La petite mort en francés, también conocida como La pequeña muerte, hace referencia al período refractorio que ocurre después del orgasmo sexual. Este término ha sido interpretado generalmente para describir a la pérdida del estado de conciencia o desvanecimiento post-orgásmico que sufren las personas en algunas experiencias sexuales.1
De manera más amplia se puede referir al gasto espiritual que ocurre luego del orgasmo, o a un corto período de melancolía o trascendencia, como resultado del gasto de la «fuerza de vida«.
Un estudio reciente sobre los patrones de activación del cerebro usando una tomografía por emisión de positrones (PET) da cierto apoyo a la experiencia de «la petite mort».2
http://es.wikipedia.org/wiki/La_petite_mort
Han pasado semanas desde mi ultima entrada en este blog. La titule “Vulnerhabilidad” y fue importante. Volví al sano ejercicio de inventar palabras para aprehender ideas que aun me/nos son nuevas, que aun estoy/estamos construyendo.
Compartir esta palabra y la experiencia detrás de ella en el blog me ha abierto la puerta a conversaciones preciosas. Ha sido parecido a tejer una red de personas “vulnerhábiles”. Encuentros tejidos con:
- la complicidad de quienes tememos y dudamos y de pronto nos sentimos comunidad,
- con la fuerza de comprobar que conectar con nuestro ser más pequeño destapa a otros y otras pequeñas,
- y que esta manera de mostrarnos es la que permite procesos de cocreación y aprendizajes invisibles.
Esta manera de estar y vivirnos necesita silencios. No planificados, ni tan siquiera en ciclos como los pedía la tierra. Se parece más a la rendición que esta detrás de la creación. Lo explica Brian Eno en esta entrevista y me hace sentido:
“Rendirse, en mi opinión, es un verbo activo. No es solo parar y dejar de pensar. Es saber estar en cada momento y adaptarse a él. Significa ser capaz de manejarse en la incertidumbre y sentirse a gusto”.
Seguimos entrenándonos.
He vuelto
10 comentarios para “La petite mort”
Isabel
Pues sí, tiene mucho que ver esta definición de rendirse con tu palabra “Vulnerhabilidad” (genial por cierto). Rendirse como forma de quitar la venda de los ojos y ver más allá. Lo decías también en una frase magnífica en un post: “hacemos tanta fuerza para mover las rocas que nos contagiamos de rigidez”.
Un abrazo Asier!
Asier Gallastegi
Llego tarde hasta a mis posts 😀 Gracias Isabel. Rendirse revolucionariamente. En estas estamos. A ver dónde nos lleva. Beso
Manel [cumClavis]
Creo que en mi breve historia con los palabros hay dos que han pasado a engrosar y a enriquecer mi vocabulario. Una es la que nos regaló Miquel hace ya unos años: concluestión . Y otra esta preciosa Vulnerhabilidad que nos regalas tú: deliciosa y grande.
Bienvenido de nuevo a este tu espacio donde te hemos estado esperando y lo seguiríamos haciendo 😉 Un abrazo, company!
Asier Gallastegi
Balbuceando pero creo que ya me están entrando las ganas de volver a escribir. Conluestión se lleva muy bien con Vulnerhabilidad y ponerme en la foto junto a Miquel me sonroja. Abrazo Manel
marta
He compartido juegos con las palabras toda mi vida. Han sido cómplices y compañeras y siempre me han permitido experimentar con sus letras para vestirnos juntas de formas diferentes, como con los recortables.
De entre todas las letras, elegí hace mucho la «h». Invisible para la mayoría de las voces, la ubico en cualquier palabra para envolverla en significados especiales que cobran un sentido único para mí por ello, manteniendo su melodía en otros mundos. Tonterías mías 😉
El caso es que, cuando leí sobre tu vulnerhabilidad, sentí esa «h» posándose en otro lugar con el mismo valor que en el mío y fue fantástico. Me encantó! Y, desde entonces, la siento más presente que nunca susurrándome sobre la posibilidad de construir desde la Marta vulnerable a la vulnerhábil. De modo que espero que sigas provocando a las letras como lo haces porque es rico.
Una que me regalaron hace poco y que me ayuda a fragmentar y a descomponer y a mirar eso que planteamos como muy grande de una forma más ligera y real: «pasHitos»
Y otra que me trae loca últimamente mientras busco la manera y herramientas de evaluar incluyendo el progreso, la evolución, desde puntos de partida diferentes: «ev@luación»
Gozamena, Asier.
BesarkHada Handixe!
Asier Gallastegi
Eskerrik asko Martha!!
Pashito a pashito, muy suavecito. Aprehendiendo sin parar. A veces con mucha necesidad de para de pensar, miro demasiado a mi cabeza y mis manos. Necesito esa energia de mirarme paraotros menesteres. Quizás si pusiera una «H» a «KORAPILATZEN»
¿Como sería? «KoraHpilatzen» «KorapilHatzen» «KHorapilatzen»… Hs mudas
Alvaro Ortiz de Zarate
El arte de “Poetifinir” y los excesos lexicográficos
Me estreno en tu espacio Asier, en vuestro espacio. Al menos aportando algo diferente a escucha y seguimiento. Agradecido, nervioso quizá?
Recuerdo cuando era estudiante de filología y hablábamos de los diccionarios antiguos… me has llevado con tu post a la universidad brivón… a las reflexiones de José Antonio Marina en su Diccionario de los sentimientos escrito, creo, allá por el año 1999… Bonito número, como cualquier otro.
Los diccionarios antiguos eran expertos en el exceso lexicográfico… delicias para el paladar de aquellas personas a las que nos pirra el lenguaje… Me encantaba leer esos fragmentos y esas páginas donde las definiciones eran poesía… eso… Exceso. Como el chocolate rebosante de una bizcocho que ya no puede recibir más.
El arte, la belleza y la ocurrencia residían en la definición, en vez de en el término que define… Forma o contenido… El viaje que nos propones, a la inversa.
El hecho de inventar palabras y tu reflexión, me ha llevado al tinglado de inventar definiciones siempre desde el lado de la belleza… para cualquier término, incluso aquel que describe destrucción. Mirada poderosa… esta del Poetifinir.
Me permito traeros solo dos de esas definiciones presentadas en un Diccionario de Lengua Castellana en edición de 1860 en París, mencionadas por Marina (1999) y aguijoneadas en mi mente por aquella gran profesora llamada Elvira Pérez de Arrilucea…
He aquí la definición de “Rayo” en 1860…
«Cada una de las emanaciones ígneas y súbitas, siniestramente deslumbradoras, que abrasan cuanto rozan en su instantáneo curso destructor”… Belleza excesiva, chocolatera, a borbotones….
He aquí la definició de “Cuello” en el mismo parisino de 1860…
«Especie de istmo carnoso y cartilaginoso que junta la península de la cabeza con el gran continente formado por la mayoría física del individuo»…
Reveladora esta capacidad de Poetifinir (*) términos.
(*) Dícese del arte que disfrutan algunas personas para definir y describir términos, animales, esencias, lugares, sentimientos, conflictos, efectos naturales y/o cualquier idea… siempre con la mayor de las bellezas posibles que traiga consigo la Poesía, a borbotones, con exceso de belleza y bondad.
Salud!
Asier Gallastegi
Ahhhhhhhhh ¡¡¡POETIFINIR!!! Me ha encantado Alvaro. Si. Invertarnos palabras no solo sirve para señalar aquello que aun no se habia señalado. Sirve para estresar, sirve para concretar y sirve para embellecer. ¡¡Viva el chocolate!! ¡¡Viva el exceso de palabras para confundir, agrandar y emborrachar!! GRACIAS
Iratxe Gallo
«En una sociedad que nos prohíbe nuestras debilidades, ¡qué liberador es manifestarse vulnerable!”
Javier Melloni
Asier Gallastegi
Iratxe VULNERHABILIDAD 😀 😀 😀 ¡¡Si!! Abrazo