Segundo txombo: locus de control externo y puré de patata

Sigo compartiendo cotidianos especiales con sabor y olor a verano.

Hace unos días mis críos comieron por primera vez puré de patata en el calor del hogar, entiendo por los comentarios de Maren que lleva años comiéndolo en el comedor escolar.

No sé exactamente porque hemos tardado tanto en utilizarlo en casa. El caso es que junto a unas estupendas salchichas de carnicería plantamos un buen montón de masa blanquecina que, con un criterio importante, mis hijos se negaron a comer. Yo sabia que estaba bueno, había cariño como ingrediente además del resto de clásicos que ayudan a diferenciar al mortero de lo comestible.

Finalmente probaron y gusto y repitieron.  Y como la mejor defensa es un buen ataque (o eso he leído yo y parece que se repite en generaciones posteriores) mi hija se encargo de trasladarme responsabilidades; “es que nunca me has contado que llevaba el puré”.

Raudo y veloz, viendo la oportunidad como única, me preste a explicar a mi hija los rudimentos del “locus de control interno y externo”. Jajaja. Le decía que esa era una buena manera de afrontar la situación. Que ella se libraba de la responsabilidad de haber llegado antes a una comida que le gustaba y que me parecía bien. Rizando el rizo le comentaba que había otra manera, más rápida y que solo dependía de ella misma, probar toda comida nueva que apareciera en la mesa.

Os lo cuento porque a veces me siento un chalado contando estas cosas a mis pequeños. Son temas de “coaching”, “acompañamiento”, “asesoramiento”, “terapia”,… Los mecanismos son los mismos, los sufrimientos directamente proporcionales a la cantidad de tiempo conviviendo con maneras de entender las cosas que hacen perder perspectiva y cobrar rigidez. Mis pequeños van bastante bien ;D

Unos días más tarde le explicaba el ataque de rabia de su hermano pequeño que acababa de morderle. Una caja de chupetes en el medio y otros juguetes de su mesa alrededor como varias cosas que estaban pasando en ese momento para entender lo que había ocurrido; perspectiva sistémica pura y dura.

Soy un chalado. Ay cuando tenga un blog mi hija!