Cercanía vs distancia y confianza vs control
Hablaba hace unos días con una amiga sobre su experiencia dinamizando un equipo de trabajo. Escucharla fue muy bonito. Las preguntas eran conocidas, las respuestas de algunas de las personas que compartíamos conversación tenían un mismo fondo y algunos matices.
Todas entorno a los gramos de cercanía y distancia necesarios para que el pastel fuera perfecto. Y es que este baile cerca-lejos es importante, quizás uno de los más importantes cuando hablamos de un liderazgo formal y en una organización orientada a la tarea.
Otra línea de debate en este tema suele ser el grado de directividad. ¿Cómo nos situamos ante el seguimiento del cumplimiento de las tareas? ¿Nuestra estrategia es la del apoyo y reconocimiento? ¿Cuál nuestra tolerancia al error?
Y estás preguntas sirven para hacer escalas y poner nombres a las maneras de estar en las organizaciones. Laissez faire, democrático, autoritario,… Un esquema interesante por didáctico pero que se queda pequeño por limitado.
Ocurre también que en esta manera de responder a las dudas de quién ejerce el rol formal de dirigir una entidad quizás olvidemos la perspectiva más amplia que manejábamos hace unas líneas. Todos podemos ser líderes. Es cierto que en algunas ocasiones y contextos lo formal tiene un lugar privilegiado para inducir cambios, en otras es todo lo contrario. En todo caso, nuestro trabajo puede apuntar a diferentes lugares, la propuesta es que enfoquemos a compartir la responsabilidad de generar espacios de encuentro.
4 comentarios para “Liderazgo. Ideas 2”
pilar
El otro día bebiendo y charlando, hoy bailando y el próximo día, a ver si desde el humor, seguiremos hablando, compañero :-@
asiergallastegi
;D Eso es. bebiendo, charlando, bailando,… con mucho humor y cariño.
Un beso enorme
robertoC
Anda que no haces tu preguntas difíciles. ¿Tolerancia al error? Pues depende de cómo sople el viento, ¿no?.
Bueno, ahora en serio. La teoría dice que equivocándote aprendes y avanzas. Y es cierto: hay que arriesgarse para cambiar y mejorar las cosas, y no siempre aciertas. En ese ámbito de la mejora, la innovación…, hay que hacer ver a los colaboradores que el error es una condición inevitable para mejorar. Ahora bien, no debe confundirse con la falta de rigor en las tareas habituales. Ahí, poca tolerancia.
asiergallastegi
Si. A veces algunas de nuestras afirmaciones sufren de una enfermedad bastante común entre algunas gentes o especie laboral; el buenrollismo. ;D
Me parece acertado lo que dices. Creo que ya os he hablado de Salvador Minuchin y su «caricia-patada». Creo que está en manos del «jefe» velar por el cumplimiento de objetivos y hay diferentes maneras de estar atento.
Todas deberán de tener una mirada de comprensión y aceptación de la persona y respecto a la tarea escuchar los resultados valorando los logros y dando un espacio para aprender de los errores.
Por supuesto, no se trata de dar cartablanca al error. Hablamos de aprender de ellos y medir los lugares dónde podemos invertir sin tener que buscar una rendición de cuentas inmediata.
¿no?