Los rumores una cuestión de miedos y sueños

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Nueve de la mañana en el pasillo de un centro cívico. Yo he llegado para facilitar un taller sobre la estrategia Antirumores. En concreto vamos a explorar actividades con jóvenes para reforzar miradas abiertas a la diversidad. Hace un momento han separado a dos hombres que casi se pegan en la ventanilla de los Servicios Sociales de Base. Uno de ellos permanece junto a su mujer y a su hija detrás de una mampara, el otro está siendo tranquilizado por una trabajadora social y un hombre cercano.

Este último lanza mensajes al aire: “Malvivo con el dinero que tengo. Hoy solo tengo 20 euros en la cuenta. Estoy reventado de moverme por Bilbao a pie por no tener dinero para pagar el autobús. Y me dicen que no tengo derecho a ninguna ayuda” Luego continúa “Y a ellos que vienen de fuera les dan todo lo que piden.” Y mezclando unas cosas y otras amenaza verbal y físicamente utilizando algunas frases realmente duras.

Decido pararme y sentarme. Estoy atento por si hiciera falta alguna clase de contención más física y pienso qué tipo de conversación es posible plantear y como lo haría. ¿Que de todo lo que están haciendo las personas que están con él ayuda y que no ayuda a afrontar la situación?. Minutos más tarde llega la policía y la conversación sale fuera del pasillo y me imagino que entra en otra esfera diferente que también me interesa pero desde otros parámetros.

Recordad que yo entro a una sesión para reflexionar y accionar sobre cómo afrontar este tipo de situaciones…

Esta situación, además de darme en la boca del estomago, me conecta mucho con conversaciones que llevamos manteniendo hace ya unos meses entre varias personas vinculadas a esta estrategia. Leímos a Manuel Delgado. Recibimos críticas por un abordaje excesivamente individualizado que no tenía presente el contexto más social y político.

Tal y como lo veo detrás de un rumor, detrás de una creencia, de eso que sostenemos como verdadero, a pesar de las pruebas de lo contrario, hay miedo y sueños.

Está la necesidad de seguir siendo, pensando y sintiendo eso que ya conozco y no quiero cambiar, si. Hay algo en estas afirmaciones que tiene que ver con afirmarnos. Sobre esto ya hemos escrito.

Ahora pienso además que hay miedos y sueños.

Un rumor, en especial aquellos que se convierten en piedras contra un colectivo, es una expresión de conflicto. Sería frágil pensar que acabadas las expresiones terminaríamos con el desajuste. Aquí, desde mi perspectiva, a veces hay algo que no hacemos bien. Ante el conflicto proponemos espacios para la celebración de la diversidad. Y creo que hay un valor en estas propuestas. Quizás se trata de poner en marcha otros lugares y estrategias que escuchen también los fondos.

En varios municipios tenemos proyectos que buscan conocer a familias de otros orígenes.  ¿Cómo sería acercarnos a comer a casas de las personas que mantienen estos rumores?, ¿Gente que piensa diferente a nosotros? Comprender no es justificar.

Recuerdo una noticia que explicaba como una diputada alemana decidió acercarse y visitar sin aviso a las personas que la estaban insultando en las redes sociales. Esta política también denunció a Facebook.

Si me permitís estirar un poco más esta invitación a comprender a las personas con la que aparentemente no compartimos un suelo común hay quien plantea que hay algo en el ejercicio de entender las emociones del otro que nos hace conectar de otra manera; “…, cuanto más capaces somos de descifrar los sentimientos de alguien, más atractiva nos parece esa persona”.

Y en esta línea de reflexión también conectó con Rene Brown y el potencial de conectar con nuestra vulnerabilidad para conectar con las personas.

Había en la escena que compartía al comienzo del post una mezcla de mensajes, un cesto de injusticias. Una la sufrida; en la situación de desprotección hay componentes sociales, de contexto, los recortes ante la crisis económica generan más desigualdad y pobreza, la inmigración en parte es un fenomeno al servicio del aumento del beneficio y la precarización. Otra la ejercida y la amenazada; en la rabia de la situación cargamos/cargan contra otras personas que vivimos/viven como competidores.

Necesitamos establecer espacios para escuchar los dos mensajes. Si solo escuchamos uno de ellos no avanzamos. Y en este escuchar estamos las personas y no solo.

Permitidme una ultima recomendación. Esta entrevista de Eduardo Madina a Fermin Muguruza. Ya esta habiendo reacciones airadas en contra de este puente. Yo estoy leyendola disfrutando…

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