Los números y lo importante por Watzlavick

No puedo resisitirme a mirar las estadisticas de este retoño de blog cada vez que entro a mi «tablero» (el cuadro de mandos de esta pagina)

Me mido. No puedo evitarlo. Estoy diseñado para medirme con mi entorno continuamente.

Los números son bonitos o asi los vivo yo. Un total de 464 visitas a mis 5 entradas (6 con esta) en 7 días. El segundo día que miraba la grafica me acordé de unas líneas que recogía del maestro Watzlavick para poner un poco de cordura en la necesidad de cuantificar todo que habia llegado al trabajo de relación de ayuda.

Me ayuda para dar color a los números y hablaros del cariño, aprecio y apoyo que destilan vuestros comentarios, visitas, mails y guiños. Gracias, mil gracias. Y ahora os dejo con el de Palo Alto.

bederatzi por ti.

“La palabra mágica, sobre la que se basa la esperanza de una comprensión definitiva e independiente de los hombres y del mundo en su totalidad, es la digitalización. Para acomodar la información correspondiente al gusto del camarada ordenador, la información ha de haber sido antes traducida a un lenguaje matemático, llamado digital (del ingles digit, cifra). La idea de tal comprensión científica de la realidad real procede seguramente de Lord Kelvin, que acuñó la expresión de oro: Everything that exists, exists in a quantity and therefore can be measured (todo cuanto existe, existe en una cantidad y por ende puede ser medido).

Sin querer profundizar en ello, recuérdese que hay también otro Lenguaje: el Lenguaje de la analogía. Ya se sabe que la analogía no es ningún valor de medida, por tanto no es cuantitativamente idéntica con lo representado por ella, sino que expresa su cualidad (por lo demás aumentan las voces de alerta, también en la ciencia, que advierten que la cantidad sólo es una propiedad de la cualidad). “

“Lo malo de lo bueno”. Paul Watzlavick

Mochila llena de arrobas

La apertura de este blog y un rato de mirada al vacio esta mañana me han ayudado a pensar sobre mi relación con la red de redes en estos últimos años.

Me acuerdo perfectamente el día en que una compañera de trabajo, hoy la madre de mis hijos, me pregunto por cómo se escribía la “arroba”. Cogí un papel y se la dibuje. No tenía ni idea de acceder a ella a través del teclado del ordenador. Sí, ya había trasteado en aquel Machintosh cabezón heredado de buenos amigos pero internet aun no entraba en mi vocabulario. Han pasado algo más de diez años.

Poco después un PC y una conexión lenta entraron en casa. Mi primera cuenta de correo, aquellas presentaciones llenas de fotografías de geografía femenina con las que algunos amigos se empeñaban en llenar el buzón.

zaldiko

Muy pronto intenté aprender cómo estaban hechas aquellas páginas web. Buscando entender los códigos fuente. Un par de lecturas, esta sucesión de dígitos con cierta lógica y otras motivaciones me ayudaron a montar una pequeña página personal dónde colgábamos algunas fotos antiguas de la familia. Varios primos y primas respondían. Incluso algún amigo se animo a que diseñáramos la web de su empresa. Más tarde perfeccione la técnica y hay alguna por ahí que no es fea.

Los blogs abrieron otra puerta. Primero fue Pablo, luego Borja, pronto me enganche a la cárcel, Javi, Roberto, Fernando en el último año, Richar, Iulen… Los espacios dónde recibía información nueva y que me hacía mover la cabeza y descubrir recreos.

Los foros aparecieron delante de mí como el lugar más solidario para un torpe. Desde recetas de cocina a las eternas dudas derivadas de ser usuario de Windows y querer trastear en diferentes programas.

Hace un par de años aquel fotolog, pronto desbancado por el flickr. Un lugar dónde comparto mis fotografías, disfruto de otras, comparto trucos y apreciaciones, montamos competiciones,…

Los wikiespacios y google docs como espacios de construcción colectiva de conocimiento, compartir información, redactar documentos en común,… Slideshare, Twitter, Ebay para ampliar esa colección de cámaras rusas…

Facebook como red social ha sido otra vuelta a esta historia. Un lugar dónde me he permitido compartir un montón de joyas que iba encontrándome por la red. Performances maravillosas, arte urbano, fotografía, ocurrencias microsiervas, lecturas comiqueras, alguna reflexión más sesuda,…

Y ahora un blog. Con todo esto en la mochila y la convicción del ordenador como electrodoméstico orientado al ocio y a la interconexión. En estas ando ahora jugando y construyendo con vosotros y vosotras.