Corazonadas colisionando

“Cada vez más a menudo, sin embargo, le volvía la necesidad de escribir, y la carencia de un cuidado cotidiano con el que poner en orden pensamientos en la forma rectilínea de una frase. De un modo instintivo, entonces, acabó compensando esa carencia con una liturgia privada suya, que no le pareció que careciera de cierta belleza: empezó a escribir mentalmente, mientras caminaba, o echado en la cama, con la luz apagada, esperando la llegada del sueño. Elegía palabras, construía frases. Podía darse la circunstancia de que estuviera días persiguiendo una idea, llegando a escribir en su cabeza páginas enteras, que luego le gustaba repetir, a veces en voz alta. Habría podido, de la misma manera, hacer crujir sus dedos, o repetir ejercicios gimnásticos, siempre los mismos. Era algo físico. Le gustaba. (…) Por lo demás, aquella cautela obsesiva en su aproximación al mundo -aquella forma de anudarse los zapatos- no era tampoco muy distinta a escribir las cosas en vez de vivirlas -a demorarse en los adjetivos y los adverbios-, de manera que Jasper Gwyn tuvo que admitir para sus adentros que el abandono de los libros había generado un vacío al que no sabía poner remedio salvo elaborando liturgias sustitutivas imperfectas y provisionales, como colocar juntas frases en su mente o anudarse los zapatos con una lentitud de idiota” Mr Gwyn Alessandro Baricco 2012

(En este enlace tenéis algunos fragmentos de esta novela que os recomiendo como lectura de verano)
Estaba convencido de haber traído antes al señor Gwyn a este blog. Un ejemplo de como hay imágenes, experiencias, lecturas que a pesar de no haber cogido forma de post siguen resonando, funcionan como precipitadoras de cristales y aceleradoras de corazonadas.

corazonadas korapilatzen
Este escritor, Mr Gwyn, que decide dejar de escribir, relantiza su vida dandole otra densidad, escribe sin escribir,… y es clave para encontrar otro lugar, inventar otra profesión. Lean el libro, hummm

Releía también estos días mis subrayados (“highlights” los llama Amazon y me encanta poder recuperarlos en un doc como el que comparto ahora mismo) del libro de Steven Johnson que “Las buenas ideas. Una historia natural de la innovación”. Un libro exquisito que me recomendó Julen Iturbe volviendo de Madrid hace un par de años.

Dibujé, literal, algunas ideas, basándome en este libro, para reflexionar sobre “Liderazgo y cultura de Innovación” en el contexto de una formación para el “Foro Zubi” de directores y directoras de centros de Formación Profesional.

Ese mismo mediodía conversaba sobre algo de todo esto, sobre la parte que habla de las corazonadas frágiles, con mi amigo Iñaki. Cuantas ideas que nos hicieron brillar los ojos duermen en un cajón porque cuando las volvimos a mirar desde otro lugar no cumplieron con lo que les exigíamos.

Hay algo casi mágico en el borrador, en las ideas esbozadas, en los dibujos de las solapas de los libros, en un mar de postits lanzados al medio de un circulo de personas, en un mapa de propuestas de diferentes colores en un din A3, en lo apuntado en el googlekeep o evernote y lo capturado por la cámara. Pertenecen estas ideas al mundo de lo posible futuro, del presente cristalizado.

A veces son como metáforas que ayudan a entender una idea que rumiábamos desde hacia semanas, en otras ocasiones material que construye los ruidos de los próximos meses,… Y como trabajamos con personas en relación con otras personas y sus tareas, cuando nos permitimos vivir conectados con estas preguntas/respuestas se convierten en ideas que proponemos como material para repensarnos como personas en relación con otras personas y sus tareas.

Son ideas a sostener con cuidado. Me explico. Si cierras los puños desaparecen, si dejas las manos demasiado abiertas vuelan. No se trata de darles forma. Se trata de acogerlas consciente. Darles un lugar, acentuarlas, rescatarlas de lo demás, subrayarlas. Cuantas veces el documento donde he pasado a limpio una sesión excitante se convierte en algo conocido y sin fuerza. Escribe Johnson: “Si se impone un exceso de orden, se corre el riesgo de dejar huérfana una corazonada prometedora dentro de un proyecto mayor ya fallecido, y se dificulta el que esas ideas se relacionen entre sí y procreen cuando uno las revisa. Hace falta un sistema para capturar las corazonadas, y no es necesariamente el de agruparlas por categorías, porque las categorías pueden levantar barreras entre ideas dispares, confinarlas en sus propias islas conceptuales”.

Y luego hay algo que tiene que ver con los tiempos. Los que necesitamos para atrapar estos brillos con mayor cuidado; escribir, subrayar, destacar, compartir,… y los que necesitan para entrar en relación contras ideas/preguntas y formar algo diferente a lo que fueron en su primer momento. También lo escribe el mismo autor: “Y precisamente porque esas corazonadas lentas necesitan tanto tiempo para desarrollarse, son criaturas frágiles, que se nos pierden fácilmente bajo la presión de los asuntos urgentes del día a día. Sin embargo, su fuerza viene también de ese largo periodo de incubación, (…)”

Hay algo de esta fragilidad que esta construida de “rareza”. No son ideas fáciles de compartir. Son complejas. Están siendo parte de una historia entrelazada, personal, construida como resultado de una suma de interacciones compartidas de manera parcial… Una persona descubre algo de lo que escribo como parte de una de nuestras conversaciones, otra también y ambas se extrañan de la conexión que hago con ambas realidades.

Recuerdo que cuando puse en orden este blog me sorprendí de la cantidad de posts que había agrupado bajo el paraguas “escucha y narración”. Ordenar estos textos en seis apartados ya era extraño. También lo fue descubrir cuanto material había generado compartiendo mi historia personal en relación a las tareas que me ocupan. La sensación era como de vergüenza por contar demasiado de mi. A veces sigo pensando si a alguien le puede interesar todo esta digestión personal. Retomo hoy mis “streapteases” como corazonadas que quieren colisionar con otras corazonadas.

Y es que sigue escribiendo en este texto: “Así que una parte del secreto para cultivarlas es simple: hay que escribirlo todo”. A escribir. Seguimos….

4 comentarios para “Corazonadas colisionando”

  1. Itziar Kerexeta

    Sigo disfrutando tu streaptease, esa colisión de ideas es uno de los sentidos de ser de estos blogs… en algún lugar leí que escribimos para entendernos, a nosotros mismos y en relación… y a mí tu blog, siempre me ha ayudado. Milesker por compartir Asier!

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    • Asier Gallastegi

      Milesker zuri compañera. Si, lo de entenderse es un objetivo digno. 😀 Muchas ideas rebotando en mi cabeza que habían dejado de hacerlo en este fronton. Beso

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  2. Juanjo Brizuela

    El excitante mundo de lo que no-fijo, de lo que se mueve, de lo inacabado. De lo que sugiere, como el streaptease. Nos gusta enredar en ese mundo, claro que sí.
    Que siga rebotando la pelota en este frontón.
    Gracias Asier

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