Cuento para dormir: Teatro de medianoche de Kveta Pacovska

Kveta_Pacovska_1996-sjlunaroAyer por la noche volvimos a leer-jugar con «teatro de medianoche» de la ilustradora checa Kveta Pacovska. Es de esos libros de la infancia de uno que consiguen escapar de las sucesivas, logicas y necesarias limpias de papel que se dan alrededor segun se va creciendo. (Algun día os contaré como mi habitación de adolescente ardió en una especie de rito hacia la madurez ayudado por la inmadurez de algun otro)

No era un libro especialmente querido. Solo cuando lo ví con ojos de adulto supe apreciar sus sutilezas. Mi hija que es mucho más inteligente y sensible que su padre lo abrazo con ilusión desde el primer día. Los personajes cambian de nombre, intercambian sus troncos, cabezas y pies. Y la luna, actriz principal en la obra, aparece o desaparece gracias a trasparencias y una cuerda.

Hay más cosas e imagenes de esta autora por la red, os dejo con dos enlaces:  una ficha sobre la autora en bienvenidosalafiesta y la reseña en el blog de taller de cuentos.

Yo le ofrecí disfrutar con la historia y la ilustración de emigrantes. Pero es más para mayores…

Una manera de compartir cotidianos y seguir dando notas de color a un blog que a veces se pone como muy serio e intimista. ;D

2 comentarios para “Cuento para dormir: Teatro de medianoche de Kveta Pacovska”

  1. jesusfdezblog

    Intimista es esto… y además bonito.

    A mí me gusta conservar cosas de la infancia. Yo no puedo contar un incendio, pero sí algunas operaciones de limpieza paterna cuando yo ya no vivía «en casa»…

    Me gusta encontrarme un día… por ejemplo siete años después de la última vez… abriendo una caja de cola-cao de las de chapa y recorriendo lo que ahora son tesoros personales.

    No es que me traigan recuerdos concretos (algunos sí), pero sobre todo recupero memoria de objetos que se vuelven retazos cotidianos de años pasados, esa parte de la vida normal que sólo deja de pasar desapercibida con los años.

    Y sí… siempre son sutilmente diferentes a como fueron…

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    • asiergallastegi

      Estimado Jesús bienvenido!!
      Pues si. Son una especie de maquina del tiempo. Supongo que tu también habrás tenido la misma imagen cuando escribias. Ese hombre en la cabina de telefonos al que Amelie le regala su caja de los tesoros infantil.
      Un abrazo enorme.
      También somos eso, ternura infantil y melancolia.

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