Sunday´s Comic: Los combates cotidianos de Manu Larcenet

Esta semana ha sido ajetreada y apenas he tenido tiempo para avanzar algo en una de las recomendaciones del avatar de David Rubin (habrá tiempo para recomendar a este grande de la BD galega) en Facebook, me esta gustando y … es de superman. ;D

Además tengo en mis manos a los conejitos suicidas regalo de mi amiga Pilar (merci, merci, merci). Brutal del primero al ultimo…

Así que rescato una joya con el objetivo de hacer llegar esta maravilla a esa persona que aun no conoce la obra y aterriza en este lugar del universo internet y lee estas líneas.

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 Manu Larcenet es uno de esos dibujantes construido a golpe de fanzine. Todavía hoy cuando visitas su blog nos deleita con algunas de sus recomendaciones musicales que suelen ir desde mano negra a negu gorriak pasando por otras perlas punk y similar.

En el enlace de wikipedia podeis conocer más sobre él y su obra. Resalto algo recogido ya  en esta pagina y es que yo también opino que el encuentro con la gente de L’Association le «sentó muy bien». Con estos locos (Trondheim, Sfar,…) de la estetica (para muestra un boton) y las apuestas arriesgadas se adentra en las profundidades de la mazmorra (otra serie tan recomendable…) regalando los albumes más divertidos y aportando ese dibujo tan limpio y divertido.

Otra obra muy divertida y que comienza a asomarse a las tripas del autor es «Retorno a la tierra» editada por la gente de bang.(otra editorial con muy buen ojo y apuestas interesantes como lacolección mamut para niños)

Combates cotidianos esta editada en castellano por Norma y hasta el momento hemos disfrutado por estos lares de cuatro entregas. (creo que son cinco pero no encuentro ahora mismo el dato).

Me cuesta contar más sobre la obra. Tiene mucho de viaje personal, de reencuentro y despedida con sus mayores, de buenos amigos, de pareja, de vulnerabilidad, lucha, pasión y muchisima emoción. Lo explica mucho mejor que yo el gran Alvaro Pons en su excelente blog cuando después de haber leido la tercera entrega le dedica una «genuflexión»