Reconozco mis dificultades para escribir hoy. Leía hace unos días a Manel sobre las bonanzas del acto y las comparto. Disfruto de la lectura. Las palabras cosidas con maestría me tocan, me dan sentido, responden a parte de las preguntas, ponen la música que hace que mis pies bailen o se den cuenta de cual era la tonada que bailaban. Y eso es mucho, hoy seguramente sea de la sensaciones que más feliz me hacen.
Puedo achacar la pereza al tiempo estival. Son días raros estos del verano. Cato playa y bienestar temprano con lo que me es imposible desconectar por completo con la tarea y este malabarismo de proyectos interconectados que cobran vida con bastante autonomía en relación a mis necesidades. No soy un hombre especialmente preparado para las “trabacaciones” a pesar de mi condición de autónomo. Me cuesta engrasar la maquina que trabaja y descansa, necesito tiempo para llegar a cada engranaje, los principales y automáticos funcionan pero los más pequeños y encargados de los matices les cuesta un poco más de tiempo. ¡Me apasionan tanto mis proyectos!. ¡Disfruto tanto del descanso!
De vez en cuando retomo algunos posts de la hemeroteca, para eso están ordenados en sus categorías para que cualquiera, incluso quién los escribió, puedan volver a ellos cuando lo necesiten. Me leo y los matizaría. Algunos los borraría. Creo que sobre esto ya escribí también en el blog.