El cuerpo (7 de 6); flotador

“Bienaventurados los fracturados porque dejan pasar la luz”

Alaign Vigneau (En la contra de la Vanguardia)

Cuando uno pierde peso, bastante peso, entorno a su cintura permanece una suerte de flotador deshinchado. Depende de lo que uno llego a albergar el hinchable ocupa más o menos sitio. Esto de las gorduras es un mundo de subjetividades. En mi caso es lo suficiente como para recordarme que allí hubo y puede volver a haber. Es una cavidad plástica que tiene la capacidad asombrosa de recuperar su antigua forma en más menos tres soplidos.

Te vas dando cuenta pero lo que te pasas o controlas no tiene un impacto inmediato y cuesta, a mi me cuesta, conectar acción con consecuencias cuando no son inmediatas (Creo que es algo compartido en la medida que suele ser parte de los contenidos que solemos abordar cuando pensamos en cambio desde la perspectiva más sistémica)

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Arawana Hayashi; Kintzugi, sensación sentida y MA

“Ver es olvidar el nombre de la cosa que uno ve.”

Paul Valery (escuchado a Arawana Hayashi)

Existe en Japón una practica que me interesa mucho. Se llama Kintzugi y consiste en resaltar con dorado las grietas de los objetos de porcelana reconstruidos tras romperse.

A veces con algunas personas que nos dedicamos a esto de acompañar personas y organizaciones suelo provocar diciendo que sabemos de desajustes y de lidiar con ellos porque somos seres desajustados, de periferia, de los de viento en la cara y en el culo, … No somos raros, quizás algo sensibles, y en muchos casos con dificultades para encontrar cama mullida y confortable que sirva para explicarnos por completo.

Un poco jarrones rotos reconstruidos. Me gusta pensar que con una pequeña patina dorada que resalta las cicatrices, las heridas, un poco para tener cuidado y otro poco para recordar aquello que dejó huella y nos sigue construyendo.

Acompañamos también a otras realidades rotas. Rotas o sin romper pero todas buscando volver a pegar de otra manera las partes de la realidad que tienen en sus manos. Acompañamos, muchas veces observamos con respeto y desde una humilde ignorancia generativa, a personas y organizaciones probando diferentes ajustes de sus puzzles. Permitiéndonos sentir que lo que fue una tetera con algo de tiempo y destreza pudiera convertirse en algo diferente, porque no. Y con sus grietas resaltadas en el color de lo valioso, no pulidas y escondidas, doradas y presentes.arawana

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Las emociones no existen

Lo he pensado siempre pero no me he atrevido a compartirlo hasta hace poco.

“Emoción” es una palabra. Ibamos poniendo a todo en su lugar; los animales eran animales, nos los podíamos comer, los árboles eran árboles podíamos talarlos,… Colocabamos nombre a las cosas para tener poder sobre ellas, y lo conseguíamos.

Todo por un camino bien enderezado pero muchas veces había algo que nos distorsionaba los cuadrados. Cogía formas que no cabían en las cuadriculas. Veías algo claro pero otra “cosa”, no sabíamos como llamarlo, algo que sentías en alguna parte de tu cuerpo, funcionaba como una alerta. Un susurro o un grito, te decía que eso que veías claro quizás no lo era tanto.

Detrás de todo este poner nombres, de atrapar lo extraño en conocido, había uno de esos gritos. Te decía algo así como que lo que no tiene nombre es desconocido, no es de los nuestros. Y además tu sabes que aquellos, los extraños no controlados, pueden atentar contra tu vida. “Vida” también es una idea que acababa de coger forma en una palabra con la absurda fantasía de controlarla.

Cuando buscaron poner nombre a esto que ocurría en el cuerpo eligieron, en este lado del mundo, la palabra latina “emotio, emotionis”. Declinando el verbo “emovere”. Como eso que “saca a uno de su estado habitual”, comparten en un diccionario etimológico en Chile. En wikipedia tiene otro matiz; «aquello que te mueve hacia».

 

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El cuerpo (6 de 6); desear

Decía mi padre que al cuerpo habia darle lo contrario de lo que te pide. Ha sido una frase que me ha resonado muchas veces. No entendía el objetivo de renunciar al placer, a la comodidad, que es lo que buscaba.

Era una llamada al esfuerzo, claro. Y transmitía también cierto miedo a que fuera el cuerpo el gobernador, el que mandará por encima de la razón o las razones. La tesis era que si nos dejabamos llevar acabaríamos perdiendonos. Como si el sofa tuviera la capacidad de engullirnos si no entrenábamos algunos músculos.

Me regalaba el otro día una amiga una frase de Gurdjieff: “Haz que te guste lo que no te gusta”. La verdad es que las frases tienen su parecido, hay algo en ambas a lo que me resisto, tiene que ver con saltar por alto y muy rápido la opción de un camino más corto al bienestar inmediato. En otras palabras; dar al cuerpo lo que te pide y tomar de lo que te gusta.

Tiene entonces el deseo una cara directa, común, compartida,… es el aliado, maestro de limites, la brujula que te lleva a esquivar los obstáculos, a encontrar los tesoros, las viandas mas jugosas.

Gustave Doré
Gustave Doré

Hay en este seguir lo que quieres a veces algunos dolores. El dolor de tomar demasiado, de no oir la voz que te avisa; “es suficiente”,… A veces es como escucharte tanto que te volvieras sordo de ti, tan (aparentemente) conectado con lo que quieres, que te olvidarás de ti mismo. (más…)

El cuerpo (5 de 6); escritura corporal

Da igual que es lo que quieras contar, cuando coge forma de palabras las emociones, lo percibido, lo tocado coge forma de aire. Escribir sobre el cuerpo se parece mucho a pensar sobre el cuerpo. Y si, se parece bastante a una contradicción.

Las contradicciones se parecen mucho a dos puntos cercanos y familiares en una ciudad. Todos los días salimos de nuestra casa para dirigirnos, por ejemplo, a trabajar. Hay paseos cortos que a veces no nos ayudan a conectar y desconectar, hay viajes que hasta nos dejan conectar con algo diferente al punto de partida y de llegada,… Sea cual se el caso a fuerza de repetir el itinerario, todas las etapas intermedias comienzan a ser cercanas.

Reconocemos a las personas que cruzan por el mismo lugar a la misma hora, la energía con la que baldean un portal concreto todos los lunes, el olor a tortilla de ese bar dónde antes solías desayunar, la desobediente consciente que se resiste a los tirones de su hermano mayor para legar al bus, los pendientes de aro de esa chica que parece que en cualquier manera va a comenzar a saludarnos,…
En este ir de las ideas a las emociones empiezo a tener la sensación de mezclar un lugar con el otro. Como si en la nebulosa comenzará a ver algo más importante. Como en los versos de Laboa.

Conexión y desconexión pueden ser otros nombres para A y B. Ir de un lado a otro me ayuda a encontrar lugares intermedios, escalas,… Nada esta claro y tampoco tiene que estarlo. También esto esta bien. Si no me pillará pretendiendo atar lo inabarcable mediante “ingeniosos” giros mentales podría significar que esta vez no había habido viaje.

Me esta costando terminar estas frases. Creo que conectar con el cuerpo necesita de menos palabras.

Este blog es un lugar de palabras e imágenes y va a seguir siéndolo. Quizás puedo aprender a escribir de otra manera más “corporal”, menos pluscuamperfecta, algo más directa, menos pendiente del aplauso y de dobles saltos mortales hipnotizadores.

No esperen decálogos ni sentencias univocas. No soy así. No quiero renunciar a la parte del lío en el que entro cuando pretendo acercarme a las palabras de los cuentos, a las que tocan, las que quieren contar algo que aun no ha cogido forma, disfrutes, balbuceos e intentos fallidos.

Como escribo, trabajo, vivo. Y si; Definitivamente, perderse es un buen lugar.

Estas palabras están leídas antes, conversadas, escuchadas, discutidas y bailadas. Una vez más gracias.

El cuerpo (4 de 6) : Aprendizaje por Identidad

“No se aprende a boxear leyendo libros. Yo conozco esos libros, dentro hay fotos y dibujos que muestran cómo colocar los pies y los brazos, el ángulo de tu brazo y todo eso, pero todo parado. No hay ninguna sensación de movimiento. El boxeo es movimiento, lo que cuenta es el movimiento»

Esto lo dice Deedee el entrenador del gimnasio del Bronx dónde Loïc Wacquant escribió “Sobre las Cuerdas”.

The Library of Congress (CC) Louisiana Young Ful SS, 5/13/14 (LOC)
The Library of Congress (CC)
Louisiana Young Ful SS, 5/13/14 (LOC)

Hay algunos aprendizajes que apenas necesitan de teoría y comprensión intelectual. El Boxeo es uno de ellos. Los golpes en tu cara te recuerdan levantar la guardia y los que llegan a tus costados que sería bueno bajar los codos para proteger las costillas. Además hay una colección de matices en la postura que solo se quedan si los pruebas con tu cuerpo y en relación con otra persona.

De alguna forma cuando hablamos de competencias como foco de una planificación o de una formación, también hablamos del cuerpo en acción. Hacemos hincapié en la integración en marcha de actitudes, conocimiento y habilidades. Por separado no son competencia, cobran esa categoría en relación actuada.

A veces hablo de pensar con los dedos, de pensar haciendo (base en la aproximación de, por ejemplo, el pensamiento y diseño o “design thinking” o del trabajo de psicodrama, constelaciones,…). Los kinestésicos exploran/exploramos el mundo probándolo.

En el mundo del trabajo con personas el contenido y los saberes, lo que llegamos a comprender cognitivamente, es solo una parte pequeña de lo que nos interesa. Hay un mar de datos y conocimientos que, no solo se escapan de lo que alcanza nuestra cabeza, sino que a menudo se diluyen ante nuestra inercia al análisis.

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El cuerpo (3 de 6)

En lo que yo conozco de novela negra hay dos recursos que se repiten hasta ser una seña de identidad. Una es la descripción minuciosa. El protagonista deambula por un barrio y nos regala todos los detalles de ese escenario. Otro, que me interesa especialmente ahora, es el del soliloquio. El detective comparte la conversación que tiene consigo mismo durante buena parte de la aventura. Es la forma que tenemos de seguir sus pesquisas, como une datos,… Es como si pudiéramos acceder a la madriguera de su cerebro. Tenemos el privilegio de conocer en tiempo real su aproximación por cadena de hipótesis.

Es también una forma especial de conocer al personaje. Vemos lo que hace y de alguna forma entendemos porque lo hace.

Pongámonos en modo novela negra. (Para los que tengamos algunas décadas igual nos puede servir desenterrar a Mike Hammer y esos primeros minutos de cada capitulo) Continuamente conversamos con nosotros mismos como queriendo unir puntos distantes y desordenados.

A veces este ejercicio sirve para recordar y aprender y otras para planificar y dar estructura a los siguientes pasos. Otra buena parte del tiempo sirve, como avanzábamos, para echar de menos un pasado que hemos disfrazado y tener miedo a un futuro que esta por construir.

Además este juego de solitario mitad azar, mitad “mehagotrampasamimismo” se convierte, como a veces ocurre en la novela con el personaje principal, en la idea más cercana a lo que entiendo que soy. La edición más alta de lo que soy, mi yo pensante, mis ideas, mi lucidez,… Cuando a menudo se trata de una suerte de redes de araña.

El concepto “presencia” aparece cada vez con más frecuencia en mis búsquedas. El marco de la teoría U y el trabajo de Otto Scharmer y Arawana Hayashi, la idea de “docente presente” de Daniel Pennac, Erick Tholle y su propuesta en el best seller “El poder del ahora”…

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El cuerpo (2 de 6)

¿Para que engordamos? Si, creemos y yo lo hago, que todo lo que ocurre en los sistemas, personales, familiares y organizacionales, sirve a un propósito; ¿para que engordamos?

Cómo solemos preguntar en las organizaciones y en sesiones de coaching; ¿Para que otro problema es este problema solución? Y aquí cada uno comenzamos a dar vueltas a nuestra cabeza y estomago.

Los animales engordan conscientes de las estaciones, del cambio determinante en el clima, de su contexto y de los retos que trae este nuevo tiempo. Engordar, en el mundo animal, es hacerse con esa reserva de energía necesaria para afrontar este periodo que se acerca, que sabemos va a ser exigente y necesita de más energía, de combustible para un viaje sin apenas gasolineras.

Toronto History en Flickr CC
Toronto History en Flickr CC

Conscientes de lo que esta por venir, conectados a un saber colectivo y ancestral, habiendo percibido los cambios en el clima que anticipan un invierno más o menos duro, los animales se SOBREalimentan hoy para SOBREvivir mañana.

Y estaréis pensando en lo que nos diferencia y en como nuestro engordar no esta tan conectado con lo que es funcional. Y más cuando cogemos distancia del origen de nuestra necesidad de hacer más grande nuestro cuerpo y solo nos podemos fijar en círculos más pequeños ligados al placer a corto plazo, la glotonería (que entiendo que tiene diferentes caras y una es la de comer más),…

Si. Y además quiero pensar que hay algo de esto que nos une al resto de animales que también funciona. Creo que engordamos atentos a lo que ocurre y a nuestra interpretación de los datos. Sentimos que necesitamos más para dar más.

Y entonces esto no se trata únicamente de comer menos, hacer dieta, movernos más rápidos, equilibrar lo que entra con lo que sale,… no solo. Comparto dos claves que pudieran interesarnos a quienes un día intuimos, como en Juego de Tronos que “The winter is coming”… 😀

 

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El cuerpo (1 de 6)

Comienzo a escribir sobre el cuerpo. Lo voy a hacer seis veces y a lo largo de este verano. Será extraño escribir, porque lo que quiero contar se siente, es dolor, placer, experiencia de limite y potencia… experiencia.

Hoy peso 30 kilos menos y uso un pantalón 10 tallas menor que el que usaba hace 6 meses. Sigo gordo estadísticamente hablando pero mucho más ligero.

Flickr  ✠ drakegoodman ✠Pareciera que junto a los kilos físicos se hubieran ido otros más etéreos pero igual de pesados. Liviandad es una sensación que me acompaña. Al comienzo conviví con la ansiedad, un poco después con el cansancio, más tarde con cierta falta de azúcar en el cerebro que me impedía leer y escribir,… Ahora es parecido a un desapego liviano.

Como lo compartía hace unas semanas en un curso pienso que bajar peso es una escuela de gestión del cambio. Sería un post bonito, quizás más adelante. Me propongo contaros durante las próximas semanas algunos aprendizajes e ideas con las que me he ido topando en este particular viaje.

Porque uno ya comienza a adelgazar antes de decidir comer menos. Algo va cambiando para que uno pueda plantearse tremenda aventura contra la inercia, la costumbre, su entorno, los ritmos y el mundo de las expectativas.

En este viaje han sido muchas las claves. Tengo la intuición de que una de estas ha afectado a este blog. Necesitaba dejar de pensar sobre, para vivir en. Escribir sigue siendo una necesidad, me ayuda a entenderme y a aprender de lo que hago. Creo que he necesitado un tiempo para comprender de otra manera, sin necesidad de capas “meta” que me protegieran desde la distancia.

Y sin embargo he emborronado hojas, rumiado frases, movido piernas y brazos y leído lo que otros y otras escribían sobre el cuerpo, el aprendizaje, las emociones, las cogniciones,…

Comienzo a mirar de nuevo, con renovado afecto, a este espacio, blog que hace unas semanas cumplió 5 años.