Primer txombo. Crisis de valores y las dos horas de digestión

En mi casa «txombo» es sumergirse en el agua de cabeza. Yo lo uno directamente al momento en el que cuando viene la ola decides avanzar cruzándola por debajo en vez de saltándola pataleando mientras la cabeza queda, aun seca, en el aire.

Pues estas semanas voy a compartir algunas ideas locas, cosas sencillas, pensamientos de cerveza y playa.

El primero tiene que ver con una teoría sobre la crisis de valores. Llevo toda mi vida escuchando preocupación por parte de generaciones anteriores sobre las posteriores. Ahora la gran CRISIS ha focalizado toda la atención y el post-post-modernismo no parece lo peligroso, ni tan siquiera parece viable a la falta de su gran gasolina; el dinero.

itxasoa by gallas

Se ha invertido mucho espacio y energía en buscar los orígenes de esta crisis, la anterior, la más moral. Básicamente y obviando los matices, parece que se trata de un desengaño. Los nuevos, más listos, nos dimos cuenta de que algunas de las cosas que parecían importantes y claves para los viejos, no lo eran y que los horizontes más jugosos e interesantes estaban, a menudo, justo en el punto cardinal contrario.

Hay temas importantes que sustentan esta ruptura de confianza entre generaciones. Yo estas vacaciones lo he visto claro. El engaño que más daño hizo a la gente de mi generación y colindantes era el de las dos horas necesarias para la digestión. Un tiempo absolutamente aburrido, soñoliento que en los días de playa y en la mejor de sus ediciones se convertía en grandes castillos de arena.

En mi casa había incluso un familiar lejano muerto por un corte de digestión cuando se acercó a recoger una pelota de tenis en la orilla.

¡Era mentira! Joder. Como íbamos a creernos otras patrañas si esta tortura cotidiana en el verano se sostenía en otra creencia falsa. Con la lucidez propia del verano comparto con vosotros el verdadero origen de la crisis esta que estaba antes que la gorda.

Seguire sacudiendo.

9 comentarios para “Primer txombo. Crisis de valores y las dos horas de digestión”

  1. cumclavis

    Las p—- dos horas!!! Tambien las sufri… Yo creo que era peor aguantar bajo la soladera. En cuanto pude me salte impunemente esta norma y no la he vuelto a contemplar mas… Nos engañaron en muchas cosas…Un abrazo,

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    • ayaayayayaay

      haz el tonto con lo de las 2 horas y a lo mejor tu corazoncito te envía un recordatorio en forma de colapso, es decir, de infarto

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      • cumclavis

        Tienes razon. De hecho entro muy poco a poco, mojandome con la mano, como pidiendo permiso y tanteando la situacion…

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    • asiergallastegi

      Una amiga me comentaba en twitter que en su casa no eran de guardar este tiempo y que el año pasado tuvo un corte de digestión que le hizo sufrir… Puede ser que las creencias puedan estar sujetadas por alguna razón de las de «verdad». No sé, no sé… Igual nuestros mayores tenían algo que deberíamos de escuchar… Claro!! ;D

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  2. Maria

    En mi casa eran 3… norma de mi padre… Mi madre era un poco más flexible, 2 horas y media… pero eso de las 2 horas… ¡me parece un lujazo!
    Yo no la sigo, ni mis hijas tampoco, pero casi siempre que nos vamos a meter al agua pienso que me estoy saltando una norma anecestral… 🙂 no lo puedo evitar… ja, ja…
    un beso

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    • asiergallastegi

      TRES HORAS!!! Jodeeer… Con lo de la norma ancestral me has hecho sonreír. Muchas veces, cuando me meto al agua, todavía mantengo un rito que es lo más parecido a «laseñaldelasantacruz» que pueda hacer en estos momentos. Un poco de agua a la altura del estomago, algo en la nuca y entonces… Txombo!!

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      • Maria

        Si, yo creo que eso está bien hacerlo, pero antes hablando con Sergio del tema me recordaba cómo en los spa te hacen pasar del agua a 38º a una cuba helada… por eso de que el contraste de temperatura es bueno… y tampoco hay carteles de que «tengas cuidado si no has hecho la digestión»… en fin, yo qué sé 🙂

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  3. Jose Orbe

    Yo tambien corría por la orilla en ese tiempo de digestión y «tropezaba» cayendo al agua. Ahora, como padre, me sigue resonando el viejo soniquete de la digestión. Lo que pregunto es ¿de verdad estabamos más de dos horas sin ir al agua?. Puede ser una buena pregunta para hacer en casa, igual se nos empiezan a caer mitos e injusticias sufridas (como decía aquel tocapelotas, por comentar…).
    Ahora, yo por si acaso me baño antes de comer.
    Bueno un fuerte abrazo,

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