Tercer txombo; ceniceros y buscarse la vida

Hace unos dias paseando por Barcelona nos encontramos a una persona que sentada en el suelo no paraba de doblar latas de diferentes bebidas convirtiéndolas en coloridos ceniceros. No era el primero que veía ese día. Todos compartían alguna malformación severa y exhibida o las heridas que deja vivir en la calle durante mucho tiempo y además cierta imagen de orgullo o bienestar. Yo asocio esto ultimo a la destreza desplegada en el proceso de reciclaje.

ceniceros by gallas

Estos nuevos recipientes resucitan las latas y consiguen que los colores y letras formen nuevas imágenes coincidiendo de una manera nueva, no diseñada. Son como collages de si mismos. Un resultado interesante y atractivo. Ovnis puntiagudos y metálicos.

Además la persona a la que compró Maren uno de estos «platillosvolantesnoidentificados» doblaba los brazos de la lata de dos en dos. No podría explicarlo escribiendo. Era un trabajo rápido, limpio y con cierto grado de espectáculo. A un lado de la mesa los recipientes limpios de liquido y al otro «voilá» .

El precio; un euro. Se me hizo ajustado, incluso caro. Pero ella usaba ese dinero que le había dado amama para las vacaciones y era su decisión.

Esa misma noche me lance a destripar el misterio y a copiar proceso y resultado. El primero no fue del todo bien. No acaba de entender cual era la longitud necesaria, dónde se tenía que doblar, dónde terminar una y otra punta,… Desde el primer momento renuncie a filigranas propias de experto. Fui doblando uno a uno los brazos… El segundo fue mejor, en el tercero experimenté sin un buen resultado, yo creo que la cuarta lata es la que consiguió algo parecido al equilibrio entre eficiencia y eficacia. Cronometré 10 minutos. Seguro que tras un par de latas más, podría ir ajustando tiempos.

Aqui es dónde se me ocurrió hacer números y calcular cuantas latas debía de transformar al precio de un euro para pagarme mis quince días de camping en Tarragona. La sensación fue de vértigo, un vértigo de juego/simulación pero bastante real.

¿Cómo podríamos ajustar esta aventura? Gastar menos dinero era una opción muy clara, rebajar los tiempos de producción sin duda, tenía que pensar de dónde sacar tantas latas (descarte por mi salud beber semejante cantidad de cerveza y refrescos),… ¿Podría pedir más dinero por este producto?. ¿Quizás si lo vendiera como algo diferente a un cenicero?

Y me acorde de un artesano que renunció a la artesanía para convertirse en artista buscando el arte. Nunca, en este último tiempo pensando en números y viabilidad de mi proyecto como autónomo, había aparecido en mis cábalas. Me sonrío mientras escribo estas ultimas lineas.

Yo creo que seguiré integrando. Jugaremos a artesanos, artistas y funambulistas…

Lo que se aprende y piensa en vacaciones… ;D

Un comentario para “Tercer txombo; ceniceros y buscarse la vida”

  1. cumclavis

    Y lo que se aprende contigo querido Asier. Bonito post…si señor…

    Responder

Deja una Respuesta