Esta mañana me hablaba una amiga sobre un curso que están organizando desde Fundación EDE con, posiblemente, la mejor payasa del mundo. (;O) Un espacio formativo dirigido a personas que trabajan en diferentes organizaciones y quieren profundizar en sus capacidades de liderazgo y comunicación desde la sabiduría que construimos riéndonos de nosotras mismas. Cuando saquen la publicidad la enlazaré en este blog.
Con Virginia he tenido la inmensa suerte de ir coincidiendo en diferentes lugares y escenarios a lo largo de estos años. Además tuve el privilegio de poder intercambiar algunas intimidades cuando coincidimos en Canarias hace unas semanas. Fue un placer. Otro bicho raro, como yo, que bebe de la fuente de las constelaciones para el crecimiento personal y trabajando en el último tiempo también con la perspectiva más organizacional (os dejo el enlace de un artículo de un buen amigo Guillermo Echegaray sobre las constelaciones organizacionales).
Conociendo la formación de clown que llevan años ofreciendo y toda la carga de trabajo personal que conlleva estoy convencido de que la propuesta será muy sugerente.
En los últimos años me voy encontrando personas del mundo del coaching, el desarrollo organizacional, la terapia,… que en su personal narración de su recorrido profesional hasta llegar a la profesión de la relación de ayuda, marcan como hito un curso de clown o similar.
En una asociación libre de ideas, de las de «mirada sucia», unir las palabras liderazgo y humor nos podría llevar a lugares parecidos a «quitar hierro» a las situaciones, relativizar lo importante, risa histérica que sirve de antifaz para no entrar en profundidades más dolorosas, jefe de producción con los pantalones bajados + corbata en la cabeza + cubata en la mano + comida de navidad,…
Un segunda vuelta con otras gafas nos enfocaría a actitudes más positivas, el líder informal, con capacidad para hacer reír, provocador de momentos lúdicos, con la suficiente capacidad de escuchar la situación para combinar la cercanía con la distancia y la risa con la seriedad…
Rafael en su blog «Ideas y decisión» nos recuerda algunas afirmaciones tajantes sobre la combinación lider+humor que pone en boca de Daniel Goleman, el hombre que introdujo la inteligencia emocional en las empresas, «las personas de éxito son aquellas que se conocen a sí mismas, con integridad, preocupación por otros y capacidad para comunicar. Ahora agrega que el buen humor pertenece a los buenos lideres y el mal humor a los malos.»
Profundiza aun más Alfredus en su blog «ALC Liderazgo y gestión». Quizás con una afirmación algo generalista en mi opinión: «El sentido del humor le aporta al líder una visión más amplia del entorno y más realista debido a que la persona que atesora esta actitud ha realizado un ejercicio profundo de conocimiento y de aceptación de los otros y de uno mismo.»
¿De qué hablamos cuando decimos humor en este contexto? Yo me quiero referir a esas actitudes de la segunda mirada y además al humor y la (son)risa como uno de los matices de la persona que ha hecho un viaje consciente, experimentado y repensado, por el mundo de las emociones. Creo que las personas que se explican a si mismas y después de contar parte de su cv hablan de aquel curso que les cambio las vidas, hablan de la chispa que les hizo conectar en un viaje sin retorno.
Ya han pasado 9 años de aquel curso de clown. Fue también con la gente de Ohiulari clown, con Rakel Imaz. Tengo un recuerdo precioso y aun cuando me pongo una nariz roja mi expresión cambia y mis cejas se arquean.
Jesús Lara en su libro «El clown un navegante de las emociones» escribe. «De manera que, finalmente, podemos afirmar que el encuentro con nuestro clown se convertirá en una especie de sano viaje a los más AUTÉNTICO de cada uno».
Feliz e intenso viaje.
PD: Olvide comentar este enlace sobre coaching y sentido del humor que me parece recomendable.