Sacar tiempo para escribir

Hiëroglyfen kopiëren / Copying Egyptian hieroglyphs
Egyptische beschaving. Een ijverig toerist, die blijkbaar een geleerde en kenner van het spijkerschrift is, kopieert tekeningen en geschriften / hi벯gliefen, an de muren der ouden Egyptische monumenten, Egypte 1927.

Hace un par de días publique un mensaje en Twitter: “Sacar tiempo para escribir”

Una frase espontánea multiplicada cinco veces y que cuenta lo que quería y lo que no. 

El ejercicio se parece a cuando cuento mi batalla con el peso. Se trataba, y se trata, de mostrar mi compromiso de manera pública. Un ritual, otro más. En este pido a los dioses y las diosas de mi ecosistema tuitero seguimiento a lo expresado de manera pública. Doy permiso a seguir el hilo, a cuestionarme y preguntarme: “¿Qué hay de lo que escribiste hace unos días?”

Y por lo tanto hemos conversado. He recibido un mensaje al procastinador. Hago acuse de recibo y lo matizo.  Cualquier hilván puede valernos a quienes decidimos retomar la rutina de escritura. 

Revisando mis posts sin terminar hay dos que hablan de una situación similar. Parece un tema recurrente y por lo tanto del que ya puedo presumir cierto conocimiento. Vamos a intentar desgranar la situación, comprenderla, en un primer momento. No busco justificar, quiero comprender (me). Creo que me puede ayudar a seguir dando algún paso. Allá voy:

SOBRE EL TIEMPO Y LAS PRIORIDADES:

Ladrones del tiempo. No veo televisión. No me hace bien. Solo series y películas y como mucho una hora al día. Durante meses estuve monitoreando mis hábitos en internet. Instagram y Twitter son los vencedores. Mi móvil está sin notificaciones visuales y sonoros desde hace años. Aun así necesito defenderme sobre todo de Instagram. Leer “El enemigo conoce el sistema” de Marta Peirano me está ayudando a comprender los mecanismos que buscan la adicción y a la necesidad de defender mi capacidad de atender de manera activa. 

Trabajo mucho. Es una mezcla de algunas cosas. Me engancho a los proyectos, acabo compartiendo destino con mis clientes, me apasiona. Pudiera parecer que no guardo la importante distancia profesional, creo (humildemente) que no es así. Entro y salgo y cada parte del viaje es una aventura intensa. Formo parte de proyectos retadores, donde necesito aprender para responder y actualizarme para hacerlo mejor.  Trabajar en red es siempre una aventura. Todas mis sensibilidades se ponen al servicio y en mi contra. Son un gimnasio intelectual y emocional. Me conectan con impactos sociales con los que me siento implicado e ilusionado. El trabajo se expande y a veces me cuesta colocarlo en un lugar más ajustado. 

Mi familia. Cuándo veo que el trabajo me quita de estar en casa y con la familia me sienta mal. Me gusta pasear, comer y cenar juntos, conversar… A veces comparto espacio y tiempo y mi cabeza sigue trabajando, rumiando algún conflicto… Cuándo me pillan en ese estado me llaman “Pinocho”. Como si fuera de madera. Me sienta muy bien mi gente. Es con la que he desarrollado mi lado más luminoso. 

SOBRE LA COMPLEJIDAD, MIS INTERESÉS Y MIS PERCEPCIONES:

Leer como fuente de saber. Tengo mucha suerte. Hace años recuperé el hábito de la lectura. No siempre he sido un gran lector y sobre esto también comencé a escribir. Cada viaje a través del cómic, la novela y el ensayo, con sus matices, hace más grande mi mapa, mi caja de resonancia. Pienso mucho últimamente sobre la manera en la que todo esto acaba siendo parte de mi. No sé si exactamente es saber intelectual. Es como si las palabras, subrayadas con lápiz rojo y azul, hicieran una especie de cama para las siguientes ideas o reflexiones sobre la práctica. Me ocurre que leo tan buen material que me cuesta pensar que pudiera tener nada que aportar. Cuándo navego por los blogs de amigos y amigas me ocurre algo muy parecido. 

Claridad para expresar. Estas semanas he leído dos textos que me han ayudado a moverme por un terreno que me parece complejo en estos momentos y muy pertinente; la pandemia y su gestión. Uso el primero para rescatar el verdadero motor de mi tuit inicial. Quiero escribir para seguir atrapando con mayor claridad mis pensamientos. Juan Ignacio Pérez escribía en su blog:

“El mero acto de explicar -no contar o relatar, sino explicar- algo tiene efectos poderosos. Cuando explicas algo tienes que entenderlo y el esfuerzo que haces para ello te puede llevar a encontrar los fallos en lo que tratas de explicar. Al explicar algo también lo expones a una crítica más racional y mejor fundada por parte de quienes discrepan. Ofrecer una explicación es una invitación implícita a ser refutada. Pero eso mismo, al obligarte a refinar tus argumentos, puede acabar dándote más fuerza o, por qué no, a cambiar tu propuesta incluso”.

Juan Ignacio Pérez

Complejidad y fronteras. Con la edad creo que me voy a volver un poco más rotundo. De momento sigo transitando por los terrenos pantanosos de los lugares entre los diferentes “rotundos”. Por un lado transito en proyectos y lecturas muy diferentes entre sí y por otro he desarrollado una empatía casi patológica. Esto no significa que me vaya con la primera idea soltando la anterior. Hábito un lugar donde comprender un poco más necesita de escuchar dos veces lo que al principio no te gustó. A veces me cuesta expresar estas ideas que van cogiendo forma por la forma tan paradójica que toman. Me gusta que sea así, de momento. Me cuesta compartirlas porque muy a menudo se encuentran en fase balbuceo. Respondo a esta sensación con el texto anterior y este hilo de la investigadora y divulgadora Maria I, Tapia que me parece muy interesante en fondo y forma y que en esta última trasciende, creo que espectacularmente, la trampa de la inacción por complejidad. 

Polarización, debate y sensibilidad. Sobre esto no quiero ahondar demasiado. Si. A veces me autocensuro y dejo de escribir por no entrar en peleas improductivas. Esta sensación de ser como tests de Rorschach andantes donde las personas descubren sus demonios, y convicciones en contraposición, en lugar de una oportunidad para profundizar en las contradicciones, me agota. Y sé que también tiene que ver con mi fragilidad, con mi hipersensibilidad. Ahí también tengo algo que aprender. Esto de la vulnerhabilidad. También me hace pensar en para que todo lo que escribo debe de compartirse en la red. Me hace pensar.

Destreza para escribir. Me gustaría escribir mejor. Una vez le pregunté a un amigo sobre como aprender a escribir y me dijo; “lee más”. Le hice caso, no sé si me luce tanto el pelo. 😀 Soy demasiado barroco. Estos últimos meses estoy escribiendo más en euskera. Me cuesta mucho y en este ejercicio he aprendido a simplificar y escribir con frases más cortas. Confío en seguir avanzando.  También por esto, por querer explicarme mejor, lancé el proyecto de cómic. 

He “sacado” tiempo para escribir sobre escribir. Esbozo algunos primeros trazos de otros posts en este. Continuamos escribiendo y conversando si os apetece.


4 comentarios para “Sacar tiempo para escribir”

  1. Maite J

    Asko gustatu zait idatzi duzuna eta nola idatzi duzun.
    Eskerrik asko zure eskeintzagatik.

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  2. Stephiusandronicus

    Enhorabuena que dí con este blog, buscando en Google algo sobre la culpa y la inocencia en las relaciones familiares, en fin. No sé cómo llegué, pero es un placer leerte.. lindo hallazgo, saludos desde Montevideo, Uy.

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