Hay semanas que parecen meses. Algunas por lo lentas que pasan y la sensación de que los martes se repiten tres veces. Otras porque es imposible que todo lo que hayas vivido tenga lugar en tan poco tiempo.
Esta es de las segundas; larga por intensidad.
Ahora me entran ganas de contaros todo pero entonces es muy posible que me pierda, que no cuente nada más interesante que una agenda. Quizás puedan ser material de otros posts porque uno sale de estos días con la fuerza necesaria, en modo certeza, para retomar la costumbre de escribir y compartir de manera más continua. Uno de los impactos de una intensa apasionada conversación con el gran Manel Muntada.
Soy consciente de todo lo que me da este espacio y a veces le dedico el rato que sobra. Probaremos a darle más tiempo y buscando compartir proceso y no tanto resultado redondo (que se descubre muy a menudo como aburrido). Comparto hoy una pequeña reflexión parte de un viaje consultoril.
Mucho escrito sobre el lugar que nos corresponde, ocupamos y debiéramos de ejercitar como consultores. Sobre el dentro fuera ya hemos escrito.
Pienso ahora sobre mi manera de acercarme a algunas realidades con intención de colocarlas en un lugar mejor. Si, se que suena extraño. A veces lo hago. Como si quisiera colocar los libros de una estantería ordenados o enderezar cuadros torcidos.
Las claves, los prejuicios, las sensaciones, las intuiciones, mucha literatura del management, la planificación estratégica, las religiones, los dogmas, … son perfectos. Puedes adentrarte en los terrenos más desconocidos que no te vas a perder. Cuando encuentres alguien con una nariz que reconoces como la de un primo de tu madre atribuirás a él todo lo que recuerdas de este. Cuando entres en una habitación amarilla sabrás que de esta solo pueden escaparse los monos amaestrados… Es una sensación que me gusta. Me hace pisar seguro.
Pero también asusta y para eso uno se viste de inseguridad y de ritmos respetuosos. Provoca lo justo, sacude en lo obvio y dilata plazos para no molestar. Es mi cara más adaptativa, más blanda.
Y si. Soy un poco de lo uno y otro poco de lo otro. Y aprendo mucho yendo de un lugar a otro. Supongo que a veces será un poco extraño para la gente que acompaño pero no hace daño y a veces hasta sirve.
También sé que esta manera de estar es para un rato. En unos años habré visto y trasteado con tantas situaciones que me quedaré con las estructuras. Ya no me perderé en los detalles capote en los que ahora entro como un miura. Dejare de apuntar a personas de manera tan lineal. Apretaré y exigiré responder a los plazos y tareas dónde nos comprometimos. Escucharé los patrones con rapidez y atacaremos dónde hay que hacerlo sin invertir energías en grandes diagnosticos. Además seré consciente de dinámicas y antes de lanzarme tras ellas, las cuestionaremos y solo trabajaremos con lo que llega, con lo que la organización y mis clientes pueden entender en ese momento. La gramática de las situaciones me van a dar información pero en ningún caso me cegará, entendiendo que lo que «funciona bien, no se toca».
Bueno… Seguimos trabajando y con muy buenas sensaciones a pesar (o quizás gracias a) de esta repetida sensación de aprendiz eterno.
6 comentarios para “Enderezando cuadros y respetando ritmos”
cumClavis
Articular este discurso, escoger estas palabras y ordenarlas en un post tan bellamente como lo tu lo haces Asier es un gran regalo para todos. Dudo mucho que te libres de ser un «aprendiz eterno» por el simple hecho de que mientras nos hablas, te hablas también a ti mismo sobre esa intensa manera que tienes de ver las cosas. Gracias.
asiergallastegi
Gracias Manel! Aprendizajes intensos. Menos mal que recupero este espacio para reposar. Si no mucho se convertiría en dolor de tripas o cólicos al riñón. (limon + huevo o escritura de blogs) Un abrazo enorme
jesusfdezblog
¿No será que el papel de aprendiz eterno se va convirtiendo en la forma natural de estar?
¿No será que la orientación instantánea a enderezar los cuadros es la consecuencia inevitable de las lecturas del aprendizaje asentado en lo tácito, que identifican sin controlarlo la acción?
¿No será… que esto es solo, e inevitablemente, una consecuencia del camino?
Un abrazo, Asier.
asiergallastegi
Aupa Jesús!! Ongi etorri!!
Como las integrales: por partes ;D
Aprendiz eterno: Si y no. Todo cambia rapido y además nos llega en tiempo real. Pero estar en la parte visible del iceberg muchas veces no nos permite conectar con lo nuclear, que no cambia tan rapido, es clave y también podemos acompañar. Aquí si podemos ejercitar musculo y especialización.
Si, enderezar cuadros, esta más hondo que lo que se mueve en experiencia y formación. cambio 1, cambio 2 y cambio 3 (sobre este seguro que alguien ha escrito ya pero no en la literatura clásica) Ese ejercicio de desaprender, de pirula azul para ver matrix ;D Ahí andamos.
Y el blog es bitacora, cuenta el viaje. El que ocurre y el que nos contamos que ocurre. Y las dudas y las certezas resultado de ensayo y error y una apuesta por repensarme cada vez. Bien!!
Gracias Jesús!
Un abrazo
Isabel
Por algo me recomendaban tu blog! Simplemente decir que me ha encantado el post y que por aquí seguirá otra aprendiz eterna a la que le gusta estar» con las botas llenas de barro».
Un saludo
asiergallastegi
Bienvenida Isabel!! Alguien que me quiere te habrá recomendado el lugar. Un secreto,… lo mejor de este blog no son sus posts, son sus comentarios. Un abrazo!