Culpa, inocencia y crecimiento

Estos días una de las luces que mantengo a mi alrededor es la reflexión que Bert Hellinger hace de las relaciones y los procesos de premio y castigo que se dan para que los sistemas permanezcan. Sobre todo me resuena el sentimiento de culpabilidad que acompaña cada decisión que nos aleja de los caminos y las relaciones de “toda la vida”, separarnos de lo que conocemos y pisar otros terrenos.

equlibrio sistémico by gallas
equlibrio sistémico by gallas

Ahonda en la premisa sistémica de homeostasis. Los sistemas, las personas, las organizaciones, vivimos en un equilibrio precario bombardeado de nuevas y provocadoras experiencias. La decisión –por decirlo de alguna manera- tiene dos posibles salidas: Aceptas la nueva información, revolucionas tus creencias, entras en crisis y recolocas todo en un nuevo equilibrio más amplio, más matizado, integrando ideas que parecían contradictorias, abandonando alguna idea mágica y creciendo, o cierras las puertas a eso que consideras una distorsión y decides permanecer, más estrecho pero permanecer.

Hellinger matiza este proceso, necesario para el crecimiento, explorando la parte más intuitiva y los posos más “emocionales” de las apuestas que rompen con lo que éramos. Vuelvo a compartir un texto que traslada la experiencia en contenido y forma mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo hoy.

“En el trato con personas y grupos nos vincula un “sentido que sabe” que nos mantiene en relación con ellos, impulsándonos y dirigiéndonos constantemente. Es comparable a aquel otro sentido sapiente que, en contra de la fuerza de gravedad, nos impulsa y dirige constantemente para mantener nuestro cuerpo en equilibrio. Bien podemos, si queremos caernos hacia delante o hacia atrás, hacia la derecha o hacia la izquierda, pero un reflejo nos obliga a buscar la compensación antes de producirse la catástrofe, centrándonos a tiempo.

Asimismo, existe un sentido superior a nuestra voluntad y a nuestros deseos, que vela por nuestras relaciones. Al igual que un reflejo, tiende a la corrección y a la compensación en cuanto nos desviamos de las condiciones necesarias para una relación lograda, poniendo en peligro nuestra pertenecía al grupo. Al igual que nuestro sentido del equilibrio, este sentido relacional percibe al individuo junto con su entorno, distingue el espacio libre y los limites, y nos guía a través de los sentimientos de placer y desplacer.

Culpa e inocencia, por tanto, se experimentan en relaciones y se refieren a relaciones, ya que todo actuar que repercute en otros va acompañado de un sentimiento sapiente de inocencia o de culpa. Comparable al ojo que, al ver, constantemente distingue entre claridad de la oscuridad, este sentimiento en cada momento distingue si nuestro actuar perjudica o favorece la relación. Así, pues, sentimos como culpa aquello que perjudica la relación y, como inocencia, lo que la favorece.”

Y en otro momento recuerda que “Inocencia y culpa no son lo mismo que “bueno” y “malo”. Frecuentemente es más bien al revés”. Crecer significa coger distancia de algo que fue bueno, que fue nuestro, mío. Hay una idea mágica que yo compré hace mucho tiempo; haciendo bien las cosas y cuidando a las personas, estas me van querer más. Mágica en la medida que hay parte de la premisa que no está en mis manos y por lo tanto jamás podré controlar y además porque santifica al equilibrio, al que las cosas permanezcan como están y me imposibilita hacer el «daño suficiente» para seguir creciendo.

De momento estos son mis dolores. En el libro de los “ordenes del amor” y sobre la evolución del libro de “la psicología de las masas” de Le Bon a otro del mismo autor “La psicología de las elites” dice Hellinger que la diferencia está en que “no buscan culpables, sino que en seguida se hacen cargo de las consecuencias de su propio comportamiento. De esta manera, siempre disponen de la capacidad de actuar. Pero desgraciadamente, sólo unos pocos pertenecen a la élite”.

14 comentarios para “Culpa, inocencia y crecimiento”

  1. cumClavis

    Centrarse en aquello sobre lo que se puede realmente incidir, es decir, lo que depende de uno mismo es más reconfortante.
    Me ha hecho pensar el post en la cantidad de veneno que se debe destilar en el torrente sanguíneo al culpar o asumir culpas…
    Hace un tiempo escribí algo que toca (no de forma tan magistral)tangencialmente este tema que tan bien has expuesto [http://cumclavisblog.blogspot.com/2009/06/comprender-vs-juzgar.html]. La referencia la incluyo tan solo por si te interesa la aproximación que hice en su momento.
    Creo que has hecho una reflexión impecable. Gracias

    Responder
  2. asiergallastegi

    Es una gozada leer en mi blog a quien sigo con pasión. Mil gracias por la visita y aportación.
    Para mi el diagrama de Covey sobre el circulo de incidencia y el de preocupación me parece un aprendizaje basico y revolucionario. Lo comparto absolutamente. La frustración nos hace pequeños.
    Quizás no me explico bien. La tesis es que vivir la culpabilidad centrados, nos hace grandes. Olvidemonos de la moral. Romper con algo requiere dosis de ir «en contra de», una pequeña revolución…
    También me acordaba, pensando en esta reflexión, sobre el papel de las «ovejas negras» en nuestras empresas. Esos faros que solo parecen arrojar sombras y sin embargo, bien escuchados, dan información importantísima para el sistema.
    Necesito de la comprensión y, como diría Perls, del «amor incondicional» pero la gente con la que trabajo ni son mis familiares ni mis terapeutas. Entiendo que algunas decisiones y reivindicaciones «escuezan»…
    Gracias de nuevo. Seguiría escribiendo sin parar.
    Un abrazo

    Responder
  3. Eva

    Peter Drucker hablaba del proceso de destrucción creativa en una línea muy paralela a tu reflexión, Asier. Aplicado a las organizaciones la idea básica es que la única forma de ser competitivo es replantearse continuamente todo: la estrategia, la forma de actuar, las claves, los objetivos…de forma que continuamente pueda adaptarse a la realidad presente y a la futura (que al final no deja de ser la presente en constante cambio).

    Las organizaciones no tienen sentimiento de «culpa» por lo que dejan atrás, a lo mejor porque suelen verlo como una mejora sustancial respecto a lo que eran. Tal vez nosotros deberíamos verlo igual, ¿no? como un proceso de «destrucción creativa» que nos lleva a lo que soñamos ser…

    Responder
  4. asiergallastegi

    Hummm destrucción creativa… Me llama poderosamente la atención. Voy a explorar. Mil gracias Eva, es un placer tenerte por aquí.
    En el post hago hincapie en la necesidad de cierto grado de culpabilidad para crecer. Desde otro lugar pero puede servirnos la ide de conflicto como generador de cambio, crisis y su oportunidad. Me gusta la idea de culpabilidad porque se enfrenta a la de inocencia. Para mi, querer que todos aplaudan lo que sienta, piensa y haga. Ya sabes como es esto de los blogs, uno cuenta lo que le sale de las tripas… algo ordenado.
    Cuando hablo de equilibrio (santo respeto tengo al mismo con lo que nos cuesta mantenerlo. No sé yo si podría estar todo el rato cuestionando-me) y de cambio, bebo de la Teoria General de Sistemas. http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_sistemas Una verz entendí la circularidad me cuesta mucho ver las causas-efecto.
    Y respecto a que las organizaciones no tienen sentimiento de «culpa»… me parece que da para otro post. Mi sensación es que culpa-inocencia es una pareja que se mueven en nuestras entidades con muchisima fuerza. Aparece en algunas mochilas de personas pero en algunos casos puede corresponderse a dinamicas organizacionales; despidos improcedentes, injusticias, cierres de empresas dolorosos, permanencias eternas en uniones que no van a ningun lugar,… Segun escribo esto pienso que es muy posible que en algunos casos estas fuerzas y sentimientos pueden estar representados hasta en los logotipos (mi reto del mes: encontrar uno). A sí que… las empresas también lloran.
    Un abrazo

    Responder
  5. Silvia_ncuentra

    Te encontré, Gallas!
    Y yo también te seguiré de aquí en adelante. Compartimos intereses y objetivos, gusto por las teorías y su contraste en el día a día en los grupos y organizaciones.
    Estoy segura de que aprenderé mucho leyéndote. Y además, con seguidores de lujo, como bien dices de CumClavis.
    Un saludo, y seguimos en contacto…

    Responder
  6. asiergallastegi

    Silvia, bienvenida!!
    Ya estamos enredados/as!! A mi tu blog me tiene enganchado y además prometes organizar las tiras de liniers… soy fan absoluto y las utilizo en mis mails más «cariñosos» Un abrazo ya nos hemos ncontrado

    Responder
  7. rikjosukano

    De entrada no se como llamar a esta conexión temática… no se si nos estaremos «gemelizando» en la red… cuestión que me gusta y porque no decirlo: me preocupa. Sobre todo por el tema de la virtualidad. De la culpa, como se que has leido, solo me interesan los aspectos positivos.

    No me atrevo a ir más allá. Valores, valores y arquitectura mítica.

    Pero estaría bien que hablemos de esto… Tenemos pendiente un encuentro tranquilo y sosegado. Queda de mi cuenta. Si no lo hago en breve, creeeme. Me sentiré culpable.

    Responder
    • asiergallastegi

      No te preocupe hombre. Hay semejanzas y un monton de matices propios. A mi me parece bonito coincidir en este tema. No he leido mucho sobre el tema y menos en la blogosfera y orientado a organizaciones. Este es mi tema en las ultimas semanas asi que tu aportación en clave de padre, madre y hermanos me da material que quemar. Mil gracias. Espero el toque y estamos.

      Responder
  8. Raúl CAstillo

    Aupa Asier…
    Hace un rato departíamos sobre esto.. me has picado la curiosidad, y aqui me tienes. Culpa, inocecnia.. me suena a una novela de Emile Bronte, a un páramo irlandes lleno de frio en el que las fuerzas se encuentran y juegan encontradas, tormentosas, llenas de una lluvia pertinaz, de un desvocarse de rayos contra el crepusculo..
    … hasta ahí me fui…. y sin embargo, mas cerca de algo que se pueda comprender, me sugieres mucho. Me siento muy partícipe de esta lucha, de este juego de fidelidades (muy de cuadrilla y ronronear de sidra cupelar) y de esa carrera que un día emprendimos hacia quien sabe donde y que nos llevo a alejarnos de las tripas que fuimos, pero que aún somos.

    Si….

    Me sugiere la idea…
    La llevare conmigo…

    Responder
    • asiergallastegi

      Tripas, es un tema de tripas… El ronronear de sidra cupelar suena bien siempre que sea con su medida. La acidez me destroza. ;D Sabía que te iba a gustar. Esta es mi pelea y creo que la de unos cuantos. Para mi es un placer compartir contigo y escuchar tus provocaciones y nuestras «derivas»
      Un beso

      Responder
  9. Silvia_ncuentra

    Qué me recomiendas para empezar a hincarle el diente a Hellinger? En este punto no coincidimos, y eso no puede ser! 😉
    Título con el que iniciarme y valorar-le-me?

    Responder
    • asiergallastegi

      «Los ordenes del amor» es un buen libro para conocer la manera de acercarse a la realidad de Hellinger. A mi me gustó más «Felicidad dual» de Gundarth Weber (editorial Herder) Una descripción de varios seminarios comentados recogiendo las ideas más importantes que estan detrás de las constelaciones familiares (hay algunas ideas sobre sistemas que podemos aplicar a organizaciones) Sobre las const. organizacionales el libro de mi amigo Guillermo Echegaray. «Para comprender las constelaciones organizacionales». EVD, Estella 2008. Lo mejor que participes en alguna demostración. Ya hablamos. Un abrazo

      Responder
  10. MARIA

    Eskerrik asko Asier por haber «re-leído» este post y así habérmelo descubierto. Me ha hecho pensar en que a menudo la culpabilidad no sólo se siente respecto a las relaciones con otros, sino a las relaciones con uno mismo. A veces me castigo declarándome culpable conmigo misma, pero ahora pienso que quizás allá sido gracias a eso por lo que sigo evolucionando… ¿puede ser?
    Por cierto, ¿te sigue Álex de la Iglesia en twitter? Lo digo por tu definición de crisis y su mención en el discurso de ayer 😉

    Responder
  11. Construyendo palabras para defender posiciones | enredando+korapilatzen

    […] hace ya unos meses algunas ideas sobre esa sensación de culpabilidad que es indispensable para hacernos mayores, crecer separándonos de nuestra familia, de lo que […]

    Responder

Deja una Respuesta