvidadas y en el extremo?. Un respeto.
No quiero discutir sobre las actitudes de algunos vecinos y vecinas. Están en su derecho de salir a la calle y reivindicar lo que quieran. Está en manos de nuestros representantes la didáctica, paciencia y congruencia. Está en su responsabilidad poner orden en este cruce de manifestaciones NMPT (no en mi patio trasero). Poner el listón de las necesidades a las que van a responder y a las que no. Reflexionar si la seguridad ciudadana no tiene una estrategia preventiva más barata y eficaz,…
Voy a buscar las oportunidades a este síntoma de los nuevos tiempos:
- Los partidos políticos firman un documento en el que se comprometen a pactar un mapa de recursos. Creo que es importante que asuman su responsabilidad. Porque la dispersión y cierto solape de servicios no se puede achacar a las entidades sociales exclusivamente.
- Soy un defensor convencido y apasionado de la colaboración y el “ganar-ganar”. Creo que las entidades del tercer sector y las AAPP han colaborado aceptando corresponsabilidad y diluyéndose a veces para lograr objetivos. Quizás llegue el momento de reflotar identidades de raíz, volver la mirada a las personas con las que trabajamos y denunciar su situación. Quizás la responsabilidad y otros argumentos menos virginales nos habían hecho olvidarnos de esta fuerza.
- Nuestra mayor y mejor estrategia, valor, herramienta, actitud,… para ir avanzando hacia una normalización y equilibrio entre todas las personas que conformamos nuestras comunidades tiene un nombre; DIGNIDAD. ¿En función de que argumento decidimos abrir o cerrar un servicio que busca responder las necesidades de unos ciudadanos? ¿Cómo ocurre que en este hipotético choque de derechos ganen sin dudar los de los vecinos/as convocados tras la pancarta?
Me movía un profundo enfado. Escribir este texto me ayuda a coger distancia, paradójicamente.
Así que más tranquilo como ciudadano pido a mis representantes mayor congruencia y medida en sus expresiones.
A los vecinos y vecinas me gustaría trasladarles mis ideas sobre la cohesión social, la convivencia normalizada con un servicio de baja exigencia en mi barrio y tantas cosas más, entendiendo que es muy difícil escuchar nada diferente en el momento al que han llegado.
Para mis amigos de Bizitegi, un abrazo enorme.