Construyendo palabras para defender posiciones

“Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros” Groucho Marx

Dice un amigo, y yo lo suelo repetir, que “pensamos con el culo”. El lugar que ocupamos nos posee, ocupar ese rol, esa profesión, ese status,… requiere de retroalimentación continua y en la misma dirección. Es, seguramente, una magnifica manera de no correr hacia el otro lado del mundo de manera cíclica.

Nos movemos para sobrevivir. Necesitamos pensar y creer en un proyecto que nos absorbe, en el que estamos implicados vitalmente. De toda la información que llega decidimos procesar y digerir la que refuerza la semilla que empieza arraigar.

En absoluto es incultura, no es exactamente rigidez, es que necesitamos creer.

Lobster trap by gallasUtilizamos referencias, lenguajes comunes con los de nuestro club. Palabras que nos hacen vibrar absolutamente en la nueva comunidad y nos alejan -por pura incomprensión literal- de otros que , muchas veces, nos acompañan desde hace mucho tiempo y escriben y hablan en otros idiomas que antes, hace muy poco, eran los nuestros.

Claro, lo estaba escribiendo ya, esto es complejo en el roce entre los mundos y las personas. Yo hace años pedía a unos amigos que, por favor, nos «aburguesáramos» -esa era la palabra que usábamos- de manera colectiva. Como la muerte dulce en el mus. Todos nos compramos una casa con nuestra pareja, tenemos hijos, escalamos en empresas, vivimos en el mismo barrio,… Como toda esa generación de lideres populares que pasaron a gestionar gobiernos y ayuntamientos, partidos políticos mediante, tras la dictadura.

Pero no. Siempre es más complejo de lo que uno se imagina. Para ilustración este video de TED con Barry Schwartz hablando de la paradoja de decidir.

Y de pronto como somos esto, no podemos ser otra cosa. Y nos empieza a ser difícil estar con otra persona que piensa diferente. La amenaza, el contacto con lo viejo, nos hace aferrarnos aun más a lo nuevo, a lo que nos acompaña hace menos tiempo y nos define ¿más? Vemos su lado más caricaturesco y le hacemos todavía más grande la nariz y más salidos los dientes sin mirarlo a los ojos.

Y a veces cumpliendo esto de “la mejor defensa es un buen ataque” seguimos construyendo la distancia, seguramente no con aquello tan abstracto -ideas- sino con las personas, dolidas y si –mucho más grandes y hermosas-

Recogía hace ya unos meses algunas ideas sobre esa sensación de culpabilidad que es indispensable para hacernos mayores, crecer separándonos de nuestra familia, de lo que fuimos. A veces tenemos la sensación de crecer mientras renegamos de esos otros espacios que fueron importantes… Pero… ¿Qué es crecer?

Si algo empiezo a entender de esta aventura, creo que este enrevesado ejercicio pasa por reconocer todas esas fuentes como algo propio en alguna medida y conectar con algo más grande. Suena extraño. No se asusten, ya no es dios –al menos para el que escribe- y eso permite que, como enlazaba Manel hoy, “Todo sea posible”

boyas by gallasY esto lo escribo sustituyendo un post que iba, podría entenderse, de lo contrario. Y es que creo en la tensión y en la dialéctica para construir ciudad y sociedad. Si no, no podría escribir como lo he hecho últimamente en este blog.

Escribo estas líneas para recordarme que hace años que me muevo por las esquinas-fronteras. Que me cuesta ser categórico por la cantidad de información y experiencias que parecen contradictorias y comparten espacio en mi mochila. Y que esta bien. Y que también es lógico que haya cosas que me cueste escuchar y compartir. Y esta bien, hasta que me pierdo cosas -sobre todo personas- y entonces quiero ser capaz de recolocarme y escuchar desde otro lugar.

Y escribo para poner en orden y escribo para recordar y escribo para compartir y seguir construyendo.

11 comentarios para “Construyendo palabras para defender posiciones”

  1. cumClavis

    Hace unos años, contemplando el Atlántico escribía: “me llegó el aroma salado de mi niñez y me vi a mi mismo feliz, en un tiempo en el que no tenía compromisos y donde, es curioso, tenía más consciencia de mí mismo que no ahora, que a veces no reconozco como realmente mías partes de quien ahora soy. Y me pareció como si en algún momento empezara a desmontarme lentamente a mí mismo y volviera a encajar mis piezas siguiendo las expectativas que creía que los otros tenían de mí, y como si, a medida que maduraba y me hacía mayor, fuera desmontándome y construyéndome una y otra vez hasta terminar así, como soy ahora, un hombre desencajado y de movimientos tristes…que no recuerda quien fue…”
    Me ha llegado el post, Asier. Un abrazo.

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    • asiergallastegi

      Te leo y tengo la sensación de bajar escalones hacia las profundidades -no creo que del averno- Las expectativas que creemos que otros tienen de nosotros son muy… ¿como lo diría yo? … Lo realmente interesante es saber que el boton de apagado esta en nuestras manos. Para mi, sabiendo lo del boton, es la fantasia que más se repite y más me hace sufrir.
      No sé si hasta desencajarme pero entiendo lo que dices. Nuestra suerte son los tiempos para reposar y reconstruirnos que decidimos cuidar y alimentar; ese disfrutar de la comida, del buen vino, de la musica, leer y escribir.
      El problema no es tanto desencajarnos como el olvidarnos de cultivar espacios para encajarnos.
      Un abrazo Manel y otra vez gracias.

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  2. construyendopuentes

    Buah, me sale ser categórico…grandioso tu post

    Eskerrik asko

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  3. Isabel Iglesias (@enpalabras)

    Pues a mi me ocurre lo contrario que al autor del post y al comentarista. Tal vez porque «lo que yo no era» me vino impuesto demasiado pronto, y porque a pesar de que los lugares oficiales me venían por defecto, nunca dejé los deliciosos espacios fronterizos en los que, desde hace unos años, cada vez habito más. Supongo que por eso la media distancia con el mundo que tanto me gusta y que me permite meterme en el barro cuando es necesario pero a la que vuelvo para poder escuchar «todas las voces» que me habitan.

    Delicioso post para iniciar el día. Un abrazo!

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  4. asiergallastegi

    Gracias Isabel.
    En esta historia se puede ser muchos personajes y todos contribuyen a la sensación global. Unos son los que generan expectativas, otros hacen de padres y madres, otros de nuevo contexto laboral, otros de consultores y consultoras, otras de terapeutas, unos sufren, otros disfrutan,… Seguro que en uno de esos lugares te encuentras y desde ese lugar en la frontera te emocionas hasta tener opiniones.
    Creo que estos lugares y relaciones que mantenemos en nuestros blogs sirven para seguir escuchando «todas las voces que nos habitan».
    Un abrazo enorme!

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  5. Maite

    Asier, me ha conmovido el post.
    Sobre la libertad de decidir, me ha llevado por asociación a Miguel Hernández..cantado por Serrat (http://youtu.be/grdTe5IZqkY)
    Decisiones que hacen lo que somos…Y que viva la imperfección!
    Un abrazo, Maite

    Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
    Para la libertad, mis ojos y mis manos,
    como un árbol carnal, generoso y cautivo,
    doy a los cirujanos.

    Para la libertad siento más corazones
    que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
    y entro en los hospitales, y entro en los algodones
    como en las azucenas.

    Para la libertad me desprendo a balazos
    de los que han revolcado su estatua por el lodo.
    Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
    de mi casa, de todo.
    Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
    ella pondrá dos piedras de futura mirada
    y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
    en la carne talada.

    Retoñarán aladas de savia sin otoño
    reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
    Porque soy como el árbol talado, que retoño:
    porque aún tengo la vida.

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  6. asiergallastegi

    «Porque soy como el árbol talado, que retoño:
    y aún tengo la vida» …
    Maite. Si hablamos de libertad. Ocurre a veces que pensamos que la unica manera de acercarnos a ese horizonte caprichoso es talar nuestra raíces para salir corriendo. Cuando terminamos con el hacha lejos de correr caemos junto al tocón. Siempre nos queda esperar que la savia provoque nuevos brotes…

    Eduardo Chillida escribía
    «Yo soy de los que piensan, y para mí es muy importante, que los hombres somos de algún sitio. Lo ideal es que seamos de un lugar, que tengamos las raíces en un lugar, pero que nuestros brazos lleguen a todo el mundo, que nos valgan las ideas de cualquier cultura. Todos los lugares son perfectos para el que está adecuado a ellos y yo aquí en mi País Vasco me siento en mi sitio, como un árbol que está adecuado a su territorio, en su terreno pero con los brazos abiertos a todo el mundo. Yo estoy tratando de hacer la obra de un hombre, la mía por que yo soy yo, y como soy de aquí, esa obra tendrá unos tintes particulares, una luz negra, que es la nuestra.»

    Bienvenida Maite

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