Síndrome prevacacional, postvacacional y su oportunidad

Los días de calor asfixiante me recuerdan a los meses de agosto en La Rioja. El entorno parece el mismo pero no lo es. La hierba se vuelve marrón, los cielos se descubren y además azules, las pocas nubes también han cambiado y se parecen a otras que descubres buscando el sur, la luz hace que fachadas de siempre parezcan postales,… Y lo más importante, uno mismo baja el ritmo. Ir más rápido significaría comenzar a sudar y sabes que no hay vuelta atrás. Eso es definitivo, tú cambias de ritmo y todo cambia.

passiflora by gallas
passiflora by gallas

Dentro de un mes todos (o muchos y seguro que yo entre ellos) hablaremos del síndrome postvacacional. Unos dirán que no existe, otros que ya han descubierto el coctel pastillas-terapia apropiado para responder a esta realidad, unos desde la perspectiva más productivista, otros pensando en los ritmos que nos ayudan a ser más humanos, también habrá quién nos recuerde lo importante de la tarea para descubrir el placer del descanso.

Yo empiezo a sufrir cierta cara de este síndrome antes de pisar la playa. Es como si me pusieran a “la madre de todas las comidas” delante y comenzará a pensar en mi sobrepeso y sus consecuencias.

Tengo la sensación de que en verano llegamos a un estado de lucidez tan extrema que al volver al cotidiano todo chirría y no parece en su lugar óptimo. Mi teoría más profunda liga desnudez con sabiduría. Cuanto más estén en contacto tus pies con la arena, cuantas más horas entren en contacto tu piel con el sol, el agua, la hierba, cuanta menos ropa te cubra,… más sabio vuelves y también a tu puesto de trabajo.

Creo que esta prevención mía tiene que ver con la dificultad de hacer un espacio en nuestras organizaciones a estas “nuevas personas”.

Nos puede costar un poco más esforzarnos después de haber puesto como prioridad el placer pero eso es oportunidad. Más te costará afrontar las tareas más mecánicas y extrañas y más capacidad tendrás de aportar desde otros lugares más frescos y creativos.

El verano y las vacaciones varían a las personas de nuestros equipos. Es un buen momento para aprovechar esas sensaciones más lucidas, miradas que conocen el saberhacer y la historia de nuestra actividad e identidad y además son capaces de verlas con otros ojos diferentes.

Las sesiones de planificación o reajuste de la misma tras el verano son un lugar muy interesante para descubrir caras ocultas de nuestra actividad y seguir creciendo como entidades y personas. Incluso las aportaciones que podemos pensar más salvajes y al límite nos dan información muy valiosa.

Yo empiezo a ser más listo el primer día que me pongo unas sandalias. Por el contrario mis pies me dan la información de que algo empieza a no ir bien cuando vuelve el calcetín y el zapato. El reto sería algo así como prolongar la sensación de frescor-lucidez y tener un buen armario repleto de zapatos y sandalias en nuestros lugares para combinar diferentes maneras de entender las situaciones y cuidar a las personas y a su parte más creativa.

A zambullirse en el mar…

Proceso U

Esta semana he participado en un curso de formación sobre “proceso u” organizado por Labein-Tecnalia.

Había leído sobre esta propuesta de Otto Scharmer, me atraía la idea de “liderazgo colectivo” y la propuesta de “Presencia” que construía el autor junto a un viejo conocido, Peter Senge.

Algo de esto hemos podido experimentar a lo largo de estos tres días acompañados por Javier Ruiz y Judith Flick.

Es una propuesta de matices y ha sido poco tiempo para digerir una parte pequeña de los mismos. El proceso recibe el nombre de la última de las vocales haciendo referencia a la representación grafica que asocian a la propuesta.

  1. Coiniciar. Descubrir el propósito común generando espacios de encuentros entre todas las partes implicadas en la necesidad (fundamental contar con los destinantarios/as finales de la propuesta).
  2. Copercibir. Conectar con cada una, el contexto y las necesidades en el terreno. Visitas, investigación,…
  3. Presencia. Estar presente, conectar, percibir, intuir, escuchar, reflexionar,…
  4. Cocrear. Generar prototipos, dar vida a las ideas, estar atento a otras propuestas y construir sobre estás. Buscamos relevancia, sencillez, tejer redes, responder a las necesidades,…
  5. Coevolucionar. Seguimos profundizando, priorizamos las acciones con mayor impacto y las generalizamos.

Todos estos pasos en tres fases-actitudes o “pequeñas u-s”; PERCIBIR (transformar la percepción), PRESENCIAR (transformarse a sí misma y la voluntad) y DARSE CUENTA (Transformar la acción).

Una propuesta de trabajo que quiere arrojar luz a cualquier proceso de construcción colectiva. Escuchando y trabajando sobre la misma me imaginaba su aplicación en procesos de participación ciudadana, desarrollos organizacionales orientados al cambio, proyectos conjuntos en trabajo en red,… También intuía su potencial en el acompañamiento a personas en contextos de coaching, supervisión, terapia,…

Intuyo un viaje importante hacia las profundidades de estas ideas. Tras este pequeño paseo son tres las ideas más sugerentes con las que conecto:

  • La idea de presencia. Esta abiertas al, en términos que utilizan en esta teoría, “futuro emergente”. Dejarse sentir y escuchar en silencio la situación, las potencialidades, intuiciones… La propuesta invita y pone estructura a algo esbozado en otras teorías y experiencias. El pensamiento lateral, lo inconsciente, creatividad, visiones holísticas,… Tienen su espacio, tiempo y propuesta metodológica.
  • Además un viaje colectivo. Ya he hablado en este blog sobre mis reflexiones sobre los viajes junto a otros y otras. Mi experiencia trabajando estos días con estas personas (un grupo encantador y diverso y otra experiencia de encuentro personal y construcción colectiva de conocimiento) vuelve a basarse en la importancia de las identidades personales u organizativas, en la importancia de generar un proceso de confianza y aclarar las necesidades comunes para viajes colectivos. Creo que puedo aprender mucho de esta propuesta de cara a liderazgos colectivos y construcción de trabajo enredado.
  • Conectar con la fuente. Con aquello que te hace vibrar, con el momento en el que fuiste consciente de esta pasión-vocación. Con tu mayor habilidad que te hace desplegar tu creatividad y saber-hacer.

En este enlace al que accedo desde la wiki del foro itaca podeis profundizar un poco más.

Entornos colaborativos y estructura

Han pasado ya muchos años. En el contexto de una formación sobre comunicación y escucha con uno de mis maestros; Jesús Hernández Aristu. Habíamos realizado un pequeño ejercicio por parejas. Elegíamos un papel y sin hablar y utilizando los dedos para expandir diferentes pinturas, creábamos una obra de arte compartida.

txoria by gallas
txoria by gallas

Tras el proceso más creativo fuimos hablando sobre las diferentes resultados siempre desde la perspectiva de que lo que allí encontrábamos definido era un diálogo. Hubo gente que hizo hincapié en los colores, otros en el proceso, había quién completaba dibujos inacabados de su pareja, quién respetaba escrupulosamente lo del otro,…

Hubo uno en el que nos detuvimos un poco más. Una de las personas había dividido con una línea roja en dos partes iguales la cartulina. La imagen sugería división y desencuentro si no fuera porque a lo largo de la “frontera” habían ido construyendo dibujos casi simétricos y reconvirtiendo a la línea en un rio lleno de meandros.

Jesús nos ayudo a reflexionar sobre lo que había ocurrido en el dibujo. No puedo rescatar las ideas concretas pero si el poso convertido en aprendizaje. Algo así como que la definición de nuestros lugares, (cada uno el suyo) son un camino excelente hacia el encuentro y la creación común.

Hace unos días le explicaba a mi hija algo parecido. Le decía que iba a dibujar una línea roja y no iba a poder pasarla. Ella se sintió al otro lugar de una pared. Cuando se lo explique (si, suena raro estas metáforas usadas con una niña de 5 años pero este es el padre que tiene) comencé diciendo que para mí las líneas rojas no significaban “no querer estar con ella” sino poner encima de la mesa lo que yo necesito para estar mejor. Le estaba dibujando un mapa (el mío claro) para compartirlo y encontrarnos mejor.

harriak by gallas
harriak by gallas

Hablaba en otras profundidades con otra persona sobre la necesidad de diferenciarnos. “Yo aquí y tu allí”, “Esto es mío y eso tuyo”, “Este es mi lugar”,… Son frases que resonarán en algunos estómagos y en otros no. En el mío con muchísima fuerza.

Cuando pienso en organizaciones y recuerdo alguna propuesta de “trabajo colaborativo extremo” como las que últimamente provoca Julen Iturbe en su excelente blog, sale desde mis entrañas esta necesidad de definición de lugares, roles, funciones,… Solo así, desde la claridad que otorgan ciertas escalas y distribuciones (incluso físicas en el espacio) me puedo lanzar a la aventura de la transversalidad y la gestión de lo significativo. (Por cierto precioso post de Fernando sobre el efecto de los afectos). Para mi construir el nosotros tiene que ver mucho con construir el yo.

Quizás es que provengo de lugares con cierta necesidad de estructura y las provocaciones se dirigen a realidades más rígidas y rectilíneas y necesitadas de flexibilidad y curvas.

Por cierto a Jesús Hernández Aristu lo encontrais en www.gingko.es y también en universidad publica de navarra.

De seguridades e inseguridades

Semanas de transición de la seguridad a la inseguridad y viceversa. Me he acordado de un pequeño relato que escribí hace un tiempo en el que me reía de esta necesidad mia de caminos alisados y emociones estables. Hoy la comparto con vosotros y vosotras.

El otro día, iba yo por el Casco viejo inmerso en mis pensamientos cuando de repente, a la altura del Champion de Atxuri, se abrió el cielo y una especie de foco de luz potentísima me dio en la cara. La primera reacción fue de susto, la segunda de necesitar unas gafas de sol (el cuerpo me pedía también subirme las solapas de la camisa).

Recordé que en ese mismo lugar ya me había dado cuenta de algunos fenómenos paranormales en los últimos años; se forman unos remolinos de aire que hacen volar todo el papel y hojas secas levantándolas hasta una altura de dos pisos, la basura “biodegradable” que sacan todas las noches desde el supermercado desaparece en cuestión de minutos en manos de un grupo de personas, cada vez hay más gatos en las escaleras del Instituto Campuzano y lo más impresionante, una vez vi llover solo en esa esquina. Mientras el resto del suelo continuaba seco, en aquella esquina apareció un círculo mojado.

A mi este tipo de reflexiones me ayudan mucho a relativizar lo que a veces pienso que es extraño o que solo me pasa a mi.

Así que continué hacia delante intentando dejar el escenario-pop atrás. En ese momento la luz se volvió más potente y se oyó una voz: “Asier. ¿Porqué no me escuchas?”. Ahí si que me quedé de piedra. Y en ese momento pensé en Saulo, en como se cayó del caballo y se quedó ciego. Miraba hacia arriba pero solo conseguía dolor de ojos. La voz continuó: “Sé de tus miedos. A partir de ahora, no te faltará nada. No tendrás que decidir. Hagas lo que hagas no te equivocarás”.

No sé si habéis soñado alguna vez con escuchar estas palabras. Cada uno y cada una supongo que tendrá sus frases fetiches. A mi me sentaban estupendamente. Cuando iba a pedir alguna matización y las garantías habituales la luz se esfumo y me quede con una sensación extraña.

Dudando de si lo que había visto era real o fruto de esos viajes mentales que solo yo, y alguna otra persona privilegiada, podemos hacer mientras hacemos la compra o viajamos en coche.

A mi me sentó bien… Cuando paso por esa esquina me sonrió y crezco un palmo…

Liderazgo y humor

Esta mañana me hablaba una amiga sobre un curso que están organizando desde Fundación EDE con, posiblemente, la mejor payasa del mundo. (;O) Un espacio formativo dirigido a personas que trabajan en diferentes organizaciones y quieren profundizar en sus capacidades de liderazgo y comunicación desde la sabiduría que construimos riéndonos de nosotras mismas. Cuando saquen la publicidad la enlazaré en este blog.

IMAZCon Virginia he tenido la inmensa suerte de ir coincidiendo en diferentes lugares y escenarios a lo largo de estos años. Además tuve el privilegio de poder intercambiar algunas intimidades cuando coincidimos en Canarias hace unas semanas. Fue un placer. Otro bicho raro, como yo, que bebe de la fuente de las constelaciones  para el crecimiento personal y trabajando en el último tiempo también con la perspectiva más organizacional (os dejo el enlace de un artículo de un buen amigo Guillermo Echegaray sobre las constelaciones organizacionales).

Conociendo la formación de clown que llevan años ofreciendo y toda la carga de trabajo personal que conlleva estoy convencido de que la propuesta será muy sugerente.

En los últimos años me voy encontrando personas del mundo del coaching, el desarrollo organizacional, la terapia,… que en su personal narración de su recorrido profesional hasta llegar a la profesión de la relación de ayuda,  marcan como hito un curso de clown o similar.

En una asociación libre de ideas, de las de «mirada sucia», unir las palabras liderazgo y humor nos podría llevar a lugares parecidos a «quitar hierro» a las situaciones, relativizar lo importante, risa histérica que sirve de antifaz para no entrar en profundidades más dolorosas, jefe de producción con los pantalones bajados + corbata en la cabeza + cubata en la mano + comida de navidad,…

Un segunda vuelta con otras gafas nos enfocaría a actitudes más positivas, el líder informal, con capacidad para hacer reír, provocador de momentos lúdicos, con la suficiente capacidad de escuchar la situación para combinar la cercanía con la distancia y la risa con la seriedad…

Rafael en su blog «Ideas y decisión» nos recuerda algunas afirmaciones tajantes sobre la combinación lider+humor que pone en boca de Daniel Goleman, el hombre que introdujo la inteligencia emocional en las empresas, «las personas de éxito son aquellas que se conocen a sí mismas, con integridad, preocupación por otros y capacidad para comunicar. Ahora agrega que el buen humor pertenece a los buenos lideres y el mal humor a los malos.»

ohiulari by gallas

Profundiza aun más Alfredus en su blog «ALC Liderazgo y gestión». Quizás con una afirmación algo generalista en mi opinión: «El sentido del humor le aporta al líder una visión más amplia del entorno y más realista debido a que la persona que atesora esta actitud ha realizado un ejercicio profundo de conocimiento y de aceptación de los otros y de uno mismo.»

¿De qué hablamos cuando decimos humor en este contexto? Yo me quiero referir a esas actitudes de la segunda mirada y además al humor y la (son)risa como uno de los matices de la persona que ha hecho un viaje consciente, experimentado y repensado, por el mundo de  las emociones. Creo que las personas que se explican a si mismas y después de contar parte de su cv hablan de aquel curso que les cambio las vidas, hablan de la chispa que les hizo conectar en un viaje sin retorno.

Ya han pasado 9 años de aquel curso de clown. Fue también con la gente de Ohiulari clown, con Rakel Imaz. Tengo un recuerdo precioso y aun cuando me pongo una nariz roja mi expresión cambia y mis cejas se arquean.

Jesús Lara en su libro «El clown un navegante de las emociones» escribe. «De manera que, finalmente, podemos afirmar que el encuentro con nuestro clown se convertirá en una especie de sano viaje a los más AUTÉNTICO de cada uno».

Feliz e intenso viaje.

PD: Olvide comentar este enlace sobre coaching y sentido del humor que me parece recomendable.

El fracaso apuesta de futuro

El fracaso no es una opción. Es un privilegio reservado para quienes al menos lo intentan.

Esta frase la rescato del baul microsiervo y me parece de estas que hay que guardar en algun lugar del ordenador y en mi caso tatuar en algun lugar de mi cerebro (Ahora que sabemos que las emociones también residen allí. Lo dice uno de mis libros de mesa de la temporada).

Hace unos días os hablaba de las jornadas de Lanekintza y la ponencia de Cesar Oteiza. Dijo muchas cosas y seguro que más aprovechables o practicas que las que me resuenan en estos momentos. Sobre estas ya he encontrado algo por la red. Sobre sus reflexiones sobre el fracaso alguna menos.

Elogiaba la «cultura de emprendedores» con la que él se ha encontrado en los EEUU. Y decía que en ese lugar del mundo la valoración social del éxito y del fracaso eran muy altas. En una serie de recomendaciones que titulaba «lecciones» comenzaba con la que decía «emprender vale la pena aunque no salga bien». Continuaba diciendo que los fracasos son éxitos, medallas, la posibilidad de no equivocarse en el futuro.

maren en lo más alto
maren en lo más alto by gallas

Seguro que a alguna de las personas que se pasé estos días por este post se sorprenderá de esta reflexión y comenzará a relativizar la idea del éxito como sueño americano, ¿qué es el éxito?, ¿lo enmarcamos en el terreno profesional?, ¿estará este hombre en una de sus crisis existenciales?, … Comprarán algunos la frase de Jorge Luis Borges «El éxito y el fracaso son dos impostores».

Volviendo el otro día con mi amiga Esti hacia casa volvía a salir mi discurso de cuanto hemos aprendido de los fracasos. Contrastandolo con ella, su percepción sobre algunos de los proyectos que habiamos compartido era bien diferente. Otra vez de bruces con el narrativismo. Volvía a nadar en las aguas de mi particular mapa (como explican en esa joya de libro que es «la estructura de la magia» Richard Bandler y John Grinder)

Supongo que la rotundidad aplicada al mundo del fracaso y el éxito solo se podría adjudicar a grandes hecatombes o similares. Yo hablo de insatisfacciones, frustraciones, sensaciones de no haber cerrado bien una tarea, de haber dejado caer el peso de tareas sobre la espalda de otra persona,… Esos son mis fracasos.

Y son fuente de dolor y además de aprendizaje puro y duro. Mis particulares «medallas». Son negro y blanco… Me preparan para situaciones futuras y conozco cuales son los caminos para llegar a sitios diferentes. Además, y esto de nuevo tiene que ver con mi manera de procesar mis experiencias,  me dejan cauto, como preparado para cerrar los ojos o apartar la cabeza cuando veo que el balon viene fuerte. Ya sé que duele.

¿Como os va a vosotros y vosotras?, ¿como convivis con esas vivencias del limite personal y colectivo?

Otra frase microsierva e interesante sobre esta reflexión

No se cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.

Bill Cosby vía Halón Disparado

Además me estreno con mi primera encuesta. Abajo a la izquierda y es más facil que escribir un comentario ;D

Del ovillo de lana al plan general contable. Y viceversa.

Compartía con vosotros y vosotras hace unos días la experiencia tocando tambores y alguna iniciativa parecida.

Me recordaban a un texto que escribí hace unos meses para reflexionar sobre estas actividades dirigidas a la cohesión de grupo. Mi amiga Maria me recordaba el texto esta mañana. Ahí va.

 «Esta semana discutíamos, más bien hablábamos porque llegamos a lugares parecidos, sobre el camino que separa al “ovillodelana” del “plangeneralcontable”. La sensación compartida era que muchos de los valores y maneras de hacer que han sido marca del voluntariado, la educación no formal, el tercer sector,… nos estaban llegando desde otros lugares como si fueran grandes descubrimientos.

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puxikak by gallas

Las reducciones siempre mienten, esta también. Tiene algo más de merito. Nos llega sistematizado lo que vivimos y pocos fueron capaces de encerrar en palabras, transmitir en laboratorio, devolverlo a su tiempo y escuchando necesidades. Ha entrado en contacto con estructuras más formales, diseñadas para alcanzar objetivos y ser eficientes (quizás eficaces). Incluso, y gracias al dinero que se mueve en algunas organizaciones y no en otras, comenzamos a tener argumentos de carácter científico que apoyan la importancia del bienestar y la cohesión de grupo en el rendimiento, por poner un ejemplo.

Un reto, otro más. O mejor dicho un juego, una oportunidad, otra más. Apartar lo escrito y recordar, repensar lo que nos hizo bien y mal, lo que nos gusta y lo que no, lo que funciona y lo que también. Partir de papeles en blanco, no de cortar y pegar.

Un ejercicio: De todo lo que sabes, ¿qué es lo que sientes como lo más importante?, ¿esa habilidad que pones en practica más veces?, ¿en los momentos más complejos?, ¿dónde la aprendiste?, ¿con quien?,…»