Los expertos no son buenos consejeros

Una persona experta conoce exactamente cuales van a ser los siguientes pasos de esto que le cuentas, lo que dicen los protocolos, los nombres de cada uno de los agentes y su rol /responsabilidad en el asunto, lo que esta bien y lo que no, …

Dibujan líneas y no ven los matices que se quedan fuera. Colocan el patrón en la tela y comienzan a cortar.

Han estudiado tanto, conocen tanto la materia, que ya no pueden ver procesos como únicos ni diferentes. Han desplegado toda una jerga que les diferencia y lo que es más importante le da al “pause” del video, congela las imágenes, cosifica y nominaliza (en el sentido del que habla la PNL) historias sin prestar atención a lo que pudiera estar fuera del concepto.

Saben de estadística, han contrastado este tipo de situaciones suficientemente como para saber que sería muy extraño que el desenlace fuera diferente a lo que ellos conocen. Y te lo cuentan así, y se comprometen con su saber. Pronostican y por lo tanto ponen todo de su parte para que el futuro les de la razón.

Y además de alguna forma consiguen que solo puedas comprar el conjunto de creencias del experto, colocarte sus gafas y verlo todo como ellos. Al principio te chirría pero acabas viendo culpables en el terreno que ellos apuntan y reacciones que continuamente refuerzan esta perspectiva.

También consiguen que tu des los siguientes pasos para cumplir con su profecía. Los escenarios siguientes acaban siendo tu responsabilidad y de esta manera es imposible que escapemos de esta historia, a veces “loca”.

Por eso, a mi, cada vez me gustan más los expertos en incertidumbres…