Confianza

Como es esto de confiar… De hecho ya había empezado yo a dudar de mi mismo. Me había hecho con un montón de posts y textos en papel de mis autores y amigos fetiche. Y claro, me estaba costando escribir…

CONFIANZA ha sido la palabra del mes. Habrá que hacerle un pequeño homenaje. Es como cuando estas haciendo obras en casa y solo ves contenedores en la calle.  Antes de escribir empiezan a garabatearse en mi cabeza media docena de situaciones con otras tantas personas, entre estas yo mismo. Así que gracias por poneros delante de mi curiosidad antropóloga y mostraros.

La primera reflexión que aporto es que, ahora me suena a obviedad, hay personas que están más preparadas que otras para confiar. Hay quienes sostienen que las personas solo avanzan con un férreo marcaje que vaya modelándolos hacia formas más eficientes. Desde esta experiencia -porque es eso lo que es, su experiencia- es difícil colocarte en un lugar diferente al del control.

Y hay gente que viniendo de esta manera de entender el aprendizaje, el compromiso y el trabajo se ha encontrado con otros modelos que han provocado lo suficiente como para que prueben con otras estrategias. La tentación de autoboicot es cíclica y argumentada.

Si la realidad se mostrará limpia, objetiva, en el horizonte para verla con distancia… nada pasaría… bueno si, dejaría de ser realidad. En la certeza de su complejidad hay dos estrategias en el camino de entender para seguir haciendo bien las cosas; tejer una tupida red de indicadores, sistemas, encuestas,… que dibujen una imagen sencilla de entender y otra menos analítica que consiste básicamente en preguntarse cada un tiempo “¿para que ocurre lo que ocurre?”. Yo creo que ambas tienen espacio. Optar solo por una de ellas tiene derivas peligrosas.

Y luego esta la capacidad tan humana de construir realidad cuando pretendemos solo entenderla; cogemos información inconexa, resultado de otras interacciones, para ponerla al final de la cadena y confirmar nuestras primeras ideas. Hay algunas narraciones que han hilado tan bien inicio+nudo+desenlace que solo queda dar la “bendición” a la cadena de consecuencias de semejantes desatinos.

A veces creemos en las personas pero tenemos mucha precaución con las organizaciones y su capacidad de domesticar lo salvaje. Hay dinámicas que encogen las capacidades de las personas. Mostrarte libremente en algunos proyectos es “peligroso”  entonces aprendemos a delegar, escurrir el bulto,… Con este esquema en la cabeza la estrategia es clara. Cambiemos las condiciones del contexto y las personas sacaran lo mejor de si. La inversión de energía es muy grande y solo se puede modificar lo necesario desde una posición de poder (delegada o siendo propiedad) muy clara y en acuerdo con el resto de las personas que conforman la organización. El marco, el contorno se convierte en estructura fundamental de la que depende en gran medida el cambio. La coherencia –congruencia prefiero usar yo- es la piedra más grande de la construcción.

Ocurre que estos años de una determinada manera de vivir tu yo laboral han esculpido dinámicas muy complejas y bien alimentadas para que la rueda siga girando con una inercia que a veces el contexto no consigue contrarrestar, o al menos no tan rápido como nos gustaría. Hemos perdido la energía que nos da el refuerzo, el orgullo de entregar bien un trabajo, aportar para que el proyecto evolucione, sentirnos escuchados con nuestra experiencia de a pie de calle, apoyar a otro equipo antes de que griten ayuda, pedir apoyo, … Una desconfianza resultado de una cadena de situaciones insatisfactorias, la estrategia encadenar una historia de relaciones satisfactorias.

Hay parte de estas apuestas basadas en la confianza que fracasan por no manejar los matices. Cuando uno sigue pensando que el control es la mejor estrategia deja estar y hacer de manera autónoma los proyectos personales y colectivos con la inconfensable esperanza de que fracasen… y suelen hacerlo. No estuvo nunca claro cuanto dinero había, si el tiempo negociado estaba dentro o fuera de otro más preso,…

También hay veces que la apuesta por estos proyectos y su autonomía se torpedea por no darles toda la importancia que tienen, por cierto abandono. Aprendía en estos días un lugar nuevo para la confianza. Estar presente, más presente, dejar hacer y aprender de lo ocurrido.

Empezaba con una obviedad y termino con otra. Debe de ser muy sencillo esto de confiar…

Algunas lecturas que os recomiendo de buenos amigos y amigas en la red:

–       Conductas generadoras de confianza de Larraitz Urrestilla

–       El origen de la desconfianza de Manel Muntada

–       Yo confío, tú confias,… de Manel Muntada

–       5 maneras de ganarse la confianza en un equipo de Leonardo de Seta

–       Una propuesta de aspectos clave para el buen funcionamiento de un equipo de Enrique Sacanell

–       Participación Pablo Aretxabala «Innovación y creatividad» de Fundación EDE

–       «El éxito fue la confianza» k2k emocionando

La fotografia de la excepcional galeria en Flickr Nationaal Archief

8 comentarios para “Confianza”

  1. Isabel

    Apuesto por esto: «Cambiemos las condiciones del contexto y las personas sacaran lo mejor de si». Y sigamos recorriendo el camino y construyendo confianza 🙂
    Un abrazo Asier!

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    • asiergallastegi

      A mi la perspectiva me provoca. Yo estoy más orientado a ver y a intervenir sobre dinámicas. Por otro lado creo que variar el marco, las condiciones requiere un poder que los consultores habitualmente no tenemos. Pero si, provoca. Un abrazo enorme!

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  2. Manel [cumClavis]

    A mi es que, amigo Asier, eso de la confianza cada vez me parece más serio.

    Serio en el sentido en que me lo encuentro en el origen de muchos de los problemas y en el de que tengo la sensación de que tiene que ver, de una manera directa, con la madurez de la persona . Una madurez muy relacionada con el grado de contacto que uno tiene con la realidad… y con la capacidad de dirigir una mirada limpia sobre el entorno…una limpieza que suele estar absolutamente determinada por el grado de suciedad que uno ya lleva consigo… Lo cierto es que necesitamos de la confianza para poder hacer y que desconfiar quizás protege nuestras pertenencias pero no hace feliz a nadie. Al final, como en todo, hay que elegir… y la verdad es que si tengo que elegir, prefiero poder ganar a asegurarme continuamente de no perder.

    PS. Muchas gracias por citarme en las lecturas recomendadas

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    • asiergallastegi

      Manel!! Pues si, cosa seria esto de la confianza. Uniendo con tus ideas finales… leyendo a Lencioni (menos mal que me lo recomendaron, nunca hubiera hecho caso de este libro) me gusto especialmente como habla de la gestión de la vulnerabilidad para superar la ausencia de confianza. «Que los miembros del equipo se hagan vulnerables unos a otros y tengan la seguridad de que sus respectivas vulnerabilidades no serán utilizadas contra ellos» Trabajando hace unos días con Virginia Imaz nos animaba a entrar en una dinamica asegurando que la herramienta más eficaz para construir eficaz que ella ha encontrado en todos estos años para construir confianza es la de los abrazos ;D Te envio uno.

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  3. Caminos, piedras y contextos | enPalabras

    […] está en mi esencia, que siento que necesito estar para poder usar argumentos propios y aunque, tiene razón Asier, a veces superen el propio ámbito de mi labor de consultoría, me provoca contribuir a cambiar […]

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  4. Orbe

    Otra obviedad, la confianza se gana con confianza. Y abrazos, claro.

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    • Asier Gallastegi

      Obvio, ya,… ¿pero quién da el primer paso? Desnudarte en un lugar dónde no estas seguro es una aventura de la que podemos salir escaldados. Confiar un poco y luego otro,…

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  5. Caminos, piedras y contextos | IG

    […] está en mi esencia, que siento que necesito estar para poder usar argumentos propios y aunque, tiene razón Asier, a veces superen el propio ámbito de mi labor de consultoría, me provoca contribuir a cambiar […]

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