La búsqueda de nuevos conceptos y palabras surge de querer superar modelos.
No todas las realidades y las organizaciones son tan sencillas de “trascender” como las organizaciones sociales.
Luego, pensamos que todo debe de cambiar pero creo que son el conjunto de las organizaciones sociales las que parecen tener que evolucionar de manera urgente (conecto con la necesidad de cambio pero, como creo haber dejado claro, no con que sean el sector al que apuntamos por debil y del que no podamos aprender) Además todo apunta en que esta evolución debe de contemplar siempre un impacto economico además del social.
Suelo tener la necesidad de contar algo del proceso de “maduración” del “tercer sector” o este conglomerado que conforman las organizaciones sin animo de lucro.
Rodeado de conceptos y conversaciones sobre empresa social me cuesta coger la energía y el tiempo suficiente para escribir todo lo que se me mueve en cabeza, corazón y entrañas. Cojo distancia y me vuelvo a enganchar. Me pasa así sin parar con esto de la “empresa social”.
10 años de experiencia en una organización social, la mitad de estos con funciones de relación con las AAPP, coordinación y gerencia. Además del resto de vida dedicada a diferentes militancias y proyectos buscando impactar socialmente.
Y ahora acompañando personas, organizaciones y equipos. Algunos de estos «sociales», desde un proyecto personal de emprendizaje donde una de mis claves ha sido la de “repolitizar” mi acción.
Avanzábamos ya algunas ideas hace unos dias en una primera parte reflexionando sobre la función del relato de la historia en las organizaciones.
Dando por buena esa diferencia entre lo que ocurre y lo que nos contamos, entre el territorio y el mapa. Creyendo que hay una línea de trabajo en la consultoría que puede resonar en las corrientes más constructivistas. Que construir nuevas narrativas ayuda a construir nuevas realidades.
Estando de acuerdo en esta nueva oportunidad pensaba en que características deberían de recoger estas nuevas historias que pudiéramos construir desde las organizaciones.
En el primer encuentro, cuando todavía no hemos esbozado la relación, me gusta escuchar como la persona con la que me cito me cuenta la historia de su organización. Es su visión, es parcial, y así la escucho sin dejar de pensar que en esa pequeña narración se pueden encontrar algunas claves importantes para el trabajo posterior.
A menudo cuando comienzo a trabajar con un equipo, con una organización, propongo una mirada a lo vivido hasta el momento por esta organización, por este grupo de personas: Hitos claves, personas significativas, sensaciones, preguntas,… Todo sobre un panel dónde vamos colocando de manera cronológica fotografías, postits, frases,…
En el ultimo tiempo hemos trabajado en esta línea en dos organizaciones Enrique y yo. En la sesión de la semana pasada fui hilando algunas ideas que comparto en los dos proximos posts.
Esta semana presenté algunas ideas para el debate entorno a Innovación e Innovación Social en el marco de la formación en Educación Social en el campus de Leioa de la Universidad del Pais Vasco.
Para quién haya leido algunas ideas de este blog y presentaciones en mi slideshare, muchas de las ideas son testarudamente repetidas. En este caso, además de actualizar alguna neura en contraste con la experiencia y amistades, me he permitido innovar en la forma.
Una app en la tablet me ha permitido mostrar mis ideas como muy a menudo las cuento encima de una mesa y en petit comite; dibujadas.
Hoy a las 8 de la mañana varias personas estábamos convocados en la escuela del barrio. A mi me llego un pequeño papel hace unos días, me había tocado como suplente del presidente de mesa electoral. La conversación durante la media hora previa a la constitución de la mesa ha girado entorno a lo larga de la jornada, debatiendo si una buena medida pudiera ser la de hacer que la gente en paro ocupará estos trabajos de domingo (la falta de café me ha dado la prudencia suficiente para no entrar a este tema), …
Una persona responsable de todo lo que se estaba montando ha comentado algo así como que en esta mesa éramos “informales”, este año y siempre, y de repente me he sentido orgulloso de ser parte de este barrio.
En unas horas las predicciones serán ya datos y estos configuraran un nuevo gobierno en Euskadi. Tengo cierto desapego por los resultados. La sensación de estar gobernados a kilómetros de distancia es cada vez más real (diría que más cierta no puede ser)
Hace unos días me contaban que un político habría un proceso participativo en su municipio diciendo algo así como “Aquí no hemos venido a hablar de política”. Todavía más burda es la concepción de sujeto político que tienen personajes como Wert. Mi espacio de incidencia política, respetando a quienes quieren trabajar desde un partido político, esta fuera, en la calle.
Me gusta leer y tener cerca a Enrique Sacanell, me ayuda a recuperar el aspecto más humano de las personas que se dedican a la política profesional. Solo puedo animar y apoyar a mis amigos que militan en partidos políticos y trabajan de sol a sol. En esta ocasión, de manera especial, dos amigos se presentan como candidatos a lehendakari Aitor Urresti y Mikel Arana.
Me equilibra tener a estas personas cerca porque tengo cierta tendencia a la bronca. Y es que creo que es tiempo de lucha. Paradójico, ¿no? En las elecciones de la “paz” yo busco “bronca”. Pero este es otro tema, otro post…
En estos días de campaña me ha gustado leer a Antoni Gutiérrez-Rubi. Me ayudó a entender un poco más de algunas fotografías y estrategias de comunicación en campaña. Conversaciones con mis amigos diseñadores gráficos también son divertidas en estas fechas. Fue una pena no haber movido algo similar a esto 😀
Me divirtió contestar las preguntas de la iniciativa http://www.horizonteeuskadi.com/ El mismo ejercicio te ponía ante la fragilidad de lo que por estas tierras es casi religión, optar entre una opción política y otra en un abanico determinado.
Mucha suerte a quienes tengáis la responsabilidad de gestionar nuestras instituciones. Nos seguimos encontrando en cuantos espacios de frontera tengáis a bien elegir para colaborar.
Mientras conversaba en el post anterior sobre los hombres y las mujeres orquesta me venía a la cabeza este dibujo que comparto a continuación recogido del manual de acogida de la empresa Valve.
Descubrí este documento hace unos meses a través de Ruben González responsable de programación en Virtualwaregroup. Ruben participa activamente en varios de los grupos de trabajo interno que están en marcha en la empresa y aportaba esta perspectiva para seguir explorando líneas de trabajo.
Hay muchas cosas de este texto que me parecieron sugerentes. Me impresionaba como contaban con la posibilidad de tener mesas modulables con ruedas que conformaban nuevas distribuciones en función del proyecto y el equipo.
“Este chico es el informático que nos ayuda con el proyecto” Así me presentaban hace unos días. No voy a dar muchos detalles, solo compartir que la conversación necesitaba ser sencilla y rápida. Fue divertido escucharlo.
Estas conversaciones me devuelven miradas parciales a la caja de muchas caras que es mi trabajo, que es cualquier trabajo.
También es así con una persona que se dedica a limpiar la calle. Es barredora, vaciadora de papeleras, retiradora de carteles,… Estas múltiples ocupaciones se realizan con un uniforme y eso ayuda mucho a hacerte con el nombre: “barrendero”.
Obsérvese que se quedan con la descripción de aquello que más vemos hacer a estos profesionales y a lo que le liga a su particular tecnología. Aunque muy posiblemente este nombre también puede servirnos para esos señores y señoras que limpian nuestras calles sin coger una escoba sentados en esas maquinas infernales con esa especie de lijas enormes como antenas.
Hace unas semanas me encontre esta fotografia en una red social (Siento no nombrar a quién lo compartía. No lo apunte) Tiene un reto entre manos realmente complicado. No sé porque a mi me transmite cierta esperanza. Como si la ceguera le abriese la puerta de la posibilidad.
Las conversaciones «realistas» se suceden. No las voy a repetir porque las conoceis. Parece que todo el mundo anda haciendo nuevos agujeros a sus cinturones. En una de estas nos reiamos ante la posibilidad de convocar algo parecido a una escuela de optimismo.
En vacaciones busco buen tiempo, bonitas playas y horas de tranquilidad jugando entre las rocas con el pequeño, cogiendo olas con la mayor y terminar la jornada leyendo junto a mi chica. Cuando el tiempo no acompaña cambiamos lo de la playa por paseos y visitas a lugares que no conocemos. Llegar a una plaza nueva, probar un nuevo plato se convierte en una aventura única y absolutamente renovadora.
Ayer conocimos un pequeño barrio asturiano de la villa de Taramundi (lindando con Galicia) de apenas10 casas deshabitadas llamado “Os Teixois”. Tenéis toda la información en Wikipedia y en su pequeña web. Mientras escuchábamos las explicaciones y veíamos en funcionamiento las maquinas movidas por el mismo salto del agua yo no paraba en pensar en las personas que tuvieron la primera iniciativa y luego la segunda y la tercera. Porque en pocos metros cuadrados y con la fuerza del mismo agua conviven: molino, dinamo, afilador de metales, batan y fragua.