El cuerpo (2 de 6)

¿Para que engordamos? Si, creemos y yo lo hago, que todo lo que ocurre en los sistemas, personales, familiares y organizacionales, sirve a un propósito; ¿para que engordamos?

Cómo solemos preguntar en las organizaciones y en sesiones de coaching; ¿Para que otro problema es este problema solución? Y aquí cada uno comenzamos a dar vueltas a nuestra cabeza y estomago.

Los animales engordan conscientes de las estaciones, del cambio determinante en el clima, de su contexto y de los retos que trae este nuevo tiempo. Engordar, en el mundo animal, es hacerse con esa reserva de energía necesaria para afrontar este periodo que se acerca, que sabemos va a ser exigente y necesita de más energía, de combustible para un viaje sin apenas gasolineras.

Toronto History en Flickr CC
Toronto History en Flickr CC

Conscientes de lo que esta por venir, conectados a un saber colectivo y ancestral, habiendo percibido los cambios en el clima que anticipan un invierno más o menos duro, los animales se SOBREalimentan hoy para SOBREvivir mañana.

Y estaréis pensando en lo que nos diferencia y en como nuestro engordar no esta tan conectado con lo que es funcional. Y más cuando cogemos distancia del origen de nuestra necesidad de hacer más grande nuestro cuerpo y solo nos podemos fijar en círculos más pequeños ligados al placer a corto plazo, la glotonería (que entiendo que tiene diferentes caras y una es la de comer más),…

Si. Y además quiero pensar que hay algo de esto que nos une al resto de animales que también funciona. Creo que engordamos atentos a lo que ocurre y a nuestra interpretación de los datos. Sentimos que necesitamos más para dar más.

Y entonces esto no se trata únicamente de comer menos, hacer dieta, movernos más rápidos, equilibrar lo que entra con lo que sale,… no solo. Comparto dos claves que pudieran interesarnos a quienes un día intuimos, como en Juego de Tronos que “The winter is coming”… 😀

 

  • Algo intuimos. Fue verdad. Que no os digan que no. Hubo algo en lo que nos rodeaba que fue catalizador de esa necesidad de coger peso. Podemos darle un lugar, no hay que pelearse con uno mismo y nuestras gorduras y “debilidades”. Fueron importantes para el trayecto que nos toco transitar. Así que gracias a estas reservas cruzamos el Pacifico 😀 Gracias.
  • Y además los humanos tenemos esa capacidad de vivir conectados a un pasado y un futuro que no existen. El pasado lo reconstruimos y dibujamos reduciendo lo que fue a una imagen parcial que a veces nos hace daño y otras nos da fuerza siendo “mentira” la una y la otra. Conectados y perdidos en esa idea del futuro que sin existir, nos da miedo. Quizás aquello que dibujábamos como “lo que viene” no va a ser nunca. ¿Para que necesitamos entonces prepararnos? ¿No será que una vez que preparamos la ropa de invierno solo podemos encontrarnos frío?

Sobre esto me gustaría seguir escribiendo…

5 comentarios para “El cuerpo (2 de 6)”

  1. Raúl

    de lo poco que voy leyendo este verano… tenía ganas de leerte de sentir tu compañía… me gusta mucho la idea de la conexión con lo por venir y sobre todo el mensaje de la confianza de que aquello que nos ocurre nos enseña algo… los libros no nos enseñan por lo que pesan sino por lo que nos cuentan

    Responder
  2. Raúl

    los dolores no nos enseñan por lo que duele sino por lo que somos capaces de leercuando dejamos de atender a este sentimiento de dolor que tanto nos arraiga… ganas entender esa idea dentro del contexto de cuerpos que va más allá de mi propiocuerpo el sistema de cuerposque me dan vida… un abrazo… hermano

    Responder
    • Asier Gallastegi

      Amigo. Tu comienzo de verano te vuelve a conectar con la poesía 🙂 Dolores y aprendizaje creo que van a ser peajes en los siguientes posts sobre el cuerpo. Besazo

      Responder
  3. Katia

    ¿Qué cosa extraordinaria se perdería si yo no tuviera este peso? ¿Qué cuido, que tiene aún más valor que el peso que a veces me pesa tanto?

    Y he escuchado tantas y tantas respuestas, incluyendo las mías…

    1. La seguridad… después de una experiencia traumática (en muchos casos de abuso durante la niñez) el peso se convierte en mi manera de protegerme de un mundo que me parece riesgoso, no seguro.

    2. El vacío… algunos que hemos perdido a alguien en temprana edad cuyo vacío ha sido parte de nuestra existencia, cuyo hoyo se siente día a día, utilizamos la sensación de «lleno» que da la comida para «paliar» este vacío. Entonces el peso es menos pesado que el vacío que casi duele físicamente.

    3. El gozo. Para quienes el disfrute estuvo vedado en más de un momento, el placer de la comida, sus sabores, sus olores, sus colores, sus sensaciones puede ser tan gratificante, que preferimos el disfrute, el peso es sólo un ligero precio a pagar.

    Podria hacer una lista larga, larga… nuevas posibilidades y las combinaciones que emergen de las anteriores.

    Parece que el peso está muy ligado a nuestras más profundas carencias infantiles.

    Y sí, comparto contigo, profundamente, que antes de poder soltarnos de esos kilos de más, necesitamos agradecerles el profundo servicio que han hecho a nosotros y nuestra vida.

    He disfrutado leerte en este viaje, me parece, de profundo reencuentro con un Asier que se había quedado guardado bajo 30 kilos y que hoy emerge con otra fuerza, con otra luz, una que quizás estaba ahí y sólo necesitaba ser despejada.

    Responder
    • Asier Gallastegi

      Mil gracias Katia, amiga mia.
      Si. Me resuena todo lo que compartes. Quitarte kilos también pasa por hacer un lugar, otro lugar diferente a nuestro cuerpo, a cosas, personas, tan importantes que habiamos decidido llevarlas con nosotras. Hay mucho de caracter en la glotoneria y este se forjo en los primeros años y sobre una herida. Esta siendo un viaje.
      Un abrazo enorme
      Nos vemos pronto

      Responder

Deja una Respuesta