Hablemos de cómo hablamos

Cuando llevaba unas semanas trabajando en la asociación Bidegintza, mi primer contrato y que duro 10 años, nos convocaron a un encuentro que llamaban de supervisión. Lo facilitaba una compañera del equipo, Ana. Éramos tres personas que acabábamos de llegar. A mi las preguntas me despistaban, nunca pensaba que me ofrecieran un espacio así. Nos proponían hablar de nuestra experiencia de aterrizaje en el proyecto. Una forma de hacerlo mejor y aprender; nosotros y el resto de las personas de la organización.

En los años en los que trabaje en esta entidad de desarrollo local disfrutamos de estos espacios de manera habitual. A los encuentros de supervisión de casos le seguían algunas reuniones más centradas en la organización, algunas toma de decisiones, unificar criterios, dibujar horizontes, despedir compañeros veteranos, acoger nuevas incorporaciones, relevos en la dirección,…

erraldoiiak by gallas

Iñaki Aranberri primero y luego Alicia Cabrejas. En un par de ocasiones Jesús Hernández Aristu. Espacios de dos horas dónde todas las personas del equipo íbamos tomando la palabra para compartir perspectivas. No buscábamos consenso, queríamos escucharnos y nos ayudaba la presencia de alguien ajeno que solo en contadas ocasiones devolvía sus sensaciones o proponía algún tipo de dinámica –un grupo de personas a los que nos gustaba entrar a todos los capotes-

En ese tiempo me forme como psicoterapeuta sistémico en la EVNTF y como supervisor con Jesús Hernández Aristu. Buscaba hacer mejor mi trabajo y las herramientas y dinámicas que conocía en estos espacios más organizacionales me seducían por el impacto en mi manera de hacer y en el del resto.

Aquí comencé a entender que:

  • algunas cosas que ocurren en personas son solo resonancias del sistema.  El sistema quiere permanecer a toda costa y utiliza a los elementos que lo conforman para este fin.
  • las emociones no son ruido en la comunicación. Son la comunicación, lo que nos importa conocer. Lo que prevalece en caso de incongruencia.
  • la figura del chivo expiatorio es como una carrera de relevos. Por alguna extraña razón la silla permanece para que la ocupen diferentes personas a nuestra conveniencia.
  • lo que parece lineal y sencillo es siempre circular y complejo. Que los clavos llaman a los martillos y no es tan sencillo señalar culpables.
  • los problemas son apasionantes y de condición adictiva

Y puse toda la energía, desde entonces hasta hoy, en entender esos círculos que empujaban hacia un lugar o hacia otro la realidad de estas organizaciones y familias. Explorando el cerca-lejos como lugar, girando la silla, cambiando de jersey,…

Escuchar, escuchar y escuchar. Y cada vez apagando más la radio del contenido para subir el volumen de las emociones. Y dejar de mirar tanto en las personas señaladas, a las que solo podemos ver como algo más grande de lo que nos dibujan, y devolver imágenes que explican relación.

Sobre esta manera de estar y lo que necesitamos para entrenarnos en estas habilidades es por dónde quiero profundizar en los próximos meses. Seguiremos compartiendo.

Supervisión para la creatividad y creatividad para la supervisión

Hace unos meses Blas y Richard me ofrecieron un espacio en la revista «supervisión» para reflexionar sobre un tema que me apasiona; la creatividad.

Alguien leyendo esto y conociéndome podría pensar : «majo si es pero ¿creativo?».  Trasteador, amante de lo bello, emborronador de paginas, … A veces es una relación casi de frustración …pero…es relación.

Comparto con vosotros el texto escaneado. Gracias a la gente de ISPA (Instituto de Supervisores Asociados) por la invitación y permitirme compartir en el blog este texto.

A alguien le rechinará la palabra «supervisión». Hoy le llamamos coaching ;D o cosas parecidas. ISPA cumple 10 años y lo hace publicando una revista llena de artículos interesantes y mucha experiencia.

Hace ya unos años de mi particular viaje personal y profesional con Jesús Hernández Aristu y su equipo dónde tuve la suerte de compartir espacio y conocimiento con un grupo de compañeros y compañeras muy especial y un grupo de profesores/as profesionales de la dinámica de grupos, pnl, psicodrama, gestalt y alguna yerba más.

Una aventura fascinante base de mucho del trabajo que realizo en estos momentos.

Bueno, el texto. Esta semana mis amigos @hontza y @paulrios volvían a reirse de mi particular forma de escribir. Cuando se acerquen a este texto van a reirse más todavía. Realmente embrollado. Sorry. ;D

Si no lo podéis ver bien en esta presentación también lo tenéis aquí (en issuu)

On egin!

Buen provecho!

Arte y realidad

Son semanas de mucho ajetreo. La normalidad me va invadiendo y yo me dejo. Estoy bastante bien, otras veces he llorado más el primer día de zapatos.  Hay cosas que diferencian este Setiembre de otros. Entre ellas que he recuperado el deporte. No sé como no lo habia echado de menos antes. Supongo que los pequeños bienestares, a veces, no te dejan percibir los grandes.

Tengo tiempo para seguir trasteando. Me siento un poco «seco» para escribir y redescubro el placer de leer vuestras pequeñas historias en blogs y twitter  (juego como no lo habia hecho antes con los RT y replys, otro mundo paralelo muy divertido y terriblemente nutritivo) y aportar ideas en una reflexión que cada vez se hace más grande, matizada e interesante.

Algo me ha hecho darle al boton de «New post». Leía ayer un post de Alfonso muy divertido sobre las personas, organizaciones y series de TV. Me recordaba a unos parrafos de un texto de Juan José Millas sobre Cachemira publicado en «el pais semanal» del domingo seis de setiembre (en ese en el que sale Michelle Obama con tres reflejos de pantallazos luminicos en sus pupilas que la hacen parecer una extraterrestre). Os lo regalo al final del post.

Hace unos días os hablaba de Hundertwasser y mi árbol seco. Una conversación que me llevo a intercambiar más conexiones con Silvia y a regalarle un enlace a un pequeño texto en el que esbozaba mi particular historia con la creatividad y la plástica. Retomaba algunas ideas claves de la relación de ayuda con reflexiones de tres artistas significativos para mi personita. Algunos/as lo conocereis, para los que no, ¡buen provecho!. Me provocan para que siga explorando las conexiones y dinamizar algun encuentro formativo sobre el tema. El texto esta inacabado, este curso puede ser el que me lleve a escribir algo más.

A veces tengo la sensación de que no es la realidad la que escribe, dibuja o pinta. Si no que son las pinturas, los escritos y dibujos los que configuran mi realidad. Y me gusta que sea así.

Os regalo también una pequeña presentación que hice por aquellos días para introducir a unos buenos amigos en la obra de Jorge Oteiza. Para mi tiene sentencias maravillosas. Fragilidad y fortaleza, dulzura y provocación.

Aquí el texto de Juan Jose Millas:

Ya en la calle, se me acerca una niña india hiperrealista, como si hubiese salido de la cabeza de Antonio López o del pincel de un pintor flamenco. Quiere rupias hiperrealistas, que no llevo, por lo que le doy dólares impresionistas que celebra con asombro. El tráfico y las calles son realistas, a secas; costumbristas más bien. Se detiene uno cinco minutos en una esquina (es lo máximo que se puede permanecer fuera del coche sin perecer de asfixia) y ve pasar ante él cien estampas que ha visto previamente, antes de viajar a este lejano país, en enciclopedias y libros de viajes. La miseria es costumbrista, el cemento agrietado es costumbrista, las ratas son costumbristas. Cuando un golpe de calor mata a alguna de las personas que viven en la calle (las hay a millones y mueren como moscas), la recogen unos señores realistas y santas pascuas. Aunque no es fácil mitificar el realismo costumbrista, muchos extranjeros lo consiguen gracias a la espiritualidad. La espiritualidad es surrealista si tenemos en cuenta que en este país hay trescientos millones de dioses, todos en activo.