La petite mort en francés, también conocida como La pequeña muerte, hace referencia al período refractorio que ocurre después del orgasmo sexual. Este término ha sido interpretado generalmente para describir a la pérdida del estado de conciencia o desvanecimiento post-orgásmico que sufren las personas en algunas experiencias sexuales.1
De manera más amplia se puede referir al gasto espiritual que ocurre luego del orgasmo, o a un corto período de melancolía o trascendencia, como resultado del gasto de la «fuerza de vida«.
Un estudio reciente sobre los patrones de activación del cerebro usando una tomografía por emisión de positrones (PET) da cierto apoyo a la experiencia de «la petite mort».2
http://es.wikipedia.org/wiki/La_petite_mort
Han pasado semanas desde mi ultima entrada en este blog. La titule “Vulnerhabilidad” y fue importante. Volví al sano ejercicio de inventar palabras para aprehender ideas que aun me/nos son nuevas, que aun estoy/estamos construyendo.
Compartir esta palabra y la experiencia detrás de ella en el blog me ha abierto la puerta a conversaciones preciosas. Ha sido parecido a tejer una red de personas “vulnerhábiles”. Encuentros tejidos con:
- la complicidad de quienes tememos y dudamos y de pronto nos sentimos comunidad,
- con la fuerza de comprobar que conectar con nuestro ser más pequeño destapa a otros y otras pequeñas,
- y que esta manera de mostrarnos es la que permite procesos de cocreación y aprendizajes invisibles.
Esta manera de estar y vivirnos necesita silencios. No planificados, ni tan siquiera en ciclos como los pedía la tierra. Se parece más a la rendición que esta detrás de la creación. Lo explica Brian Eno en esta entrevista y me hace sentido:
“Rendirse, en mi opinión, es un verbo activo. No es solo parar y dejar de pensar. Es saber estar en cada momento y adaptarse a él. Significa ser capaz de manejarse en la incertidumbre y sentirse a gusto”.
Seguimos entrenándonos.
He vuelto