Leer para tener más permiso para escribir y conciencia de vivir

Acabo de terminar “El año del mono” de Patti Smith. Hace unas semanas cansado de libros de ensayo busqué algo a medio terminar en mi biblioteca de biografías y pasé unos días con Viv Albertine y las bandas de Rock y Punk de los 80 londinenses. Después de este frescor buscaba continuar surfeando y busque biografías relacionadas con la música y escritas por mujeres. “Eramos unos niños” me llevó a la creación, la experimentación, el deseo y la impostura como el paso artificial a otra naturaleza. Así llegue a los brazos de la Smith. 

He empezado a escribir ya en mi cabeza un post que hable de mi relación con los libros. No sé si resistiré hasta el final de este post sin spoilers, es muy factible que al terminar este texto ya no sea tan necesario escribir otro más. Comparto mis lecturas en Instagram a través de este hashtag #korapilatzenLIB y en un álbum de Pinterest. Es extraño este exhibicionismo, será que me estoy quitando de otras maneras de mostrarme.

Patti Smith dialoga con un rótulo luminoso a lo largo de este último libro. Me parece una buena elección. Estoy seguro que detrás de muchos rótulos hay más vida y perspectiva que detrás de algunas personas. Reconozco que me ha costado seguir el hilo y de pronto esto es lo que rescato con más valor de su propuesta. Escribe la poeta:

«A menudo nos planteábamos por qué los escritores, en un afán de producir lo inclasificable, acostumbran verse obligados a poner una etiqueta que identifique una obra con la ficción o la no ficción. A ambos nos motivaba la perspectiva de escribir un libro de facetas tan únicas que uno no se sintiera presionado a distinguir una cosa de la otra»

Me ha hipnotizado su manera de unir las palabras, las ideas, las vivencias, descripciones y proyecciones. Todo mezclado. Absolutamente consciente de la imposibilidad de dibujar fronteras claras entre lo útil y lo inutil, lo verdadero y lo inventado. De pronto he sentido más permiso y libertad para escribir. Y esto es lo que estoy haciendo ahora mismo.

https://faroutmagazine.co.uk/patti-smith-personal-polaroid-collection/

Este mes he leído sobre las siestas y sobre la importancia de la pausa. Muchas veces me pregunto por el lugar de mi vida al que irán todas las ideas que leo. Sigo subrayando con mis lápices rojos y azules. A veces rescato las citas en un archivo en mi ordenador pero muchas otras veces quedan ahí hasta que pueda revisitarlas. A veces es rápido y con urgencia y otras por casualidad. En concreto, tras la lectura de estos libros, cada vez que he cerrado mis ojos después de comer lo he hecho sin culpa y sintiendo que era un acto político. Leer sobre la pausa ha alargado mis silencios cuando trabajo.

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Me gusta darme cuenta de esto. Me gusta escribir como me oigo en mi cabeza. Sin pensar en estructuras y mira que las estoy empezando a querer. 

Tener permiso para escribir de esta manera también tiene un efecto en mi manera de unir y mezclar ideas. Hay dos o tres ideas que son recurrentes. Básicamente la inseguridad en sus diferentes formas y el miedo a quedarme fuera cuándo se cierra la puerta. Todas las estrategias, o muchas, de las que pongo en marcha para sentir más seguridad y reclamar mi lugar suelen ser el origen del resto de mis dificultades. Ir más lento, no pelearme demasiado y disfrutar de cómo las situaciones se mezclan hasta parecer absurdas me parece un regalo. Una manera de suspensión, de esa de la que compartía Bohm. 

(Cuando he ido a mi blog para referenciar el post donde cite a este autor me doy cuenta que también escribía sobre leer y escribir. Debe de ser el coctel que me conecta con una mirada que quiero cultivar).

Dicen que la tercera ola sanitaria va a ser la de la salud mental. Igual es una oportunidad para colocar el bienestar más allá de lo económico en el lugar que se merece. Yo reconozco que podría ahogarme en esta. Pero no por la prolongación del actual estado de excepción. A mi me encontraría el maremoto si cuándo podamos tocarnos, abrazarnos y celebrar todo lo que aún no hemos celebrado, abrazado y tocado, nos olvidemos de todo y corramos a retomar la rueda, los ritmos, las presencias y la fantasía de omnipotencia.

Surfear las realidades, leer, escribir y vivir con permiso y conciencia

Un comentario para “Leer para tener más permiso para escribir y conciencia de vivir”

  1. Juanjo Brizuela

    Genial.
    No me sale otra palabra que escribir. Y ya.

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