Rabias mezcladas

Llevo algún tiempo queriendo escribir sobre la rabia. Me costaba encontrar el lugar. Hace unos meses no fui capaz de escribir, estaba enredado en diferentes batallas a cara de perro. Hoy gracias a buenos amigos y amigas he ido dando forma a cuatro ideas que se han ido repitiendo en conversaciones y encuentros apasionados.

No soy un especialista en el mundo de la inteligencia emocional y lo sé porque tengo amigos que si lo son. Me arriesgo a fallar adhiriéndome a una de las definiciones que he encontrado en la red pero me ha hecho mucho sentido algunos de los matices que arrojaba:

-Se activa por la sensación de estar controlado y por la frustración que nos produce que interrumpan nuestra conducta dirigida hacia una meta.
-Su propósito funcional es la de destruir las barreras en el ambiente.

Yo conecto con esta emoción cuando defiendo mi territorio (esto será tema de otro post) y defiendo a los míos de lo que considero una agresión. Es algo animal, químico.

Guante de Asier Gallastegi en Instagram


Además también conecto con una rabia más política. La de la indignación, es una amenaza a mi manera de entender la vida y sobre todo es una sentencia de precarización brutal para las personas más vulnerables. Recuerdo aquí el post de hace unos días de mi amigo Fernando de la Riva y lo revolucionario de la alegría.

Y hay parte de esta rabia que es natural, nos activa, sirve para permanecer alerta y defendernos.

Y hay otra como que no es nuestra, la actuamos pero pertenece a otros. A veces es como si estuviéramos decidiendo que va a ser parte de nuestra personalidad. Otras como si sufriéramos de hipersensibilidad y saltáramos por cosas demasiado sencillas. Esta rabia no es funcional. Consigue que las cosas permanezcan como estaban o empeorarlas.

Es como si fueran rabias mezcladas. No arremetemos contra los muros que nos atrapan. Nos lanzamos de cabeza a los muros que creemos atrapan a otras personas con las que nos sentimos implicados. Parece lógico hacerlo por las personas más cercanas. Incluso así sería bueno testar de vez en cuando si se sienten “bien defendidas” de esta manera. Pero luego hay una energía que parece adoptada. Gritamos silencios. Nos levantamos por quienes permanecen sentados. Nuestra rabia contra el mundo busca hacer justicia y a veces nos alejamos lanzando proclamas que solo nos sitúan como víctimas cuando pudiéramos estar construyendo una realidad alternativa.

Es la versión complementaria a la de «me enfado con el débil porque no puedo hacerlo con el que es más fuerte que yo». Otra manera de desplazar rabias.

Rescato unas líneas sobre la ira rescatadas de Bert Hellinger que considero más que interesantes para seguir profundizando en esta idea:

“En la ira adoptada, los perpetradores están fuera de sí, sintiéndose fuertes y justificados; en realidad, sin embargo, actúan con fuerzas ajenas defendiendo derechos ajenos, por lo que permanecen ineficaces y débiles. También las víctimas de la ira transferida se sienten fuertes y justificadas al saber que sufren injustamente. Pero también ellos permanecen débiles, y su sufrir, inútil.”

16 comentarios para “Rabias mezcladas”

  1. Manel [cumClavis]

    A mi pensar en la rabia me lleva a la agresión contra todo debido a algo que no tiene porque estar relacionado. Como en la enfermedad, para mí se trata de un deseo morder a diestro y siniestro debido a una frustración que puede haber ocurrido en otro nivel muy particular. Me viene la imagen de la rabia y el llanto y de alguien que golpea sin poder ver debido a las lágrimas.

    Tu reflexión me lleva a pensar en la rabia empática debido a la frustración ajena. Ese levantarse empujado por la ira ante lo que se cree una agresión al otro. Me reconozco en ella a menudo actualmente [creo que nunca me sentí tan invadido por ella] y me veo atenuándola para destilar mi agresividad y dársela a beber a quien me la produce. He de seguir trabajando hasta reducirla, no creo que esta sea la manera. No se trata de lo que se intenta eliminar sino de que la rabia no puede engendrar nada bueno. Un abrazo, Asier.

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    • Asier Gallastegi

      Y tengo el recuerdo de habernos turnado en las rabias de alguna manera. Con ganas de saber a quién le toca rabiar la próxima vez, que es pronto 😀
      Y si, firmo lo que escribes. No es algo que tenga que ver con la pertinencia o la lógica es algo que tiene que ver con la estrategia y cierto convencimiento de fondo. Algo así como; no nos hace bien.
      Un abrazo

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  2. Raúl

    Estaba pensando en el mismo texto cuando te leia.. para mi ha sido muy claro el «rosario» de caminos para la ira que evoca.. curioso notarse vivir en varios de ellos y saberse cotidiano en algunos mas que en otros.. La rabia de Silvio en días y flores… que la descubre como «un tesoro que me llega a la raiz»… como un camino hacia la tripa, hacia los centros que nos nutren… ser capaz de aprender de ese caminar y de lo que nos revela (más allá de los latigazos que suelta hacia fuera) es un buen espejo de lo que somos… muxas gracias compañero!!

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    • Asier Gallastegi

      Paciencia, paciencia… Silvio ha sido escuela emocional. Alguno se reirá de nosotros, no pasa nada, también lo hacemos nosotros de nosotros mismos. Rescataba esta canción una amiga hace unos días a raíz de otra sinrazón. La rabia un camino a la tripa. 😀

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  3. marta

    Me ha venido, al leerte, este poema de Benedetti:
    «la rabia tan sumisa
    tan débil tan humilde
    el furor tan prudente
    no me sirve.

    no me sirve tan sabia
    tanta rabia»

    Habla de lo que le sirve y lo que no. Y entiendo así mi rabia. Me he visto a mí misma en la imagen que describes, gruñendo mientras intento envolver a la manada en la niebla de mi protección. Y me veo en tantas manadas que, como dices, se mezclan las rabias.
    Quiero verlas, a todas ellas, como una fuente de energía. Y me dejas aquí pensando en los pasos a dar, ahora que las reconozco, cuando se presenten.
    Intuyo que no tardarán …

    Termino como lo hace el poema:
    «me sirve tu sendero …»

    Eskerrik asko, Asier.

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    • Asier Gallastegi

      Me sirve tu sendero. Antes Rodriguez y ahora Benedetti. Este fue el segundo maestro de las emociones, el que ponía palabras a los encuentros y desencuentros,… sobre todo a estos y sus tristezas.
      Mezcladas en manadas y clanes y confundidas. Yo me llevo la de aquel y este la de aquella y por eso no nos encontramos. Separar las rabias, saber cual es la nuestra, devolver la que no nos pertenece…
      Gracias
      Abrazo

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  4. Maider

    Asier, leyendo tus reflexiones sobre la rabia y los comentarios que provocan, me voy a mi rabia y de ahí salto a mi infancia, a la rabia que llevaba a la frustración, a la que te comía las entrañas y por la que tanto he perdido en muchas ocasiones. El sábado pasado, Martin también me trajo ese recuerdo a la mente cuando confesaba que se portaba mal porque sentía rabia, porque le hacían rabiar «amorratzen naute» decía. Creo que la rabia es buena y no veo que nos enseñen a gestionarla bien, nos enseñan a taparla, no se valora. Y puede ser un valor muy importante.
    Desde la rabia también se construye, también nos construimos.
    Mila esker, merci, aquí me ha llevado tu rabia…

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    • Asier Gallastegi

      Hummmmm Y me llevas a un tema que también me ocupa… Gestionar las rabias más infantiles y libres cuando chocan con otras rabias. Creo que hay algo que podemos hacer nosotros para la gestión más individual. Se parecerá mucho a lo de siempre, a cortar esa manera de expresar y buscar otras… y esta bien. Me surge la necesidad de ver si pudiera haber otra manera de gestionar los choques de esas rabias para crear algo diferente. Regulado como sistema, en interacción entre iguales,… Hummmmm

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  5. Carmen

    Hace muy poco leí en una escritora francesa, estaba intentando recordar su nombre, disculpadme pero no lo logré…»La rabia y la ira me permiten comenzar un nuevo camino». Muchos caminos se comienzan por ese impulso de rabia, el problema imagino, tampoco soy experta, en que esa rabia se convierta en la única meta.

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    • Asier Gallastegi

      ¡¡Gracias Carmen!! La rabia como puerta de entrada y no como puerta de salida. Me hace sentido. He buscado en internet la cita que compartes y no he encontrado lo que buscábamos pero corto y pego una cita freak que también me resuena: «El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento» rescatado de la Guerra de las Galaxias 😀

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  6. Ane

    Rabia…ira contenida, agazapada, constreñida…si consiguieramos canalizarla..Vaya fuente de energía!!!. A mi me conecta con la tierra, con ritmos africanos bullendo dentro de mi… Tras ella siempre entro en hiperactividad

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  7. Juanjo Brizuela

    Después de haberlo leído dos veces, y leer también a mi admirado Benedetti, sólo puedo decir que qué suerte tenemos de sentir las emociones porque de ellas nos vamos nutriendo para posteriores acciones.
    Me da RABIA no darme cuenta del valor de la rabia, como motor de la acción, como bien lo has mostrado una vez más, Asier. 😉

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    • Asier Gallastegi

      Aupa compañero. Es genial rescatar la capacidad para abonar de lo que consideramos solo basura. No sé si es tan interesante que nos de rabia no darnos cuenta del valor de la rabia. Esa no sirve demasiado. Ya te has dado cuenta, ahora a por otra cosa y a estar atento la próxima vez. 😀 😀 😀 Juegos de palabras, matices,… Gracias

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  8. Pilar

    A veces, la gente que se enfada mucho es pq suele estar muy triste..

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    • Asier Gallastegi

      Si. Es así. Y se puede parecer a esa rabia mezclada de la que hablo. La rabia sería como la capa de arriba, la externa, la que vemos y con la que interactuamos. Sin poder llegar a la capa de abajo, la del dolor y la tristeza. Aquí también tiene su función; protege. Lo que ocurre es que a veces nos distancia y entonces ya no estamos para conversar y acompañar lo profundo, eso de lo que solo se puede hablar y llorar cuando te sientes protegido. Beso

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