La segunda parte de mi colaboración con el espacio formativo generado entre REAS, UPV y La Caixa tenía que ver con el tercer sector, el empleo y la evolución de las relaciones laborales.
Hace año y medio y en el mismo lugar yo compartía datos de 2003 en esta ocasión me limite a trasladar una pequeña selección de graficos recogidos todos en el informe extraordinario del ararteko sobre condiciones de trabajo en el tercer sector de intervención social elaborado por, mis buenos amigos de Ados Consulting.
La fotografia no varia sustancialmente. Atomización espectacular con un 50% del volumen económico total gestionado por entidades con presupuestos menores a 100.000 euros/anuales. Ensalada de formulas juridicas dónde la de «asociación sin animo de lucro» es la reina con un 80%. La subvención como canal de financiación más numeroso (intuyo que no será el que más dinero mueva) Los subsectores más «maduros» y con mayor publico objetivo los que responden a las necesidades de personas mayores y personas con discapacidad.
Hubo tiempo para hablar de la vulnerabilidad y la precariedad laboral en el sector.
Comparto con vosotros y vosotras algunas ideas finales que trasladaba a modo de retos:
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De personas diana de “nuestra intervención” a compañeros/as de trabajo. La incorporación de las personas con las que trabajamos al mercado laboral; las empresas de inserción y otras.
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Cuidar la evolución del mapa de entidades para que siga fiel a los objetivos para los que se ha ido configurando, rescatándola de la dinámica de mercado y factores los económico-administrativos.
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La colaboración como alternativa a la competencia. Alianzas que refuercen la complejidad y riqueza del sector.
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En la implementación de herramientas cuidar la sistematización de experiencias, el saber-hacer y la participación de los y las profesionales de la relación de ayuda en el diseño, evaluación y puesta en practica de estas. Cuidado con la compra y venta de herramientas ajenas a los procesos establecidos.
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Crear espacios para un trabajo social que habrá el foco y piense en clave de cohesión social. Trabajar con toda la población.
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Interlocución y capacidad de influencia real en la definición de política social y condiciones dignas para la implementación de estas. Esta pasará por seguir reforzando las organizaciones que agrupan a las entidades del tercer sector y por la colaboración entre estas en estructuras comunes.
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Reconocimiento del valor añadido de las entidades sin animo de lucro tras un proceso de “objetivización” de este y el establecimiento de cláusulas sociales u otras medidas que defiendan esta manera de hacer.
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La financiación tiene que aumentar para responder a las nuevas necesidades y la mejora de las condiciones laborales. Además creo buena practica la flexibilización de las propuesta de relación entidades – administración superando como única puerta de acceso el concurso publico.
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Trascender de la dialéctica empresario – sindicato como única manera de mejora continua del servicio y las condiciones laborales.
Terminaba con unas ideas de Fernando Fantova sobre esta evolución del sector y que se me hacían sugerentes como pregunta:
En este contexto, a mi entender, unas organizaciones del tercer sector corren el riesgo de desaparecer y otras, más bien, de perder de forma cada vez más notable sus señas de identidad como iniciativa social siendo colonizadas por lógicas y prácticas de carácter autoritario y mercantilista.
Pero creo que, en este momento, si no potenciamos nuestra capacidad crítica, relacional, comunitaria y proactiva corremos el riesgo de caer en la trampa (…), por tanto, de defraudar las expectativas de muchas personas que esperan que nuestras organizaciones sean un cauce para aportar sus energías solidarias o para satisfacer sus necesidades.