Coaching virtual

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Sé que el titulo puede invitarnos a diferentes historias y todas serían divertidas 😀

Utilizo la palabra «coaching» para referirme esas conversaciones sobre nuestro lugar en las organizaciones y desarrollo profesional donde el que escucha, desde su particular caja de resonancia labrada por experiencias, lecturas, marcos,… acompaña y guía. Uso la palabra «virtual» acercándome a la experiencia de la relación en la distancia y las tecnologías que hacen posible esta conexión y la que esta cogiendo forma.

Recuerdo, hace ya más de 15 años, sesiones telefónicas de supervisión/coaching con mi maestro Jesus Hernández Aristu. No era que nos llamáramos para consultar y conversar, se trataba de sesiones con toda su estructura e intención. Valiosas como el oro.

Esta semana acompañaba a dos personas del programa de Coaching de equipos a preparar sus sesiones de practicas. Lo hacíamos usando Hangout. A las palabras le sumábamos contexto, expresión, gestos,… Además, mientras conversábamos yo iba dibujando mis notas en un papel que más tarde fotografío y envío por mail/whatsapp.

Conectaba además está experiencia con otra de estos días. Estamos explorando en la asignatura que facilito en la Universidad de Deusto sobre «Nuevas Tecnologías e Innovación Social» #GizasareUD algunas claves y entre ellas jugamos el otro día con algunas aplicaciones de realidad virtual para móviles. La pregunta que nos hacíamos tenía que ver con que usos podíamos darle a la realidad aumentada y la realidad virtual en nuestros proyectos. Y yo mientras escuchaba pensaba en mis los míos …

Hace un tiempo leyendo «Psicogeografia», descubría algunas situaciones de laboratorio dónde las personas reaccionaban con la misma intensidad e impactos biológicos que en un paseo por la naturaleza cuando se sumergían en un bosque virtual a través de un dispositivo y un entorno inmersivo. Preferimos la excursión obviamente pero hay en este dato una idea que puede ser de interés para seguir explorando posibilidades. Pensamos en personas mayores, en realidad aumentada que acompañara a la comprensión de los contextos a personas con diversidad funcional,… Y en la conversación pensábamos sobre las posibilidades de estas tecnologías enfocadas a conseguir mayor autonomia.

Sé que uno de mis proyectos da mucha envidia a mis amigos y amigas más trasteadores con este tipo de herramientas. Todas las semanas paso una mañana en las oficinas de Virtualware en Basauri. Allí pruebo muchos juguetes además de entrar en conversaciones sobre los futuros que llegan y sobre los que están contribuyendo a crear desde esta organización.

Hace unos meses probé las oculus, luego las Vive de HTC y la semana pasada las Hololens de Microsoft. Estas últimas, todavía con mucho desarrollo por delante desde mi punto de vista, me conectaron con otras posibilidades muy interesantes.

Vuelvo a las entrevistas de coaching y de acompañamiento por videoconferencia y sigo pensando en como estas tecnologías puedan ayudarnos a desarrollar la calidad de estos encuentros no presenciales. Hoy la certeza (es posible que con fecha de caducidad como tantas) es que no podemos competir en textura, matices,.. con los encuentros físicos y que lo más interesante que podemos hacer en esta exploración es perseguir que estos encuentros se parezcan lo más posible a los analógicos. Ya existen trajes para lanzar abrazos por la red y máquinas que nos ayudan a tocar los objetos digitales.

Hace años trabajando con Social Sound le dimos vueltas a como sería incorporar parte de esta tecnología en el trabajo que realizó con figuras en coaching individual y de equipos. ¿Cómo sería meter más información a este trabajo?. ¿Si cambiarán de color las figuras en función de las atribuciones y proyecciones que les otorga el cliente?. ¿Si se dibujaran líneas de conexión entre piezas en una mesa interactiva?. ¿Un registro de los movimientos realizados? …. A los de los 70 hablar de estas cosas nos remite un poco a Star Wars.

Y pensaba en las Hololens y la sensación de estar junto a la persona que acompañas y te acompaña. Me imaginaba unas gafas menos aparatosas, que nos permitiera reconocer nuestras expresiones y que nos ayudará a la sensación de estar juntos el uno del otro. Desconozco con cuantas cosas más que sirvieran de complemento. Me imagino escenarios interesantes y otros no tanto.

Y luego vuelo y pienso en qué aspectos conoceremos dentro de una décadas en relación al cambio y el equilibrio personal ligados a nuestro cerebro, su plasticidad y el tipo de interacciones que nos mueven. Y si dentro de esas profesiones que desaparecerán en el futuro cercano no seremos sustituidas por ordas de nanorobots que invadiran nuestro cuerpo para mover lo que decidamos/decidan.

Aterrizo de dos días de trabajo con Arawana Hayashi en Barcelona. Hoy, mientras sigo jugando y construyendo castillos en el aire con estas ideas que compartimos en este post, profundizo en la manera de acompañar estando más presente y en mi cuerpo. Consciente, también, de que toda esta tecnología seguirá siendo una extensión de nosotras y que serán los usos y las aplicaciones las que contribuirán a unas u otras realidades. A mi me gustaría encontrarnos para construir tecnologías para ampliar, resonar y comunicarnos desde las Sensaciones Sentidas.

(NOTA. Después de unas semanas de silencio volvemos en colaboración con Alex Orbe y eso me pone contento. :D)

 

 

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